REVISTA QUÓRUM Edición #6

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REVISTA QUÓRUM

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Directora General: Dra. Florencia Abramzon

Jefa de Redacción: Alejandra Lazo

Fotografía: Jesica S. Mignone | Avanti! Producciones

Diseño gráfico: Guillermina Araujo

Comerciales: Dr. Guido Vignale y Nicolás Azzolini

Community Manager: Victoria Biancotti

Distribución Editorial: Héctor Ignacio Salgueiro

Curador Artístico: Ryki Jaco

Imprenta: Gráfica Pinter

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EDITORIAL

Quórum cumple dos años de transitar este magnífico proyecto, el cual acerca al lector información variada sobre derechos, obligaciones, innovaciones, cultura y demás temas de interés general en un lenguaje más llano, con el objetivo de que cualquier persona pueda comprender, aprender y aprehender.

No hay límites para crear contenido; todo es interesante si se sabe observar.

Quórum se transforma, crece y avanza en un sistema judicial arcaico que va modificándose al tiempo en que esta publicación da sus primeros pasos ¿Casualidad o causalidad?

En esta sexta edición queremos AGRADECER. A todos los que nos apoyan y nos acompañan desde su lugar. A los entrevistados por el coraje y su tiempo, a los especialistas por sus dedicados informes, a los que nos entretienen con su ingenio, a los sponsors por la confianza, a los lectores por el interés, al público de las redes sociales por el feedback, a los visitantes del sitio web y a los abogados por comprender la necesidad de una revista como Quórum y por colaborar para conservar la excelencia estética y la calidad del contenido.

Vamos con toda nuestra energía hacia el entrante 2023, con mucho orgullo de lo hasta aquí conseguido y con ganas de mostrar más de todo lo que nos rodea, que a veces por nuestras rutinas, dejamos de conocer.

La tendencia la conocemos y a veces la marcamos.

Apostamos a quienes nos siguen desde un comienzo y a que muchos más se sumen a nuestra QomUnidad

Con afecto, DRA.

ABRAMZON Directora General de Quórum

CONTACTO florencia@revistaquorum.com.ar +54 911 56 60 91 31
MAXIME IN VITA EST GRATUS: LO MÁS IMPORTANTE DE LA VIDA ES SER AGRADECIDO EDITORIAL | 3

SUMARIO

COMODORO PY JOSÉ ANTONIO

MICHILINI

Cultor del perfil bajo, decidió compartir un poco más de su trayectoria, sus fallos, sus opiniones y aspiraciones. El juez federal también se atrevió a contar un poco de su vida y a compartir sus sueños.

ABOGADOS EN SERIE

OMAR LAVIERI

De los viejos lobos de mar, Omar conoce de política judicial más que ninguno. Periodista de vocación y fanático de su gato Limón, se divierte junto a Quórum escribiendo sobre series de abogados. En esta tercera entrega, For Life

MODA

LA RANDO

Nace en pandemia una marca sofisticada para un grupo de personas que comprende lo que es invertir en un buen producto nacional con estilo y calidad. La Rando crece y va ganando mercados.

Titular del Programa de Asistencia Legislativa y contra el Financiamiento del Terrorismo de la OEA, Fernanda explicó el trabajo que realiza la organización en la región y delineó los desafíos que los estados miembros tienen por delante.

RELACIONES DE CONSUMO

ALEJANDRA LAZO

La ciudad de Buenos Aires constituyó un Fuero de Relaciones de Consumo, para que los usuarios y consumidores porteños cuenten con una instancia propia de resolución de conflictos. Balance a un año de su implementación.

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NOTA DE TAPA MARCELO SANCINETTI

El triple Doctor en Derecho Marcelo Sancinetti es considerado “el fórmula uno del Derecho Penal”. Su trayectoria como académico es sobresaliente y enaltece nuestra revista al ser la nota de tapa.

TECNOLOGÍA NICOLÁS AGUINSKY

Joven genio de las tecnologías, abogado e hijo de un gran juez en lo penal económico. Escribe notables papers informativos sobre las últimas novedades de los NFT s, stablecoins, crypto, metaverso, etc. Una mirada interesante que combina derecho y futuro.

ARTE

SANTIAGO BENGOLEA

Al ser un artista de raza, Santiago no necesita etiquetarse para pertenecer. Nos cuenta sobre su trayectoria en Fundación PROA y sobre su nuevo proyecto Smol, con el que sigue marcando diferencia.

JUEZ DE MENORES

CARLOS PARMA

Juez de Cámara en lo Penal de Menores en Mendoza y ferviente defensor de las neurociencias, explica la importancia de incorporar este tipo de herramientas para mejorar el servicio de justicia.

POLÍTICA

MARCELO PERETTA

Doctor en Farmacia y Bioquímica y sindicalista. Quiere suceder a Horacio Rodríguez Larreta en la Jefatura de Gobierno porteña y asegura tener los remedios que la ciudad de Buenos Aires necesita. Sus principales propuestas, en esta nota de Quórum.

COLECCIONISTA Y JUEZ

GUSTAVO BRUZZONE

Juez de extensa trayectoria, descubrió la pasión por el arte hace 30 años y ha encontrado un equilibrio entre ambos mundos. Frontal, locuaz y directo, Gustavo no esquivó ninguna de las preguntas de Quórum.

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COMODORO PY

JOSÉ ANTONIO MICHILINI:

“Si queremos cambiar, tenemos que hacerlo todos”

Podría haber sido Ingeniero Agrónomo pero su pasión por el derecho internacional inclinó la balanza. Fue 12 años juez provincial y actualmente es juez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1, donde ha tenido que participar de causas muy resonantes. Su principal sueño es ser un buen padre, defiende el funcionamiento de la Justicia y le dice a sus alumnos universitarios que nunca es tarde para abrazar su vocación. José Antonio Michilini decidió, pese a su fuerte perfil bajo, hablar con Revista Quórum y responder muchas preguntas que nunca le habían formulado. REDACCIÓN: Quórum FOTOGRAFÍA: Avanti! 6 | REVISTA QUÓRUM

¿Q

ué es la justicia para vos?

Que buena pregunta. La justicia es una herramienta para resolver conflictos sociales y/o personales; conflictos respecto de los cuales, muchas veces, se cree que la respuesta no la puede dar la Justicia. Se les da un espacio demasiado importante, el cual excede el propio marco de la justicia. Trabajé durante muchos años en la Justicia de Lomas de Zamora, en la Justicia provincial, con conflictos permanentes, y era muy interesante. Estábamos muy cerca de la gente, la resolución era inmediata. Era muy lindo sentir cómo las personas se iban contentas cuando uno resolvía el conflicto. Porque a veces nuestra intervención es tardía y entonces nos cuesta. A veces el trabajo pasa más por tener el contacto con las personas y que se sientan escuchadas, porque en definitiva, el problema de fondo ya no se podía resolver, dado que era demasiado tarde o porque no era del ámbito de la Justicia.

que fui designado juez en un Tribunal Oral Federal acá en Comodoro Py, viviendo experiencias totalmente diferentes.

Dijiste que no sos de familia de abogados, ¿cómo decidiste estudiar Derecho?

