Anexo, edición 24

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el nuevo

limeño

El complicado ajedrez del mestizaje

Después de siglos de encontronazos, nace una nueva clase media en Lima. El eje está en el Cono Norte. Nada parecido a lo de antes.

Año 8 | Nº 24 | Mayo-Junio 2013 | www.ulima.edu.pe

Foto: A rchivo Courret

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informe La formación y el futuro del nuevo limeño de clase media

la otra gran

transformación

En la pirámide de niveles socioeconómicos, la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (Apeim) sostiene que el 37,1% de los hogares limeños pertenece al sector C. Hace unas décadas, esa pirámide tenía lados equidistantes, con los sectores E y D cimentando su pesada base. En el siglo XXI, ese triángulo ha mutado y va camino a convertirse en un rombo, con una clase media que ahora es mayoría. Aquí un diagnóstico de ese nuevo sector social, con una radiografía del nuevo limeño, que lejos de debilitarse o deprimirse, se robustece y saca pecho. Escribe Carlos Mejía

Los bolsillos de los

limeños han sufrido cambios esquizofrénicos en las últimas tres décadas. Desde la hiperinflación del primer gobierno de Alan García (1985-1990) hasta la promocionada bonanza económica de su inesperado segundo periodo presidencial, la estabilidad de las familias capitalinas ha atravesado por un incesante vaivén. No sorprende que los índices macroeconómicos sigan yendo hacia arriba al ritmo de cada nuevo centro comercial o de cada zona urbanizada. ¿Acaso es verdad que el dinero proveniente del alza internacional de los metales y del boom de la construcción está salpicando a los limeños? En todo caso, habría que preguntarse cómo ese fenómeno económico está transformando sus costumbres y estilos de vida. Si bien existen dudas de la real sostenibilidad de la bonanza, me basta con ir a la esquina de mi casa para constatar que la ciudad está cambiando: allí, la sombra del tren eléctrico cubre un antiguo terreno que dentro de poco será un edificio multifamiliar.

Economía combativa Se suele decir que en épocas de crisis, las clases medias, motores principales de cualquier economía saludable, son las más afectadas. Entonces es difícil de creer que en el Perú

sean ahora las generadoras de rubros económicos muy dinámicos y masivos, pese a haber sido azotadas y desmembradas por ciertos gobiernos. Para el periodista René Gastelumendi, la respuesta va por aquí: “Lo que pasa es que el peruano emprendedor es un gran informal, hay que decirlo. La clase media emergente, aunque postergada y maltratada, hacía su propia justicia al invadir un terreno, usar servicios públicos gratis y evadir impuestos”. Para explicar ese fenómeno, Carlos Aramburú, antropólogo y profesor de la PUCP, señala que la población de clase media ha crecido en un 64% en los últimos años, sin olvidar que ahora un tercio de la fuerza laboral del país ha recibido educación superior, así como la creciente presencia de la fuerza laboral femenina en diversos sectores productivos. Aisladas o separadas, esas cifras podrían no decir mucho. No obstante, en conjunto dibujan un nuevo perfil de habitante. Como concluye Javier Protzel en su libro Lima imaginada, en el Perú “hay menos gente con necesidades básicas insatisfechas, aun cuando esa situación diste mucho de desaparecer”. Sin embargo, ello conduce a otros problemas que son identificados por Protzel: la desilusión y el consumismo.

“La mejora económica segmentaria en las clases bajas arrastra su contrapartida de frustración entre quienes no alcanzaron el éxito, aunque sí son tentados a un imposible consumo por los eslóganes publicitarios”, sostiene. “Esta sociedad se está volviendo muy consumista”, asegura Aramburú. Luego explica que “el consumo en el Perú crece por encima del 12% al año, pese a que el PBI sube alrededor del 6%. Es decir: o la gente se está endeudando, o las remesas del extranjero explican esa realidad”.


03 Nuevos mesócratas. El paso de una casa de esteras a una de material noble es un buen indicador del cambio que está ocurriendo en las clases medias de Lima, pero no es el único. En su libro Lima imaginada, Javier Protzel explica que “la evolución de formas de vestir y de arreglo corporal, muy poco estudiadas, siguieron esa gradualidad (refiriéndose a la transformación de las viviendas) entre la gente, por cierto acompañadas del uso de diversos productos y servicios, así como de una mayor exposición a industrias culturales, primero de contenido vernáculo y después cosmopolitas, sin que las primeras desapareciesen”.

