Anexo, edición 28

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inseguridad

ciudadana

Delincuencia

imparable

Año 9 | Nº 28 | Abril-Mayo 2014 | www.ulima.edu.pe

nexo

El dramático aumento de la criminalidad en una época de bonanza económica en el Perú.


informe El 29 de enero del 2014

quedará marcado en la vida de Raúl Bustillos Rivera, un humilde vecino de San Martín de Porres. Ese día, Sebastián, su pequeño hijo de nueve años, dejó de existir tras una larga agonía por causa de una bala que recibió en la cabeza, como consecuencia de un tiroteo entre delincuentes y un oficial de la PNP en retiro. ¿El motivo? Los malhechores trataron de robar el automóvil del expolicía, quien, en plena escaramuza, abatió a uno de los asaltantes. Todo sucedió a escasos metros de la casa del niño y a plena luz de la tarde. Una bala truncó un futuro y dejó a un desconsolado padre clamando justicia y castigo. Año tras año, la inseguridad ciudadana se ha convertido en un fenómeno que convierte a los ciudadanos en víctimas y también en potenciales vengadores, dañando la salud social. Además, las noticias de robos, secuestros y asaltos a mano armada acaparan los diferentes medios de comunicación. Dentro de poco nada nos llamará la atención. Las cifras estadísticas corroboran que el peligro acecha a los peruanos. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó en el 2013 el Informe Regional de Desarrollo Humano 20132014: Seguridad Ciudadana con Rostro Humano, Diagnóstico y Propuestas para América Latina, que señala que el porcentaje de victimización urbana –es decir, todas las acciones delictivas que se cometen dentro de la periferia de las ciudades– es liderado por el Perú con un 32% del total. A continuación sigue Ecuador con 31%, Guatemala con 29%, México con 27%, Honduras con 25% y Uruguay con 24%. Luego aparece Argentina y Colombia con 23%, El Salvador con 22% y Paraguay con 19%. Y al final Costa Rica con 18%, Brasil con 17% y Chile con 15%.

Promesas rotas Como presidente del Perú, Ollanta Humala se comprometió en su discurso inaugural del 28 de Julio del 2011 a luchar frontalmente contra la delincuencia. Frente al pleno del Congreso, dijo que “su gobierno sentía que uno de los graves problemas que provoca temor y frustración en las personas es el de la inseguridad en las calles”. Y también que se arrastraban “30 años de fracasos y de pocos éxitos” por “la ausencia

La inseguridad ciudadana, un cáncer MARCA PERÚ

La sociedad del miedo

Todos los días los peruanos se enfrentan a un enemigo que se ha vuelto poderoso: la delincuencia. Los esfuerzos de la resquebrajada Policía Nacional del Perú son insuficientes por su anticuada organización y por el escaso apoyo del Estado. Aquí el liderazgo es fundamental. ¿Lo sabrá el presidente Ollanta Humala? Escribe Adolfo Cabrera


03 Taxis del diablo. Agentes policiales capturan a una banda de taxistas asaltantes. Según datos del Instituto Peruano de Administración Municipal, el 67% de taxis opera de manera irregular y sin las mínimas exigencias de seguridad. Así, muchos choferes de taxi actúan en complicidad con delincuentes para robar y herir a sus pasajeros. Las avenidas más peligrosas de Lima son Emancipación, Abancay, Grau y Tacna.

d de liderazgo político y por la carencia de una política de Estado eficaz”. Humala propuso soluciones como “la eliminación del sistema 1x1 en el servicio policial, el incremento de los salarios de la PNP y la construcción de penales fuera de Lima y en las principales zonas urbanas del país”. Ciertamente, las promesas del líder nacionalista despertaron la ovación de la mayoría de parlamentarios. Tres años después, la realidad genera maledicencias en la oposición y hasta en el oficialismo, pero sobre todo en la gente:

Decisión de Emergencia. Como ministro del Interior, Hernani emplazó a la PNP a capturar a los principales criminales del país en un lapso de 48 horas. Al poco tiempo fue separado del cargo.