La verdad es que yo iba para Ingeniero Agrónomo. Te soy sincero, disfruto mucho del campo y de la naturaleza, pero el derecho siempre fue algo que me gustó y luego descubrí que era mi vocación. Haber ido a la Universidad de Buenos Aires (UBA) me proyectó, conocí gente, me permitió que me busquen para estudiar en Suiza y desde el año 98 que sigo dando clases en Ginebra todos los años. Además, doy clases en otras universidades, soy titular de cátedra en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, doy clases de Derecho Penal Internacional en la UBA, y también en la Universidad del Salvador, pero el aspecto académico es secundario en mi vida. Lo importante para mí es mi trabajo, ser juez es algo maravilloso. Para mí es un lugar privilegiado, porque tengo la posibilidad de hacer lo que me gusta. Además soy consciente que es un privilegio que viene con responsabilidades, carga y presiones. Pero bueno, es parte de lo que uno asume. Así que nada, contento con eso.

Tuviste casos muy significativos. ¿Cuál fue el que más te conmovió o te tocó?

¿Cómo fue pasar de ser juez de Lomas de Zamora a Juez Federal?

Fue un desafío súper importante. Toda mi vida me gustó el ámbito académico, siempre. No vengo de familia de abogados o judiciales, todo lo contrario. Sin perjuicio de ello, toda mi vida me preparé para especializarme en derecho internacional, que es una rama que me interesó siempre. El estudio de los Delitos de Lesa Humanidad me apasiona. En el año 1998 tuve la posibilidad de ser becado para estudiar en Suiza y ahí me especialicé en derecho internacional. El ámbito en donde se juzgan responsables por estos delitos es la Justicia Federal. Fui 12 años juez en la provincia de Buenos Aires, una experiencia hermosa, y hace ocho años

Fueron varios los casos que por diferentes motivos me llegaron de alguna manera. Incluso, algunos procesos ordinarios en los que intervine como juez en la Provincia. Por ejemplo, el caso de un doble homicidio culposo que no tiene por ahí mucha injerencia, pero las víctimas que habían fallecido eran los adoptantes de los chicos que iban en el auto, o sea una situación muy difícil de sobrellevar. En los juicios de Lesa Humanidad escuchar a las víctimas es muy fuerte también. Después están las causas con más repercusión mediática, donde uno no sabe cómo manejarse con todo ese ámbito que es ajeno, o por lo menos, ajeno para mi forma de vivir. Vivo en el mismo barrio en zona sur desde hace 25 años, con la misma gente. Mi vida sigue siendo la misma. Entonces ciertas cuestiones que uno antes hacía de ir caminando a comprar por ahí cambia cuando la gente interpreta de modo diferente alguna decisión jurídica que tomé. Estar en el supermercado y que te digan José no me gustó tu voto se hace difícil si intento explicar todo lo técnico. Pero bueno, es parte de lo que uno asume.

Votaste a favor de sobreseer a Cristina Kirchner en la
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Siempre trato de lograr un fin social. Darle un destino que ayude un poco al menos a escuelas, comedores, instituciones que lo necesitan.

causa por el Memorándum de Irán. ¿Cuáles fueron tus fundamentos?

Mis fundamentos fueron estrictamente técnicos, como corresponde. Mi especialidad es el derecho internacional y acá estaba muy relacionado. La decisión política de la firma del Memorándum o no es una cuestión que me es ajena, eso es político. Puede estar acertada o no. En este caso había cuestiones particulares que a mí me hacían entender que no había delito. Primero, porque es un tratado internacional en el que se necesita el acuerdo de los dos países. Uno no lo hizo. Entonces ya pasa a ser una cuestión política y no una cuestión jurídica, porque no está ratificado. Teníamos un Congreso, teníamos los votos, teníamos aspectos técnicos y, aparte, una declaración de inconstitucionalidad que se dio en ese marco, o sea, no había un tratado vigente. Es decir, había varios factores que hacían que no adquiriera la calidad de delito. Obviamente ahora lo está revisando el Tribunal de Casación, a ver si se entienden o no acertados los criterios expuestos. Pero bueno, cuando me hacen o me piden una explicación rápida, yo digo que a nadie se le hubiese ocurrido imputar por un encubrimiento de un golpe militar a un Presidente que dictó la Ley de Obediencia Debida o Punto Final. Son decisiones políticas con las que podemos estar de acuerdo o no, yo me encargo de resolver cuestiones técnicas.

También habías opinado que no estaba configurado el delito de traición a la patria porque no estábamos en guerra…

Ese fue uno de los planteos iniciales de que para que haya traición a la patria debería haber un conflicto bélico que no estaba dado en ese contexto. Y para el encubrimiento deberían configurarse otros extremos que no se daban, por lo menos del análisis de la totalidad de los elementos que se recopilaron y estudiaron. La causa tenía mucha documentación, muchas escuchas telefónicas, había bastante material. Del análisis en particular que me tocó hacer, no había una conexión entre la decisión que se tomó de firmar este pacto con un delito de encubrir el atentado de la AMIA. Además es un tema sensible que todavía genera angustia. O sea, era un proceso que constituía una herida que tenemos y todavía no se había resuelto.

Tuviste que expedirte en la causa en la que se lo acusaba al ex vicepresidente Amado Boudou de haber falseado la documentación de un automóvil de su propiedad.

En ese momento se hizo también un juicio oral y público y hubieron algunos elementos que entendí que ameritaban hacer una incidencia sobre una posible comisión de delito. Después el Tribunal de Casación, basándose en mi voto, revocó el fallo y la causa fue a juicio oral y público nuevamente. Otro tribunal entendió que había que condenarlo y Casación lo absolvió por ese delito. Así que, es un ejemplo de un derrotero jurídico importante, pero siempre me pude manejar con libertad. Nunca tuve la presión de decir “tengo que hacer esto porque si no me va a pasar aquello”.

En tu caso no, ¿pero conocés otros casos de colegas que sí hayan tenido que resolver presionados?

Ya no realmente. Y si lo han hecho, no me lo han dicho. Mis colegas y yo resolvemos conforme a nuestro criterio. Hay criterios que son más lógicos y otros que son menos lógicos. Hay cuestiones que están más afianzadas en el derecho y otras que son más innovadoras. El derecho no es una ciencia exacta, por lo tanto, yo puedo tener una disidencia con mis colegas y eso no hace que sea irrespetuosa su postura ni respetuosa la mía. Por eso también a veces hay que desdramatizar. El derecho es así y por suerte no es matemático. De otro modo seríamos una sociedad peligrosa, porque cualquiera podría juzgar a cualquiera desde la matemática de una ciencia exacta, pero no, NO somos una ciencia exacta. Somos personas. Muchas veces nos equivocamos y lo reconozco. Sí es así, busco enmendarlo. Creo en la Justicia. Creo que la Argentina tiene que tener un crecimiento. Debemos cambiar la imagen de la justicia. Por eso me parece súper interesante lo que están

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Con todos los defectos que puede tener una Justicia que maneja cuestiones muy conflictivas, muy políticamente expuestas, dentro de todo funciona.

haciendo ustedes desde la revista, darnos un lugar para poder hablar con claridad y tranquilidad de los temas. Uno trabaja con casos resonantes y trata de mantener un perfil bajo en los medios de comunicación, trata de que uno se conozca a través de sus resoluciones, porque en definitiva nosotros trabajamos exclusivamente con lo técnico. Lo que es mediático a mí no me interesa pero esta es una revista muy técnica y creo que es un buen plafón para darnos a conocer un poco más.

