. Anunciar a Jesucristo a los pobres en el marco ...
cultivar el sentimiento religioso, que llevar a los hombres a la obediencia de la fe. Cierto, no debe contraponerse los procesos a los eventos, pero sí debe darse una clara prioridad a los procesos. En la vida y acción del primero de los evangelizadores, Jesucristo, vemos cómo dio la prioridad a la formación de los apóstoles. Dedicó mucho tiempo a explicarles los misterios del reino de Dios. Con paciencia los formó para que comprendieran su Pascua, aunque no lo consiguiera en un primer momento. Eso no le impedía de atender a las muchedumbres. Pero vemos cómo en la intimidad y el diálogo iba preparando a los discípulos para la fe madura. No podemos olvidarlo: el proceso es lento, discreto y progresivo. Jesús resucitado prosiguió el proceso con sus discípulos. Fue a buscarlos por los caminos; «se les apareció durante cuarenta días y les habló del reino de Dios» (cf. Hch 1, 3). Por último derramó sobre ellos el Espíritu de la verdad para conducirlos hacia la fe madura y darles la necesaria fortaleza para que testimoniarán de él ante los tribunales, las plazas públicas y la intimidad de las casas. Las cartas de Pablo nos recuerdan con qué
Antonio Bravo
mimo el apóstol cuidaba los procesos de personas y comunidades.
Los programas pastorales para llevar adelante la nueva evangelización son indispensables; pero mi convicción profunda es esta: La nueva evangelización será fecunda en la medida que nazca de la contemplación, discernimiento y adoración de la presencia de Dios en la historia. Jesús no fue un activista que impusiera a los demás un programa que se hubiera dado a él mismo. Su alimento era hacer la voluntad del Padre y llevar a cabo su obra (cf. Jn 4, 34). Nada podía hacer ni decir si antes no lo había visto y oído del Padre (cf. Jn 5, 19; 8, 26). Por eso trabajaba Jesús siempre en comunión con el Padre: quien lo ve, ve al Padre, quien lo oye, oye al Padre, quien lo recibe, recibe al Padre. Pues bien, esto mismo debe realizarse en los discípulos con relación a Jesús, si evangelizan en el Espíritu Santo. De esta forma la nueva evangelización será expresión de la novedad del Evangelio de Dios. Antonio Bravo
Sacerdote del Prado de Madrid
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