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3 ESTRATEGIAS DE NEUROPOLÍTICA APLICABLES A CAMPAÑAS ELECTORALES

POR: VLADIMIR HUMBERTO HERRERA AQUINO |Consultor Político de GOBERNA DIGITAL
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Conforme pasa el tiempo se vuelve cada vez más complicado entender a los electores porque las herramientas tradicionales ya no son suficientes para convencerlos. Ante esto, los consultores políticos actuales necesitan modernizarse y plantear modelos de comunicación que integren los recursos tecnológicos que la era digital ha traído consigo.
Derivado de estos desafíos llega la Neuropolítica:
Una disciplina encargada de comprender el cerebro y las emociones de las personas en su condición de ciudadanos electores con la intención de que los candidatos o equipos técnicos puedan conocer y tomar mejores decisiones basados en las necesidades de los votantes, y de esta forma obtener su apoyo para un proceso electoral (Gutiérrez, 2012).
Es así como, a través de la Neuropolítica, los representantes populares tienen una nueva oportunidad de conectar, crear emociones y empatía con los votantes potenciales. Por lo tanto, las campañas electorales vigentes se deben centrar en el ciudadano y no en el postulante; de este modo se creará una fórmula que permita convencer al sufragante de una manera más efectiva, aumentando así la probabilidad de éxito en la contienda.

Arteaga (2018) “afirma que los electores son más emocionales que racionales”, por lo que siempre hay que dar por hecho que si un aspirante no es de su agrado este puede llegar a serlo si se ve reflejado en ellos, si los hace reflexionar y si incluye en su comunicación política cuestiones latentes de la realidad de las personas (feminicidios, desempleo, alza de precios, entre otros). En este sentido, Goberna Digital sugiere 3 estrategias de Neuropolítica aplicables a un periodo electoral:
1. Análisis de redes sociales: estas se han vuelto el espacio de opinión pública ciudadana por excelencia, pues el 70 % de los usuarios las ocupa para manifestar sus problemáticas. Considerando esta información y definiendo el ecosistema digital (red social a emplear), la muestra (número de casos a considerar) y la población objetivo (características de la unidad a indagar: edad, lugar, sexo, etcétera) seguramente encontrarás las prioridades más importantes dentro de un ámbito determinado.
2. Análisis de candidatos: una parte importante es investigar qué tácticas están planteando los demás aspirantes, saber dónde están caminando, cuánto dinero están invirtiendo en publicidad digital, qué estrategias de comunicación le son convenientes, cuál es su audiencia meta, entre otras cosas más que favorecerá la identificación de debilidades, el nivel de posicionamiento del proyecto y cómo este puede perfeccionarse con la comunidad de la que es parte.

3. Emplear plataformas digitales para extraer información segmentada: el uso de software especializado en analizar datos facilita descubrir de forma inmediata qué le interesa a la ciudadanía y medir en cierto modo las reacciones o emociones que expresa ante publicaciones específicas.
En definitiva, el éxito de una campaña política consiste en estudiar a profundidad a las personas, así como también en comunicar correctamente las ideas mediante el diseño de una estrategia enfocada en el público objetivo para que cuando esta logre influir positivamente en las emociones, en los sentimientos y en el cerebro de los votantes, se esté más cerca de la victoria.
BIBLIOGRAFÍA:
Arteaga S. (2018). ¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO POLÍTICO? GUÍA DE COMUNICACIÓN POLÍTICA PARA ENTENDER A LOS VOTANTES Y A LA OPINIÓN PÚBLICA. Revista jurídica, No. 20. [Consultado el 21 de octubre de 2021]. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6857107
Gutiérrez R. (2009). La neuropolítica: conocer el cerebro para liderar las ideas. Revista de la Fundación Rafael Campalans. [Consultado el 21 de octubre de 2021].