un estudio de octubre del 2013 del Grupo de Investigación de Mercados y Opinión Pública (GFK) arrojó que el 77% de los encuestados consideraba a la inseguridad ciudadana como uno de los principales problemas del país, seguido por la corrupción con 44%. Remigio Hernani, policía con 35 años de servicio y ex ministro del Interior en el segundo gobierno del Apra, sostiene que “la inacción del gobierno ha generado que la violencia criminal crezca de manera desmedida” y que “el rol del Estado ha sido pasivo

y sin ningún plan estratégico que permita cortar las raíces del fenómeno delincuencial, relegando a la PNP”. Hernani considera que el gobierno debe cumplir con la eliminación del sistema 1x1, modalidad laboral impulsada por el fujimorismo (1990-2000) y en la que los efectivos policiales tienen 24 horas de descanso por un día de trabajo, lo que les permite prestar servicios de seguridad privada para atenuar sus bajos sueldos, pero alejándolos de la lucha continua contra el crimen. Así las cosas, según cifras del Ministerio del Interior, de los casi 90 mil policías que hay en el país, 35 mil dedican su trabajo de manera exclusiva a la PNP, mientras que 51 mil lo hacen de manera compartida: para su institución y para empresas privadas. Es decir, más del 50% de efectivos policiales interrumpe por 24 horas sus pesquisas, afectando o paralizando el trabajo de las 1.397 comisarías de Lima y de provincias, puntos que deberían ser medulares en la lucha contra el crimen. Y todavía queda más: “Además de expulsar a los corruptos, la PNP necesita con urgencia un mínimo de ocho mil detectives para investigar con minuciosidad las denuncias que se hacen en las entidades policiales del país”. Para Hernani, la lucha contra el delito debería ser similar a la que realiza un médico que intenta curar un cáncer: empezar desde las células. Para él, las comisarías y los barrios deben ser la prioridad. Pero eso no ocurre, señala Hernani: “En el Perú, un 15% de los actos delictivos afecta a personas con poder político y económico, siendo casos mediáticos que la Dirección de Investigación Criminal (DIRINCRI) resuelve con eficiencia en 10 o en 15 días. Sin embargo, existe un 85% de robos o asaltos contra ‘ciudadanos de a pie’ que nadie aclara, lo que genera miedo y frustración social”. En ese sentido, la insensibilidad delincuencial genera una sensación de miedo que trastoca los hogares y que afecta las relaciones sociales. No sorprende que el PNUD concluya que el Perú posee la “percepción


informe más alta de inseguridad ciudadana” en América Latina con 50%, por encima de Venezuela (43,7%) y de El Salvador (42,5%) en el 2013.

Vacíos en la sociedad ¿Cuáles son los impulsos que llevan a los individuos a delinquir? Se suele argumentar que hay motivaciones económicas en personas que provienen de sectores sociales no muy favorecidos y con falta de oportunidades, pero esa puede ser una justificación errónea. Para el sociólogo Agustín Espinosa, existen otros factores: “La mayoría de delincuentes pertenece a familias desestructuradas en las que no existe atención y control de los padres hacia los hijos. En ese sentido, los niños son atraídos por bandas criminales que los ‘adoptan’ y los protegen”. No obstante, según Espinosa, algo podría distinguir a la delincuencia existente en el Perú, respecto a otras del mundo: “Lo que ha venido ocurriendo en una sociedad violenta como la peruana es que ha experimentado la migración de componentes políticos provenientes del terrorismo de Sendero Luminoso y de la represión del Estado en los noventa, junto a los modismos de la delincuencia ‘callejera’ o ‘común’ que se ven reflejados en los asaltos, robos a mano armada y secuestros”. Sumado a lo anterior, aquí es muy fácil conseguir armas. En enero del 2013, basado en investigaciones del antropólogo Jaris Mujica, La República informó que en Lima es posible adquirir pistolas y revólveres a precios de entre los US$100 y US$120. La ley vigente exige a los propietarios de pistolas o revólveres que registren sus armas en la Superintendencia de Control de Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC) antes de obtener una licencia de uso que debe ser renovada cada año. Lamentablemente ese control no evita el caos. El director de la SUCAMEC, Jorge Carcovich, explicó a La República que “en 25 años se han otorgado alrededor de 300 mil licencias para portar armas: un 60% a personas jurídicas (empresas de seguridad, entre otras) y el resto a ciudadanos”. Y añade: “El problema es que aproxi-

Armas a granel. El mercado ilegal de armas es el arsenal del crimen. Cuando fue capturado en el 2003, el sicario adolescente Alexander Pérez Gutiérrez (a) Gringasho portaba una pistola Browning 45, utilizada por el Ejército norteamericano en Afganistán y con un poder de fuego superior a las utilizadas por cualquier agente policial del Perú. ¿Cómo la consiguió? El general PNP César Cortijo, jefe de la DIRINCRI, señala que “el comercio ilegal de armas es un espiral que crece imparable”.