Riqueza espiritual Mientras la billetera engorda y se vuelve generosa, habría que preguntarse si los valores también cambian. Por ejemplo, el consumo ha hecho que la gente busque servicios de supuesta mayor calidad en el sector privado, debido a la desconfianza crónica hacia el Estado: los colegios públicos son reemplazados por escuelas privadas y los hospitales son dejados de lado por las clínicas particulares. La desconfianza de la clase media en el Estado y la obsesión por preferir los servicios

privados es particularmente nociva, sostiene Aramburú: “Cuando la clase media no usa los servicios públicos, estos bajan su calidad al no haber presión sobre el Estado para que los mejore y modernice”. La siguiente pregunta cae de madura: ¿es nuestra clase media más económica que cultural, como lo han afirmado algunos científicos sociales? Gastelumendi opina que si se compara a Lima con Buenos Aires, la victoria porteña es fija: “Ahí hay una mesocracia en la que no mandan ni los de arriba ni los de abajo… Los que

Referente de acero. ¿Quién es el héroe contemporáneo de la clase media limeña? Carlos Aramburú señala al doctor Ciro Castillo, cuyo hijo (Ciro) murió en el valle del Colca en el 2011: “Refuerza el valor del individualismo y del amor familiar frente a la adversidad”.

protagonizan las protestas de envergadura son los ciudadanos de clase media”. Entretanto, Aramburú considera que es real el desfase entre lo económico y lo cultural, pero abriga la esperanza de que ello se deba a que lo monetario suele crecer más rápido que el saber. Entonces, la i magen del per ua no emprendedor, extendida desde diversas formas y plataformas, incluso desde el aparato estatal, puede estar generando un nuevo ideal que no necesariamente tiene sinergia con


informe la realidad del país y que posiblemente se focalice más en el éxito económico que en el desarrollo integral de la gente. Mucho ojo.

La eterna bipolaridad Durante la entrevista, Gastelumendi notó que me refería a la clase media de Lima en plural: “Clases medias”. Veamos: “Todo el tiempo has estado comparando las diferentes clases medias… Eso denota un desencuentro de nacimiento entre una clase media tradicional, incluso con algunos rezagos colonialistas, con un sector emergente que está cambiando las dinámicas sociales del país”, comenta. Y eso es cierto porque el fenómeno de la clase media emergente (de la que tanto se discute) implica que existe –o existía– una contraparte. “La clase media tradicional está desapareciendo”, asegura Aramburú. Y lo hace sin reparos. Sin embargo, en contra de lo que podría pensar un alto porcentaje de limeños, ello se encuentra lejos de ser una tragedia: “Se trata de una nueva clase media asociada a la expansión de la educación y del urbanismo capitalino, así como al trabajo intelectual, profesional y administrativo”, dice. Décadas después del boom de la migración a Lima, la tercera generación de migrantes empieza a diluir sus diferencias con los limeños tradicionales, básicamente a través de un elemento igualador: el consumo. En espacios como un restaurante, una discoteca o una universidad privada, lo que importa ahora es quién puede pagar y no si el apellido es autóctono o compuesto. Gastelumendi es cauteloso, pero no duda en afirmar que se viene gestando el embrión de una clase media común, al menos en Lima. También piensa que esa clase tradicional que se resiste al cambio terminará cediendo hasta por razones prácticas, por lo que las burbujas que algunos limeños han ido construyendo para diferenciarse del resto irán desapareciendo. “Por más que cuatro gatos vivan en Asia, en algún momento se tendrán que dar cuenta de que el establishment no podrá impedir las juergas a 100 kilómetros de sus casas”, dice.

