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Patagona gigas

Orden: Apodiformes | Familia: Trochilidae PataGona GiGas

Nombre(s) común(es):

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picaflor gigante, picaflor grande, píngara

Subespecie(s) en Chile:

P. g. gigas / P. g. peruviana

Esteban López Arias

Estado de Conservación: Preocupación Menor (LC) según la UICN. El picaflor gigante, el más grande de las más de 340 especies de colibríes, es un visitante clásico en primavera y verano en el Cerro El Peñón. Su enorme tamaño, en comparación a los otros miembros de la familia Trochilidae, lo hacen fácilmente reconocible.

Este enorme picaflor, que mide entre 21 y 24 cm de largo, posee un vuelo visiblemente ondulante. Es de coloración verdosa por encima, llegando hasta la cola. Tiene una distintiva mancha blanca en la rabadilla. Posee una cola larga y ancha y un leve dimorfismo sexual, que se hace notar principalmente en las zonas inferiores; el macho es de color pardo por debajo, mientras que la hembra es gris, con un moteado negro en la garganta. Anida en ramas o arbustos grandes, donde coloca entre uno y dos huevos. Con su pico moderadamente largo se alimenta del néctar de flores (utilizando su lengua) y de insectos. En Chile es uno de los principales polinizadores de las flores del chagual (Puya chilensis). También se ha registrado la ingesta regular y deliberada de minerales ricos en calcio por parte de esta especie, posiblemente debido a que es un elemento escaso en su dieta nectarívora.

Este gigante colibrí, como todos los otros miembros de la familia Trochilidae, es una especie de gran importancia para la reproducción y, por efecto, existencia de la flora nativa, además de ser un depredador continuo de insectos. Las principales amenazas que enfrenta esta especie son la destrucción de su hábitat natural por deforestación, la captura para cautiverio, el cambio de uso de suelos, la persecución al visitar cultivos para alimentarse y la expansión urbana. Es por esto que, si se desea continuar observando a esta beneficiosa especie de manera habitual, se debe proteger los ecosistemas naturales que habita, impidiendo su destrucción para el desarrollo agrícola, urbano u de otro tipo, y creando planes de control adecuados para la captura ilegal de la especie.

Referencias: Araya & Millie, 1986; Estades, 2008; Iriarte et al., 2015; Jaramillo, 2015.

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