madamente 150 mil licencias no han sido renovadas… Y si no están controladas por el Estado, obviamente pululan en el mercado informal”. Al menos en Lima, ese mercado informal que nutre de ‘fierros’ y de balas a los asaltantes se distribuye en zonas como Las Malvinas, el jirón Paruro o La Cachina. ¿Y qué ocurre con los civiles que compran un arma? Según Espinosa, ellos buscan un mecanismo de defensa que les otorgue una ilusión de ‘control’ para sentirse ‘seguros’ en un escenario incierto y peligroso. Los que piden ‘hierro y sangre’ contra el crimen aseguran que eso es bueno, si bien no detallan que en una escaramuza con balas y gritos destemplados, los criminales tienen las de vivir. Decepcionados por eso, sumado al peligro que conlleva tener un arma en un hogar con niños o adolescentes, no pocos civiles revenden sus armas

en el mercado informal, alimentando con ello la logística criminal. Y no solamente se trata de armas. Espinosa explica que existen otros mecanismos de ‘defensa’ que son propios de una población aterrorizada. Pues bien, un estudio de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC) señala que en Lima existen 1.263 rejas de seguridad, de las que 1.147 (91%) no cuentan con autorización municipal. Aquí se genera una problemática con mucho fondo, explica Espinosa: “Se debe fortalecer la inclusión social porque las rejas pueden justificar el racismo y la discriminación, generando una sociedad menos solidaria que evidencia un miedo, justificado o no, de un grupo social hacia otro”.

Leyes para vivir En enero pasado, el Poder Ejecutivo promulgó la polémica Ley 30151 que exonera


05

Insensibilidad con mediocridad. Ollanta Humala (izquierda) ve de cerca al fantasma de la impopularidad por causa de la inseguridad ciudadana. Por ejemplo, un estudio del 2013 de la empresa GFK reveló que su inacción frente a la delincuencia le costó una caída en su popularidad del 32% (julio) al 24% (octubre) en ese año. Arriba: El dominicano Lindomar Hernández (a) Puerto Rico, asesino confeso del fotógrafo de El Comercio Luis Choy. Tras fugar de la carceleta del Poder Judicial con ayuda de un grupo de policías, Puerto Rico fue abatido en extrañas circunstancias en Comas. Y pese a ser uno de los crímenes más sonados y lamentados del 2013, la División de Investigación de Homicidios de la PNP aún no identifica al autor intelectual del hecho. Abajo: La clásica señal de un rapto. En el 2012, la PNP recibió 519 denuncias por secuestro y realizó 198 capturas, entre hombres y mujeres. Además, desarticuló 14 bandas organizadas y decomisó 61 armas de fuego. De acuerdo con fuentes policiales, las cifras aumentaron en el 2013.

de responsabilidad penal a policías y militares que en el cumplimiento del deber causen lesiones o muertes con el uso de sus armas de reglamento. ¿Fue una medida desesperada para frenar la delincuencia? La abogada Romy Chang, especialista en Derecho Penal, sostiene que “la norma busca reducir los niveles de inseguridad y brindar una solución rápida al problema”. Agrega que “el Poder Ejecutivo exige a la PNP soluciones integrales que muchas veces no se consiguen”. Chang recalca que siempre los policías se llevaban la peor parte: “Muchos de ellos han enfrentado juicios de varios años porque fueron ‘acusados’ de haber disparado contra uno o varios delincuentes, sin analizar el constante peligro que envuelve su profesión”. Junto con la norma 30151 llegó la Ley Contra el Crimen Organizado (30077) que fija reglas y procedimientos para los delitos perpetrados por grupos criminales: robo, narcotráfico, homicidio, violación, extorsión y trata de personas, entre otros. Chang considera que esa nueva legislación trajo consigo avances significativos, pues “en casos graves, los presos no podrán acceder al beneficio penitenciario del 2x1, en el que por dos días de trabajo o de estudio se les rebajaba uno de cárcel”. Sí: de esa forma, miles de ranqueados criminales podían salir en libertad apenas cumplían la mitad de su condena. No obstante lo avanzado, se producen graves errores en la aplicación de sanciones penales a los delincuentes por la diferencia de criterios que existe entre los magistrados del Poder Judicial. Así las cosas, un secuestrador puede pasar menos tiempo en la cárcel que un reincidente ladrón de carteras, lo que puede generar el rechazo de la opinión pública. Es decir, tomando en cuenta variables y factores que solamente ellos manejan, los magistrados interpretan deficientemente la ley y deciden la cantidad de años que un individuo debe pasar en prisión. Chang añade: “Una mejor capacitación ayudará a los jueces a definir con sapiencia los criterios de sanción penal, de tal manera que toda condena sea lógica y justificada”. ¿Tarea ligera? Nada parece ser fácil en la lucha contra el crimen.


especial Cinco actos criminales que impactaron al país

Casos que

no son histeria Los delincuentes atacan y matan sin distinguir si las víctimas son niños, adolescentes o estudiantes universitarios. Lima en modo terror. Escribe Verónica Ríos

Robo de película a la PUCP [12 de setiembre del 2002]

Voluntad precoz. Romina recibe en Puerto Rico una terapia electroneuromedular que es aplicada por el doctor Osvaldo Font. Abajo, con bigotes, el temido Papita.

