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Cuento: Elena y el cumpleaños más loco-p Cuento: Sherlock y un día fuera de lo normal-

Elena era una niña de 7 años. Ella era muy amigable, le encantaban los acertijos, las margaritas y su pelo largo y ondulado era hermoso. Aquella chica vivía con sus padres, Rodolfo y Mariana, ellos eran muy simpáticos y un poco sobre protectores. Ese día era el cumple de Elena, sus padres le habían preparado una torta muy grande de color rosado que le encantaba, también ella y su familia se iban a ir a Italia a conocer la torre de pizza, un zoológico y hacer muchas actividades divertidas. Luego de festejar su cumpleaños y despedirse de sus abuelos y primos, fueron al aeropuerto rumbo a Italia.

Cuando llegaron fueron a un zoológico con animales geniales. ¡Había monos, elefantes, tigres, y mucho más! ¡-Mamá! -¡Mamá! ¡Mamá! Mira lo que encontré -¡Que paso mi amor, nos diste un susto gigante a mí y a papá! -Perdón, ¡pero miren lo que encontré! -¡¿Son un par de animales subiendo a una nave espacial?! ¡Rodolfo mira lo que encontró Elena! -¿¡Qué!? Imposible… -exclamó Rodolfo ¡Tenemos que llamar a un guardia!- dijo Mariana

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Luego de unos instantes los guardias evacuaron la zona y todos se retiraron. -Wow qué raro-opino Rodolfo -Bueno, fue raro, pero dejemos que lo resuelvan las autoridades- ¿y si mejor vamos a visitar la torre de pizza? - planteó Mariana - ¡Sííí!-festejo Elena

Al cabo de unos minutos fueron a la torre de pizza y nuevamente ocurrió algo extraño. -¡Mamá! ¡La torre de pizza se está cayendo! - ¿Eh? ¿Cómo? -La verdad que todo lo que nos está pasando hoy es muy raro- dijo Elena

Algo no le encajaba a Elena, era todo muy raro, y ella no creía que era casualidad. Como a ella le encantaban los acertijos, empezó a investigar, pensó y pensó por mucho tiempo.

-¡Ay!-exclamó Elena

Era todo un sueño…

Un día, el 8 de diciembre de 1954, nació un niño que un día se convertiría en el detective más famoso del mundo.

Sherlock Holmes era un niño interesado en los acertijos y los misterios sin resolver.

Él tenía un hermano mayor llamado Mycroft y varios años después nacería su hermana pequeña, Enola. Él se casaría con Irene y tendría una hija llamada Joanna.

Un día estaba saliendo a la escuela y se encontró con su mejor amigo, Adam, pero estaba un poco raro. Su amigo lo invitó a su casa como todos los lunes y jueves, pero al llegar solo habían aliens asesinos que lo querían matar. Resulta que a Adam y a su familia ya se los habían llevado los aliens y ellos estaban actuando como su amigo para llevarse a Sherlock también. Él estaba paralizado, no sabía qué hacer, sentía como si sus piernas fueran gelatina. Así que fue corriendo lo más rápido que pudo hacia la cocina, agarró un cuchillo y empezó a pelear con aquellos aliens.

Pudo vencer a todos, pero al último no. Era el padre de Adam, Max, pero en versión alíen, él era un hombre muy fuerte y astuto. Sherlock había descubierto que los aliens además de tomar la forma del individuo que capturaba, tomaba sus debilidades, fortalezas, personalidades y miedos, así que era casi seguro de que Sherlock no iba a salir vivo de ahí.

Estuvieron luchando por casi veinte minutos hasta que entró un gato al salón, por un momento Sherlock pensó que era una distracción de Max para poder vencerlo, así que no le prestó atención; pero unos momentos después Max salió corriendo de la casa. Luego Sherlock se acordó de que él alíen tomaba la personalidad de la persona que capturó y como Adam le había contado a Sherlock, su padre le tenía miedo a los gatos.

Luego comprendió que se salvó de casualidad y que se tenía que considerar un chico muy afortunado.

El no quería contarle a nadie, pero se darían cuenta de lo sucedido esa tarde y él iba a terminar con muchos rezongos y problemas. Así que decidió mentir e inventar una historia más creíble.

Tenía dos opciones: Decir que tres ladrones entraron a la casa y se llevaron a la familia de Adam y que él logró escapar, o que una familia de chimpancés invadió la casa y que Adam y sus padres escaparon, pero que Sherlock se quedó peleándose con los chimpancés y les gano.

Obviamente, sonaba más creíble lo de los ladrones, así que fue directo a la estación de policía y le dijo a un oficial: -Hola disculpe, quiero reportar un crimen. -Si dígame -Tres ladrones con pasamontañas, los cuales no pude reconocer, entraron a la casa de mi amigo y robaron muchas cosas. Él y su familia escaparon, pero yo me quedé peleándose hasta que se fueron -Lo vamos a investigar, dígame la dirección.

Estuvieron ahí por casi una hora hasta que llamaron a los paradores de Sherlock, ya que llegaron a la conclusión que era todo un invento y que en realidad lo que había pasado era que su perro había hecho todo ese desastre en la casa y él no lo quería admitir, y la familia de su amigo se había ido de vacaciones.

Él sabía que no era cierto, pero era mejor que contar la verdad. Sherlock decidió no contarle a nadie lo que había sucedido aquella tarde.

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