Revista Tzintzun N.3

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Fotografía: Nataly Materón Lasso.

Mi imaginación me hace humana y, me hace ignorante; me da todo un mundo, y hace que me exilie de este. Ursula K. Le Guin


14 de abril El diagnóstico dice: depresión severa y comienza con un servicio gratuito para comunicarse con la línea de emergencia, claro, eso hará que me sienta más repugnante con mis ideas vagas. A mí me parece trivial ese resultado, más vago me parece el impulso para tomar la consulta y ridícula la advertencia de un suicidio. Yo ya lo sé, sé que me siento muy mal, sé que me detesto en los días en que no estoy maquillada, ni bien vestida, ni bien escrita, ni bien leída, ni bien pintada, ni bien imaginada, ni bien nada. Yo sé que las cortadas en mis muslos son totalmente voluntarias y que a veces no parece tan mala la idea de volver a pasar sobre ellas. Me agarro la cabeza y lloro entre mis codos. Trato de taparme la boca mientras lloro en las noches porque no me gustan los espectáculos ni las atenciones. No es fácil irse a dormir deseando perder el tren que conduce a un nuevo despertar, porque el día que ha pasado ha sido una mierda y despertar a la mañana siguiente es una oportunidad para que todo vuelva a salir fatal.

Me quedo dormida con la imagen de él en la mente y con lágrimas cubriendo mis ojos. Me despierto un poco optimista y pienso que realmente puede no ser tan malo, pero marcan las cuatro de la veinte, un beso corrido, una mala y decepcionada mirada, una puerta abierta y luego una puerta cerrada. Todo se ha ido al carajo de nuevo y me pregunto ¿Valió la pena este día? Y no, no lo vale, pero tampoco quiero suicidarme, el diagnóstico no me dirá lo que yo deba hacer, solo me queda esperar a que esta noche yo no llore mucho, no despierte tan tarde y pueda fingir sonreír todo el día y sonreír de verdad unas pocas veces. Uno quiere olvidar, pero esas cosas se pegan en las noches, se pegan en los sueños, uno quiere olvidar esa maldita sonrisa y se atraviesa frente a la luna, entre la brisa de los árboles; uno quiere olvidar los tatuajes, pero en el fondo, parece que también estuvieran en mi piel… ¿Me acordaré de todo este mal viaje en un próximo amanecer dentro de unos años? Ojalá que no.

Amarilla Martínez Colombia


DIRECTORA: Anid Jocabed Martinez DIRECCIÓN EDITORIAL: Ediciones TZINTZUN. COORDINADORA DE PUBLICACIONES: Diana Valentina Pazmiño SECRETARIA ADMINISTRATIVA: DinaParra COMITÉ EDITORIAL: Anid Martínez Valentina Pazmiño Ilda Baoth Aurora Viterbo ASESORÍA Y CORRECCIÓN: Ilda Baoth PÁGINA WEB Y REDES SOCIALES: Karina Castillo Stefania Osorio DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Anid Martinez ASESORÍA DE DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Shara Bueno MAYO-JUNIO 2020 REVISTA BIMESTRAL NÚMERO 3 CALARCÁ - QUINDÍO, COL. IMPRESIÓN: LITO SKRYBE

revistatzintzun@gmail.com Revista Tzintzun @tzintzunrevista 3208489780 - 3134113378 ISSN: 2745-0643

