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En la elección judicial dejan a 'Héroes Paisanos' sin voz, ni voto
Por Mtra. Andrea María Guzmán Mauleón
En tiempos donde el discurso democrático se pronuncia con estridencia desde las altas esferas del poder, resulta doloroso constatar que millones de mexicanas y mexicanos que viven fuera del país han sido excluidos de una de las decisiones más relevantes para el Estado de Derecho: la elección de jueces y magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Al respecto, tuve la oportunidad de conversar con Efraín Jiménez Muñoz, coordinador del Colectivo de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Migrantes (COLEFOM) la que alberga aproximadamente a cien organizaciones mexicanas en el extranjero.
Durante nuestra plática lo dijo con claridad: “Fue un grave error. El INE nos dejó fuera. Es un hecho inédito, porque por primera vez en la historia de México podríamos elegir a quienes nos juzgarán, pero no se nos permitió participar”.
El proceso de elección judicial anunciado para junio, que promete ser “histórico” en el discurso oficial, no contempla la participación mexicanos residentes en el extranjero.
Ahora bien, como señaló Jiménez, estos ciudadanos no están exentos de las consecuencias de las decisiones judiciales que se toman en México.
“En cuanto piso suelo mexicano, quedo sujeto a la jurisdicción del país. ¿Cómo no voy a tener derecho a decidir quiénes impartirán justicia?”, cuestionó.
La exclusión no fue producto de una mala intención, aclara el líder migrante. Más bien, fue consecuencia de una falta de previsión, voluntad política y presupuesto.
“Nos reunimos con la presidenta del Instituto nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei. Fue empática, sí, pero dejó claro que era inviable por cuestiones logísticas y presupuestales. Organizar este proceso ya era un reto dentro del país, mucho más en el extranjero”, relató Jiménez.
Ahora bien, esta situación no se trataba sólo de logística. Se trataba de dignidad democrática. Los migrantes mexicanos —con 63 mil millones de dólares en remesas anuales, de las cuales al menos el 16% se queda en las arcas del Estado Mexicano a través de Impuesto al Valor Agregado (IVA)— contribuyen como pocos al sostenimiento del país.
El coordinador de COLEFOM abrió el panorama porque mucho se habla de las remesas, pero lo que no se percibe es el tema de los impuestos:
“Pagamos impuestos en México y en Estados Unidos. Mi familia está allá (en Estados Unidos) pero mi madre y mis hermanos están aquí (en México). Soy ciudadano binacional, con todo lo que eso implica. Tengo derecho a opinar sobre el destino de mis dos naciones”.
La frustración entre las comunidades migrantes es evidente. No sólo han quedado fuera del proceso judicial, sino que también deben enfrentar el estigma de que su voz pesa menos.
Sin embargo, la voluntad de participar permanece firme. Lo sé porque le pregunté si había grupos de mexicanos residentes en el extranjero que estuvieran considerando venir a México a votar, a lo que me respondió:
“Sí, hay quienes van a viajar desde Estados Unidos para emitir un voto simbólico. No son multitudes, pero sí delegaciones lo suficientemente importantes como para decir: Nos importa el destino de México”.
Durante nuestra charla, el coordinador también enfatizó en la urgencia de planificar con anticipación para que en futuros procesos electorales se incluya a la diáspora.
“Ya estamos trabajando para que el presupuesto del INE en el 2027 contemple el voto de mexicanos en el extranjero. No podemos seguir improvisando. Hay que planificar desde ya cómo garantizar una participación real, no simbólica”.
COLEFOM ha buscado todas las vías institucionales posibles. Ha tenido acercamientos con diputadas y diputados, incluidos aliados estratégicos en diferentes partidos políticos.
Ejemplo de ellos es el reciente encuentro en la Honorable Cámara de Diputados al que acudieron más de 60 líderes migrantes de 30 ciudades de Estados Unidos de América, quienes presentaron propuestas formales también en el Senado de la República.
Lo más importante es el hecho de que la participación política de los migrantes no es eventual, sino estructural, como me lo compartió el representante de COLEFOM.
En esta entrevista, aproveché para hablar sobre el hecho histórico de que la actual Legislatura en la Cámara de Diputados haya colocado en letras de oro, en el Muro de Honor, el texto “A la comunidad mexicana migrante”, sobre lo cual el coordinador me comentó que, en su momento, la ex Diputada Federal Migrante María Elena Serrano Maldonado inscribió una iniciativa al respecto, la cual fue consensuada con COLEFOM: “Nos consultaron y sugerimos ese texto porque es incluyente en términos de género y porque reafirma nuestra identidad: Somos mexicanas y mexicanos antes que migrantes”.
Pero mientras las organizaciones luchan por hacerse escuchar con argumentos y respeto institucional, el gobierno federal ha optado por una estrategia de promoción que raya en el espectáculo. Prueba de ello es el uso del Buque Escuela Cuauhtémoc para promover la llamada elección judicial.
El navío, orgullo de la Secretaría de Marina de México, fue utilizado para la grabación de videos promocionales sobre la elección del Poder Judicial en Nueva York, donde protagonizó un aparatoso accidente al impactarse con el puente de Brooklyn.
Las imágenes y videos del incidente no tardaron en viralizarse en redes sociales, provocando burlas, indignación y una fuerte crítica al uso de símbolos patrios para fines propagandísticos. Para muchos, el episodio refleja el desvío de prioridades en el discurso democrático del gobierno actual.
Mientras tanto, las y los migrantes seguirán insistiendo: la patria no termina en sus fronteras, y la democracia tampoco debería.
Andrea María Guzmán Mauleón es Maestra en Dirección de la Comunicación y Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Con más de 9 años de experiencia en Igualdad de Género dentro de la Administración Pública. Asesora Legislativa en Cámara de Diputados.