Coloso del norte. El MegaPlaza, gigante económico de Lima Norte, impulsó el desarrollo financiero y humano de la zona. Guido Maggi señala que “en los primeros centros comerciales inaugurados aquí, la gente podía obtener tarjetas de crédito solamente presentando su DNI”. Agrega que “los pobladores se sentían empoderados y con mejor autoestima por ser sujetos de crédito, hecho que antes era asociado a otras clases sociales”. Ello hizo que miles de limeños de Independencia, Carabayllo, San Martín de Porres y Los Olivos puedan adquirir productos exclusivos y de lujo que antes se exhibían únicamente en Miraflores, Surco o San Isidro.

Viaje en el tiempo. En 1940 vivían en Lima 520.000 personas. Según datos del INEI, actualmente hay más de 8 millones 500 mil 842 habitantes. Conejos costeños. Lima es la segunda ciudad con la mayor tasa de crecimiento en el país con 1,55%. Solamente es superada por Madre de Dios, región selvática que tiene 2,54%. Otra dimensión. La primera sala 4D del Perú no se ubica en los acomodados distritos de San Isidro, Surco o Miraflores. La esperada innovación tecnológica se luce en el Mall Aventura Plaza de Santa Anita.


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Acceso directo. A inicios del 2013, la alcaldesa de Lima Susana Villarán celebró los 300 millones de viajes de pasajeros en el Metropolitano, sistema de buses que integró el cono norte con el Centro de Lima.

Carlos ARAMBURÚ.

Rutas hacia el norte El objeto de estudio más interesante sobre el crecimiento de las clases medias en Lima ha sido Lima Norte, que incluye los distritos de Ancón, Carabayllo, Comas, San Martín de Porres, Santa Rosa, Independencia y Los Olivos. Así las cosas, resulta sustantiva la información del Observatorio Socioeconómico Laboral (OSEL) de Lima Norte, una dependencia de la Universidad Católica Sedes Sapientae que se dedica a observar el desarrollo socioeconómico de la zona. Mientras nos dirigíamos al lugar y cruzábamos buena parte de Los Olivos, pudimos observar el eterno y zigzagueante movimiento de aquel distrito, cuyo transporte público suele intercalar en sus rutas grandes avenidas con estrechas calles. Guido Maggi, coordinador del OSEL, señala que el objetivo inicial de ese grupo de

trabajo fue la recopilación de datos estadísticos sobre pobreza y economía con apoyo de la cooperación internacional y de algunas entidades públicas. Con esa información afirma que en Lima Norte se está fortaleciendo una nueva clase media. No obstante, Maggi intuye que se maneja un concepto errado sobre cómo se está produciendo ese crecimiento en la zona. “Los habitantes de clase media de Lima Norte no son necesariamente emprendedores, sino asalariados, lo que les permite mejorar su perfil de consumo”, afirma. Es decir, el núcleo de esos distritos en desarrollo parece no estar compuesto por el peruano microempresario y emprendedor que persiste en el imaginario nacional.

Pastillas, libros y buses René GASTELUMENDI.

Guido MAGGI.

Otro punto a destacar es que el crecimiento de ese lado de Lima no solamente se sustenta en la acumulación de riqueza o dinero, lo que parece quedar claro con la puesta en marcha de universidades, centros de idiomas y clínicas. Estas instituciones representan áreas de desarrollo en educación y salud, importantes para las clases medias en cualquier lugar del mundo. Es por ello que Maggi se muestra fastidiado porque “estamos manejando los viejos clichés del emprendedurismo”. Tal vez el gran tótem del crecimiento de Lima Norte es el MegaPlaza. El mismo Maggi reconoce que los centros comerciales han sido un elemento clave en el desarrollo

del lugar, pero eso no implica que se encuentre libre de problemas. “Existe un tema con el crédito, pues al no haber una buena educación financiera, es como darle un juguete a un niño”, afirma. Y añade que esa labor educativa no ha sido asumida por ninguna autoridad porque atentaría contra el negocio de las grandes empresas y de la banca. Un factor clave para el desarrollo de la zona (y que Maggi no se cansa de ensalzar) es el sistema de buses del Metropolitano, debido a que “la clase media de Lima Norte puede acceder más fácilmente al mercado laboral de Lima Centro, en donde los sueldos son más altos”. Hay que destacar también que estos procesos de cambio en Lima no solamente benefician a la zona norte, sino a toda la periferia.