CONTENIDO 14 DE ABRIL…………………………………Pág. 3 Amarilla Martínez EDITORIAL……………………………...……Pág. 5 DANZA DE BRUJAS …………………..…...Pág. 6 Johanna Ramírez Arismendi RESEÑA MUERTE EN VENECIA………..….Pág. 8 Lina Olaya S. ME GUSTAS TANTO……………..………...Pág. 9 Yayis Rojas LOS FAROLES……………………..………..Pág. 10 LA MIRADA DE TUS OJOS Geraldine Ramírez AL CERRAR LOS OJOS………..………….Pág. 11 Vanessa Ramírez C. UNA ABEJA SABIA E INFLUYENTE..……...Pág. 12 Dina Parra LA GRATITUD………………………......…..Pág. 13 Cristel Rocío JOVEN EMPRENDEDORA………….…….Pág. 14 Sara Cristina Menéndez C. PERDÓN…………………….……………...Pág. 16 LUNARTES……………….………………….Pág. 17 Sara Mariane Herrera González ENTREVISTA A LILIÁN ZULIMA G…...…....Pág. 18 Anid Martinez PASTEL DE CEREZA………………..……....Pág. 20 Vanessa Ramírez C.


EDITORIAL Para nosotras es un motivo de gratitud y gozo, presentar el tercer número de esta revista, en la que el lector hallará diferentes pensamientos y maneras de ver la vida. La mezcla de fragancias crea un perfume único. Mujeres mágicas han dejado su huella en ella, y cada una de ellas logra darnos a conocer un pigmento diferente que hasta entonces creíamos inexistente. Los objetivos sólo se cumplen si luchamos por ellos, esta publicación es el resultado de esa lucha. Aquí resuena la voz de muchas mujeres que hemos unido fuerzas por una misma causa, aportando sus textos, ilustraciones, trabajos o tiempo. Cada una de ellas ha sido vital para la realización de este número, desde la dirección nos sentimos orgullosas de este trabajo en equipo y estamos muy agradecidas con cada una de ellas. A lo largo de este tiempo, el mundo en general ha enfrentado distintas situaciones, no obstante, nuestra idea es avanzar pese al sin fin de dificultades que se hallan en el camino. Y esto es posible gracias a cada mujer que colaboró con nosotras y a cada lector que se toma el tiempo para obtener, leer y estudiar esta publicación. A nuestros apreciados lectores, solo les podemos decir que esta publicación es de ustedes y que la vivan a medida que pasan sus páginas. A cada una de nuestras colaboradoras, nuestra gratitud y pasión por el arte. A cada mujer que habita nuestro planeta, la invitamos a que sueñe, a que viva, a que siga creando. A que sea y brille infinitamente. A. J.

A veces pienso cómo aún en medio de la miseria sacamos nuestro lado más hermoso. La tristeza emerge cuando pensamos en qué momento se tornó el mundo tan vacío y tan distante, tanto que ni siquiera podemos mirar al otro para decirle un simple buenos días. Sabrá Dios cuándo la muchedumbre… Nosotros, sí, la muchedumbre mirará al cielo y verá que somos tan fuertes y vibrantes como el sol a las 10am, en medio de la fila de la EPS. Esa que hacemos con la esperanza de una cita médica que, tal vez, cuando llegue, sea tarde. Pero como lo mencioné antes, a pesar de tanta miseria a la que nos han sumido o nos hemos sumido, creo firmemente que mañana al llegar a la fila del banco a pagar la cuota del televisor que saqué a un crédito de 3 años hace un mes, la persona de adelante responderá a mi saludo y me sonreirá, mientras que la persona de atrás, también me saludará. El vigilante sonreirá, y la enfermera que me dará la cita, será tan amable que será imposible enojarme con ella cuando diga que mi cita, será para dentro de 6 meses… “tal vez ese día mi muela aún pueda sobrevivir”. Gracias, diré. Llegaré a mi casa, me sentaré en mi mesa, charlaré con mis abuelos, reiré con mi hermana y nos servirán ese delicioso jugo rojo, que no sé al final qué sabor tiene, ¿fresa? Perfecto para este calor a las 4 de la tarde, que me hace olvidar de la miseria por un instante. D. V.


