2 minute read

Un nuevo ciclo escolar.

¿Recuerdas cuando estabas en primaria y cambiabas de grado? ¿Recuerdas la sensación de tener útiles nuevos y listos para usar? ¿Puedes revivir esa sensación que tenías al encontrarte de nuevo con tus compañeros para jugar en el recreo? ¿Te sentías entusiasmad@ o con temor? Y… ¿Qué tal cuando entraste al Kínder? ¿Recuerdas el sentimiento de dejar a mamá? Si eres papá o mamá, seguramente tuviste emociones encontradas cuando dejaste por primera vez a tu hijo o hija en el Kínder.

¿Recuerdas qué sensación tenías? Probablemente, por un lado estabas muy emocionado y contento por verl@ crecer. Por otro, tal vez sentías un poco de nostalgia por dejar atrás días de pasarla juntos todo el tiempo. Ahora tocaba dejarlo resolver, confiar y estar presente a la medida de lo posible.

Advertisement

En cada ciclo escolar nuevo, los niños se adentran a un mundo con retos y se enfrentan a la incertidumbre; al no saber qué pasará. Por un lado, se emocionan y; por otro, pueden sentir angustia por lo desconocido y por algo que aún no dominan. Pero, ¿Qué pasa en la mente? ¿Por qué sentimos lo que sentimos y reaccionamos como reaccionamos?

De acuerdo a la teoría de la prestigiosa psicoanalista y pediatra Margaret Mahler; lo que se revive, en ambos casos, son los sentimientos que tuvimos al irnos desprendiendo poco a poco de nuestra madre para lograr una independencia. Se experimentan sentimientos intensos y respuestas ante la separación.

Cuando somos bebés dependemos totalmente de nuestra madre; pero conforme vamos creciendo, aprendemos que podemos explorar el mundo, que llevamos a nuestra madre dentro y que podemos regresar a ella para tomar fuerzas y seguir adelante en momentos de angustia o inseguridad.

En el ámbito escolar, podríamos decir que cuando los niños cambian de ciclo, pueden experimentar angustia, pero también tienen la certeza de que conocen las instalaciones, que identifican a algunas profesoras, que sus padres pasarán por ellos al final del día y, que algunos de sus compañeros y amigos estarán para acompañarlos.

También sienten la emoción por explorar y vivir cosas nuevas. Esto último los motiva y les impulsa a enfrentar el reto. Por otro lado, cuando nuestros hijos están muy pequeños y acuden por primera vez al colegio, poco a poco se van realizando algunas rutinas, se van identificando a los profesores principales y se va creando la seguridad de que papá y mamá siempre estarán ahí para ayudarlos.

Los niños van confiando en que pueden resolver pequeños problemas ante la ausencia de sus cuidadores primarios. Si tu pequeño entrará por primera vez al colegio; o tiene dificultades para enfrentar el nuevo ciclo, hay algunas cosas que puedes hacer para disminuir la angustia que causa esta separación.

Una de ellas es anticipar lo que va a pasar a través de historias, cuentos o visitas recurrentes al colegio. Crear un objeto de apego también ayudará a ir comprendiendo que, aunque no vean a papá o mamá, están dentro de su mente y los acompañan (pulsera, corazón en su uniforme para guardar besos y abrazos de mamá, un collar). Por último, las rutinas y un “te amo”, junto con un abrazo, siempre serán el mejor aliado antes de comenzar el día.

Recuerda siempre mandarle un lunch lindo, con algo que le guste y disfrute. Este es un momento de especial conexión con su hogar: tú. Finalmente, me parece importante darse la oportunidad de sentir. Recuerda que cuando nos permitimos experimentar nuestros sentimientos, es más fácil darles forma y acomodarlos en nuestra mente.

PSIC. ANA GABRIELA LEÓN DEL CASTILLO Psicología infantil y Orientación a padres gabriela@descubriendote.mx

This article is from: