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Entre dispositivos digitales migrantes se autocondenan al exilio
Por Bryan E. Rivera Villalobos
La época actual apela a discursos donde se propone la libertad de los seres humanos, sin embargo, cada vez es más notorio y evidente la reducción de ésta, así como el espionaje y el control, esto se acentúa cuando las élites políticas pretenden eliminar supuestas amenazas, tal es el caso del gobierno de los Estados Unidos de América contra los migrantes.
Donald Trump y Kristi Noem han rayado en lo absurdo, promoviendo una aplicación donde se propone que sean los propios migrantes quienes se denuncien a través de los propios dispositivos digitales, de tal forma que no sólo se señala y desprecia a los migrantes, ahora también se les proporcionan las armas para autocondenarse al exilio.
La aplicación Customs and Border Protection (CBP) había sido utilizada en el gobierno de Joe Biden como una forma de pedir asilo en Estados Unidos. Así se planteaba la posibilidad de tener un control sobre algunos migrantes, generando expedientes sobre las causas de migración o cuando menos, ese era el supuesto propósito de la aplicación; sin embargo, la actual administración de Trump señala modificaciones severas en cuanto al propósito de dicho software, pues se plantea que esta aplicación sirva como un medio para reportar a los inmigrantes documentados, pero la característica principal radica en que es el propio migrante quien se reporta con el gobierno.
La aplicación ha venido acompañada con mensajes amenazantes por parte de la secretaria Kristi Noem, donde en algunos canales de la televisión mexicana, así como en la plataforma de YouTube señala que es mejor la autodeportación, pues a quienes entren en territorio estadounidense de manera ilegal se les va a perseguir y a capturar. A la par debe recordarse que la secretaria de seguridad tuvo acercamientos, así como supuestos tratos con Nayim Bukele, ello con el fin de ordenar el encierro en la prisión de máxima seguridad de personas catalogadas como delincuentes, por tanto, las amenazas por parte de Noem se acentúan.
Las modificaciones de la CBP y las amenazas de Noem escalan a una persecución masiva, la cual no se remite a migrantes ilegales, sino también a quienes en algún momento pudieron conseguir asilo, además, utilizar la aplicación implica ceder una serie de derechos e información al gobierno de estados Unidos, dejando expuesta la seguridad de quienes en la administración pasada la había descargado con el fin de buscar legalidad como migrantes. La preocupación por el espionaje, la pérdida de información y la persecución no puede reducirse a esta aplicación, pues claramente las herramientas digitales como son los teléfonos celulares, tabletas electrónicas, computadoras, entre otras, almacenan información a través de diferentes servidores y softwares, misma que en algún momento puede ser vendida o romper los candados de seguridad a través de medidas ilegales, de tal forma que se genere un dispositivo[1] de poder, de vigilancia.
Existe la posibilidad de plantear que la aplicación puede ser benéfica en cuanto los migrantes se vean en condiciones de miseria, pobreza, situación de calle o peligro físico por parte de grupos criminales. Sin embargo no debe olvidarse que la decisión de migrar es precisamente porque las condiciones del país de origen han sido poco favorables y los migrantes ya se han enfrentado con estos elementos, además, nadie les asegura que los tratos por parte de las autoridades estadounidenses serán justos o dignos; tampoco se tiene la certeza de no ser encarcelados, sin duda alguna esta aplicación no resuelve problemas, sólo acentúa la preocupación, la persecución, el exterminio y la incertidumbre.
¿Qué hacer para resistir los embates del gobierno estadounidense, que no sólo propone aranceles como forma de castigo para tratar de frenar los flujos migratorios, sino que ahora construye vínculos para encarcelar personas y emplea mecanismos de persecución, acoso y formas de autocondena a través de dispositivos digitales?
La pregunta es extensa, así como compleja, dejando sin respuesta sobre el curso de acción de los migrantes, quedando a la expectativa de las reacciones de organismos internacionales que actúen para frenar los disparates de Trump. Sin embargo, las pronunciaciones son inexistentes. Hay que considerar que el resto de las naciones tampoco se han pronunciado en razón de desarrollar mecanismos para resolver sus crisis económicas, mismas que propician la migración, menos para generar planes de acción para una repatriación. De esta manera el desinterés por los segregados es evidente, lacerante y descarnado.
Bryan Eduardo Rivera Villalobos: Profesor Universitario maestrante en Gestión y Políticas Metropolitanas en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Investigador social de laceraciones sociales e idealidad económica, además de la construcción de paralelismos políticos e ideológicos y de dispositivos digitales como sujeción cultural en los jóvenes del siglo XXI.
[1] Entendido en términos del filósofo francés M. Foucault.