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Cuento: Un país más en el mapa-----------------p

Un país más en el mapa

Por Nicolás Altamirano

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Hace un tiempo, en 1934, en España, los ministros, se reunieron para discutir varios temas, uno de ellos, el posible intercambio de útiles y comida con otros países. Tenían varios trueques para hacer, pero tenían poco tiempo porque ya se acercaba fin de año. Finalmente, decidieron ir en primer lugar a Brasil porque sería más rápido que ir a Japón. Dos días después ya todo estaba listo para zarpar rumbo a América. -Eleven las banderas- dijo San Juan Gutiérrez, el capitán del barco.

-Enseguida capitán- dijeron sus dos compañeros de viaje, Luis y Javier. Juan tenía 25 años y una novia llamada Luciana de 23. Desde pequeño le encantaban los barcos, la navegación y soñaba con navegar hasta el infinito y más allá. Hacía ya unos días que el presidente de España le había propuesto navegar hacia Brasil a intercambiar bananas por cuero. Juan aceptó complacido y le agradeció la gran oportunidad.

El viaje comenzó el 16 de diciembre de 1934. El clima era excelente y muy agradable. Sin embargo, al poco tiempo de zarpar se puso ventoso y a Juan, por unos momentos, se le hizo muy difícil controlar el barco. Minutos más tarde logró controlar el viento y continuar su tan ansiado viaje a Brasil. En medio del viaje, algo raro pasó, Juan con su telescopio divisó a lo lejos un terreno sólido que no estaba en su ruta.

- ¡¿Y esto qué es?!- exclamó Juan extrañado. - Qué raro – dijo Luis, impresionado. - Esto no está en los mapas – dijo Javier- puede solo ser una pequeña isla. Los tres compañeros de viaje decidieron navegar hasta allí y ver de cerca de qué se trataba aquel territorio. Al llegar, bajaron del barco y entraron en tierra desconocida, vieron vegetación y vegetación durante horas hasta que se encontraron con un gran pueblo. -Creo que estoy soñando- dijo Javier Luis, ¿podrías pellizcarme por favor? Luis lo pellizco, pero no era un sueño, era pura realidad. Al rato, caminando distraídos se chocaron con una de las personas que habitaba el lugar. -Lo lamento- dijo Juan incorporándose. -No es nada- contestó el desconocido.

Luego se presentaron. El desconocido se llamaba Gorghino Lemmen, les contó que ese país se llamaba ‘’Gargan ’’ . Luego, los tres compañeros le realizaron varias preguntas sobre su país.

-Gargan es un país muy inusual- empezó a explicar él.

-Pese a que hay muchas playas, en invierno hay más gente que en verano. Aquí hace mucho calor, en verano las temperaturas pueden llegar a los 45 grados y en invierno apenas desciende hasta los 15 grados. Somos una comunidad muy pacifista a la que no le gustan los conflictos. Según mis amigos, la primera persona que llegó aquí lo hizo en 1715, estaba navegando rumbo a África y descubrió estas tierras. En 1770 se lo llamó Gargan como un país independiente. Estados Unidos intentó convertir a Gargan en una más de sus colonias, pero luego se llegó a una tregua y el 50% del territorio Gargeneo se convirtió en una colonia de Estados Unidos, hasta que, en 1926, luchando hasta el final, los Garganies atacaron la parte del territorio de Gargan que era de Estados Unidos y Gargan se volvió independiente totalmente. Hoy en la actualidad, hay como 100 pueblitos más en todo el país, somos unos 200.000 habitantes aproximadamente. Pero tenemos un problema grave, cada vez tenemos menos agua y alimentos y empezamos a tener mucha gente muriéndose de hambre. Cada vez hay más personas y menos comida.

Juan y sus amigos sintieron mucha pena y decidieron hacer algo al respecto. -Pues nosotros los ayudaremos- exclamó Luis. -Sí, podríamos traerles agua y alimentos por barco- dijo Juan- Y también madera para ayudar a mejorar sus casas. ¿Es en serio? - pregunto Gorghino. - ¡Muchas gracias! -No hay nada que agradecer. Gorghino los invitó a quedarse en su casa a dormir y los españoles aceptaron complacidos. Ellos partirían hacia España y volverían con agua, alimentos, madera y hierro.

Al día siguiente partieron, tenían la esperanza de ayudar a ese pobre pueblo. Cuando llegaron a España le contaron al presidente la situación y él estuvo de acuerdo en ayudarlos. Unos días después zarparon de regreso hacia Gargan con la esperanza de que no fuera demasiado tarde.

Cuando por fin llegaron, los Garganies les dieron una gran bienvenida, ya habían sido informados de la situación por parte de Gorghino y saltaron como locos de contentos al verlos llegar. Pasaron unos días construyendo nuevas casas y comercios. Los españoles quedaron en enviarles alimentos una vez al mes y los materiales que fueran necesitando. Todos juntos celebraron con una gran fiesta de baile aquel reencuentro, todos estaban muy felices.

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