Fuerza joven Italiano de nacimiento, Maggi comenta lo que más le ha sorprendido de los peruanos, principalmente de los limeños: “La mayoría de jóvenes trabaja y estudia, siempre quiere salir adelante, aun cuando eso signifique el sacrificio de la calidad de vida”. Lima Norte y otras zonas de la ciudad son monumentos a esa persistencia, pero lo mejor sería no obnubilarse con la inmensidad de sus centros comerciales o con el brillo de las tarjetas de crédito que ahora manejan sus habitantes. Lo integral (consumo, valores, cultura y salud) debe ser lo promordial. Atentos con nuestra nueva clase media.


especial Fruto de casi 500 años de cambios, esperanzas y porrazos

El trance al homus li Desde su fundación española en 1535, el centralismo y la historia de Lima han moldeado diferentes tipos de limeños y limeñas. El historiador Ricardo Pinto-Bazurco señala que “si un limeño quiere saber quién es, necesariamente debe revisar su historia para comprender el proceso que lo ha convertido en lo que es”. Pinto-Bazurco y el sociólogo Juan Carlos Vela, docente de la Universidad de Lima, hacen un travelling por las distintas etapas del hombre de la capital. Escribe Luis Miguel Peña

Ricardo Pinto-Bazurco. Historiador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, especializado en Historia de las Mentalidades, Historia Cultural y Relaciones Internacionales.

Juan Carlos Vela. Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos de la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Tiene dos publicaciones en su tema de cabecera: la interculturalidad.

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El lim salit de L para

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El hombre colonial El limeño de la etapa co lo ni al e s t u v o m u y ligado a la religión, por lo que buscó mantener una vida sobria y temerosa del escándalo. Sin embargo, tuvo un estilo pomposo en las formas. Mientras más bienes y lujos poseía, mejor era su posición dentro de la élite social. Era racista y sumiso a la corona y a las autoridades españolas.

el limeño independiente

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El capitalino del proceso independentista y de la etapa republicana (siglo XIX) sentía cariño por vivir en América. Tenía acceso a la educación y podía ocupar cargos públicos y políticos, cosa negada en el virreinato. No se sentía parte de la colonia: hablaba de patria y nacía en él un sentido de identidad. Los nuevos conocimientos científicos y humanísticos concentrados en la Ilustración influyeron en su manera de pensar.

el enfrentamiento de los 50 Coexisten dos tipos de limeños: el nativo occidentalizado (o criollo) y el migrante. El primero añora el pasado porque su ciudad es ‘invadida’ y ‘amenazada’ por los provincianos que llegan a Lima. El segundo atraviesa un complejo proceso de adaptación tras dejar su terruño y sus costumbres: a la fuerza empieza a ser un silencioso emprendedor.

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el ‘ironman’ de los 80 La crisis económica y el terrorismo endurece a los limeños y los convierte en seres pragmáticos para poder sobrevivir. Los ‘tradicionales’ y los descendientes de los migrantes (de la década del 50) rechazan a Sendero Luminoso, pero también al Estado y a los gobernantes que no resuelven la pobreza y la inequidad. El limeño de los 80 lucha por un cambio: lejos del camino de la violencia, apuesta por el ‘capitalismo popular’ y la creación de pequeñas y microempresas. Su espíritu progresista se afianzará en las siguientes décadas.

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finales del siglo xix El limeño posindependencia no fue ajeno al impacto de la Segunda Revolución Industrial. El guano y el salitre trajeron una bonanza cuyos lujos y comodidades inflaron el ego de los habitantes de la Ciudad de Los Reyes. El nefasto resultado de la Guerra con Chile le hizo despertar de aquel sueño mercantilista para asumir una actitud progresista. Había que salir del hoyo.

comienzos del siglo xx La reconstrucción del país trajo consigo una ligera estabilidad democrática y económica, pero en manos de unos pocos. Aparece el cliché del ‘limeño auténtico’ en el imaginario social, identificando así a los descendiente directos de los peninsulares. Por ello los limeños buscan ser más ‘europeos’ y ‘occidentales’ en su trato y modo de vida. Este momento histórico y social yace influenciado por el proyecto de modernidad.