Otro de los casos resonantes fue el de José López, fallaste a favor de su enriquecimiento ilícito.

El Tribunal por unanimidad resolvió y con conocimiento de la Corte le dimos el contenido de los bolsos (9 millones de dólares) a los hospitales Garrahan y Gutiérrez en prepandemia. O sea, este dinero -que no era reconocido por nadie- le llegó a la gente. Fue inmediato el efecto y es también una de las satisfacciones. Se terminó condenando a alguien que en principio entendíamos que había cometido el delito y por otro lado también el dinero terminó en los lugares más nobles. Hay procesos que me tocaron también como el juicio oral y público de Alberto Samid o parte de la “Mafia del Oro”, causas que tuvieron en su momento mucha repercusión, y yo siempre trato de lograr un fin social. Darle un destino que ayude un poco, al menos a escuelas, comedores o instituciones que lo necesitan.

¿Cómo ves a la Justicia Federal hoy?

Tengo un pensamiento bastante particular. Con todos los defectos que puede tener una Justicia que maneja cuestiones muy conflictivas, muy políticamente expuestas, dentro de todo funciona. Me tocó juzgar a Carlos Menem por la venta de La Rural. Entendí que había delito y lo pude condenar. Creo que con todos los defectos, con todas las cuestiones que podrían modificarse, es una Justicia que todavía funciona. Podría funcionar mejor, pero hay muy buenos jueces, hay muy buenos fiscales y muy buenos defensores. Hay mucha gente trabajando en la Justicia Federal y hay muchos que estamos convencidos que estamos ahí para hacer las cosas lo mejor que se pueda, para que nuestros hijos puedan estar orgullosos de sus padres y estar orgullosos de ser parte de un país que queremos que salga adelante, que funcione.

¿Cómo es el vínculo entre los jueces del Tribunal Oral con los jueces de primera instancia?
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No creo en el mensaje de que todo está perdido, soy un convencido de que no es así. Eso es lo que me da motivación para seguir trabajando.

El vínculo es normal, es un vínculo cordial y amable y tengo muy buenos amigos en primera instancia. Pero bueno, a veces hay cuestiones técnicas respecto de las cuales podemos opinar de diferente manera. Pero ello no quiere decir que uno confronte con el otro colega, sino que por ahí para una etapa investigativa hay elementos y hay una presunción de responsabilidad pero en el juicio ya no está esa certeza de responsabilidad, y por eso a veces se absuelve en el juicio.

transcurso del día y a la tarde corrige y firma resoluciones. ¿Te despertás por la mañana y vas directamente a Tribunales?

Con todos los defectos tener una Justicia que cuestiones muy conflictivas, políticamente expuestas, de todo funciona

No, todos los días llevo a mis hijos al colegio. Eso no se cambia nunca. Llevarlos al colegio todos los días es algo muy lindo. Desde el primer día de jardín llevé a mi hijo y de ahí me voy a Tribunales, me voy a Comodoro Py y estoy hasta el horario que sea, o voy a la facultad a la tarde a dar clases y a veces vuelvo a Comodoro Py. Es un trabajo de equipo, tengo un buen equipo de trabajo, tengo buenos colegas, puedo muchas veces tener discrepancias en opiniones jurídicas, pero es un buen equipo de gente. Te puedo asegurar que cada resolución implica muchas horas de trabajo. Por ahí no se ve, no se aprecia, pero requiere muchísimo trabajo para tratar de que salga todo lo antes posible, o sea, para resolver en tiempo y forma.

Imagino que además pueden surgir complicaciones...

En estos años de experiencia, ¿te arrepentiste alguna vez de desempeñar esta profesión?

Nunca. Sigo estando súper orgulloso de lo que hago. Se podrán criticar muchas cosas, pero cuando uno está convencido de lo que hace, todo es más fácil. La pandemia no ayudó mucho en la administración de Justicia, pero siempre tratamos de dar respuestas. He ido a trabajar casi todos los días, turnándome con mi señora porque es fiscal en la provincia de Buenos Aires. Pero siempre atendiendo a la gente, porque no hay que perder contacto.

¿Cómo

es un día laboral en tu vida?

Son días largos porque se quedaron tanto la presencialidad como la virtualidad. Nosotros como jueces de juicio tenemos que respetar la inmediatez, o sea, tenemos que escuchar al testigo en forma inmediata pero también está todo lo que hay que resolver virtualmente. Entonces el día es muy largo porque siguen existiendo escritos, resoluciones y correcciones. Los secretarios y los empleados de la vocalía también trabajan un montón, porque los horarios son distintos. O sea, uno a veces está en audiencia durante el

Complicaciones, miles. Puede aparecer algún rebelde, alguna extradición o que haya alguna cuestión médica de algún imputado, algún problema con una unidad penitenciaria, con algún testigo, con víctimas. Porque hay causas muy graves donde están involucradas la trata, el narcotráfico y organizaciones criminales. Entiendo que por ahí de la llamada “Justicia Federal” sólo se escuchan algunas causas políticas, pero hay otros casos que son muy complejos, con muchos ribetes y donde no hay que perder de vista aquellos testigos que nos ayudan a resolver el proceso. O sea, los jueces resolvemos con las pruebas, son las que nos llevan a determinar si un imputado es culpable o inocente.

Se nota que te gusta acercarte mucho a las personas. ¿Es una particularidad tuya o se da mucho en la justicia?

A mí me gusta mucho tener contacto con la gente. Eso me gusta. De hecho, a veces atiendo la mesa de entradas o paso por ahí. En lo personal me gusta, sin perder el rol de tercero imparcial que tengo en el proceso.

Se habla mucho sobre Lawfare. ¿Creés que este fenómeno se está dando en Argentina?

No puedo decir si existe o no existe. Porque solamente para decir que existe tendría que tener una evaluación genérica de todos los procesos respecto de diferentes imputados y

Tengo colegas que son brillantes respecto de lo técnico y por ahí le escapan mucho a la comunicación del contenido de un fallo, es una falencia que debemos mejorar.
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decir bueno, sí, acá hay o acá no hay, y yo no la tengo porque solamente me aboco a los procesos que me competen. Hay cosas que no me gustan y es cuando algunos colegas opinan de procesos en los cuales no intervienen.

¿Cómo ves a las cárceles hoy?

Las cárceles nunca atravesarán un buen momento porque deberían cumplir otros parámetros para jerarquizar más la actividad que tienen, que es la resocialización. Sé que los gobiernos y todas las personas que están involucradas quieren una mejora del Sistema Penitenciario desde diferentes posturas y fundamentos, pero siempre hay presupuestos limitados. Entonces nos vemos en la disyuntiva de si se hace un hospital o si se hace una cárcel. No sé, no estoy muy en el ámbito político. Puede ser la discusión que siempre se escucha, pero también tenemos que entender que ayudar a este grupo de personas nos va a hacer que baje la inseguridad. No es un fenómeno que sólo se resuelve con cuestiones de prevención, o sea, con más policía.

Ahora hay un debate para ampliar los cargos en la Corte Suprema, ¿vos cómo lo ves?

