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PSICOLOGÍA CLÍNICA

Existen muchas razones. Una de ellas podría ser el estrés por el trabajo, por llegar a horario a reuniones o actividades, por las relaciones sociales y por otros eventos que pueden incrementar los químicos de la respuesta de lucha o huida. Esta respuesta es la manera normal que tiene el cuerpo para prepararse ante los desafíos del entorno.

Vayamos a una explicación alternativa más funcional a las interpretaciones erróneas que tenemos sobre los síntomas físicos.

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¿Por qué se me acelera el corazón?

La taquicardia o palpitaciones son desencadenadas por la presencia de un peligro real o imaginario. El corazón se acelera para enviar mayor cantidad de sangre a las zonas implicadas en la reacción de alarma y así prepararnos para el ataque o la huida. El pensamiento catastrófico en este caso podría ser: “Voy a morir”; “tengo un infarto”.

¿Puedo tener un infarto?

Las crisis de pánico no llevan a la persona a sufrir un ataque cardiaco.

Al realizarse un electrocardiograma se ve en su mayoría que tienen un EGG normal con un poco de taquicardia.

¿Podría asfixiarme en una crisis de pánico?

El ahogo o falta de aire es el resultado de un exceso de aire en los pulmones. La experiencia clínica muestra que nadie ha muerto de asfixia u ahogo durante una crisis de pánico; por el contrario, aumenta el oxígeno en la sangre como resultado de la hiperventilación. La respiración no es una función voluntaria, sino automática, es decir, la persona respira, piense o no en cómo hacerlo, incluso seguirá respirando aún dormido o inconsciente.

Tengo miedo de desmayarme. ¿Podría suceder?

La gente nunca se desmaya durante una crisis de pánico, porque la tensión arterial tiende a subir y no a bajar. La sensación de mareo es producto de la hiperventilación y de la tensión de las cervicales, por lo que disminuye el flujo de sangre a la cabeza.

¿A qué se debe el dolor en el pecho? La opresión torácica es el resultado de la tensión de los músculos intercostales, debido a la hiperventilación o a mantener los pulmones demasiado llenos de aire. Las contracturas cervicales o dorsales irradian el dolor en la zona.

¿Por qué siento que mis brazos y piernas están entumecidos?

Porque existe una mayor afluencia de sangre en los lugares que podrían ser necesarios dejando al resto del cuerpo con un menor riego. De este modo, si el peligro fuera real y la persona fuese herida, estaría menos propensa a desangrarse.

Siento náuseas y molestias abdominales, ¿a qué se deben?

Estos síntomas responden a efectos normales de la ansiedad en el sistema digestivo.

¿Por qué tengo temblores y pinchazos en el cuerpo?

Estos síntomas se deben al exceso de tensión muscular que se produce por estar en estado constante de alerta.

Ante las reiteradas crisis de pánico se produce un cambio en la conducta habitual. Cuando las crisis se repiten, la persona deja de actuar como antes, está hipervigilante, no descansa, pierde seguridad y comienza a evitar situaciones o lugares en los que tuvo ataques. La ansiedad hace que la persona se focalice en lo que le preocupa, produciendo esto aún mayor ansiedad.

Por ejemplo, si una persona teme a subir a un ascensor, su atención se focalizará en el movimiento cuando asciende y el ruido; entonces, sentirá una gran ansiedad. En el caso de los ataques de pánico, la atención se focaliza en las sensaciones físicas del cuerpo. La persona siente en su cuerpo la presencia de sensaciones físicas inusuales, las cuales no hubieran podido ser identificadas de otra forma. Así, la ansiedad acerca de tener ataques de pánico genera mayor atención hacia esos síntomas, como consecuentemente, la ansiedad ante los ataques de pánico genera más ansiedad y ataques de pánico.

En resumen, podemos concluir que el pánico está producido por la respuesta de lucha o huida, cuyo objetivo es evitar que el organismo sufra daños, esta respuesta está en todos los seres humanos y es normal, lo que hace que el pánico sea percibido como anormal es que se produce, generalmente, sin estímulos aparentes.

Esto hace que creamos que tenemos un problema grave, que puede afectar nuestra vida o nuestra salud mental, pero en realidad es solo la respuesta de lucha o huida, activada de manera automática. No nos puede matar, tampoco nos volveremos locos ni perderemos el control, solamente experimentaremos malestar por unos minutos (generalmente no mayor a 10 minutos).

*CIA, Alfredo (2007). “La ansiedad y sus trastornos”. Manual diagnóstico y terapéutico. Polemos. Bs. As. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Ballester y Botella (1997) Trastorno de pánico: evaluación y tratamiento. Martínez Roca. Barcelona.

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