DANZA D Me entrego a la contemplación de la geografía corporal, al frenesí de la desnudez femenina. El cuerpo de la mujer es un templo sagrado, un laberinto sin salida para mí. Es el cuerpo el lenguaje de las emociones, lugar donde guardamos nuestros secretos. Los sentimientos nacen en la carne. Una dama frente a mis ojos danza, sus movimientos son como la brisa, liviana, volátil, etérea. La observo desnudarse frente a mí, danzando, elástica, transgresora, creativa; su sensualidad me hipnotiza. Vuela con ese poder cautivante de un espíritu libre. La observo, es una diosa que se deja seducir por el ritmo, usa la melodía para hacerse fuego, se mueve al compás del viento. La observo en silencio, danzando también, a una distancia que me permita deleitarme; ella radiante, sonríe al percatarse de mi mirada. El fuego que guarda en sus ojos podría encender toda una ciudad. Nos miramos, generando una complicidad entre el silencio de mis pupilas y las suyas, entre las gaitas, tambores y el movimiento de nuestros cuerpos. ¡Somos una manada! ¡Somos una manada! Se escuchan las voces, los cantos cada vez más fuerte de 20 mujeres unidas, danzando a la luna, desnudas, entregadas a la magia de la música, de los cuerpos femeninos. Rendimos tributo a la luna llena, desnudándonos de temor, de vergüenza, de toda culpa. No existe la competencia entre nosotras, ninguna se fija con envidia o recelo en el cuerpo de la otra. Nos despojamos de nuestras ropas, como de nuestros miedos, lanzando el ego al aire. Las gaitas y tambores animan la velada, los cantos de las chicas a mi alrededor son aullidos que

liberan tensiones. Somos el grito de aquellas que aún permanecen en silencio. Celebramos sentirnos libres de toda atadura. Somos un círculo de brujas en aquelarre, danzando desnudas alrededor del fuego. Fui invitada al temazcal esta noche de luna llena por aquella dama alquimista que también me observa. - Te llevaré a un lugar paradisíaco – Me dijo, mientras sonreía. Y es verdad, estoy en el paraíso, me siento libre con ella, volamos juntas con la música, somos aves danzando alrededor de una fogata que ruge. - ¿A dónde me llevas? – Le pregunté de camino - El temazcal es una ceremonia ancestral. – Respondió ella - Un sauna hecho en madera o barro, especialmente en un hueco en la tierra, debe ser completamente cerrado y oscuro, dentro arden piedras gigantes que provee la montaña y las llamamos abuelitas. Estas permiten el baño de vapor con hierbas medicinales que purifican el cuerpo, la mente y el alma. No existe otro lugar en el que desee estar en esta noche de luna llena. La luna nos ilumina, al tiempo que regula nuestras emociones. En medio de tantas mujeres, solo una roba toda mi atención. La leo con los ojos, con mis oídos, con mi anatomía, su piel es una galaxia donde titilan millones de estrellas. Ella vuela, asciende, asciende, sus movimientos son como las hojas que se dejan llevar por el aire. La abuela, la sabia, tomó la vocería y anunció la entrada al sauna. – El temazcal de esta noche es especial. – Afirmó. Rendimos tributo a la luna llena y con ello cerramos ciclos. Limpiaremos nuestra piel, exfo-


DE BRUJAS liaremos con chocolate nuestros cuerpos, para que el baño de luna sea aún más fructífero para cada una de ustedes. Para las que no saben, el temazcal es el vientre de la madre tierra. Volverán a gestarse desde lo espiritual, se fortalecerán, se renovarán, liberándose de todos los miedos y energías negativas que contengan sus cuerpos, purificando sus mentes y espíritus. Sentirán la unidad de su ser. Ella, la mujer alquimista toma mi mano y entramos juntas al sauna, puedo sentir sus dedos ardiendo en mi piel, toma el chocolate con ambas manos y las desliza con suavidad por mi cuello, muy lento, cerca, muy cerca la una de la otra, la respiro como quien encuentra oxígeno después de estar bajo el agua; inhalo el perfume de su cuerpo, el olor a flores que emana su piel, escucho su respiración agitarse, me acerco a su rostro para beber su aliento, la siento temblar a milímetros de mi boca. Leo con la yema de mis dedos su piel erizada, su piel de braille, me la aprendo de memoria para no olvidarla; inhalo su aroma y exhalo poesía. Aquí bailando en la oscuridad no existe nadie más. Alteraste mi torrente sanguíneo con tu presencia misteriosa. Me invitaste a danzarle a la luna, ahora yo quiero invitarte a que bailes en mi mente, deseo tu cuerpo tanto, como tu alma. – Le susurré al oído mientras acaricio su espalda húmeda con la yema de mis dedos. ¡Blanca mujer! volamos con las manos encendidas. Capturas el latido de mi espíritu detienes el tiempo en este instante

