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MEDICINA FAMILIAR - GERIATRÍA

te, la calidad de los alimentos y el medioambiente en general.

Por lo mencionado arriba y aun cuando hoy en día se cree que la media de la longevidad humana en la antigüedad remota estaba por debajo de los 40 años, se piensa que ese clima pudo haber permitido longevidades no solo superiores a los 40 años, sino superiores también a las máximas y las medias del presente. De esta manera, los seres humanos no podrían haber desarrollado defensas fisiológicas, inmunológicas y genéticas, eficaces contra estos cambios y como consecuencia, las longevidades máximas y medias superiores deben haber disminuido significativamente con posterioridad. Dos tercios de personas de 60 años y más viven en países de bajos y de medianos ingresos, donde los desastres naturales son más recurrentes. Mientras el cambio climático afecta a todos, las evidencias muestran que las personas mayores son más vulnerables y están más expuestas a sufrir los efectos de temperaturas intensas teniendo un riesgo alto de mortalidad en climas extremos.

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Corren grandes riesgos debido a su fragilidad ante las enfermedades, a la reducida capacidad de movilidad y al estrés que generan las tensiones para acceder a la provisión de agua y comida, por ejemplo.

Los factores sociales y económicos también pueden incrementar la vulnerabilidad de algunas personas mayores. La combinación de problemas crónicos de salud, el aislamiento social y el limitado acceso a los servicios que, generalmente, se concentran alrededor de las personas mayores, pueden reducir su capacidad de hacer frente a los problemas.

La OPS reconoce que el cambio climático plantea riesgos significativos a la salud y el bienestar, y requiere de esfuerzos concertados de las autoridades de salud y otras partes interesadas para crear sistemas de salud resilientes al clima que puedan anticipar, preparar, prevenir, responder y recuperarse rápidamente de los riesgos climáticos.

La cooperación técnica se brinda a través de colaboraciones con los ministerios de salud y otras agencias gubernamentales, y de la red de creación de centros colaboradores de la OPS/OMS sobre cambio climático y salud, y colaboraciones con la sociedad civil y agencias regionales e internacionales.

Fortalecer la vigilancia nacional y regional para las alertas tempranas de enfermedades y condiciones sensibles al clima. Mejorar la infraestructura de salud: evaluar y transformarla para que sean seguras y operativas en eventos relacionados con el clima.

Proporcionar capacitación y sensibilización a través de talleres y cursos sobre cambio climático y salud. Crear alianzas para promover y medir las acciones de mitigación intersectoriales.

Empoderar a los representantes de salud: comprometer a la salud en las negociaciones sobre cambio climático y convocar reuniones técnicas y de alto nivel sobre salud y cambio climático.

Movilizar recursos sobre el cambio climático y la salud: establecimiento de una red de donantes y preparación de propuestas de financiación para la mitigación y adaptación en la salud a nivel regional y nacional. Actualmente estamos en todo el país con el problema de las crecidas de los ríos y la migración de las personas y sus familias a zonas más altas de las ciudades y los barrios. Esto ocasiona muchos inconvenientes de salud, ya que la movilización de los adultos mayores y sus comodidades en cuanto a servicios básicos se ven afectados.

Asimismo también la epidemia de chikungunya que nos afecta y que presenta cuadros más delicados en los mayores de 60 años, sumado a las otras virosis, todos ocasionados por alteraciones en el clima.

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