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Las redes sociales, la acción colectiva detrás de las fundaciones: Fundación ORCA

Por: Sara Castaño, Laura Ruiz, Valentina Jiménez, Isabela Betancur

A veces creemos conocer bastante sobre fundaciones porque -quizá- hacemos un donativo y las vemos en plataformas como Facebook o en televisión, pero como muchas cosas en la vida sólo estamos mirando la punta del iceberg. Ser voluntario o acercarte a una fundación te permite dar cuenta de la realidad de ellas, en la que no todo es color de rosa y recepción de donativos, sino también endeudarse, quedarse un día sin recursos para abastecerse, buscar apoyo de medios, etc.; pero no todo es trágico como suena, y es lo que aquí queremos destacar: el lado humano, ciudadano y colaborativo, mismo que hace que las fundaciones salgan adelante para cumplir su misión: las redes sociales.

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Cuando hablamos de redes sociales no nos referimos a Facebook o Instagram. Nos referimos al trabajo en red, al trabajo colectivo que busca recomponer el tejido social, a las relaciones que se forman en torno a una organización para crear lazos de solidaridad y cooperación para investigar, reflexionar, y actuar.

Una de las tantas fundaciones que hay en Medellín, ORCA (Organización por el respeto y cuidado de los animales), a la que tuvimos la alegría de conocer y con la que pudimos convivir, tiene en su equipo una directora, varios voluntarios, y una clínica veterinaria que le meten el corazón al cuidado de los animales, y han salvado la vida de cientos de animales en situación de calle desde el 2008. Su misión va más allá del cuidado físico que brindan, pues también se enfoca en concientizar y promover el respeto a través de la formación y unión de la ciudadanía. Esta fundación no solo la puedes ver recogiendo animales en situación de calle y dando la atención que necesitan para una vida digna, sino que genera procesos formativos para enseñar sobre el cuidado y respeto hacia los animales. Este es un pequeño paso, pero uno importante en la formación ciudadana y construcción de redes sociales.

Sin embargo, aunque es una labor muy noble, requiere de mucho esfuerzo, muchos sacrificios y muchas personas, y aquí es donde entendemos realmente la gran influencia de las redes sociales, que hacen que todo sea posible. Tanto la directora como los voluntarios son personas externas que se convierten en internas y ponen al servicio de ORCA su tiempo, dinero y conocimientos. Por ejemplo, los voluntarios que son abogados asesoran en asuntos legales, los comunicadores ayudan con las redes sociales (las otras), y todos, con o sin profesión, aportan su tiempo y capacidades para cumplir con un objetivo, que hasta ahora han logrado. Podríamos continuar con las personas externas, que gracias a sus donativos contribuyen con el pago de alimentos, medicamentos y el mantenimiento de los animales; estas incluyen a personas naturales y jurídicas, con quienes se acuerdan alianzas estratégicas. Por ejemplo, hay una marca de concetrado que rebaja sus precios para compras de la fundación, una marca de bolsos y otra de helados que destina un porcentaje de sus ganancias a la fundación, un medio de comunicación digital que publica sobre el respeto animal, y una veterinaria que ha atendiendo a los animales en situación vulnerable con precios más accesibles, mucho amor y paciencia. Esta es sólo una parte de la red social de una de las tantas fundaciones que hay en la ciudad, una parte que deja en evidencia el lado humano y colectivo que muchas veces es invisible y que muestra cómo la ciudadanía puede lograr cosas increíbles al trabajar unida. Cada una aporta desde sus saberes y sus intenciones a la articulación ciudadana para lograr una sana convivencia, en este caso con los animales. ¿Cómo sería si esto se hiciera con otras causas? Las hay, en otras fundaciones, pero eso ya lo dejamos a criterio personal, no sólo para investigar, sino también para participar en la construcción de una ciudad más solidaria.

TRABAJO EN RED

TRABAJO COLABORATIVO