La pequeña Romina [8 de agosto del 2010]

Romina Cornejo tenía tres años cuando sufrió aquel ataque que le cambiaría la vida. Ella y sus abuelos viajaban en un vehículo por la Vía Expresa cuando unos ‘marcas’ aparecieron para robarles dos mil soles. Durante el asalto, José Astuhuamán (a) Papita y Miguel Sandonáz Rojas le dispararon, dañando su columna vertebral y dejándola cuadripléjica. La niña estuvo conectada a un aparato respiratorio por casi un año en la Clínica Santa Mónica, para luego pasar tres meses en un centro especializado de Puerto Rico. Ahora ella puede ponerse de pie y dar algunos pasitos. Sus atacantes fueron condenados a cadena perpetua en diciembre del 2011 y se dispuso que pagasen una reparación civil de 250 mil soles a favor de Romina. Sin duda, fue uno de los casos de inseguridad ciudadana que más impactó al país en las últimas décadas.

En un Volkswagen maltrecho, dos camionetas station wagon blancas y una pick up guinda entraron los 15 delincuentes que robaron con armas de guerra 26 mil soles y tres mil dólares de la tesorería de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En solamente siete minutos, los maleantes ingresaron por la puerta de la avenida Riva Agüero tras golpear en la cabeza al vigilante Marín Parihuamán. Pese a que los delincuentes corrieron enloquecidos por el campus efectuando disparos, Parihuamán fue la víctima de mayor gravedad. Cuatro de los delincuentes vestían ternos, tres portaban fusiles (FAL y Galil) y el resto utilizó armas cortas. La policía solamente pudo capturar al chofer del auto que fue usado durante la fuga, pero su nombre no fue revelado a la prensa. Terror total. El entonces vicerrector de la PUCP, Marcial Rubio, sostuvo que hubiera sido una locura “enfrentarse a delincuentes con fusiles AKM”. Los asaltantes habían ejecutado durante meses un sistemático reglaje.


06-07 El secuestro de Luis Guillermo [Setiembre-Octubre del 2003]

Vida empeñada. Luis Guillermo frente a la prensa, horas después de ser liberado. Sus captores lo habrían confundido con otro adolescente.

A Luis Guillermo Ausejo lo secuestraron a las 7:30 de la mañana, en Surco, cuando seis sujetos en tres vehículos interceptaron la movilidad que lo llevaba al colegio. Inicialmente se pidió US$1 millón por su rescate, pero, tras extenuantes negociaciones, sus familiares y los delincuentes acordaron en una cifra límite de US$200 mil para su liberación. En total, Luis Guillermo permaneció 39 días secuestrado. El ministro del Interior de esa época, Fernando Rospigliosi, negó que la familia haya pagado algún tipo de rescate. La sociedad se mantuvo en vilo, especialmente cuando la madre del estudiante, Patricia, apareció en televisión para implorar a los captores que suelten a su hijo. En pleno cautiverio, la policía logró capturar a dos delincuentes: Hugo Daniel Alcázar Mostacero y Gustavo Pino Brizuela. El secuestro había sido planificado desde el penal Miguel Castro Castro por los temibles hermanos Jacinto (a) Cholo Jacinto y Enrique Aucayari Bellido. Posteriormente la PNP capturó a una decena de involucrados, entre ellos algunos efectivos del orden. El 9 de octubre, Luis Guillermo fue introducido dentro de un costal y arrojado cerca al puente Huáscar, en Barrios Altos.

Asalto en la Notaría Paino

[20 de febrero del 2013]

Tres hampones encapuchados ingresaron ejecutando disparos a la notaría Paíno, ubicada en la cuadra seis de la avenida Aramburú, en Surquillo, para robar 260 mil soles de la venta de una propiedad. Poseían armas de corto y de largo alcance, lo que facilitó el ataque, dejando un saldo de dos personas heridas: Félix Gonzáles Victoria (que luego murió por una bala en el pecho) y el empresario Pascual Cusilayme Yanqui, cómplice de los asaltantes que llevó el dinero en efectivo y no un cheque de gerencia, como se lo habían exigido los funcionarios de la notaría. La policía detuvo a Álex Mejía Espinoza, autor de los disparos. Luego fue capturado Germán Valdivia Ríos (a) Gordo Pedro, cabecilla de la banda.

