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El rol delenpadre la actualidad (Parte
2)
En la primera parte me permití poner un texto que nos pone a pensar y a reflexionar sobre la caída de la investidura de la figura del padre a nivel social. En esta segunda parte, pretendo compartir con ustedes un complemento a dicha reflexión desde algunas ideas que el psicoanálisis plantea entorno a la función paterna. Para introducir este tema me gustaría retomar la salud mental; ya que ha sido conceptualizada como un derivado de la función paterna con el tema de la prohibición del incesto o el respeto a la ley, las reglas y las normas que imperan en la sociedad.
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Lo anterior permite que el niño tenga “conciencia moral”, es decir una voz interna que en psicoanálisis llamamos “super yo” y esta, a su vez, tiene la función de decirnos: “Así debes ser” “Así, no debes ser”. Por otro lado, Freud nos dice que la función paterna permite explicar la profunda necesidad de protección del ser humano en relación a su estado de desvalimiento.
En ese sentido; el padre cumple para el niño, en función de su fuerza, una tarea protectora que retendrá toda su infancia. Siguiendo esta línea, el padre ejerce su función cuando pone límites, cuando sanciona y cuando es lo suficientemente fuerte y firme como para hacer que las reglas se cumplan. En ese sentido, un padre debe trabajar en no ser ni demasiado afectivo o gentil, ni demasiado blando o complaciente, ni demasiado ausente o falto de carácter.
Si el padre cumple con la función simbólica de la castración o la puesta de límites, prepara al niño para una adecuada inserción social, ya que un niño que aprende a respetar las reglas, podrá insertarse en los juegos con sus pares entendiendo que a veces va a perder, que no puede ajustar las reglas a su conveniencia y sobre todo tendrá la capacidad de ser empático. La función paterna es una función simbólica, y puede ser tan efectiva cuando el padre está presente como cuando está temporalmente ausente. Las madres apelan al padre como juez y castigador cuando les advierten a sus hijos lo que pasará si no obedecen.
Ahora bien, una madre puede rebajar la posición de su marido si le dice constantemente al niño: No le contaremos esto a tu papá, ¿verdad? o ¡tu padre no sabe lo que está diciendo! Y si desobedece todas sus órdenes apenas le da la espalda. Por lo tanto, una madre que suma y favorece la función paterna, sabe que el padre, siempre será el padre y que ella no puede lesionar o romper ese vínculo y mucho menos envenenar las emociones de un niño o niña que no tiene la culpa de lo que sucede en el mundo de los adultos. Aunque lo considere un mal hombre, un irresponsable o incluso se haya desentendido de la crianza.

MTRO. MANUEL HERNÁNDEZ GARCÍA
Psicoanalista manuel@descubriendote.mx