con las palmas de tus manos con el roce tus dedos. Después de varias horas de cantos, de bailes, de masajes, de comunión, de aprendizaje, de disfrute, de placer infinito, todas las chicas salimos del sauna. Salimos del sauna y yo grito con júbilo:

¡He vuelto a nacer!

Johana Ramírez Arismendi

Colombia


RESEÑA

MUERTE EN VENECIA Bajo la concepción de que una obra literaria será aplaudida solo sí su autor guarda un parentesco y hasta identidad con la generación que lo lee, aparece el señor Gustavo Aschenbach. Él, un escritor de cincuenta y tantos, con una historia particular como la puede tener cualquiera, más allá de deleitarnos con ella, nos da pie para intuir un mensaje dirigido a los escritores. Todo comienza cuando el protagonista de la novela del señor Thomas Mann, está padeciendo una época de sinsabores en su vida, es por esto que con el afán de alivianarlo busca un destino exótico en los mapas, y se embarca una tarde a la gran ciudad que es Venecia. Instalado en el hotel Bader, decide en aquella su primera noche en el lugar, aguardar por la cena en el restaurante como lo hacen todos los demás visitantes. Es así, como entra en estado de contemplación cuando al mirar diagonalmente donde está ubicado, reposa lo que él en adelante considerará la figura emblemática de la belleza, y su mayor motivo para la escritura. Tadrio que está por los catorce años, con la piel blanca como el mármol y unos hermosos bucles negros que le llegan hasta la mitad de la espalda, llega a la vida de Aschenbach para sacudirla. Es así como empieza la osadía de desplegar en palabras el torbellino que lo rodea. Fueron cuatro semanas en las que Aschenbach vislumbraba a Tadrio; los paseos por las calles de Venecia, los baños de mar y los juegos inocentes del chico, despertaban en el escritor la idea que de antiguo se tenía de la belleza. Por aquellos días un olor invadió la ciudad, y se notaba que los propios hacían lo posible por no alarmar sobre cierto

tema a los forasteros. Fue un empleado inglés quien le dijo dijo a Aschenbach que se trataba de la peste y que debía salir de allí esa misma tarde, antes de que acordonaran, ¿qué valen el arte y la virtud ante la presencia del caos? Se interrogó. Ante esa sospecha, el hotel estaba quedando vacío, pero Tadrio seguía con su familia allí, y fue en uno de los paseos habituales que tomaba por Venecia, que se percató que Aschenbach lo seguía, pero no le dijo nada a nadie al respecto. Por ese entonces, nuestro escritor empezaba a sentir fiebre, le temblaban las piernas y padecía una sed interminable. Una mañana divisó un equipaje en la puerta del hotel, este pertenecía a Tadrio y su familia, Aschenbach caminó hacia el mar y el joven estaba contemplando la extensión de este. Desde lejos quiso que sus miradas se encontraran, pero esta le desfallecía, cayó. En el periódico después se leía “Aschenbach murió”. Mann en esta obra nos inmiscuye en el diario vivir de los escritores, en esa lucha que por su sensibilidad mantienen con el mundo, ya que en cúmulo de sentimientos y vivencias que los invaden, solo les queda el refugio de las palabras y las ideas.