Trafa mayor. Para camuflar el engaño, el empresario-cómplice Pascual Cusilayme (izquierda) recibió un balazo en la pierna.

La hija del congresista Reggiardo

[4 de agosto del 2011]

Miedo a Lima. Después de recuperarse, Arianna pidió a su familia vivir fuera del Perú: “No quiero que otros niños sufran como yo”.

Seis de la tarde en San Borja. Arianna Reggiardo salía con su madre de la oficina partidaría de su papá, el congresista fujimorista Renzo Reggiardo, cuando cuatro delincuentes intentaron asaltarlas. El cuerpo de seguridad del legislador se enfrentó a los hampones que habían llegado en dos automóviles, originándose una balacera. Si bien fueron nueve los proyectiles que impactaron en el auto de la familia Reggiardo, lo que más conmocionó a la ciudadanía fue el balazo que Arianna (9 años) sufrió en el tórax. Afortunadamente esa bala no dañó ningún órgano vital, por lo que ella se recuperó con prontitud. Nervioso y lloroso, Reggiardo dijo a la prensa: “He sido víctima de un atentado contra mi familia. Mi hija tiene una bala en el pecho. Han intentado matarla”. A fines de agosto, la policía capturó a los malhechores, quienes recibieron penas de 25, 30 y 35 años de cárcel.


entrevista Habla Rubén Vargas, experto en temas de seguridad ciudadana

Vargas sostiene que la delincuencia ha crecido tanto en el Perú por causa de la corrupción policial, que la ansiada reforma de esa institución no resolvería nada. Piensa que al ser parte medular del problema, la PNP debería ser refundada. Además cuestiona la labor del presidente Ollanta Humala en la lucha contra la delincuencia y pide equipar a la policía con armamento de primer nivel.

“Debemos refundar la policía” Entrevista Adolfo Cabrera y Karel Van Oordt Foto Raquel Baldarrago

Rubén Vargas fue

director de Defensa Nacional del Ministerio del Interior durante la gestión de Fernando Rospigliosi. Sentado en un sillón, manipula y se aferra un lapicero, pese a no tener una libreta de apuntes. La entrevista se realizó en su oficina de Miraflores. A tres años del gobierno de Ollanta Humala… ¿Qué evaluación hace de la inseguridad ciudadana en el país? En general, el problema ha venido creciendo en los últimos tres gobiernos. No es algo de

reciente aparición. Lo anterior no quiere decir que durante la dictadura fujimorista no haya habido crimen organizado: sin duda existió, pero la percepción ciudadana respecto a la inseguridad ciudadana fue deteriorándose con creces desde el 2000. Es cuestionable que un gobierno democrático no pueda garantizar un derecho fundamental como la seguridad de la gente. Humala no le presta la debida atención a la lucha contra el crimen, incluso pareciera que no lo considera un problema impor-

tante. Él mismo dijo que no figuraba en la agenda nacional. Sin embargo, los índices de asesinatos y de problemas derivados de la inseguridad ciudadana no son tan graves como en otros países que tienen presencia del narcotráfico. En Centroamérica, la inseguridad ciudadana es crítica como en México, cuyo territorio presenta zonas copadas por el tráfico de drogas. El Perú es el primer productor mundial de cocaína. Si eso es así… ¿por qué los índices de criminalidad y de asesinatos siguen siendo rela-


09 Clase en jaque. Rubén Vargas, quien además es directivo de la agencia de prensa Inforegión, sostiene que la ola delincuencial que se vive en Lima afecta dramáticamente a un amplio sector de la clase media emergente. Según datos de la DIRINCRI, el 95% de las extorsiones se realiza desde las cárceles, luego de que los delincuentes accedieran a bases de datos que se comercializan ilegalmente en la avenida Willson, en Lima. Complica el panorama que en el 2013, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) haya incautado aproximadamente ocho mil celulares en inopinadas requisas en el penal de Lurigancho. Increíble.

otros aspectos que se han masificado y que perjudican a los sectores económicos medios y medios bajos. La extorsión ha crecido tanto que afecta a un amplio sector de la clase media emergente, particularmente a los negocios familiares. Creo que eso grafica claramente cómo el sector Interior y la PNP han sido absolutamente rebasados por la inseguridad ciudadana y el narcotráfico.