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60 y 70: el ‘limeño interruptus’

el ‘tecnócrata’ de los 90

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Se consolida el carácter pragmático y emprendedor, pero influido por vicios como la corrupción, la informalidad y la criollada. Todo vale para lograr los objetivos, incluso si ello implica la transgresión de las normas y el atropello al débil. El limeño es el reflejo del gobierno autoritario de su tiempo, representado por Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.

Aún con la ‘amenaza’ de los migrantes, el limeño de la década de los 60 aprendió a ser feliz y distendido. Pero esa etapa fue interrumpida por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, quien brindó en los 70 un inusitado nivel de representatividad y ciudadanía política a los ‘nuevos limeños’. Debido a la falta de democracia y a la grave crisis económica, el hombre capitalino de las zonas periféricas estuvo marcado por la precariedad, el culto al trabajo y el ahorro.

el ‘ciudadano gourmet’ El hombre capitalino de hoy es resultado de la fusión de varios tipos de limeños. Muestra desvergüenza en lucir lo propio y no esconde sus orígenes, su música o sus costumbres. Por el contrario, las difunde y exporta con orgullo. Ama la comida peruana y la considera el eje de su identidad, mientras se autoempodera con el calificativo de ‘emprendedor’.

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entrevista Entrevista al sociólogo e investigador Javier Díaz-Albertini

“El poder económico aún se mantiene en las élites tradicionales”

Díaz-Albertini explica los orígenes de la nueva clase media capitalina y su lucha por hacerse un espacio en Lima, metrópoli cuyo avance económico se sustenta en la simbiosis compuesta por la formalidad y la informalidad. Además reflexiona sobre la discriminación que sufren los sectores emergentes, en sus intentos por desarrollarse y construir una identidad. Entrevista Juan Rosales

Díaz-Albertini llega a

su cubículo con una gorra que protege su cabeza del inclemente sol del mediodía. Un breve saludo y nos invita a sentarnos. Preparo la grabadora rodeado del típico y embarazoso silencio que siempre antecede a la primera pregunta: ¿La migración del campo a la ciudad fue el fenómeno más importante de la historia de Lima en el siglo XX? Decir que fue el más importante es muy categórico, si bien definió la ciudad y se vinculó con otros fenómenos. Por ejemplo, hubo un cambio en el desarrollo de Lima, que pasó a ser una ciudad un poco más industrializada, lo que atrajo a la gente. En lo que se refiere a la nueva configuración cultural, social y política, la migración tal vez sea uno de los hechos más importantes que ha vivido la capital. ¿Qué otros fenómenos están conectados con la migración? Con la migración cobra valor la informalidad, frente a un sistema formal que no es capaz de captar las olas migratorias. Ello impulsa la creatividad de los migrantes para adaptarse y sobrevivir en una ciudad que no es acogedora, pues no ofrece ni vivienda ni empleo. Ahí comienzan las invasiones de tierras y hoy un 40% de Lima tiene su origen en esas acciones. La gente buscó su propia salida a una escasez de vivienda y el ‘Perú oficial’ tuvo que aceptar con el tiempo esa realidad. De otro lado, los migrantes llegaron a una economía que solamente

Economía criolla. La tasa de informalidad en el Perú llega al 60,9% del PBI, de acuerdo con el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima. Eso nos convierte en el sexto país más informal del mundo y en el tercero de Latinoamérica. En la foto, los informales limeños de los 80.

tenía capacidad para captar un porcentaje pequeño de mano de obra, lo que ocasionó que el migrante tenga que autoemplearse. ¿Cómo se relaciona hoy la clase media proveniente de las migraciones con la vieja aristocracia limeña? La informalidad se volvió parte del sistema, aunque no del todo. El sistema genera fenómenos como La Parada, pero con el tiempo eso se vuelve negativo para la ciudad en su conjunto. Hay dos fuerzas en pugna, la formal y la informal, pero a la vez están

integradas totalmente: ¿si no cómo explicamos la existencia de Polvos Azules? Sus comerciantes han construido un gran local y tienen licencia municipal, pero venden productos piratas y de contrabando frente a las autoridades. Curiosamente, quienes más consumen allí son los supuestos representantes de la formalidad.