Lina Olaya S. Colombia


Fotografía: Natalia Murillo.

ME GUSTAS TANTO Me gustas tanto que mi vida sin ti es una eternidad. Me gustas cuando pasas frente a mí. Me gustas tanto que cuando te veo me congelo. Me gustas porque eres valiente y guerrero. Me gustas tanto que hasta en las noches sueño contigo. Me gusta tu forma de ser. Me gustas tanto que sin ti me siento vacía. Me gustas porque eres único y tan bello como el atardecer.

Me gustas porque eres único como eres. Me gustas porque siempre me das tu amor. Me gustas porque cada vez que hablamos me haces sonreír. Me gustas porque eres como un atardecer que hace sonreír. Me gustas porque por primera vez me mostraste lo que es el verdadero amor.

Yayis Rojas Colombia 15 AÑOS


POE LOS FAROLES Los faroles son adornos hermosos tienen luces de diferentes colores, vemos luz del mundo y oscuridad. Esos colores irradian amor, sabiduría y conocimiento entero Dios nos ama, él creó la luz y la oscuridad, creó el cielo y la tierra.

Geraldine Ramírez Colombia

LA MIRADA DE TUS OJOS La mirada de tus ojos me revela luz y oscuridad, donde se ven reflejados las mentiras y el engaño. El desamor recibido es la realidad de tu mirada, te delataron, Dios sabe lo que es el amor. Cada vez comprendo que no me amaste lo suficiente, ni una sola mirada me diste nunca cruzaste miradas conmigo.

REVISTA T


ESÍA AL CERRAR LOS OJOS

El mundo es otro se mueven los molinos ante la ausencia del viento.

Vanessa Ramírez C. Colombia

Cerrando los ojos hay un misterio de letras que salen desbordadas y otras veces quietas o muy solas en el vacío. El parpadeo es recibido en los dedos que llevan varias pestes, en la palma el depredador de ellas. El depredador acosador nunca será el colega del mismo bando sino quien abandone la lectura.

TZINTZUN


UNA ABEJA SABIA E INFLUYENTE Débora, una mujer que en tiempos difíciles desempeñó varios cargos importantes e influyentes. Como gobernadora estaba al mando de toda Israel. Como juez “acostumbraba a sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Efraín subían a juicio con ella”. “El señor le comunicó su propósito de destruir a los enemigos de Israel, y le pidió que enviara a buscar a un hombre llamado Barac, de la tribu de Neftalí, y que le diera a conocer las instrucciones que había recibido. En consecuencia, lo mandó llamar y le indicó que reuniera diez mil hombres, de las tribus de Neftalí y Zabulón, y declarara la guerra a los ejércitos del rey Jabín”. La respuesta de Barac fue “si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.” Mostró su falta de fe; pidió la compañía, influencia y consejo de ella.

El canto de Débora realza los métodos de combate, “desde los cielos combatieron las estrellas; desde sus órbitas combatieron contra Sísara, El torrente de Quisón los arrastró, el antiguo torrente, el torrente de Quisón. Entonces resonaron los cascos de los caballos, por el continuo galope de sus corceles”. Como profetizó, la gloria y el honor fueron para una mujer: “¡Bendita entre las mujeres seas Jael, mujer de Heber el queneo. Sea bendita entre las mujeres que habitan en tiendas. El pidió agua, y ella le dio leche; en taza de nobles le sirvió nata. A los pies de ella se encorvó y cayó; quedó tendido. A los pies de ella se encorvó y cayó. Donde se encorvó, allí cayó extenuado”. “Fuerza y honor son sus vestiduras, y se ríe de lo porvenir”. Proverbios 23: 25 Débora significa abeja* Apartes tomados del libro de Jueces*

“Ella dijo: Iré contigo, mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendas, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes”. Así, la historia confirma que fue “Jael, mujer de Heber el queneo” quien con su amabilidad consiguió la victoria.