Corrupción y daño

tivamente bajos? Debo decir que es lógico que no exista un círculo de violencia en el país, considerando que las políticas contra el narcotráfico no hacen daño a las mafias. ¿Ese es el caso del Perú? En el Perú se incauta aproximadamente el 7% de la producción de drogas, lo que no es un problema para el narcotráfico. Es por eso que no se produce una reacción violenta contra las autoridades y que la seguridad ciudadana, aunque cueste creerlo, aún no llegue a niveles críticos. Sin embargo, hay

Un problema grave es la corrupción dentro de la PNP, que incluye a efectivos de alto rango. ¿Qué efectos tiene ese fenómeno en la inseguridad ciudadana? La PNP es una de las instituciones más corroídas por la corrupción que instaló el gobierno fujimorista entre 1990 y el 2000, tanto que no ha podido recuperarse. Por eso la PNP es una de las instituciones con menor aprobación de la población, lo que concuerda con el crecimiento del delito y del narcotráfico. Dicho de manera clara, no habría tantos delitos y extorsiones si no estuviese involucrado un sector de la policía. No existirían los altísimos niveles de comercio de cocaína si la PNP y las Fuerzas Armadas no protegieran a las mafias. La corrupción alimenta a las industrias ilícitas, en la medida que esas entidades estatales se vuelven cómplices de la delin-

Vidas entre barrotes. Solamente una PNP bien entrenada, equipada y sin corrupción en sus filas, será capaz de enfrentar con éxito a las bandas criminales que amenazan a la sociedad. Entretanto, vecinos de diversas zonas de Lima instalan rejas de seguridad para evitar robos y asaltos, dificultando el libre tránsito de personas y vehículos. El distrito de La Molina es el que tiene la mayor cantidad de verjas metálicas, con un total de 209. Muy cerca están Jesús María, La Victoria y Ate.

cuencia y no protectoras del ciudadano. Los encargados de administrar justicia también son corrompidos y no aplican el marco legal correspondiente, generando impunidad. Los asaltantes y los narcotraficantes saben que pueden sobornar a jueces y policías… Y en el caso de que vayan presos, saben que es posible comprar un indulto presidencial. Es decir, impunidad mas corrupción: crimen creciente. Los sueldos de los policías son muy bajos. ¿Es un factor determinante para el aumento de la corrupción y de la delincuencia? El Estado debe invertir dinero para evitar esa situación y convertir al efectivo de la PNP en un funcionario respetable. Sin embargo, el tema de los sueldos no es determinante. Mejorar o duplicar el sueldo no necesariamente aliviará la crisis moral. Imaginemos que el Estado decida duplicar hoy los sueldos de la PNP. ¿Los policías corruptos se volverán honestos por arte de magia? Deben ponerse en práctica mecanismos de control interno dentro de la policía, así como procesos de formación mucho más sólidos y éticos. Las academias policiales en el Perú son un desastre y las jerarquías están completamente deformadas. El problema es tan dramático que en lugar de discutirse la posibilidad de reformar la


entrevista policía, tal vez debamos refundarla porque ahora es parte del problema. No confía en el futuro… Vamos directo a un escenario muy difícil, casi apocalíptico, porque el narcotráfico y el crimen organizado avanzan sin control. En el norte, los altos mandos policiales brindaban protección y armamento a los integrantes de La Gran Familia. Si eso pasa en el norte… ¿cuántos casos similares pueden haber en Lima? Además, la extorsión crece exponencialmente en nuestras narices. Insisto: la extorsión se encuentra directamente relacionada con la corrupción policial y judicial. Si esos operadores no estuvieran corrompidos, las extorsiones serían mucho menores, tal como era antes. Hay que tener en cuenta que la extorsión es un modus operandi importado, utilizado por las mafias de la droga mexicanas que se adueñaron del puerto de Paita (Piura) y que en sus ratos libres, cuando no se encontraban cargando contenedores con droga para llevarlos a Estados Unidos o a Europa, se dedicaban a extorsionar a las familias locales.

La experiencia colombiana

Ha mencionado la posibilidad de refundar la PNP. ¿No sería acaso una medida traumática? No vamos a ‘inventar la pólvora’. Hay países que han tenido graves problemas en sus fuerzas de seguridad y que lograron construir cuerpos policiales absolutamente ejemplares. En Colombia, el secuestro y la extorsión eran ‘industrias’ muy rentables. El secuestro competía con el narcotráfico como ‘industria internacional’. Fue así que el gobierno de Álvaro Uribe decidió en el 2002 refundar la policía: se cortaron centenares de cabezas de altos oficiales y fueron retirados más de 30 mil policías en menos de 24 horas. Y después hubo políticas sociales para evitar que esos efectivos sean captados por la delincuencia. Los policías que quedaron tuvieron que comenzar con lo básico, pero con incentivos muy atractivos para motivarlos a trabajar honestamente. Por ejemplo, aquellos sin denuncias por corrupción y con 15 años de línea de carrera recibían una casa y excelente capacitación con colegas del exterior. El prolijo control interno también fue una variable fundamental. Se promulgó la Ley 3051 que exonera de responsabilidad penal a los efectivos

Sueldo en crecimiento. El Poder Ejecutivo ha planteado al Congreso que del presupuesto público del 2014 se destinen 421 millones de soles para el aumento salarial de la PNP. Los aumentos oscilarán entre los 174 y 563 soles, según el grado del efectivo policial.

