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Sephanoides sephanioides
Orden: Apodiformes | Familia: Trochilidae sePhanoides sePhanioides
Nombre(s) común(es):
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Oscar Fuentes Mardones
Estado de Conservación: Preocupación Menor (LC) según la UICN. El picaflor chico, colibrí muy común de la zona centro y sur del país, se le puede observar volando ágilmente (y con el aleteo sumamente veloz característico de la familia Trochilidae) en busca del néctar de las flores de los múltiples aloes candelabro que hay por todo el recinto escolar y de algunas cactáceas en el Cerro El Peñón.
Esta pequeña ave de 9 a 11 cm de largo, es de color verde en toda la parte superior. Detrás del ojo se le puede observar una visible mancha blanca y posee un pico corto, sin curva. Desde su garganta grisácea clara hasta su vientre de mismo color posee múltiples manchas verdosas. En los flancos existe un tinte verde. Presenta dimorfismo sexual. Si el macho es observado de frente se le puede distinguir el característico parche rojo o bronce iridiscente de su corona. El macho es violento y territorial, expulsando a otros machos y otras aves intrusas, incluyendo a veces a grandes rapaces, como el tiuque o el águila. Es la hembra la encargada de la construcción del nido y cuidado de los polluelos, hecho común en la familia de los colibríes. Se alimenta de néctar y polen, con una preferencia por las flores de color rojo, como las del aloe candelabro (Aloe arborescens). Posee una muy buena memoria para recordar a qué flores ya les consumió el néctar y en cuáles este es más abundante.
Este nectarívoro, el cual se encuentra sólo en Chile y Argentina, es uno de los picaflores más comunes de nuestro país y, como el resto de los colibríes, posee un rol sumamente importante en la reproducción de especies vegetales nativas debido a la ornitofilia (polinización de flores por parte de las aves). Aunque no se encuentra en peligro crítico como sus primos, el picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis) y el picaflor de Arica (Eulidia yarrellii), si se puede ver amenazado por la destrucción y fragmentación de los ecosistemas silvestres que habita, como los bosques y zonas de matorral. Es por esto la importancia de la preservación de los hábitats naturales del colibrí chico, ya que para todas las conexiones simbióticas animal-planta (como la ornitofilia y la entomofilia), el cuidado de las especies vegetales con las que se interacciona y de los hábitats naturales donde se encuentran, es fundamental para la existencia tanto de la especie animal como la vegetal.
Referencias: Araya & Millie, 1986; Gónzalez & Vásquez, 2005; Altamarino et al., 2012; Mayorga, 2012; Iriarte et al., 2015; Jaramillo, 2015.
Tomás Román D.