La verdad es que eso es una cuestión que deben debatir los constitucionalistas. Siempre que el máximo tribunal funcione como máximo tribunal, la justicia va a gozar de salud. La Corte está funcionando, desconozco si puede funcionar mejor con más o con menos miembros, porque esos son análisis propios que me exceden en esta oportunidad.

¿Qué

mensajes les dejás a tus alumnos?

Creo que si queremos cambiar, tenemos que hacerlo todos. Se lo digo no sólo a mis alumnos sino también a mis hijos. Trato de dar el ejemplo. Es sacrificio, son horas de estudio, venir a trabajar todos los días, ser responsable, estar encima de los problemas y tratar de resolverlos. No creo en el mensaje de que todo está perdido, soy un convencido de que no es así. Eso es lo que me da motivación para seguir trabajando. Podemos tener una buena justicia. No

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defectos que puede que maneja conflictivas, muy expuestas, dentro

soy partidario de los grandes cambios en la justicia porque considero que hay muchas cosas buenas. Es cuestión de ver cuáles son las formas de mejorar.

¿Qué opinas de la reforma Penal Federal, que trata de sacar el poder a los jueces y dárselos a los fiscales?

Fui 12 años juez en un sistema acusatorio y tiene muchas particularidades que son muy interesantes y tiene otras que no, yo pensaría en qué es más sano para la sociedad. O sea, qué es lo que más serviría a la sociedad en su conjunto y ese sería el sistema que aplicaría. Lo que pueda resolver más causas conforme derecho, que resuelva más conflictos, que la gente esté más conforme y que el resultado se entienda como la aplicación de lo que a derecho deba ser aplicado.

Muchos jueces fueron removidos de sus cargos por enriquecimiento ilícito…

Tenemos un Consejo de la Magistratura que resolvió exonerar a las personas que entendían que habían cometido delitos y que no estaban en condiciones de llevar adelante la magistratura y eso es salud también. Porque pensemos que uno de los pocos órganos que se investiga a sí mismo es la Justicia. Creo que a medida que las personas que hayan tenido estos problemas sean removidas se va a dar más tranquilidad a la sociedad. Es difícil a veces transmitir cómo uno va resolviendo, explicar los fundamentos. Por eso también tenemos una prensa negativa en muchos aspectos. En diez minutos enumerar los elementos que llevaron a resolver de determinada manera luego de días y días una causa, resulta en diarios, páginas y abogados opinando, algunos a favor y otros en contra. Dan visiones diferentes, incluso de cuestiones que no están en los procesos. Por eso es muy importante empezar a transmitir un poco más las resoluciones, el contenido. No hay que mediatizar pero sí hablar en un contexto serio donde se puedan exponer bien los argumentos. Tengo colegas que son brillantes respecto de lo técnico y por ahí le escapan mucho a la comunicación del contenido de un fallo, es una falencia que debemos mejorar.

¿Tendremos algún Michilini más en la Justicia?

Tengo tres hijos. Martiniano, el mayor, en algún momento dijo que le gustaría ser abogado, pero me parece que va a optar por otros horizontes. Que sean lo que quieran ser siempre que sean felices. Nunca obligaría a alguien a hacer algo que no le gusta, porque lo he visto toda mi vida. Si uno es abogado y le gusta lo que hace, lo hace con pasión. Llevo muchos años de docente y es algo que trato de transmitir. No importa la edad que tengan las personas, tienen que creer en lo que hacen. Para mí, cuando uno elige una profesión, es para toda la vida. Yo disfruto yendo a trabajar todos los días. Más allá de los problemas que hay, lo disfruto.

> UNA PELÍCULA:
> UN
> UN
> UN
>
>
>
El secretos de sus ojos.
LIBRO: “La tregua” de Mario Benedetti
MAESTRO: Mi viejo
REFERENTE: Héctor Negri
UN LUGAR: El campo en Las Flores
UN HOBBY: Restaurar motos y antigüedades
UN SUEÑO POR CUMPLIR: Ser buen padre PING PONG
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“Todos los miembros de la OEA están comprometidos con la lucha contra el terrorismo”

Es una abogada argentina que desde el 2009 vive junto a su familia en Washington, en donde se desempeña como responsable del Programa de Asistencia Legislativa y contra el Financiamiento del Terrorismo de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fernanda Sarmiento considera que la ciberseguridad es uno de los mayores desafíos en la actualidad y rescata el trabajo de la OEA en pos del fortalecimiento de nuestra región.

FERNANDA SARMIENTO:
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REDACCIÓN: Quórum INTERNACIONAL FOTOGRAFÍA: OEA

Contanos de la OEA como organismo internacional y sus funciones principales

La OEA fue creada en 1948 y reúne a todos los países del Hemisferio Occidental, con el objetivo de fortalecer la cooperación y promover los intereses comunes de la región. Es el principal foro gubernamental político, jurídico y social de la zona para el diálogo multilateral y la acción concertada. Tal como lo establece el artículo 1 de la Carta de la OEA, su principal objetivo es el de alcanzar en los estados miembros “un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”. Para lograr estos objetivos, los estados miembros determinaron que la OEA debe basar su trabajo en cuatro pilares fundamentales, la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo, que además son interdependientes entre sí. El pilar de seguridad, en particular, está orientado a apoyar a los estados miembros para evaluar, prevenir y responder eficazmente a las amenazas a la seguridad de la región.

existen numerosos Think Tanks y ONGs, que se focalizan en los más diversos temas. En lo profesional, tengo una maestría en Derecho Internacional que realicé en España y desde siempre me sentí atraída por el trabajo que realizan los organismos internacionales. La visión del contexto internacional, la concertación de voluntades y la búsqueda de soluciones para los principales temas de la realidad internacional son algunas de las atribuciones que hacen de estos organismos lugares muy interesantes para el desarrollo profesional.

¿Desde qué lugar puede la OEA intervenir para combatir el terrorismo internacional?

Como mencioné, el trabajo de la OEA en el pilar de seguridad está centrado en apoyar a los estados miembros a contrarrestar las amenazas a la seguridad en la región. En particular, el apoyo para prevenir y contrarrestar el terrorismo -en todas sus manifestaciones y cualquiera que sea su origen- se realiza esencialmente a través del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE), integrado por los países miembros de la OEA, que tiene como objetivo fomentar la cooperación y el diálogo en la materia, y la Secretaría Ejecutiva del CICTE, que implementa sus mandatos apoyando con asistencia política y técnica a los estados miembros en sus esfuerzos contra el terrorismo. Todo ello sobre la base de la Convención Interamericana contra el Terrorismo, que acaba de cumplir 20 años de existencia (fue adoptada por la OEA en junio de 2002, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en New York), y que constituye el instrumento jurídico primordial para estrechar esfuerzos en pos de la lucha contra los estragos que el terrorismo genera no sólo a nivel regional, sino a nivel mundial.

¿Qué es y en qué consisten los programas de CICTE?

¿Cómo fue tu llegada y por qué decidiste ingresar a un organismo Internacional con sede en Washington?