Dina Parra Colombia


LA GRATITUD En un pueblo no muy lejano vivía Sebastián con sus padres y hermanos, vivían cultivando la tierra y cuidando unas cuantas ovejas en una granja que había heredado de sus antepasados. Sebastián pasaba las horas pensando viajar por el mundo para estudiar y así ayudar a su familia y a sus vecinos y amigos. Como la escuela estaba lejana no podía estudiar y su mamá le enseñó a leer y a escribir. Sebastián leía, cuanto libro recibía y periódico que encontraba por ahí. Un día pasó el mercader y viendo la inteligencia del niño dijo a sus padres que lo dejaran ir con él para que le ayudara a cambio de unas monedas y mandarlo a la escuela un tiempo después Sebastián se convirtió en un hombre negocios y con frecuencia visitaba su familia y vecinos quienes llevan todos sus productos tales como alimentos y medicinas na-

con ayuda de algunos libros viejos que había ido recolectando a lo largo de sus viajes. Como ya contaba con un buen dinero entró a la universidad para estudiar medicina. Con el Fotografía: Natalia Murillo. tiempo Sebastián se convirtió en un famoso doctor que se caracterizaba por ayudar a los más necesitados. Un día se desató una pandemia y Sebastián fue llamado junto con otros colegas para desarrollar una vacuna para poder mitigar el dolor de su pueblo. Como Sebastián sabía que la naturaleza nos suministra todo lo que necesitamos desarrollar, inventó una vacuna natural que aunque no curó a los que ya lo padecían, sí ayudó a prevenir futuros contagios. Y fue así como Sebastián y sus colegas ayudaron a salvar muchas vidas.

Cristel Rocío Colombia 11 AÑOS


E M

J O

P R E N

V

D

E

D

N

E O R

A

Desde la calle, la risa de los niños golpea contra el vidrio de mis ventanas manchadas por el moho, la grasa y el polvo humedecido. Sus risas me recuerdan la infancia que alguna vez llegué a tener, y lo feliz que fui antes de que un cáncer se llevara la vida de mi madre. De ahí en adelante, mi padre se hizo alcohólico y olvidó que tenía una hija de 12 años a la cual debía amar y proteger. Entiendo bien su dolor, porque cuando ella se fue no quise hablar con nadie y abandoné los estudios casi por dos años. Los gritos y densos estados de ánimo de mi padre hicieron que, además de querer volver al colegio para no tener que soportar más sus gritos con olor a aguardiente, estuviera de acuerdo con que mi tía Rosalba – hermana menor de mi madre-se hiciera cargo de mi custodia. Tres años después de la muerte de mi madre, mi padre también abandonó su vida debido a una lucha imposible contra la cirrosis, y a causa de eso, los ahorros de la fiesta de mis 15 se invirtieron para cubrir los gastos del funeral. Recuerdo que su muerte no trajo en mí el manto de agonía que propició la muerte de mi madre, ya que, en lo que recuerdo, nunca recibí de él un alago ni un solo abrazo. Era de suponer que mi tía quisiera hacerse cargo de mí, ya que era el único recuerdo que le quedaba de su única hermana; sin embargo, pese a lo distintas que éramos mi tía y yo, había algo que nos hacía iguales y era el amor que sentíamos por mi madre. La risa de los niños esta vez se acerca tanto a las ventanas que logran escucharse detrás del cristal, así que interrumpo lo que hago y abro la ventana corrediza, para observarlos mientras espero a que hierva el agua que puse en la estufa. Intento no hacer ruido mientras abro la ventana, pero el óxido del travesaño genera un ruido estridente y agudo que llama la atención de todos los niños, e intento disimular no mirándolos para que sigan en su juego. Alcanzo a distinguir a tres niñas y dos niños que se divierten jugando a la Lleva. Me gusta creer que, después de que falleciera mi madre, tuvo la oportunidad de disfrutar como ellos el corto período de infancia que me quedaba, pero ni siquiera pude conseguir una amiga que quisie-