Tara histórica

Algo que forma parte de esa relación es la discriminación…


Discusiones pendientes. Para Díaz-Albertini es válido preguntarse por el futuro de los espacios de prestigio y estatus de las élites tradicionales. Afirma que el fenómeno del Boulevard de Asia, que recibió más de dos millones de visitas en el 2012, podría interpretarse de dos maneras: o es el ‘manotazo de ahogado’ de una clase alta que está desapareciendo, o es la representación de ese mundo que aún se mantiene con fuerza. Hay posiciones, pero no certidumbres.

Existe ese error. Por ejemplo, hablar de ‘sectores emergentes’ es discriminatorio. Si tengo orígenes europeos y he mejorado mis condiciones de vida pese a provenir de una familia relativamente humilde, me llaman ‘ambicioso’. En cambio, se usa la palabra ‘emergente’ para referirse a la segunda generación de migrantes que aún no tiene la educación ni las pautas de consumo de la élite tradicional. ¿Cuáles fueron las prácticas y los valores que llevaron a los migrantes al lugar preponderante que ocupan hoy? Algunos intelectuales han señalado que ellos aplicaban una suerte de ‘ética protestante’ basada en el ahorro, la disciplina y el trabajo… También llamada ‘ética andina del trabajo’. El surgimiento de los migrantes depen-

dió seguramente de esa ética, que fue más visible en la primera generación de provincianos que llegó a Lima. La segunda generación es moderna y consumista. Por ejemplo, en la década de los setenta, un comerciante exitoso de La Parada tenía recursos económicos y propiedades, pero seguía comiendo patita con maní y no se atrevía a ir a un restaurante como los que hay en Larcomar. En esa época se apreció con mayor nitidez la discriminación, pues se trató de una autoexclusión. En ese sentido, Martín Tanaka sostiene que los migrantes conocían su estatus en la pirámide social y no cruzaban fronteras. La gran revolución es que ahora los descendientes de esos migrantes luchan para ser incluidos en una ciudad moderna como Lima.

Hombre hito. El finado cantante de música chicha Lorenzo Palacios Quispe (a) Chacalón fue uno de los íconos culturales que en los 70 y 80 moldeó el embrión de la nueva clase media de Lima. Chacalón unificó esperanzas y retos en miles de descendientes de migrantes.

¿Qué otros rasgos distintivos tendría esta nueva clase media? Sus miembros tienden a ser heterogéneos, pero en términos generales son más globalizados. Es una cultura híbrida que puede mantener elementos del pasado andino, pero con aspectos totalmente posmodernos y globales. Es gente que viaja y mantiene relaciones con los casi tres millones de peruanos que están en el exterior.

Élite cerebral

¿Cree que en el futuro esta nueva clase media podría convertirse en una élite intelectual? No creo posible que algún grupo socia l se conv ier ta en una élite intelectual. No es que comparta totalmente la tesis de Mario Vargas

UL/Sofía Bedoya

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entrevista

Laderas capturadas. Cifras del INEI publicadas en el 2011 señalan que el 5,7% de las viviendas en Lima son producto de invasiones de tierras. Hubo un ligero aumento en comparación con el 4,1% del 2004.

Llosa en la Civilización del espectáculo, pero ahora lo intelectual no es bien visto, incluso en las clases altas. Por ejemplo, la visión de los sectores acomodados es que si soy catedrático, es que algo ha fallado y no tuve éxito, lo que se mide en función del ingreso y del consumo. Esto podría ocasionar que la nueva clase media deje de ser solamente ‘emergente’ y se convierta en una élite intelectual, pero ahí aparecería la variable racial. Muchas veces ‘lo peruano’ es asociado con lo diverso y lo híbrido. ¿Esta nueva clase media podría ser representante de aquello y articular un discurso de integración nacional? Creo que hay dos vertientes. Una es la de Rolando Arellano, que habla de la Lima de los Reyes y de los Quispe, dentro de un discurso esperanzador e interesante porque sugiere cierta integración desde lo diverso. Al igual que otras personas, lamentablemente soy pesimista con ello. Creo que no es suficiente. La otra tesis señala que ese sector emergente no tiene un proyecto político y que lo que ha creado conciencia sobre la diversidad es la gastronomía. Desde los sectores altos hasta los más bajos se asume que el Perú es producto de diversas mezclas y que por eso la comida es deliciosa. Ahora, para entrar a Mistura hay que pagar

Mesocracia robusta. Hoy la clase media del Perú constituye un atractivo e inexplorado mercado de 15 millones de personas, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Hace diez años, ese sector poblacional representaba menos del 44% de los peruanos, pero ahora llega al 50%.