Llegué con mi familia a Washington DC a mediados de 2009. Es una ciudad fantástica para vivir y desde el punto de vista profesional, ofrece muchas oportunidades interesantes. Es sede de muchos organismos internacionales como la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Además,

Para alcanzar sus objetivos, la Secretaría Ejecutiva del CICTE está estructurada en tres secciones: En primer lugar Ciberseguridad; en segundo lugar, Gestión de Fronteras, que a su vez está compuesta por dos unidades, una sobre seguridad en el comercio y el transporte y la otra sobre seguridad de las personas; y la tercera sección es la de Asistencia Legislativa y Políticas contra el Terrorismo, compuesta por programas como el de Prevención del Extremismo Violento, la Implementación de la Resolución 1540 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre armas de destrucción masiva y el Programa

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El trabajo de la OEA en el pilar de seguridad está centrado en apoyar a los estados miembros a contrarrestar las amenazas a la seguridad en la región.

de Asistencia Legislativa y contra el Financiamiento del Terrorismo, que es el que tengo a cargo. Desde allí apoyamos a los países miembros de la OEA para cumplir con los estándares internacionales en materia de financiamiento del terrorismo a través de asesoramiento legislativo y capacitación técnica.

¿Por qué es importante fortalecer la ciberseguridad?

La ciberseguridad es uno de los mayores desafíos de seguridad en la actualidad. La prevención y la protección de los sistemas y la información contra ataques cibernéticos se han transformado en una prioridad no sólo para las organizaciones, sino también para la vida de cualquier ciudadano, incorporándose en las agendas de los gobiernos de la región de forma definitiva. Los incidentes de ciberseguridad van en aumento en todo el mundo, y la pandemia no ha hecho más que incrementarlos. El desarrollo de las herramientas de acceso remoto y los nuevos servicios en la nube que facilitan el teletrabajo han aumentado el perímetro de seguridad que ha de ser protegido, abriendo paso a nuevos objetivos para los cibercriminales que implican la necesidad de adoptar medidas preventivas y defensivas para enfrentar las brechas de seguridad.

El Programa de Ciberseguridad de CICTE, desde que recibió su mandato regional en 2004, lidera las iniciativas de creación de capacidades en la región a partir de tres ejes fundamentales: apoyo en el desarrollo de políticas, marcos regulatorios y estrategias de ciberseguridad; fortalecimiento de las capacidades técnicas de los Equipos de Respuesta a Incidentes Informáticos (CSIRT); y el desarrollo de iniciativas para promover la conciencia pública y el conocimiento sobre temas de seguridad cibernética.

¿Considerás que existe un verdadero compromiso de los países latinoamericanos para trabajar en esta problemática?

Sí, absolutamente. Todos los estados miembros de la OEA participan activamente en los debates y la cooperación que promueve CICTE y se interesan por recibir apoyo de alguno o varios de sus programas. Debemos recordar además que muchos países latinoamericanos han sufrido el terrorismo dentro de sus fronteras, como Colombia con las FARC, Perú con Sendero Luminoso, y vinculado al terrorismo internacional, Argentina sufrió dos graves atentados terroristas en la Embajada de Israel (1992) y en la AMIA (1994).

A veces el terrorismo es percibido como un problema ajeno, lejano, que lo padecen sólo algunos países del mundo y que es difícil que afecte a nuestra región por encontrarnos lejos de las áreas que actualmente están en conflicto. Sin embargo, hay varios motivos por los cuales los países que creen no tener riesgos deben prestar atención a este tema. Es importante mantener actualizadas las legislaciones penales internas de acuerdo a los estándares internacionales, es decir, de acuerdo a los tratados y convenios de Naciones Unidas contra el Terrorismo y a las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sobre todo aquellas que fueron emitidas en el marco del Capítulo VII de la Carta de la ONU, ya que son de carácter obligatorio.

Ha habido casos en nuestra región en los que la Justicia no ha podido avanzar en determinados casos por no haber tipificado adecuadamente los actos terroristas u otras figuras delictivas vinculadas al terrorismo. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que, si bien un país puede no verse afectado por actividades terroristas, eso no significa que no puedan existir otras actividades vinculadas a este flagelo, como por ejemplo el financiamiento del terrorismo, a través del aprovechamiento de las vulnerabilidades de los sistemas financieros o no financieros (operaciones de lavado de activos, vínculos con el crimen organizado transnacional, el uso indebido de las organizaciones sin fines de lucro). Además, también hay que prestar atención a las actividades de radicalización, al uso del internet o de las redes sociales con objetivos terroristas como el reclutamiento o la recaudación de fondos.

¿Cuáles son los nuevos desafíos del control fronterizo?

El fenómeno de la globalización ha creado constantes cambios y nuevos desafíos al control fronterizo. Actualmente el CICTE está trabajando en una nueva iniciativa sobre

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La prevención y la protección de los sistemas y la información contra ataques cibernéticos se han transformado en una prioridad no sólo para las organizaciones, sino también para la vida de cualquier ciudadano...

la gestión integrada de la seguridad en fronteras. Este concepto incluye no solamente el control de la circulación de personas sino también de mercancías. En cuanto al primer aspecto, los desafíos se plantean en varios frentes: no solo en la detección de personas con algún tipo de interdicción, capturas internacionales, personas incluidas en listados terroristas nacionales o listados ONU, sino también con relación a la falsificación de documentos de viaje, trata y tráfico de personas, etc. En este sentido, se está tratando de fortalecer la integración y el intercambio de información entre las agencias de control fronterizo, aunque no debemos olvidar que una gran dificultad son aquellos pasos fronterizos donde no existe la presencia del Estado.

Con relación a las mercancías, se plantean numerosos desafíos sobre los que el CICTE trabaja en sus distintos programas: delitos tales como el contrabando, el tráfico ilícito de mercancías, incluyendo el tráfico de armas y el narcotráfico. Como mencioné, uno de los programas de CICTE es el de la implementación de la Resolución 1540 del CSNU, que se refiere a la proliferación de armas de destrucción masiva. En este sentido, la seguridad en la cadena de suministros y la efectividad de los controles en la seguridad de la carga y contendores son de gran importancia para los países de la región a fin de evitar el comercio ilícito

de mercancías prohibidas o peligrosas. Además, uno de los últimos desafíos que ha surgido en los últimos años es el comercio electrónico, que por sus características y medios de pago, hace muy difícil su trazabilidad, control y fiscalización.

Tenés trayectoria en los tribunales nacionales criminales. ¿Te sirvió haber pasado por el sector público una vez que emigraste al exterior?

Sí, por supuesto. En el CICTE trabajamos tanto con el sector público como con el privado. Pero una gran parte de nuestro trabajo se vincula con el sector público. Mantenemos un estrecho contacto con las autoridades nacionales de los países miembros de la OEA y haber conocido desde adentro la dinámica y funcionamiento de este sector fue una gran ventaja al poder contar con una perspectiva real de la función pública.

¿Cómo es un día hábil de Fernanda Sarmiento en Washington?

Debo aclarar que durante la pandemia nuestra rutina diaria cambió totalmente, ya que nuestro trabajo se transformó por dos años en modalidad virtual. Pero de a poco estamos

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volviendo a la normalidad, lo que significa levantarse temprano, llevar a mi hija más chica al colegio y luego ir a la oficina. También ya están bastante regularizados los viajes internacionales, por lo que algunas semanas nos toca viajar en misiones oficiales a los países miembros de la OEA para capacitaciones o reuniones especiales con autoridades nacionales, o bien concurrir a eventos regionales o internacionales.