Penal modelo. Inaugurado en el 2010 durante el gobierno del Apra, el penal de Piedras Gordas II (Ancón) forma parte de la modernización penitenciaria que ejecuta el Ministerio de Justicia para acabar con el hacinamiento carcelario en el país. Construido a un costo de 80 millones de soles, Piedras Gordas II puede albergar a 2.500 internos en celdas de alta seguridad. En teoría, el centro carcelario posee un sistema de bloqueo de celulares que evita la planificación de extorsiones y de secuestros desde su interior.

policiales que asesinen con sus armas a delincuentes que los hayan atacado. ¿Esa medida podría ser positiva para la lucha contra la delincuencia en el Perú? Cuando un policía disparaba el arma que le había entregado el Estado para defender al ciudadano, era investigado y sometido a un proceso judicial que tenía que afrontar con su propio dinero. Para un policía era muy peligroso usar su pistola. Esa norma le devuelve la confianza a la PNP, porque antes sus efectivos acababan desmoralizados y presos por enfrentarse a la delincuencia. O caían abatidos… Si exigimos a la policía que cumpla con su trabajo, hay ese riesgo. Los delincuentes no atacan con palabras soeces, utilizan armas sofisticadas y la policía debe tener igual o superior capacidad de fuego. ¿La inseguridad ciudadana de hoy podría compararse con la violencia terrorista de los ochenta? Son cosas distintas. El terrorismo tenía un discurso político e ideológico detrás de sus asesinatos, mientras que las muertes causadas por la delincuencia se relacionan con intereses económicos. Los sicarios matan por mil soles y no por asuntos políticos. El narcotráfico mata cuando alguien no respeta las ‘reglas de juego’.

Leyes y mano dura

El sistema legal es muy criticado. ¿Cree que las penas contra los delincuentes no son severas? El problema no son las penas, pues en el sistema legal peruano hay demasiadas. Ocurre que los jueces y los fiscales son demasiado blandos. ¿Y los beneficios penitenciarios como el famoso ‘dos por uno’? ¿No favorece a la delincuencia? La corrupción en la aplicación de los beneficios penitenciarios involucra al INPE y al Poder Judicial, cuyos jueces suelen favorecer a los criminales. La falla radica en la aplicación. Ahora bien, los beneficios penitenciarios son necesarios porque buscan la rehabilitación de los delincuentes y su posterior reinserción en la sociedad. ¿Pueden resolverse las falencias del Estado en la lucha contra el crimen? Refundando la policía, definitivamente. El gobierno de Humala no lo ha comprendido y dudo que lo haga en los dos años de gobierno que le quedan. Va rgas

r ecibe u na ll a m a da telefónica

urgente y abandona la sala de reuniones.

Se lleva el lapicero y tal vez algunas ideas Numerosos puntos rojos en un gran mapa del P erú no mienten : la delinfinales .

cuencia se apropia de terreno que antes era nuestro.


La Página11

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Por Carlos Bejarano

Violencia Tv

La violencia delictiva existe, pero… ¿Los medios de comunicación la amplifican y la exacerban? Ese es el gran debate del siglo. Aquí una experiencia personal.

Este puede ser un diálogo recurrente en un canal de televisión: –Accidente… ¿Cuántos muertos? –No, solamente heridos. –Entonces no sirve. –¡Qué pena! Trabajé muchos años en noticieros de TV y hay principios no escritos ni enseñados en ningún centro superior de estudios, pero cumplidos fielmente: si la noticia tiene muertos, mejor. Si hay sangre, mejor aún. Si hay una historia de amor tras la muerte, extraordinario. Si el familiar está implicado, bingo. Si hay ensañamiento y no encuentran al culpable, tenemos como para una semana de cobertura. Todos somos expertos en noticieros. El ama de casa, el vendedor de pescado, el contador y el futbolista. Todos. Y no por haber seguido cursos de periodismo, sino por consumirlos durante años. Y por esa sabiduría todos sabemos que el noticiero debe empezar con violencia. Crímenes, asaltos, robos a mano armada, maltratos contra las mujeres, asesinatos, linchamientos, bullying, abusos sexuales, pedofilia y parricidios, son los insumos principales de los medios de comunicación a nivel nacional y sin manejar el menor cuidado por la imágenes expuestas. No asumiré las palabras del anterior primer ministro Juan Jiménez, quien sostuvo que se exagera con el tema de la inseguridad ciudadana. No. Por supuesto que existe y en proporciones his-

