D E M E N T E
YA R A
S Á N C H E Z
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L A
B A R Q U E R A
Welcome to 28 años de esta gira que cambió la manera en que los espectáculos musicales se concebirían y experimentarían, analizamos cómo U2 ha sido gran lector de la obra de Georges Bernanos en Francia contra los robots (HarperCollins México) sobre las posibles amenazas que los ciudadanos del mundo podrían vivir después de la Segunda Guerra Mundial, donde indica que el curso de la historia podría evolucionar hacia la dictadura, “la del dinero, de la clase y de la nación”. En el concepto de la gira de Zoo TV también existe la influencia del filósofo Gilles Lipovetsky, quien vaticinó en La era del vacío (Anagrama, 1983) individuos con un ego hedonista, sociedades alienadas de su entorno, pasivos a cualquier rebelión, alimentándose abusivamente de tecnología, consumismo sinsentido, indiferencia pura. Narcisos vacíos cantando odas a una posmodernidad violenta, sarcástica, masificando los deseos y satisfacción inmediata sin aparentes repercusiones. El amor en los tiempos que ya nadie tiene. Terrible cuando volteamos a ver nuestra realidad y escuchamos comentarios presidenciales como: “yo tengo otros datos”, la era de los maestros de la realidad subjetiva, con el recién elegido Primer Ministro Boris Johnson y un Trump que podría dar lucha para reelegirse. El regreso de las sociedades a lo más primitivo, “la ética indolora de los nuevos tiempos democráticos”. Nosotros hicimos esto. El culto a lo nuevo, amor a la forma por encima de la sustancia, glorificar los derechos individuales, encadenados a lo efímero, la seducción del autoconsumo, la vertiginosa desinformación, el banquete de la satisfacción de los sentidos a toda costa. Relaciones efímeras, desechables, a lo Tinder, los eternos whatsapps en lugar de reunirnos a pasar tiempo con la gente, las horas jorobados ante las redes sociales, volteando sólo a ver lo que los medios y los gobiernos quieren que sepamos. La gira de conciertos de Zoo TV le dio una probada al mundo de la tormenta que se avecinaba con una era de excesos tecnológicos, surrealismo audiovisual, realidades montadas, imágenes satelitales, personalidades mediáticas, gente tonta famosa e influyente y la superioridad de lo superfluo.
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Ready for Transmission…. Esto suena a ciencia ficción, a punk cibernético, pero no lo es. Primavera de 1991. U2 acaba de regresar de un exilio auto impuesto en Berlín para grabar en Hansaton Studios (los míticos estudios donde Bowie encontró su grandeza en los 70) el disco predecesor a The Joshua Tree, que los catapultó a la fama mundial. El disco Achtung Baby! fue el multipremiado resultado, que contenía un sonido atrevido, renovado, experimental y alejado del mainstream. En palabras de Bono: “suena a cuatro hombres talando The Joshua Tree”. Acaba de caer el muro de Berlín y U2 necesitaba ese ambiente para reformar lo que la fama les había enseñado: a no ser sensatos, a no tomarse nada serio de lo que esta moneda de cambio les ofrecía. Los medios que los bautizaron como: “La mejor banda de los 80” (Time Magazine), fueron los mismos que los comenzaron a cazar, burlándose de su trabajo en la película y el 14
disco Rattle and Hum. La cultura gringa es especialista en hacer dioses y matarlos públicamente, así que si los medios decían que eran grandes antes, U2 sabría enseñarles lo que realmente podrían hacer, y además se divertirían en el proceso. “Queremos un estudio de grabación de T.V. portátil; la gente podrá ver la T.V. con nosotros, 150 canales y nada qué ver realmente, satélites funcionales para transmitir la guerra de Bosnia (misma que CNN dejó de cubrir) a casas, a estaciones espaciales, a todo el mundo.” Bono al teléfono con Willie Williams —su diseñador de espectáculos y proyectos multimedia desde 1983 hasta el día de hoy—, reconocido como uno de los principales artistas en este campo. “Realmente lo único que agregué a esa idea fue el meter autos Trabant (símbolo de la Berlín comunista) como sistema de iluminación. Fueron intervenidos once, los vaciaríamos y hasta servirían como bola gigante de espejos. Usamos Trabants pintados de manera elaborada, varios de los cuales fueron suspendidos en el escenario con focos insertados en los faros”. Se proporcionaron cabinas confesionales donde la gente podía grabar mensajes que después fueron usados en las transmisiones, comerciales de productos sin sentido, súper modelos, una belly dancer se unió al circo (después se casaría con el guitarrista The Edge), había públicos que recibían pizzas gratis, dinero falso, y mucha descarga de información”. “Televisión, la droga de la nación, alimentando radiación y desinformación” Cada noche por dos años un video de George W. Bush saludaba a una multitud, que veía la TV como plataforma para consumir mentiras frescas,