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Cuento: Raúl el bicho supremo--------------p

Ella no lo recordaba muy bien, pero si se acordaba perfectamente de la biblioteca, su lugar favorito, ese siempre había sido su lugar favorito porque era el único lugar en el cual ella podía escapar de la realidad y de sus malvadas hermanas y padres, solo se sentaba a leer y se metía en la trama de un libro hasta que su madre le gritaba que ya se fuera a dormir porque era muy tarde en la noche. Bueno, ella y Bicho peludo exploraron todo el castillo, y poco a poco, Adara se iba acordando de cada detalle de su hogar. Se hizo de noche, y empezaron a notar algo raro: Adara creyó ver moverse a un niño de un cuadro que tenían en la biblioteca, y luego también vio que una mujer de un cuadro la saludaba; a este punto ambos se empezaron a asustar de verdad, hasta que sucedió: El niño y la mujer saltaron de sus cuadros y saludaron alegremente a Adara y a Bicho peludo. Adara se desmayó de la sorpresa, y luego de media hora, recuperó la conciencia: Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue la cara preocupada de la mujer del cuadro, era baja, de pelo marrón hasta la cintura y ojos chicos también marrones, y al lado de ella estaba el niño del otro cuadro, él era alto para su edad, también tenía pelo marrón y sus ojos eran marrones. Se presentaron ‘Hola- dijo la mujer – me llamo Jasmín, y él es mi primo Andrés, encantados de conocerte- Luego, Andrés habló -¿Cómo se llaman tú y tu amigo peludo?- preguntó.

-Bueno, yo soy Adara y él es Bicho peludo, y perdón por haberme desmayado, es mi primera vez hablando con cuadros- dijo ella, ya recuperada del susto -No pasa nada, ¿Quieres saber la leyenda del castillo de los cuadros? – dijo Andrés – ¡Claro!respondió ella. -Bueno, la leyenda dice así: Hace muchos años, un viejo señor encantó este castillo, haciendo que las personas de los cuadros cobren vida, así que la familia que vivía en ese castillo no fueron vistos de nuevo, se dice que tenían siete hijas, y los vampiros y duendes de los cuadros se las comieron a cada una, bueno, a todas menos a una, la más inteligente de todas: No se sabe su nombre, solo se sabe que se escondió en la única habitación en donde no había cuadros: Su habitación, y permaneció allí durante ocho años, sobreviviendo como pudo, pero una noche, ella y su leal mascota salieron de la torre y se encontraron con unas personas salidas de los cuadros, parecían amigables, hasta que los devoraron a ambos. - Andrés comenzó a sonreír, y a Jazmín se le empezaban a notar los colmillos…

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Ambos empezaron a correr por sus vidas, pero todas las puertas estaban cerradas Te hemos estado esperando por mucho tiempo- dijo Jazmín -¿En serio creíste que tus padres se habían olvidado de ti? Ellos volvieron, pero nosotros no habíamos cenado todavía, así que… paso lo que tenía que pasar- dijo Andrés -Respecto a tus hermanas, a ellas nos las fuimos comiendo cada año una de ellas... - continuó Jazmín Este año, nos hemos quedado sin banquete de fin de año, así que ahora te tenemos a ti- gritó Jazmín.

Al final, se dice que Adara y Bicho peludo lograron escapar y vivir felices, pero si algún día vas al castillo de los cuadros, aún puedes oír sus gritos desgarradores más allá de las paredes…

CUENTO RAÚL EL BICHO SUPREMO

Por Malena Labraga

Como cada mañana, llegué temprano al laboratorio. Antes de empezar a trabajar me preparé un café, al menos eso creía yo, pero se ve que aún estaba medio dormido, porque en lugar de añadir leche a mi taza, vertí en esta una extraña poción. No me di cuenta hasta que empece a notar que mis manos empezaban a crecer y me estaban saliendo garras, también me empece a notar más peludo de lo usual, y cuando me mire al espejo, lo único que vi fue un gato naranja que me miraba con unos ojos amarillos gigantes. Intente hablar, pero lo único que salió de mi boca fueron maullidos; camine hacia mi cama, y tuve que dar un salto de 1 metro para llegar, lo cual me resultó demasiado fácil, pero era lógico, ya que era un gato ahora, decidí ir al aeropuerto igualmente, no podía perderme mi viaje a roma, era por lo que había estado ahorrando toda mi vida, así que me fui camino al aeropuerto. No sé cómo, pero logré meterme en alguna valija de alguien, y según yo, ese vuelo me llevaría a roma, pero, los gatos no saben leer, y no me di cuenta de que ese vuelo me llevaba a otra ciudad que no conocía, pero claro, en ese momento yo no estaba enterado de nada. En el avión, conocí a un grillo que decía ser el presidente de Estados Unidos, pero era muy parlanchín, me molesto por dos horas, hasta que me harté y me lo comí de un bocado. No sabía nada mal, de hecho. Bueno, no recuerdo cuando, me quede dormido, y cuando abrí los ojos, los pasajeros se estaban bajando del avión, así que me metí de nuevo a otra valija, y cuando estaba afuera, corrí por 30 minutos hacia lo desconocido, y cuando me canse, intente buscar un lugar cómodo en donde pasar la noche, al final, termine en un bar, con gente gritando y tomando de más, pero me acomode en un rincón y me dormí.

Por la mañana, el bar estaba vacío, salí de ahí, y fui a tomar agua a un lago, pero cuando me vi… ¡Era un insecto! Pero no era cualquier insecto, era un grillo, ¡Era el mismo grillo que me había comido! Así que ahora era un grillo, que bien, si soy honesto, ya me estaba hartando de esto, de ser animales, me escondí en una casa ajena para no pasar frío en el invierno, fui a un súper y me robe una caja de cereales, leche, y otras cosas. Cuando estaba desayunando, pero no me quería levantar porque estaba comiendo queso, así que, me acordé de que había guardado mis cereales en el ropero para que el señor que vivía en la casa no sospechara nada, pero estaba muy cansado como para levantarme, así que pensé ` ojala tuviera poderes para hacerla venir ` . De repente, la caja salió volando hasta la mesa, creo que ahí sentí lo mismo que sintió, el grillo sintió cuando me lo comí, pero ¡Tenía poderes! Entonces tuve la mejor idea de mi vida (o eso creí): iba a dominar el mundo como un grillo gigante, era una idea terrible, pero yo no lo había pensado dos veces, así que empecé a planearlo todo: primero, tendría que tomarme una poción de crecimiento, luego, tendría que conseguir un ejército de gatos salvajes que serían mis mayordomos, y por último tendría que esclavizar a los humanos.

Bueno, después de unos años, logré mi cometido, y no fue tan difícil, así que ahora, ustedes, mis lectores, llámenme como: Raúl, el bicho supremo… Recapacitando, llámenme solo Raúl.

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