ra jugar a la Lleva o al Escondite conmigo. Mi padre espantaba a todas las amigas que llegué a llevar a mi casa y, cuando volvía al colegio ya no se sentaban a mi lado ni me buscaban en los descansos. A los 16 años salí a las calles a vender tintos y siento que desde entonces mi infancia salió volando a otra parte. Pronto perdería la virginidad con don José, el herrero del barrio, quien prometió que si me acostaba con él no necesitaría trabajar nunca más vendiendo tintos por el barrio. Definitivamente fui engañada por sus promesas, pero gracias a esa ocasión aprendí otro oficio que aumentaría notoriamente mis ganancias. Ahora la venta de tintos es solo una estrategia que me permite ofrecer mis otros servicios personales a una muchedumbre de clientes desesperados y hambrientos de carne joven. A veces pienso que, si mi madre nunca hubiera fallecido, hoy sería una talentosa ingeniera, una reconocida científica, una excelente abogada o hasta una famosísima cirujana. A diferencia de eso he acostumbrado mi vida a compartir mi cuerpo con hombres extraños y desagradables que emanan hedores fétidos como a sudor, a orina y a grasa. Mientras disimulo no prestar atención a los niños, desde dentro de la cocina mi tía dice que el agua está hirviendo, así que cierro la ventana, apago la estufa del agua y preparo el tinto que ofreceré por el centro de la ciudad, en búsqueda de nuevo personal interesado en mis servicios personales.

Sara Cristina Menéndez C.

Colombia

Agradecimientos a Marta Ponce por sus ilustraciones. Conoce su trabajo: www.martaponce.com Instagram: @martaponceilustracion


CUERPO DE MUJER PERDÓN Explicar con palabras de este mundo que partió de mí un barco llevándome -Alejandra Pizarnik.

Te desvaneces, niña utópica… perdiste al tiempo en la laberíntica soledad. Eres quien guarda las olas como un secreto amado. Inocente amapola, el sediento grito de tu nombre es la sirena obnubilada… ¡Perdónate! En el río brota la incertidumbre y yo necesito saber que te encuentras en los ojos de quienes te han mirado con dulzura. La severidad de otros cuerpos rompe cada rama del árbol que ya no eres. Extraña niña utópica, por favor, regresa.

Sara Mariane He

Colom


R, ALMA DE PAPEL

errera González

mbia

LUNARTES

El tiempo detiene su baile en la noche de labios indómitos que de los fugaces desencuentros nace. Como la nube que se busca en cada forma pide renacer del subsuelo lo que queda de los antiguos enamorados. Necesito saciar en tu mirada todas las desdichas consumidas por el viento intrínseco. Un bolero con sabor a estrellas nos susurra que perdernos entre el vuelo apresurado de las golondrinas es la única manera de vivir la utopía de tenernos.

Fotografía: Shara Bueno.

La luna anhela latir más lejos cuando tiene la suerte de tocar esa piel nocturna, despertando a Eros de su profundo sueño jadeante.


ENTREVISTA A LILIÁN Una de las poetas más consagradas en el departamento del Quindío es Lilián Zulima González Huertas. Su obra aunque no se compromete temáticamente con ninguna ideología en partícular, asume sin embargo actitudes solidarias con individuos del mundo urbano, quienes con sus vidas y dramas se convierten en elementos poéticos de su poesía. Cuando sale de estos límites, aborda también el encuentro filosófico y psicológico con diversas inquietudes del ser humano: amor, soledad y sueños. Se incluye un fragmento de la extensa entrevista con la poeta.

