El punk se sitúa entre la polémica de la estafa y la irreverencia. Para algunos fue un truco mercadotécnico maquinado por Malcolm McLaren y Vivian Westwood, para otros fue la válvula de escape de una sociedad que limitaba el actuar de la juventud. La historia soterrada del punk, para tantos más yace en su origen: no fue anglosajón, sino latinoamericano, y llevaba el nombre de Los Saicos. Muchas son las dificultades que hay para definir de una sola manera lo que fue y lo que actualmente
es el punk, así como sus múltiples vetas: cyber, post y hasta anarcopunk. Podemos aventurarnos a decir, mientras tanto, que es una actitud, una forma de afrontar la realidad y los problemas que ésta conlleva. Quizá lo menos punk es intentar encasillarlo en descripciones académicas