20 soles, lo que implica cierto grado de segregación. Sin embargo, tiene algo muy positivo: crea un discurso de diversidad. Pero ese discurso de diversidad puede ser muy nacionalista, pues convierte en parias a los que cuestionan a la gastronomía... El intento de formar una nación es una preocupación que fue planteada tras la derrota en la Guerra del Pacífico, en el siglo XIX. Ahí se esboza la idea del mestizaje, pero de uno que implica la occidentalización del indio a través de un acriollamiento forzoso. El objetivo no era propiciar una sociedad hí br ida, si no u na de tipo occidental. Entonces, más que crear una nación, debemos crear un país democrático.

Fuerza política

¿Esta bisoña clase media tiene representación

política en la actualidad? No lo creo. Nadie la está representado políticamente. La idea de que los partidos políticos responden a ciertas clases sociales se ha debilitado. Puede decirse que Ollanta Humala representa a los emergentes, pero en realidad se le vincula con los sectores no limeños. Tal vez los representaba un poco más el fujimorismo, con su aproximación antipartidista de la política. Es decir, hasta hoy permanece en esta nueva clase media la visión pragmática y clientelar de la política que se instaló durante el gobierno de Manuel Odría… En términos generales, los ciudadanos tienden a ser pragmáticos. La teoría sociológica del rational choice dice que las personas son egoístas racionales y que eligen lo que más les beneficia, incluso en la política. Hoy algunos columnistas peruanos hablan del rational cholo. ¿Qué podemos esperar de las nuevas generaciones de esta naciente clase media? Hoy van a colegios y universidades caras y exclusivas, lo que es una forma básica de movilidad social pues ingresan a un mundo que brinda una serie de ventajas por las redes y relaciones que se tejen allí. Sin embargo, existe discriminación porque un chico que ha estudiado en un centro de estudios de prestigio tal vez no acceda a un puesto de trabajo por su apellido. En el pasado, las élites tradicionales creían que los demás eran unos muertos de hambre, pero luego confirmaron que en los conos había mucho poder adquisitivo. Fue así como surgió MegaPlaza. Si bien la Lima moderna acude a la Lima emergente para ampliar sus negocios, el problema es que todavía mucho del poder económico se mantiene en élites tradicionales. H a pasado poco más de una hora . C omo muchos otros temas vinculados al P erú, quedan casi tantas dudas como certezas . L as tr ansformaciones sociales avanzan rápidamente y atropellan a los científicos sociales que intentan explicarlas. Si cambia, el Perú también lo hará.

Lima


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Por Carlos Bejarano (*)

Nuevo peruano, nuevo país La TV entretiene y bienvenida sea. Sin embargo, muchas veces lo hace apelando a un facilismo que justifica su apelativo de ‘caja boba’. La TV también está generando un nuevo tipo de limeño: el frívolo y despreocupado. Ojo a la señal.

Carlos Bejarano es sociólogo, periodista y docente de la Universidad de Lima. Ha laborado en medios escritos, radiales y televisivos del país y del extranjero. Tiene 51 años de edad, tres libros en su haber y diversos reconocimientos por su labor profesional en el campo de la Comunicación.

