TORMENTA PACÍFICA En una de las mayores fortalezas de la
Hizo un pacto con estos hombres: "Os rue-
tierra, la grande y rica ciudad de Jericó,
go, ahora, que me juréis por Jehová, que
vivía una mujer ramera que tenía su casa
como os he hecho misericordia con voso-
junto a las grandes murallas que protegían
tros, así la haréis vosotros con la casa de mi
la ciudad. Aquella mujer era Rahab,
padre, de lo cual me daréis una señal se-
"tormenta", cuya belleza deslumbraba a
gura".
quienes la veían; su oficio le permitió cono-
Un cordón de grana atado en su ventana,
cer detalladamente las hazañas y el poder
toda su familia dentro de su casa y el reco-
del Dios de Israel. Declaró: "oyendo esto,
nocimiento de las señales de Dios, fueron
ha desfallecido nuestro corazón; no ha
su salvación mientras Jericó era destruida.
quedado más aliento en hombre alguno
por causa de vosotros, porque Jehová vuestros Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra" . Un día recibió una inesperada visita. Dos hombres israelitas llegaron a la ciudad, eran espías que fueron enviados a reconocer la tierra. Inmediatamente "el rey envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, pero ella los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado".
"Cuando la luz del verdadero Dios iluminó su corazón, esta se arrepintió y echó su suerte con el pueblo de Dios". Vivió el resto de su vida entre el pueblo de Israel, y se casó con Salmón, príncipe de Judá, siendo su hijo Booz esposo de Rut y bisabuela del rey David, su nombre aparece en la línea ascendente del Salvador co-
mo prueba que Dios no hace acepción de personas. (Apartes del libro de Josué)
DINA PARRA Colombia