¿Qué es lo mejor y lo peor de pertenecer a la OEA?

Siento un gran respeto por el trabajo que la OEA realiza en las distintas áreas y en este sentido, el impulso que le dan los países miembros a través de sus decisiones para alcanzar soluciones a los problemas actuales de la región hace que nuestro trabajo tenga un valor especial. Colaborar con la organización a través del aporte profesional para lograr en última instancia, el fortalecimiento de nuestra región es una labor que da grandes satisfacciones. Por supuesto, no todo es ideal en este trabajo como en ningún otro, pero lo positivo supera lo que puede aparecer como una dificultad.

¿Qué consejo le podrías dar a un colega aspirante a emigrar al exterior?

Todo depende de cuál haya sido el camino recorrido al momento de tomar la decisión de comenzar una nueva etapa en el exterior. Para los más jóvenes o recién recibidos, una excelente opción es ir a hacer una pasantía o un máster para especializarse en alguna rama del derecho. Para los más grandes, un camino es aprovechar la experiencia profesional ya adquirida en el pasado y enfocarte en incorporarte al mundo laboral con una perspectiva internacional. Aunque tampoco hay que descartar la posibilidad de reconvertirse y elegir un camino completamente diferente. En este caso, hay que animarse y pensar cuáles son las propias habilidades que nos puedan permitir intentar un cambio en lo profesional.

Has sido veedora en varias elecciones. ¿Cómo ves la democracia en la región?

Creo que la democracia es un camino en el que todos los países de la región están embarcados. Con distintos niveles de avances y particularidades especiales por supuesto. No nos olvidemos que cuando Estados Unidos declaraba su independencia en 1776, en ese mismo año recién se creaba el Virreinato del Río de la Plata. Creo que es importante que todos logren alcanzar los objetivos y los principios que impulsaron los procesos de la independencia de los países de la región. El respeto por los principios democráticos, por la división de poderes, las libertades individuales, la libertad de expresión, la propiedad privada, la igualdad y la seguridad jurídica son algunos de los temas fundamentales para alcanzar democracias estables y modernas.

¿Qué es la Justicia para vos?

El concepto de “lo justo” fue variando a lo largo de la historia de la humanidad y muchas circunstancias consideradas “justas” fueron consideradas “injustas” en otras etapas de la historia o en otros contextos culturales. Creo que la Justicia es aquello que tiene como resultado un balance, un equilibrio lo más perfecto posible. Aunque cualquiera sea el concepto de Justicia que se intente alcanzar, entiendo que el fin último es el mismo: alcanzar la paz. Como decía Aristóteles, la Justicia es dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le corresponde, en otras palabras, que lo que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en proporción con su contribución a la sociedad, sus necesidades y sus méritos personales. Una sociedad justa es aquella que le da a cada uno lo que merece.

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El concepto de “lo justo” fue variando a lo largo de la historia de la humanidad y muchas circunstancias consideradas “justas” fueron consideradas “injustas” en otras etapas de la historia o en otros contextos culturales. Creo que la Justicia es aquello que tiene como resultado un balance, un equilibrio lo más perfecto posible.

ABOGADOS EN SERIE POR OMAR LAVIERI

3a ENTREGA: FOR LIFE

Aaron Wallace no era abogado antes de caer preso por tráfico de drogas. Dueño de un club nocturno fue condenado a cadena perpetua en Nueva Jersey y cadena perpetua en inglés se dice “For life”. “For life” es el título de la serie de Netflix que comienza como clásica serie que cuenta la vida dentro de la cárcel, pero luego se transforma en una serie de abogados. Porque Aaron Wallace –el preso protagonizado por Nicholas Pinnock - se convierte en abogado en la cárcel. A partir de entonces Wallace será “abogado en causa propia” y también en causas ajenas.

La historia que se reconstruye en la serie está inspirada en el libro “For Life” de la escritora Karin Slaughter que cuenta la vida de Isaac Wrigth Jr, un hombre que fue condenado a perpetua por tráfico de drogas. Parte de la serie se basa en el libro y otra parte es pura ficción. La historia de Wright le gustó mucho al rapero Curtis “50 Cent” Jackson, quien produjo la serie. Y también actuó: es uno de los presos malos, que en algún momento, se enfrenta con Wallace dentro de la cárcel.

Wallace estudiará en su celda, se recibirá y peleará durante la primera temporada de la serie por demostrar que fue acusado de forma amañada, lograr un nuevo juicio y salir en libertad. El motor que empuja a Wallace a combatir contra los poderosos que lo encerraron es el de la injusticia personal: en eso la serie no es original.

La serie que al principio al menos técnicamente no es de abogados luego lo será. Y la trama relacionada con procesos penales estará siempre en el centro de la escena. Es que el principal rival de Wallace es el fiscal Glen Maskins (Boris McGiver) quien lo encarceló y quiere que los motivos que derivaron en la condena no salgan jamás a la luz. Esa será una de las batallas de Wallace. Y es allí donde se muestran las injusticias que se esconden en los recovecos que tiene el sistema penal, algo muy conocido para los argentinos.

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ABOGADOS EN SERIE | 23 AÑO:
2 DURACIÓN:
PAÍS: EEUU CREADOR: Hank Steinberg REPARTO: Matt Dellapina, Adam Feingold, Suzanne Savoy, Indira Varma, Timothy Busfield, Christopher Mormando, John Douglas Thompson, Brandon Morris, Sue Cremin PRODUCTORA: ABC , Sony Pictures PLATAFORMA: Netflix DATOS TÉCNICOS
2020 / TEMPORADAS:
45 minutos

A la vez que busca su libertad, Wallace ayuda a temibles y bonachones compañeros de encarcelamiento en los casos en los que están involucrados. Se transformará en un defensor de los derechos de los presos. En ese aspecto la serie es original porque da a conocer regulaciones que favorecen a los presos pero que no se cumplen o que las autoridades carcelarias ocultan convenientemente. Wallace, por supuesto, logrará que se reconozcan los derechos y se apliquen en la vida diaria carcelaria. Esa es la excusa para mostrar un poco de lo que sucede en prisión, del manejo de las costumbres intramuros, de las complicidades y enfrentamientos con los guardiacárceles y de las rivalidades entre los distintos grupos de encarcelados. En eso la serie no es original.

En la defensa de los derechos de los presos, Wallace tendrá una aliada incondicional: Safiya Masry (Indira Varma), la mujer que dirige la cárcel con una mirada comprensiva y por ello, criticada. La mujer-cuya vida privada se abordará tangencialmente en la serie- también ayudará a Aaron Wallace en la búsqueda de pruebas para conseguir su libertad.

Wallace , como si no tuviera poco con su vida de condenado, tiene que manejar desde la cárcel la relación afectiva con su familia: su esposa y su hija adolescente. Acá la serie tampoco es muy original. La trama extramuros que afecta al detenido es recurrente en otras series y películas.

La primera temporada fue buena. Y no hay modo de contar lo que sucede en la segunda temporada sin spoilear y revelar el final de la primera temporada. Solo se puede explicar que cuenta lo que sucedió durante lo más duro de la pandemia de coronavirus en la cárcel en la que está ambientada la serie. Y que puede decirse que fue bien parecido a lo que se supo que ocurrió en las cárceles reales alrededor del mundo durante aquellos días de virus mortal y ausencia de vacunas.