Carlos Bejarano es sociólogo, periodista y docente de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Lima. Ha laborado en medios escritos, radiales y televisivos del país y del extranjero. Tiene 51 años, tres libros en su haber y diversos reconocimientos por su labor profesional en el campo de la comunicación.

tóricas. Sin embargo, en los noticieros se amplifica esa complicada situación. Tal vez fue eso lo que quiso decir, pero finalmente dijo otra cosa y terminó en su casa. Sangre, sangre y sangre. Es como si los noticieros se hicieran en Transilvania y Drácula fuera el director. ¿Y qué pasa cuando no hay violencia, cuando se nos planta enfrente uno de esos raros días en los que no pasa nada? Pues a inventar noticias. Sí, a inventar noticias. Década del noventa. Cierto día, en la redacción de 90 Segundos , noticiero en el que trabajé cinco años, no había “abridora”. Abridora, hay que decirlo, es esa nota con la que empieza el noticiero y que solamente es tuya. Tu exclusiva. La que nadie tiene. Todos los que hemos trabajado en noticieros sabemos que debemos tener una abridora. Todos los días soñamos con nuestra abridora, noticia que será repetida y amplificada por la competencia. Que se “cuelguen” de tu abridora significa que estás haciendo las cosas bien. Sin embargo, ese día no la teníamos. La noticia con la que empezaba 90 Segundos era una declaración del Presidente. No había abridora. Eran las cuatro de la tarde, y El Loco –así le decían al director del noticiero– sabía que la situación aún se podía salvar. Llama a nuestra mejor reportera y la cita dos horas después en la Laguna de la Molina. Y así fue. Con puntualidad inglesa, El Loco llegó con su 4x4. Entró de retroceso con dirección a la alberca y paró a unos pocos

centímetros de la orilla. Abrió la maletera del carro y para sorpresa de reportera y camarógrafo, había un cocodrilo. Lo sacaron y lo tiraron al agua. –“Ahí tienen su abridora”, dijo. Y así fue. Por una semana, 90 Segundos fue el noticiero más visto del país haciendo interminables notas sobre El monstruo de la Laguna de La Molina . Y por supuesto que todos los medios de prensa se colgaron de nosotros. Los noticieros viven de la violencia. Conviven con ella y si no la tienen la inventan. Situación que harta y lleva a protestas extremas.

Muerte en vivo 1974, julio. El canal más importante de Sarasota, en Florida, inicia su informativo principal con una larga lista de notas con sangre. Al final del noticiero y cansada de tanta violencia, la presentadora Chris Chubbuck anuncia algo que estaba fuera del libreto: “Y ahora, prosiguiendo con la política del Canal 40 orientada a informar siempre lo último en materia de sangre y coraje en vívidos colores, ustedes tendrán otra primicia: un suicidio”. Dicho eso, la presentadora sacó una pistola y se metió un tiro en la cien. Falleció camino al hospital. Tiempos de gran inseguridad. Tiempos de mucha violencia. Tiempos en los que muchas veces los noticieros se olvidan del periodismo y solamente piensan en el rating. Y los delincuentes se lo agradecen de corazón.


Patiotrasero

nexo

“El crecimiento de la delincuencia es un fenómeno internacional, principalmente en aquellos países que atraviesan por un franco crecimiento económico. Ica, Lima y el norte del país tienen elevados índices de criminalidad”. [Wilfredo Pedraza en declaraciones a la prensa, 2013]

“Creo que es responsabilidad del Estado y del gobierno, pero también de todos los ciudadanos, el ponerle el cascabel al gato en el tema de la inseguridad ciudadana”. [Alejandro Toledo en RPP Noticias, 2011]

“El crecimiento del Perú no sirve sin seguridad”. [Keiko Fujimori, entrevistada por El Comercio, 2013]

“No es un problema que se va a solucionar de la noche a la mañana. Tenemos que trabajar todos juntos”. [Ollanta Humala, discurso de Fiestas Patrias del 2013]

“El mensaje del Presidente ha convocado a todos a ser parte de la lucha contra la delincuencia y del proceso para generar una sociedad pacífica”.

[Susana Villarán, sobre el discurso de Fiestas Patrias del 2013]

“Hay una histeria de la gente en plantear ciertos temas que afectan la imagen del Gobierno (…) Aquí hay una conducta sistemática para dañar al gobierno con el asunto de la seguridad ciudadana, pese a que ha invertido más que otros en el problema”.

[Premier Juan Jiménez Mayor, No culpes a la noche, 2013]


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