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Los maestros que dejan huella
“Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos.”
Carl Jung
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La labor docente se dice que es una tarea fácil, que no se tiene que tener mucha experiencia para llevarla a cabo, inclusive es una profesión que tiende a ser denigrada por múltiples estereotipos que desafortunadamente hoy en día se mantienen vigentes; sin embargo, hasta que uno no está involucrado en el ámbito de la educación y tienes el placer de estar frente a tus alumnos, sabes del gran reto que es tener en tus manos la educación no solo académica sino emocional de cada uno de ellos.
Apesar de los estereotipos que se tienen en torno al rol del maestro, cada vez se observan más docentes con un mayor profesionalismo y compromiso en su labor día a día en el aula. Lo cual impacta de manera directa en el desempeño académico y personal de los alumnos, ayudándolos a enfrentarse a situaciones de vida con conocimientos y valores. Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es ¿Qué características tienen los maestros que dejan huella en sus alumnos y que son recordados con el transcurso de los años? Para poder mencionar dichas características, me puse a pensar como docente en aquellos aspectos que considero me caracterizan y sobre todo en la percepción que tienen mis alumnos de los maestros que a lo largo de los años aún los recuerdan con cariño y amor.
La primero y desde mi punto de vista más importante es el amor a los estudiantes, el amor es el motor de toda motivación para hacer las cosas, el cual va acompañado de un espíritu de servicio que te lleva no sólo a pararte frente a un grupo y transmitirles tus conocimientos en la materia sino en ver a cada uno de tus alumnos como un ser independiente, visualizándolo muchas veces como un hijo o hija, a quien buscas guiarlos por el mejor camino y sobre todo que más allá que te preocupe su desarrollo académico, tu principal objetivo es verlos felices.

De la mano del amor hacia tus alumnos, viene la pasión por la labor docente, cuando observamos a un maestro que se ve que le gusta enseñar, lo podemos notar en el empeño y dedicación que le pone a sus clases. En la satisfacción que le genera poder transmitir sus conocimientos a los demás, logrando que el otro se interese en ellos pero sobre todo en el hecho que a pesar de las adversidades por las cuales puede pasar a lo largo de su labor docente, nunca se da por vencido hasta alcanzar las metas que plantea junto con sus alumnos.
Otra característica muy importante es la paciencia, como dicen, el ser paciente es un don y concuerdo al mil con esta frase. La paciencia implica saber esperar, escuchar, mantener siempre una línea de respeto entre alumno y profesor; estar disponible cuando tus alumnos necesitan que los ayuden. Es importante que el alumno perciba que a pesar del trabajo que conlleva planear una clase, tenemos el tiempo para detenernos a escucharlos y buscar una solución a sus problemas. De la mano de la paciencia está el no darse por vencido, es decir, la tenacidad. Lo cual implica no conformarse con cualquier cosa, siempre buscar generar en los alumnos la perseverancia para seguir trabajando en alcanzar sus metas, sin importar el esfuerzo que tengan que hacer para alcanzarlas.
En la medida que el alumno percibe que el maestro siempre está dando de sí para lograr sus objetivos como docente, lo inspira para que él también luche por sus propias metas y busque en el maestro la escucha y el apoyo para llevarlas a cabo. Por último, estaría la responsabilidad. Un valor que desde mi punto de vista se gesta en casa a través de las figuras parentales. El maestro en su labor diaria, debe transmitir a sus alumnos el valor de la responsabilidad y no hay mejor manera que predicando con el ejemplo.
El maestro se prepara, lee, estudia y se actualiza para enseñar y mejorar su docencia; lo más importante es que cuando en verdad ama su trabajo en el aula, no se le dificulta hacer cada una de estas actividades, al contrario, las disfruta y pone todo su empeño en llevarlas a cabo, por lo cual termina por transmitirle dicha sensación de satisfacción a sus alumnos. marihole@hotmail.com
Mencionar qué caracteriza a un maestro que deja huella, no es una tarea sencilla; los que previamente menciono son los que considero que sobresalen más que otros; sin embargo, hay muchos factores que impactan en que esto se lleve a cabo. Creo que hay un aspecto que tambièn interviene en la percecpión que el alumno crea de su maestro y es su personalidad. Algo innato e irrepetible que le va a dar el toque final a la manera en la que el docente lleva a cabo su labor, esas características tan particulares que logran que los alumnos conecten con él y se forme un vínculo tan estrecho y significativo para ambas partes.