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Ventajas de contar con sistemas ISO, certificaciones oficiales, educación y mejora continua

Bien haríamos en estudiar y entender el cómo nace una empresa.

¿A quién se lo “ocurre” emprender tan arduo y escabroso camino?

¿Qué lo motiva a llevar a cabo dicho reto?

Las empresas están diseñadas para generar recursos y ganar dinero, sentencia añeja que, en su momento, proponía claramente estos dos fines, generar recursos y ganar dinero. Con objetividad y pragmatismo se debe reconocer que su fin primordial era y seguirá siendo el mismo. Sin embargo, los tiempos cambiaron.

La explosión demográfica a partir de los años 50 del siglo XX aumentó + 3 veces hasta este 2023.

De los 2,500 millones de personas poblando el planeta Tierra en el año 1950, pasamos a ser 8,000 millones. Las ciudades comenzaron a recibir a millones de personas provenientes del campo, ciudades pequeñas y poblaciones aledeñas, dado el crecimiento en empleos, servicios y mejor calidad de vida para la educación escolar y desarrollo personal.

Debido a este hecho de desarrollo industrial acelerado y postguerra, surge la necesidad de crear productos que satisfagan las necesidades de la creciente población mundial. Así, de manera formal o informal, las personas desean y se aventuran a crear las empresas, básicamente pasando por estas etapas:

• A alguién se le ocurre una idea, o sorpresivamente en el estudio de algo, encuentra otras cosas que lo animan a desarrollarlas, fabricarlas, distribuirlas y venderlas.

• Decide correr el riesgo de crear una empresa que opera y fun- ciona de forma empírica. Con bajos o nulos sistemas de control; más recomendaciones que certificaciones oficiales y lo peor, muy poca capacitación y educación de la mayoría de sus trabajadores.

• Aun así, se crearon millones de empleos funcionando con estas estructuras piramidales, donde el dueño era/es quien decide dónde, cómo y cuándo.

Como creador y dueño de una empresa es motivante el ser su líder. Aquilatar el crecimiento anual de su valor, de los activos, de los clientes y por qué no, de crecimientos mediante franquicias, distribuciones y también exportaciones, a pesar de funcionar de manera empírica, o con deficiencias en administración y calidad.

Pero…..

Llego la tecnología. El mundo se hizo más chico en términos empresariales; la humanidad fue y es testigo de los saltos cuánticos en sistemas de información, en equipos de transporte, movilidad individual, sistemas de producción, competencias por desempeño, crecimiento exponencial de competidores a nivel global, mayor oferta de materias primas diversas, mano de obra cada vez más capacitada, cada vez más especializada.

Esto da pie a que como empresarios, tenemos y debemos de hacer de nuestra persona, los colaboradores, los proveedores, los clientes y las partes interesadas, todo un ecosistema que esté laborando en un ambiente de sistemas de gestión de calidad internacio- nales, certificaciones oficiales, educación progresiva y mejora continua.

Sistemas de Gestión de Calidad Internacionales: Metodología que garantiza la eficiencia total dentro de la empresa, calidad en los productos y en la gestión, debidamente documentada en todas y cada una de las operaciones que permitan con toda seguridad ofertar nuestros productos o servicios a entidades/ empresas nacionales o internacionales, con trazabilidad, capacidad de reacción inmediata, mediciones constantes, correcciones. Para nuestros clientes, dichas políticas de sistemas de gestión les garantizan que sus productos adquiridos estarán en tiempo y forma y al 100% en cuanto a la calidad, en sus instalaciones de recepción.

Certificaciones:

Estos documentos son y cada vez serán más exigidos por nuestros clientes. El abuso de empresas, falta de honestidad y ética, han deteriorado el comercio a nivel global al ofertar productos sin control, sin la calidad requerida, a destiempo y sin garantía que los soporte. Hoy, por producto o por servicio, se debe de contar con la certificación oficial de un tercero, que avale la calidad, rendimiento, funcionalidad, ya sea de propiedades técnicas, físicas, climáticas o de cualquier índole de todos los productos que estén en el mercado.

Educación:

Desde el dueño, pasando por gerencias, mandos medios, fuerza productiva, logística y asistencia a la dirección, deben procurar la lectura de forma personal. Deben y pueden aplicar espacios de su tiempo en el cuidado de la salud, alimentación balanceada, tiempo para el YO y tiempo para la familia. En la empresa se debe de proveer de capacitación continua, ya sea desde terminar estudios truncos, cursos de manejo de sistemas computacionales, ventas, innovación, gerencias, recursos humanos y hasta culturales. Mejores personas hacen mejores empresas, mejores empresas hacen mejores personas.

Mejora continua:

Dice el dicho y dice bien: “lo que no se mide, no se mejora”, completamente cierto, pero ¿qué medimos? Puntualidad, limpieza, colaboración, participación, fraternidad, ética, honestidad. Y por el lado de la empresa, ventas, crecimiento, EBITDA, ROI, rentabilidad, eficiencia, mejores y nuevos productos, evaluación de proveedores, de clientes, de colaboradores.

Pues bien, bajo estas premisas, las empresas que implantan un sistema de gestión de calidad, las que se certifican, las que educan y por último tienen y dan a sus colaboradores la oportunidad de explorar la mejora continua, serán las empresas del futuro.

Por la ubicación de México, su bono demográfico y sus aún riquezas naturales, está señalado como uno de los países que recibirán mucha inversión extranjera de empresarios internacionales triple A. Debemos prepararnos y sí, a marchas forzadas.