-¿Cuándo empezó a escribir poesía? -En la adolescencia, etapa crítica a nivel interior y que coincidió con un amor ya cultivado hacia la lectura. -¿Alguien de su familia la estimuló para que hiciera esto? -Indirectamente mis padres puesto que son grandes lectores y yo contaba con una biblioteca que abarcaba distintos tópicos. -¿Recuerda algunos de los primeros poemas que leyó en su niñez? -En la niñez leía prosa. Sin embargo, estaban naturalmente, Rafael Pombo y María Elena Walch. -¿Cómo trabaja sus textos literarios? -Los reviso continuamente pero llega un punto en que debo tomar distancia un tiempo porque puede ser desgastante. Soy impaciente y debo luchar con eso. -¿Qué necesita para escribir? -En esencia, sosiego físico y mental. También algo de música clásica. -¿Qué sentido tiene para usted escribir y leer poesía en este momento tan lleno de incertidumbres? -Todas las épocas históricas tienen ese componente. Quizá el sentido en todo caso, para mí, está dado en negarme al pragmatismo y la frivolidad.


N ZULIMA GONZÁLEZ -¿Algún escritor en particular ha influido en su escritura?

-¿Qué se le dificulta más al escribir un poema?

-En el primer libro, que no es pesimista sino que fotografía realidades, está el espíritu kafkiano. También el desasosiego de algunos poetas malditos. En el segundo que está ad portas de publicarse, no logro identificar una influencia particular. Es el resultado de la inmersión en distintos universos artísticos; no sólo literarios.

-La vida cotidiana que con su estrés no me ayuda

-¿Cómo define la poesía? -No admite definición; no para mí. Es más una experiencia visceral. -¿Hay que estudiar para ser poeta? -La respuesta depende de lo que se defina como poeta. Si se define como una persona que domine ciertos requerimientos formales o técnicos de la poesía, sí. Además deberá leer mucho para estar a tono con las exigencias contemporáneas, o para rebelarse contra estas según lo decida. Si se define al poeta como al ser con “vísceras”, no. Creo en todo caso en un justo equilibrio y en que el verdadero poeta debe serlo en un sentido integral. -¿Ayudan al desarrollo del poeta los talleres literarios? -La parte histórica y la reactualización son importantes. También percibir lo que hacen otras personas, poetas consagrados o no, son elementos y recursos valiosos.

-¿Qué diferencia a la mujer que escribe poesía del hombre que también lo hace? -Su naturaleza pero nada más. La poesía no tiene género. La naturaleza y experiencias específicas como la maternidad pueden variar la temática de su creación pero su creación, como expresión literaria no debe tener diferencias. -¿Qué poetas colombianas recomienda a los lectores de la revista Tzintzun? -Gloria María Bustamante y Marga López.

ENTREVISTA REALIZADA POR ANID JOCABED MARTINEZ PARRA, LA CUAL HACE PARTE DEL LIBRO INÉDITO ENTREVISTAS A ESCRITORAS QUINDIANAS.


PASTEL DE CEREZAS Ella leía pantallazos de un libro prestado. Solo la primera página, y percibió elementos que no imaginaba. Con obstinación, ese mundo que no es creado por ella la induce a pensar en un pastel de cerezas. ¿Pensó en el pastel completo o en una porción? ¿Quién conoce el tamaño de una divagación? Aquellas cerezas uno las puede comer, no por lo deliciosas, sino por lo novedosas. Y también recrearlas, color miel brillante, frente al nuevo vocablo no esperado pero grandioso. Así, toda creación enloquece al escritor y al lector. Ella sigue nostálgica por sentirse impotente para crear historias novedosas. Entrelaza sus manos. A tirones, arranca el fino cabello. La mano se pregunta: ¿por qué no lo escribí antes?

Vanessa Ramírez C. Colombia

Portada / contraportada: Marta Ponce (Barcelona) Sus ilustraciones han adornado diferentes publicaciones de relatos. Sus mujeres, poseen características que las hacen únicas, entre ellas suele haber elementos de la naturaleza, así como pequeños objetos. Esta ilustradora se caracteriza por crear cuadros plenos de color y vida, que trasladan al observador a otros ámbitos de la realidad y la imaginación.


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