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PASEO DE MONTEJO
por Mike Peniche García @mikepenichegarcia
l remate en realidad sería el inicio, pues teniendo en cuenta que la ciudad crece desde el centro, bien podríamos decir que es el área más pegada al primer cuadro. Hoy hay un parque, pero hasta hace poco más de 30 años, había una gasolinera que tenía unas columnas amarillas y adonde pasaba a cargar gasolina “Nova” con mi papá, Miguel Ángel Iván Peniche Pérez, después de concluir las “correrías” en el centro: normalmente íbamos a Seijo o a Hertz, lugares a los que llevaba tortas o algún postre para regalar a sus antiguos compañeros de trabajo, ya que laboró en dichas empresas por ahí de los años 70.
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Justo por esos años, donde hoy hay un banco, cruzando el Impala (de Chavo Escalante), estaba la Chevrolet de don Omar G. Díaz y Díaz, que se coronaba con el que hoy conocemos como “El Cohete” de Brisas, justo frente a la Hacienda Petcanché, que hoy pertenece a los descendientes de don Omar.
De Haciendas carecía Montejo, pero no de Quintas, y así como hasta hoy está la Montes Molina, también estaba la San Jacinto (hoy hotel Holiday Inn), en el patio de la cual construyó su casa “Don Rach Molina”, papá de los Molina Zaldívar; estos últimos fueron vecinos de las Cuevas Cámara, hijas de doña Chata Cámara, una de las más famosas banqueteras y reposteras yucatecas de la segunda mitad del siglo XX.

Junto con doña Margarita Zoreda de Castellanos, quien heredó el negocio a su hijo Pastor, dueño a fines de los 90 de un predio frente al Monumento de la Patria, cruzando el Colegio Teresiano, donde en miras a diversificar su negocio, instaló una rentadora de mobiliario “La Vajilla de Oro”. Años después, don Pastor, le dijo a su hijo Jonathan (Castellanos Vargas) “Ve qué haces con esto”. Y fue así que el nobel emprendedor creo Slavia —quien tuvo entre sus primeros clientes al desaparecido y muy querido Chino Sosa—, Tobago, Cúbaro y Deck (la idea inicial eran tortas para que desayunaran las mamás del Teresiano), convirtiéndose en uno de los primeros responsables del “Renacimiento” del Paseo de Montejo a principios del siglo XXI.
Otro responsable es Carol Kolosz Fischer, quien fundó el hotel boutique & restaurante Rosas & Xocolate uniendo dos casas que, como muchas, estaban cayéndose. El recinto se ha vuelto un ícono de la avenida que inició su desarrollo a fines del siglo XIX, en aras de convertirse en unos “Campos Eliseos”. Albergó durante muchos años residencias de los hacendados henequeneros y fue ampliándose poco a poco, podríamos decir que va a llegar hasta Progreso.

De donde era el tío Juventino García, papá de Arturo de Córdova (tío y primo de mi abuelo, Víctor García Morales), quien vivía donde primero fue el Deportivo Bancario y que actualmente alberga el primer Sanborns, que tuvimos en la ciudad, en 1995.
Tres años antes, en 1992, tuvimos el primer VIPS, ¿el responsable? Eduardo Gálvez y Pérez Aragón, quien vino desde Ciudad de México con su familia (esposa Claudia Landeta Alcalá e hijas Daniela, Camilia y Emilia) a montar un “restaurante de cadena” (así escuchaba que le llamaban los adultos en mi niñez), bastante moderno para empleados y clientes en esos años, ya que contaba con máquinas de lavaplatos, avisaban con un timbre que ya estaba lista la comida y además estaba todo alfombrado ¡Tremendas colas se hacían los primeros días! ¡Casi no se conocía el concepto de “Hostess”!
Igual que Subway y Dairy Queen, que abrieron a escasos metros en la misma plaza (Centro del Paseo, antigua casa de los Espinosa Castellanos, que después del Gilberto en 1988 tendría tremendos letreros que decían “Se regala escombro”) la citada época. Con la crisis del 94, muchos negocios de ese lugar cerraron en años posteriores. Hoy, entre lo que queda, está el Centro Cambiario Canto y la Universidad Aliat, uno de los primeros rascacielos pronosticado para ser eje de la modernidad en los 90, intentando ser sede del desaparecido GBM Atlántico, antes Banco del Atlántico “Todo un océano de posibilidades”.

ES UNA CIUDAD QUE ESTA CRECIENDO A UN RITMO ACELERADO, Y NO SE PUEDE
on la llegada de nuevos habitantes, llegan nuevos edificios, y sin querer poco a poco nos hemos convertido en una ciudad de altas bardas y pocos espacios públicos.
Entendiendo como espacio público todos los lugares de encuentro en los que se establece una forma de relación ciudadana y en los que se configura la propia cultura de la comunidad; sean estos pasarelas, jardines, plazas, vestíbulos, pórticos y espacios de transición. De modo que los espacios públicos van definiendo y creando la esencia de una ciudad, su carácter, se sentido de cultura y de comunidad.
Los arquitectos tenemos la capacidad de crear espacios que van mas allá del programa requerido, generando estas zonas de encuentro, donde los ciudadanos pueden caminar a gusto, compartir emociones, realizar diferentes actividades o, simplemente, convivir.
Se puede crear ciudad con cualquier edificio, desde una vivienda hasta una plaza comercial o edificio público, cuando se busca no sólo integrar el entorno al diseño arquitectónico, sino proyectar un espacio que enriquezca el panorama general y no sólo funcione para sí mismo.
Las ciudades más prósperas están regresando a los principios de calles peatonales, amplias banquetas, plazas publicas y espacios arbolados. ¿Por qué? Porque más del 80% de las personas quieren vivir en barrios, desarrollos, ciudades y/o pueblos caminables, pero solo un pequeño porcentaje tiene las cualidades adecuadas. Es responsabilidad de los arquitectos que nuestra ciudad recupere este aspecto fundamental de la vida pública.
Qué agradable es recorrer la ciudad y encontrarnos con casas sin bardas, edificios públicos que incluyen plazas para los ciudadanos, parques, banquetas anchas y con árboles que generan sombra; o hasta desarrollos bardeados pero que en su diseño buscan devolver algo a la ciudad creando alguna permeabilidad en el diseño de jardines y hasta en la selección de los materiales.
Es momento de abandonar el obsoleto y dañino concepto de que la ciudad la hacen solamente los urbanistas y entender que hacer ciudad les corresponde a todos los arquitectos en cada uno de sus proyectos por mas pequeños que estos parezcan.

