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LAS MUJERES COMO AGENTE TRANSFORMADOR DE LA SOCIEDAD

Por: NITZIA MARISOL SORIANO VIRAFUENTES | Analista en MásKapital y Coordinadora general para el Análisis de la Coyuntura Económica de Oaxaca en el Colegio de Profesionistas Compartir Conocimiento A. C. Economista y egresada de la maestría en Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México Norte.
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En un México en el que los niveles de pobreza, desigualdad e inequitativa distribución de los recursos ya eran elevados, no es sorpresa que la crisis sanitaria y económica exacerbara las dificultades de subsistencia para las personas, sobre todo cuando los esfuerzos para mitigar los efectos de la pandemia y reactivar el flujo de la actividad económica han sido escasos. Como consecuencia de lo anterior, el decrecimiento del 9 % para México en 2020 (CEPAL, 2020) propicia una secuela esperada: el ensanchamiento de la brecha de desigualdad, es decir, que el acceso a oportunidades educativas y profesionales esté determinado por el lugar de nacimiento, la edad y el género de las personas (CEEY, 2020).
La brecha de género surge debido a la desemejanza en el trato femenino. Según la Organización de las Naciones Unidas, para las mujeres, se define a la brecha de género como: “[…] cualquier disparidad entre la condición o posición de los hombres y las mujeres y la sociedad. Suele usarse para referirse a la diferencia entre los ingresos de hombres y mujeres, sin embargo, puede haber brechas de género en muchos ámbitos […]” ( ONU, 2017).
Aun cuando en México las mujeres son consideradas como parte del mercado laboral, existe una inequitativa participación femenina en la economía y una brecha del 32 % para 2019; año en el que solo el 45 % de las mujeres en condiciones para laborar poseían un trabajo, lo cual discrepa del género masculino, cuya cifra fue del 77 % para el mismo año (BM, 2020). Conjuntamente, se acarrea una discrepancia salarial que para el 2019 fue de 18.8 % en México y que es 5.8 % superior a la del promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (INM, 2021).
La formación de la brecha de género se ha producido debido a los estereotipos socioculturales, a la ausencia de políticas públicas que se ajusten al cuidado de la familia y al desarrollo profesional femenino, a la discriminación en el lugar de trabajo y a la falta de mujeres que ocupen puestos de liderazgo y de alta dirección en el sector público y privado (INM, 2021).
El impulso al liderazgo de las mujeres en el estrato político en México es una oportunidad latente, aún mayor en el ámbito municipal. Es una realidad que se ha promovido la paridad en los espacios de elección popular y de gobierno: poderes ejecutivo y judicial, órganos electorales y partidos políticos con el objetivo de potenciar la contribución de las mujeres al desarrollo democrático del país. Sin embargo, es necesaria una mayor incidencia de las mujeres para la toma de decisiones equitativas que permitan crear mayores y mejores oportunidades (Elizondo, M., 2013).
Cada día, las mujeres se integran con mayor facilidad al sector político, y con ello, se genera un círculo virtuoso incluyente que las dota de autonomía para minimizar el techo de cristal al que se enfrentan. Además, les permite abonar en la construcción de leyes, en la credibilidad de las instituciones y en el diseño y operación de estrategias que faciliten la participación femenina en todos los espacios políticos y económicos.

Asimismo, es importante destacar que la marginación de las mujeres no solo afecta de manera particular, sino que provoca un impacto sustancial en el crecimiento de la economía. Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional confirman que cerrar la brecha laboral podría incrementar el producto interno bruto (PIB) de las economías un 35 %, en promedio, como resultado del aumento en la productividad por la diversidad de género (FM, 2019). El espectro de posibilidades para las mujeres se encuentra limitado pese a la evidencia empírica sobre su rendimiento. Es momento de apostar por la equidad y actuar en pro del beneficio común. En los últimos años, las mujeres se han convertido en una fuerza transformadora de la sociedad: el empoderamiento femenino, el acceso a educación de calidad y el uso de la tecnología les ha otorgado herramientas para mostrar su potencial de cambio, pues contrario a lo que los paradigmas sociales han dictado, el aprovechamiento del talento femenino sí está ligado al crecimiento y desarrollo de las economías.
BIBLIOGRAFÍA:
BM, 2020. La participación laboral de la mujer en México. Recuperado de https://www.bancomundial.org/es/region/lac/ publication/la-participacion-de-la-mujer-en-el-mercado-laboral-en-mexico y consultado el 23 de febrero de 2021.
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CEPAL, 2020. Panorama social de América Latina. Recuperado de https://www.cepal.org/es/publicaciones/46687-panorama-social-america-latina-2020 y consultado el 10 de marzo de 2021.
Elizondo, M., 2013. La participación política de las mujeres mexicanas. Recuperado de https://revistafal.com/ la-participacion-politica-de-las-mujeres-mexicanas/ y consultado el 10 de marzo de 2021.
FMI, 2019. Las mujeres y el crecimiento económico. Recuperado de https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/ spa/2019/03/pdf/fd0319s.pdf y consultado el 26 de febrero de 2021.
INM, 2021. Cuatro causas que propician la brecha salarial de género. Recuperado de https://www.gob.mx/inmujeres/ es/articulos/cuatro-causas-que-propician-la-brecha-salarial-de-genero?idiom=es y consultado el 8 de marzo de 2021. ONU,2017. Guía de lenguaje no sexista. Recuperado de http://onu.org.gt/wp-content/uploads/2017/10/Guia-lenguaje-no-sexista_onumujeres.pdf y consultado el 11 de marzo de 2021.