Túnez
Tunisia
EL GÉNERO EN TIEMPOS DE PAZ Y EN TIEMPOS DE CRISIS
TÚNEZ: RESOLUCIÓN 1325 Y ODD16 Fatma Omrani Chargui. Embajadora de Túnez en España.
2020 ha sido el año mundial de celebraciones de la Mujer, en el transcurso del cual la Comunidad internacional ha conmemorado a la vez, el 75 aniversario de la creación de las Naciones Unidas, el 25 aniversario de la Conferencia Mundial de las Mujeres en Pekín, que ha abierto la vía, cinco años después, a la resolución 1325 del Consejo de Seguridad. Sin embargo, es necesario recordar que la promoción y la protección de los Derechos del Hombre, en general, y los derechos de las mujeres, en particular, ha sido siempre una prioridad para Túnez desde su independencia, con la aprobación del Código del Estatuto Personal, el 13 de agosto de 1956, el derecho a la educación y al trabajo en 1958 y el derecho al voto en 1959, etc... La Constitución tunecina de 2014 ha venido a reforzar este proceso, declarando en su artículo 21 que “los ciudadanos y ciudadanas son iguales en derechos y deberes. Son iguales ante la ley sin discriminación. El Estado garantiza a los ciudadanos y las ciudadanas las libertades y derechos individuales y colectivos”. El artículo 46 consolida esta visión estipulando que “El Estado se compromete a proteger los derechos adquiridos de la mujer y a velar por su consolidación y promoción, ... garantiza la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres al acceso a las diversas responsabilidades y en todos los ámbitos,...se compromete con la paridad entre hombres y mujeres en las órganos electivos,... toma las medidas necesarias para erradicar la violencia contra las mujeres”. Túnez se ha comprometido también a poner en marcha los instrumentos internacionales en la materia, dejando sin efecto, desde 2011, todas las reservas sobre su adhesión al Tratado de las Naciones Unidas contra las discriminaciones de las mujeres- CEDAW y ha iniciado la implementación de las recomendaciones de la resolución 1325. Es así como hemos aprobado, el 8 de agosto de 2018 nuestro Plan de Acción Nacional, PAN-1325, a través de un enfoque participativo que implicó a diferentes ministerios y agentes nacionales, incluida la sociedad civil. Este PAN se basa en seis importantes pilares: Prevención, Protección, Participación, Ayuda, Consolidación de la Paz y Reconstrucción, Información y Defensa.
Esta política nacional basada sobre el respeto de los derechos humanos y la institucionalización de la igualdad de género, se ha traducido, entre otros, en la integración de género en la elaboración de las políticas y estrategias, la creación del Consejo de los Pares para la Igualdad de Oportunidades y en la elaboración del Plan Nacional de Acción en favor de las mujeres y las niñas del medio rural, este último gracias también a la contribución de España. Por último, la aprobación, por unanimidad, por parte de la ARP, en julio de 2017, de una ley orgánica sobre la eliminación de la violencia contra la Mujer, ha representado un paso importante para la mujer tunecina y por ello trabajamos igualmente en colaboración con España. Dicha ley introduce importantes dispositivos para su puesta en marcha, en particular la creación de un Observatorio Nacional de lucha contra la violencia contra la Mujer (febrero de 2020) y unidades de seguridad especializadas en delitos cometidos contra las mujeres y niños, todas ellas acciones consolidadas mediante la adhesión al Convenio de Estambul. Túnez se ha unido también a la Red Internacional “International Gender Champions”, así como al Foro “Génération – Egalité” de la ONU donde copresidimos la Coalición sobre Tecnologías y Innovación. Por otra parte, la pandemia del COVID 19 ha golpeado con especial dureza a mujeres y niñas. Túnez fue de los primeros países en entender que la lucha contra la violencia por motivos de género y la integración de la Mujer en la gobernabilidad, constituye un requisito previo para contener la pandemia, y asimismo presentó y consiguió la aprobación de la resolución CS 2532 (2020), que viene a poner en práctica la ODD16. Esta última reconoce el papel esencial de las mujeres en la lucha contra el COVID así como los efectos negativos y desproporcionados de la pandemia, en particular desde el punto de vista económico para las mujeres y niñas. Esto evidencia la necesidad de la plena participación de las mujeres en la elaboración y la puesta en marcha de una respuesta apropiada y sostenible a la pandemia. ¡La solidaridad y la rápida acción de la Comunidad internacional son después necesarias para la realización de estos nobles objetivos!•
Diplomacia Siglo XXI
37