insamana n°16 - Octubre 2017 (versión española)

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PUBLIREPORTAJE

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LA GALERIA

na agonizante casona victoriana de Las Terrenas, sin electricidad, pero orgullosa de su luz, antes de morir acogió como habitantes a un grupo de artistas nacionales y extranjeros que desarrollaban y exhibían sus pasiones creativas en el espacio que le ofrecía. Poco a poco residentes y visitantes reconocieron a la casona como lugar propiciador de encuentro con el arte viviente de la localidad... y también del país. Allí pudieron deleitarse con grandes de la plástica dominicana: Domingo Liz, Jorgy Morel, Clara Ledesma, Paul Giudiccelli, Ada Balcácer, Elsa Núñez, Peña Defilló y tantos otros, gracias al vínculo del colectivo de artistas con otras organizaciones culturales, como la Fundación Ceballos Estrella de Santiago. La fama no siempre precede al creador y sin embargo, desde tiempos inmemorables se ha reconocido que el arte ha sido sostén y guía de la evolución de los pueblos, en su calidad de expresión suprema del espíritu y legado humano. Es por ello que la demolición de la casona de ninguna manera aminoró el vínculo entre los creadores y su público. Al contrario, el encuentro con el arte local fue buscado en su nueva residencia en la Plaza Colonial.

En esa etapa de la evolución las obras de los miembros del colectivo alcanzaron nuevos horizontes. En ese nuevo lugar, el colectivo de artistas evolucionó hacia un espacio en el que los amantes del arte podían admirar y adueñarse de obras competitivas globalmente. Su oferta artística satisfizo necesidades individuales de deleite artístico y cultural en hogares alrededor del mundo. La natural expansión de la oferta cultural del colectivo tenía que continuar, así que esta vez se requirió de un nuevo espacio, trasladándose a una edificación ubicada en la Av. 27 de Febrero, llegando a Punta Popy. En el nuevo local, la oferta artística del colectivo de artistas sobrepasó el consumo individual, para utilizar medios de difusión multiplicadores, es decir, vías para dar a conocer más globalmente la oferta artística de sus integrantes. Un ejemplo lo constituye la alianza concretada con el Hotel Sublime Samaná. Ese establecimiento turístico, con una oferta que atrae a viajeros que demandan la más alta calidad de servicios, promueve el arte producido en la República Dominicana, exhibiendo obras directamente en sus exquisitas habitaciones. Además de deleitar al exigente visitante, Sublime Samaná marcó una pauta a seguir en la ruta para sellar una duradera alianza entre el turismo y la cultura dominicana. Bien por ellos. Mientras, el colectivo ya vuela alto: creatividad en variadas manifestaciones, para el deleite multiplicador del arte. Mirtha Olivares 56 insamana


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