En la segunda temporada aparecerán también los juicios por Zoom o por otras plataformas que se hicieron comunes en Argentina luego de la pandemia. Y habrá también lugar para que la serie se refiera a un caso de abuso policial y se exponga allí la protesta que se expandió por todo Estados Unidos y que se conoció como “Black lives matters”.

La segunda temporada es más lenta y menos atractiva que la primera. Es decir, en criollo, que empeora. Es por eso que aún no se sabe a ciencia cierta si va a haber una tercera temporada. Son 23 capítulos en total. Los que no la vieron aún, deberían darle una oportunidad. Como el sistema le dio a Wallace la oportunidad de pasar de convicto a abogado.

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El principal rival de Wallace es el fiscal Glen Maskins quien lo encarceló y quiere que los motivos que derivaron en la condena no salgan jamás a la luz... Y es allí donde se muestran las injusticias que se esconden en los recovecos que tiene el sistema penal, algo muy conocido para los argentinos.

RUSCONI-PALMEIRO & ASOCIADOS

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“El desafío es no perder la coherencia o por lo menos no ser hipócrita”

Abogado, especialista en Derecho Penal y Doctor por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Asegura que eligió esta rama del derecho cuando su padre estuvo preso durante la Dictadura, defiende la independencia de las instituciones, cree en el valor de la palabra y el trabajo duro y afirma que la mentira le hace muy mal a la sociedad.

FRANCISCO CASTEX:
DERECHO
REDACCIÓN: Quórum FOTOGRAFÍA: Avanti! 26 | REVISTA QUÓRUM
PENAL

¿Q

ué es la justicia para vos?

La justicia es resolver conforme los hechos y el derecho aplicable al caso con independencia de cualquier factor externo, cosa que es muy difícil de lograr hoy en día. Sin sesgos, con coherencia y sin importar quién es al que estemos juzgando, si es de un color político u de otro. Analizar el caso desde el velo de la ignorancia, eso es lo que debería suceder. Lamentablemente hoy ello no ocurre en los casos de mayor trascendencia pública.

No hay independencia…

Hay muy buenos jueces que hacen lo que corresponde, pero en particular hay un sentido de resolver ciertos casos conforme su repercusión política o social. Allí radica un grave problema pues denota que falta atenerse a las evidencias y juzgar conforme a las pruebas del caso. Sin importar si quedo bien con la prensa o si me gano la simpatía de ciertos actores políticos. Se resuelve más pensando en cómo voy a quedar, por cómo me van a ver y qué me van a comentar. La verdad que para ser juez tenés que sacarte esas cuestiones de encima. No estás obligado a ser juez, no estás obligado a ser fiscal. Ahora, si uno quiere ser fiscal o quiere ser juez, tiene que resolver conforme hechos, pruebas y derecho aplicable. Y no pensando en si el caso me va a servir como trampolín para un concurso, si voy a quedar bien con tal político o voy a quedar mal con otro, si me van a sacar en un diario o me van a criticar desde otro medio de prensa. Me parece que si no estás dispuesto a soportar esa presión, tenés que renunciar y dedicarte a otra cosa. Podés ser profesor universitario, podés ser abogado en la matrícula y elegir los casos que querés o cualquier otro oficio, pero no ser juez o fiscal. Esa me parece que es la gran crisis, designar como magistrados a personas que no tienen la convicción y el coraje suficiente para serlo. Hay un montón de jueces que sí tienen una convicción fuerte. Por ejemplo, en la Corte Suprema está Carlos Rosenkrantz que tiene la convicción y fortaleza que se requiere y lo demuestra con sus fallos. Ustedes le hicieron una reciente entrevista a Ivana Bloch, otro magnífico ejemplo, también Daniel Rafecas y muchos más. Como dijo Ivana en Quórum hay que “juzgar sin miedo” y conforme la ley aplicable.

¿Por qué elegiste Derecho Penal?

Es una pregunta más para el psicoanalista. Cuando era

chico, mi padre estuvo preso durante la Dictadura. Creo que elegí Derecho Penal para sacarlo de la cárcel. Era muy chico, tenía diez años, y me acuerdo que íbamos a verlo con mi hermano regularmente y me quedó muy grabado: soñaba con lograr su excarcelación. Después, ya en la secundaria me gustaba mucho la Economía y cuando empecé a estudiar comencé con ambas carreras, luego seguí con Derecho y me especialicé en Derecho Penal económico, así que ahí viene la fusión. Como te dije, si bien es un tema más de diván que de entrevista periodística, creo que mi vocación profesional vino por ahí. Cada vez que me tocan casos, por ejemplo con niños y padres involucrados, me viene todo un flashback de esa época. Sobre todo cuando se trata de detenciones arbitrarias o de cuestiones donde uno ve lo que hace el Derecho Penal, que no solo es la restricción de los derechos de los justiciables, sino como todo ello trasciende a su entorno y cómo sufre la familia. Recuerdo que tomé la primera comunión en Devoto, mi viejo había sido jesuita y pudo organizar con el cura de la cárcel una ceremonia para que él estuviese. Cuando pienso en esos momentos y veo a los chicos que sufren por las detenciones de sus padres o madres, me trabaja mucho la cabeza y me da la sensación que es producto de todo ello la decisión de ser penalista. Ese sueño de lograr ese Habeas Corpus o esa excarcelación.

¿Y cómo terminó el caso de tu padre?

Terminó bien, aunque fueron dos años duros como todas las cuestiones propias de esos tiempos. Después lo dejaron en libertad, estuvo un año exiliado en Estados Unidos y regresó cuando volvió la democracia. Las primeras veces que fui a Tribunales iba como hijo de un detenido con prisión preventiva. Y también mi abuelo fue juez, el padre de mi madre, pero cuando lo conocí había dejado de serlo. Él me enseñó mucho del Derecho, pero no tanto de la cuestión penal.

¿Cómo fue tu derrotero en la justicia?

Empecé en Tribunales en 1992 cuando cursaba el CBC o el primer año de la facultad, no recuerdo exactamente. El padre de una amiga mía, Martín Vázquez Acuña, un tipo muy interesante en ese momento que trabajaba mucho en SIDA y cárceles, me invitó a ser meritorio en un Tribunal Oral y ahí conocí gente maravillosa como Ricardo Giudice Bravo y Luis María Ragucci. Después fui al juzgado a cargo de Gabriel Cavallo. Me recibió muy bien Gabriel y trabajé un tiempo en el fuero Federal. Luego partí a la fiscalía que tenía a cargo Luis María Bunge Campos hasta que mi profesor

