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"NO TENGAS DEPRESIÓN"
from Libro Depresión
by Rosa Aguilar
- EL TESTIMONIO DE MONTSE
Sufrir sola Superarlo en silencio
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Algo parecido a lo que dijo, supuestamente, Virginia Woolf y esa sería mi situación actual, porque una depresión es una enfermedad invisible y estigmatizada, de la que no se puede hablar, que debe permanecer en el anonim t no se note Aunque puedas permitirte ayuda profesional, un lujo para muchos, se sufre en soledad y silenci

La primera vez que dije no tengo ganas de salir y, para disimular, insinué un medio estado griposo, no pasó tercera vez que me quedé en casa ya fui castigada con un si te aislas, aún estarás más sola Y cuando, con de la confianza y la sinceridad de la amistad, me atreví a decir que estaba deprimida y no tenía ganas de n también llegaron esas palabras tan habituales entre las personas que desconocen esta situación: no tienes quejarte/yo también tengo problemas/Fulanita tiene cáncer Y entonces sí, llegó el aislamiento y superarlo s silencio
Cierto, no tengo (casi) de qué quejarme, tengo trabajo, vivienda y salud, pero siento que no tengo motivos p levantarme ningún día, sólo obligaciones, y tengo que rebuscar en esa cotidianidad diaria algo que me anime a salir de la cama Porque yo sólo deseo dormir, dormir y dormir Cuando duermo no soy consciente de la vida y con descansar y recuperar algo de fuerzas para continuar con la batalla En realidad, me gustaría dormir para sie no despertar nunca más Los fines de semana son terribles y, a menudo, paso horas tumbada en el sofá, mir techo o intentando desconectar durmiendo Es tristeza infinita, un lamento mudo que nadie escucha







No puedo quejarme, ni insinuar mi malestar Y como sigo, de cara al exterior, con una vida normal, aún es má de comprender y se insinúa sólo desgana, o enfado, o lo que sea Las amistades, las que aún aguantan, se mantienen a una distancia prudente Están ahí, sí, pero no puedo molestar demasiado A veces sólo necesito compañía para un café o un cine, pero nadie se ofrece a estar conmigo un rato y casi nunca cuento con ellas momentos más duros (bueno, los momentos más duros los paso en casa, que es cuando puedo relajarme y d la depresión se manifieste en todo su esplendor) No comprenden nada Otras amistades han resultado ser u engaño, un gran engaño y ni rasto de ellas Y otras, se han alejado tanto que ya no volverán Ya no uso la pa amistad Ya no confío Ya no creo en nada ni en nadie ier circunstancia adversa se convierte en una montaña en el camino. Otro obstáculo más a superar, in sentido y sin esperanza. También, en este estado de fragilidad emocional, todo lo malo se magnif cada vez es mayor. Todo va mal. No hay salida. No hay esperanza. mitir también que, en mi caso, tengo días buenos, diría que hasta gloriosos y me agarro a un clavo a si eso significa algo de luz o la oportunidad de reír Sí, procuro reír siempre que tengo opción, para compensa lágrimas que derramo en la intimidad Como siempre le digo a la psicóloga, mi instinto de supervivencia es m fuerte, está muy desarrollado y, a veces, no parezco enferma A veces Y despisto a la gente “¿Estás deprim ¡Anda ya! Si estás orga biertas del upe fuerte y que aún me em


Y sí, voy a trabajar y sigo con las clases de inglés. No puedo permitirme una baja y en las clases, a pesar de relajo y hasta consigo reir! Eso sí, empieza a preocuparme mi desinterés por aquellas actividades que me gu hasta hace unos meses. Este año no he ido al Saló del Còmic. Tampoco fui a la Calçotada Friki (no he faltad la 1ª, en 2010). No fui a Naukas el año pasado… Y así podría enumerar unas cuantas actividades más. Por a música es lo único que aún me emociona, pero tendré que renunciar, casi, a ella por temas económicos (¡ser tener gustos de burguesa es duro!) Consigo, con cierto esfuerzo, centrarme en la lectura, o disfrutar de nuevo contenidos en la TV. Pero cansa. Siempre estoy cansada. ción absoluta está a la vuelta de la esquina. Esta lucha por seguir la vida agota y las pequeñas victor san, la mayoría de veces, el esfuerzo vital que supone seguir adelante. Las alegrías son tan fugaces, que uminan un segundo el pozo en el que me encuentro. Y, peor aún, para evitar ese desasosiego después del endo a evitar esos momentos y sufrir lo menos posible después. Ya tengo suficiente con mi mente, q ndo duermo, y mis intentos frustrados de encontrarme en ese inmenso vacío que ahora me rodea. E n que nadie entiende: estar perdida y no saber bien bien la razón.



No sé si voy a salir de ora mismo ni la que exista Pero toca s cer más Montse Sancas