Combate es un país en donde

abunda la frivolidad, el ego y la silicona. Combate limita al norte con la nada, al sur con la liviandad, al este con lo etéreo y al oeste con la siempre poblada nación de la futilidad. Sus ciudades más importantes son Esto es Guerra , Bienvenida la tarde y Amor, amor, amor. Territorios adictos al tirano rating al que le han dado su alma, corazón, vida y razón. Hay otras localidades como la derruida Magaly, antes peligrosa y ahora desaparecida del mapa, así como la ciudad Sensata, con pocos habitantes pero con ideas claras. La ciudad principal de Combate, su Arequipa o acaso su Cusco, es el visitadísimo poblado de Esto es guerra, cuyos habitantes son dominados por un hedonismo tal que hubiese sonrojado al mismísimo Narciso. Como todo país, Combate tiene un animal típico. Se trata del simpático y gracioso archipiélago, singular mascota que vive en cautiverio por estar en peligro de extinción. Conocido también con el nombre científico de Baigorrium calabasus, archipiélago es una mascota ideal para despistados, mal informados y calabazos. De ahí su nombre científico. La moneda oficial de este país es la Trivialidad de oro, en cuyo anverso aparece la imagen de su fundadora Malú, mientras que en el reverso se puede ver el rostro de la prócer Mariana.

(*) Docente de la Facultad de Comunicación.

Nacimiento e historia El país de Combate se encontraba en medio de la nada, con carencias y penurias, hasta que Malú lo rescató tras una larga lucha contra dos imperios llamados Razón e Inteligencia, a los que no solamente derrotó para obtener su independencia, sino que sigue vejándolos todas las tardes a las 18 horas. Al poco tiempo de su libertad se fundó Esto es guerra, su ciudad emblemática

porque encierra perfectamente la filosofía de la nación.

Sistema cultural Combate fomenta la lectura entre sus habitantes, por lo que no es raro que en parques y plazas cientos de parroquianos discutan airadamente sobre el aporte de Yawar Fiesta, escrita por Paulo Coelho, o los mensajes que encierra Un mundo para Julius, obra de Mario Vargas Llosa, así como las ricas figuras literarias que esconde El Quijote de la Mancha, que, como todos sabemos, fue escrito por César Vallejo. Tampoco es extraño que se produzcan largos y sesudos debates sobre la Teoría de la evolución de Albert Einstein. Así pasan sus días los habitantes de Combate, nutriéndose de cultura y conocimiento a gran escala, pues una de las particularidades de este extraño pueblo es que los bimestres duran seis meses, siendo los años extremadamente largos.

Grupos rebeldes Aunque en este país, como se ha dicho, domina el ego, la frivolidad y la silicona, también tiene lugares raros en donde la prudencia, la sapiencia y el buen gusto tratan de abrirse paso. Estas extrañas comarcas buscan su independencia pues no comparten los objetivos que propugnan los políticos que gobiernan Combate. Se trata de las ciudades A la vuelta de la Esquina, La función de la palabra y 2 a la N, que se oponen a las autoridades que insisten en afirmar que Arguedas escribió Yawar fiesta y que Un mundo para Julius le pertenece a Bryce Echenique, sin olvidar que El Quijote de la Mancha es la obra cumbre de Miguel de Cervantes Saavedra. Realmente se trata de gente desalmada que pone en cuestión el buen nombre y la cultura que impera en Combate. Así es Combate, un singular país con insaciables pretensiones expansionistas.


Patiotrasero

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“Hay una huachafería aristocrática y otra proletaria, pero es probablemente en la clase media donde ella reina y truena”. [Mario Vargas Llosa, columna de opinión en El Comercio, 1983]

“Los que no leen el Trome y no ven Al fondo hay sitio no son del pueblo. Hay que preocuparse por los sentimientos de la gente, qué es lo que piensa y cómo elabora su reflexión política”. [Luis Favre, entrevistado en Cuarto Poder, 2013]

“El limeño de la periferia ya se está sintiendo limeño”.

[Rolando Arellano, entrevistado en El Comercio, 2013]

“El limeño nuevo es ese ser detestable, agresivo y generalmente provinciano que ha entrado con violencia a la ciudad”. [Alfredo Bryce Echenique, entrevistado en Somos, 2012]

“Creo que esa Lima emergente es la que cada vez más le pone el sello a lo que significa ser limeño, para bien y para mal”. [Martín Tanaka, blog personal, 2008]

“Los que tienen un huevo de plata no son pitucos. Nada que ver: los nuevos ricos son horrorosos”. [Claudia Dammert, entrevistada por Beto Ortiz, 2013]


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