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Parir en pandemia
La experiencia de 4 mujeres que trajeron al mundo a sus bebés en medio del confinamiento
Por: Katty Obaco y Joe Ordoñez Con dolores de parto subió las escaleras del hospital. No podía usar el ascensor, estaba ocupado para el traslado de los pacientes con covid-19. Era el 24 de abril de 2020, cuando el país vivía la etapa más cruel de la pandemia. “Yo gritaba, pero la enfermera me decía que debía esperar porque estaban desinfectando el quirófano”. El bebé no esperó. Lissette dio a luz normal a su hijo en una sala, sin anestesia. El alumbramiento es la etapa que toda madre espera con ansias; sin embargo, después de tener que pasar los últimos meses del embarazo en confinamiento, totalmente aislada, cumpliendo protocolos de bioseguridad para evitar un contagio; pensar en el momento del parto y los primeros días del bebé recién nacido, es preocupante. Cuatro madres cuentan su experiencia. Lissette Barros es de profesión odontóloga, antes de empezar la cuarentena, con seis meses de gestación, trabajaba en Tendales, y para llegar a su trabajo tomaba cuatro autobuses, teniendo que hacer trasbordo, situación que le afectó más adelante en su embarazo, ya que sufrió un desprendimiento prematuro de placenta. A finales de marzo del 2020, con aproximadamente siete meses de embarazo, se acogió al teletrabajo. Desde casa se encargaba del área de farmacia, de realizar consultas y recetar medicamentos. “Mi bebé estaba en posición podálica (una pierna del bebé estaba sobre el cuello uterino de la madre) por lo tanto era necesaria una cesárea porque no se acomodaba para dar a luz normal”, comentó Lissette Barros, quien dio a luz su bebé de forma prematura. En medio de la emergencia sanitaria que vivía el país por el covid-19 los supermercados establecieron horarios de atención, las personas realizaban extensas filas para hacer las compras respetando la distancia de 2 metros y con acceso limitado a los establecimientos. Por lo que, una persona podría demorar varias horas. Lissette comenzó a sentir dolores desde las 6:00 y no fue hasta las 13:00 que llegó su esposo de hacer las compras del supermercado, que pudo salir a realizarse un eco. “La doctora me dijo que vaya rápido a la clínica para que me hagan la cesárea porque de una hora no pasa-
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Ilustración: Walter Andrade ba, estaba en 5cm de dilatación” (corresponde a una fase del proceso de parto, el total de dilatación es de 10 cm). Lissette, luego de permanecer 5 minutos sentada en la sala de una clínica decidió junto a su esposo dirigirse al Hospital del IESS, porque solo había un quirófano y en ese momento se estaba atendiendo un parto de emergencia. El reloj marcaba las 14:00. Ya en el hospital, antes de ingresar, un guardia los interrogó y verificó que ambos cumplieran con el uso obligatorio de la mascarilla, de lo contrario no podía entrar. El virus mortal estaba en el hospital. Las noticias de incremento de contagiados se daban todos los días en los noticieros, parientes seguían esperando en los exteriores información sobre los pacientes contagiados. La situación era preocupante, pero Lissette solo quería tener a su hijo. “Me subieron por las escaleras, porque por el ascensor subían pacientes con Covid. Me vieron mal, yo gritaba y la enfermera me dijo que tenía que tomarme los signos vitales, que debía esperar porque recién había dado a luz una señora y que estaban desinfectando el quirófano”. Lissette dio a luz normal a su bebé que estaba en posición podálica, en la sala donde toman los signos vi-
Ilustración: Joe Ordoñez

tales, sin anestesia. "El doctor hacía maniobras y las enfermeras lo ayudaban. Una hora después llegó el anestesiólogo, me dolían las caderas, el vientre, todo y ahí recién me pusieron anestesia". Desde marzo hasta el 14 de septiembre del 2020, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de 992 mujeres embarazadas en Ecuador, 21 de ellas murieron a causa de covid-19, lo que representa una tasa de mortalidad de 6,2 la cuarta cifra más alta entre los países latinoamericanos. La atención médica en los diferentes centros de salud se volvió de difícil acceso, por cuestiones de bioseguridad.Únicamente atendían casos de accidentes graves o enfermedades con mucho riesgo, en algunos casos por precaución, las mujeres embarazadas se decidían por asistir a clínicas particulares para evitar un posible contagio de covid-19. “Antes de tener a mi bebé busqué muchas opciones, revisé todos los lugares donde podía dar a luz, opté por una clínica privada que no registrara ningún caso positivo de covid”, contó Joselyn Bernabé, enfermera de 27 años. Luego de 24 horas, Joselyn regresó a casa junto con su bebé. “Las curaciones me las hacía yo mismo y en ocasiones le pedía ayuda a mi esposo”, comentó. Hubo mujeres que quedaron solas, porque la pandemia arrebató la vida de sus esposos, y aunque eran conscientes del peligro que corrían, trabajaban durante largas jornadas para sostener a su familia económicamente. Tenía dos meses de gestación y el papá del bebé se ausentó, mi mamá me apoyó en mi embarazo y cuando me tocó dar a luz, fuimos caminando al hospital, ahí me hicieron preguntas para saber si he estado en contacto con alguna persona o familiar con covid y una prueba rápida para descartar. "De inmediato me internaron", cuenta su experiencia Julissa Loayza de 16 años, estudiante de bachillerato en Arenillas. Mariela Illescas, pasajeña de 25 años, también cuenta lo que vivió. “Sentía mucho miedo de contagiarme.El tiempo que parmacecí en casa, fue agobiante, me sentía desesperada al no poder salir.Movilizarme mientras estaba en labor de parto, no fue nada sencillo, los medios de transporte con mucho temor te llevaban, nadie quería entrar a las clínicas, mucho menos a los hospitales.Decidí dar a luz en una clínica, ya que los contagios cada vez incrementaban y yo tenía miedo por mi bebé, pero, lo que puedo destacar es que la atención de los médicos fue muy buena, permanecí 48 horas internada”. El 24 de abril de 2020, en plena crisis sanitaria y con toque de queda, el país estaba totalmente paralizado, los comercios en su mayoría cerrados, se aplicaron restricciones vehiculares nivel nacional, solo quienes tenían los respectivos salvoconductos podían circular, lo que dificultaba la movilización para aquellos que no pertenecían al grupo de servidores públicos, policías, militares, periodistas o médicos. Traer al mundo un bebé en pandemia fue una realidad inesperada para muchas mujeres. Recorrer calles desoladas, la falta de medios de transporte, encontrarse con personas irreconocibles por el uso de cubrebocas, escuchar los lamentos de personas en los exteriores de los hospitales, la preocupación de ser contagiadas y la angustia por la salud de sus hijos: fue una experiencia que, aseguran, no olvidarán.

Fuente:OPS
Número de casos confirmados y defunciones durante el embarazo y razón de mortalidad materna.