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de penal en la Facultad, Joaquín Pedro da Rocha, me invitó a participar de su estudio y me pareció una buena idea. El “Chango”, también fundador de Fundejus y muy activo en el derecho, en la política y sobre todo en lo institucional, fue quien me llevó a ejercer la matrícula y siempre se lo voy a agradecer. En los ‘90 todos queríamos salir de Tribunales. Hay algunos que les gustaba ser académicos y se fueron a estudiar afuera y también había una generación que le atrapaba mucho el litigio, estar y ejercer el derecho en términos de dar buenas razones, estar ahí en la trinchera, discutir, debatir, en fin el placer de litigar. También tengo muchos amigos que se fueron a estudios corporativos en lo civil y comercial, cosa que hoy no es lo común. Después Maximiliano Rusconi, quien se había ido a la Procuración con Nicolás Becerra, me invitó a que lo sustituyese en el Estudio Iribarren, donde me quedé hasta que me hicieron socio. Cuando los Iribarren se retiraron quedé como responsable de la firma. La verdad fue una experiencia maravillosa. Conocí un montón de gente del derecho a través de Alfredo. Ahora está retirado, pero es una mente distinta, ingeniero

del Derecho en términos de un gran estratega. Quizás no tenía una gran proyección académica, pero era un excelente abogado que leía a la perfección los conflictos, comprendía como nadie los hechos. Siempre nos decía “a los hechos”, cuestión que en la Facultad a veces se ve poco. Él venía de una formación muy fuerte porque había sido socio de Laureano Landaburu y Genaro Carrió y entonces era como encontrar centenas de libros en la biblioteca del estudio de profesores como Roberto Vernengo, Eduardo Aguirre Obarrio, Norberto Spolansky, Guillermo Moncayo. Otro gran maestro fue Miguel Almeyra, quien por suerte todavía nos acompaña. Pero bueno, eran todos personajes que uno leía en los libros y de golpe tenerlos interactuando era maravilloso.

¿Si tuvieras que revelar un secreto por el cual llegaste a donde estás hoy, cuál sería?

A mí me gusta navegar a vela y una vez hablando con Julito Alsogaray, cuatro veces competidor olímpico, me dijo que todo es una cuestión de “orá-culo”, que se debe leer como

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El Parlamento y el Consejo de la Magistratura tienen que volver a tener independencia.

horas puestas en la silla. La verdad es que es mucho estudio y después hacer lo que a uno le gusta. Trabajaba muy duro al comienzo, pero nosotros lo disfrutábamos. Obviamente que en algunos momentos no la pasábamos del todo bien, recuerdo que había una frase de Iribarren que era “constricción al trabajo”. Pero aprendí a valorar el esfuerzo y me enamoré de la profesión.

Cantón, todos grandes abogados. Y dentro de los políticos, los más conocidos son Arslanián, Beraldi y Rusconi. Es un poco variado y uno aprende con el tiempo a convivir con todos y tratar de tener una cordial relación. Después tenés otro perfil de abogados diría más mediáticos, que es otra cosa distinta.. El debate académico en Derecho Penal en la ciudad de Buenos Aires se da básicamente en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde están o estuvieron los titulares más reconocidos Sancinetti, Maier, Zaffaroni, Spolansky, Righi y Hendler; y la nueva generación encabezada por Pastor, Córdoba, Sarabayrrouse, Rusconi y Villar. Después tenés muy buen Derecho Penal en la Universidad Austral, Di Tella y San Andrés pero el núcleo duro es casi todo originario de la UBA.

¿Y qué diferencias notás entre la UBA y el resto de las universidades?

¿Quiénes son tus principales competidores?

Dentro del Derecho Penal Económico está lo que se denomina a nivel global “White Collar Crime” o en habla hispana conocido como delitos de cuello blanco. En este ámbito hay muchos estudios penales corporativos que intervienen. Hay dos grandes diferencias: los estudios que se dedican a empresas y actores privados y los que se especializan más en clientes políticos. Los defensores de las empresas son más independientes de los vaivenes políticos. Puede haber simpatía azul, amarilla o roja, pero se centran en la defensa de las empresas. Hay muchos estudios en esta especialidad. Históricamente éramos nosotros, el estudio Durrieu, Landaburu Carrió & Feder, que era una escisión de Iribarren. Después en los ‘90 se fueron armando otros estudios, apareció el estudio de Pizarro Posse con García Santillán, quien actualmente está con Guillermo Rivarola; Diego María Olmedo, quien también formaba parte de ellos. Mariano Cuneo Libarona, quien al irse del Estudio Iribarren armó un estudio muy destacado con sus hermanos. Hay muchos actores en esto.

Después tenés estudios más académicos. El estudio de Daniel Pastor; el de Nicolás D’Albora; el de Fernando Díaz

Amo la Universidad Buenos Aires, es como mi segunda casa. Pero si vas a la UBA tenés que saber elegir y optar por lo mejor, aunque te cueste más, aunque no sea fácil aprobar. Tenés los mejores profesores y además todo lo que rodea a la universidad: investigación, diversidad, posibilidad de conocer gente con múltiples facetas e intereses. El prestigio lo da la UBA.

¿Qué

desafíos tenés por delante?

Primero, seguir haciendo lo que me gusta y no arrepentirme de eso. Ver crecer a mis hijos, me enorgullece estar todo el tiempo que pueda con ellos, jugar y divertirme. No claudicar, seguir tratando de ser auténtico. No ser hipócrita. La verdad es que después lo demás viene solo. Me gusta lo que soy, me gusta lo que hago, lo disfruto. El desafío es no perder la coherencia o por lo menos no ser hipócrita. Lo que muchas veces a uno le molesta en la profesión es la falta de criterio y objetividad, la mala fe. Tuve experiencias de litigio en los Estados Unidos y siempre me impactó cómo los fiscales se relacionan con los abogados. Hay acuerdos donde uno se da la mano y no hay zancadillas, no hay mala leche. Me parece que es lo que le falta hoy al servicio de justicia. Con el poco valor de la palabra que hay en Argentina esto no se da, está muy bastardeada la credibilidad.

¿Qué opinas de las neurociencias en el derecho?

Me acerqué a las neurociencias por Facundo Manes, a quien conozco desde hace 20 años. Soy muy amigo de su

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El juicio por jurados es la forma más romántica de resolver un conflicto. Me parece genial la idea de un juicio por jurados pero no todos los casos se pueden resolver de esa manera.

hermano y su socio, Marcelo Savransky. Facundo nos hizo zambullir en ese tema y ahí lo sumamos a Daniel Pastor. Fundamos un Centro de Derecho y Neurociencias, se llama INEDE y funciona muy bien en INECO. Posteriormente Daniel extendió el proyecto a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde tiene un laboratorio vinculado a lo que es inteligencia artificial, tecnología y derecho. Son nuevas herramientas a las que creo que hay que valorar y prestar mucha atención.

¿Creés que el juicio por jurados es la mejor forma de resolver un conflicto?

El juicio por jurados es la forma más romántica de resolver un conflicto. Me parece genial la idea de un juicio por jurados pero no todos los casos se pueden resolver de esa manera. En Estados Unidos es icónico el juicio por jurados, pero menos del 5% de los casos se resuelve por jurados. En Argentina si bien es un mandato constitucional desde 1853 y se ha dilatado bastante su puesta en funcionamiento, se está instalando la idea en casi todas las jurisdicciones. En CABA por ejemplo fue excelente el debate y el proyecto que impulsó el legislador Leandro Halperin. Creo que con el poco valor de la palabra que hay en Argentina el juicio por jurados le da una enorme transparencia a la administración de justicia. Son 12 personas las que deciden si un acusado es inocente o culpable. En los casos penales de mayor trascendencia pública está muy desvirtuada la presunción de inocencia, parecería ser que ya desde el inicio la persona es culpable. Por ello cuando absuelven a una persona

acusada, se suele atribuir esa decisión a que la justicia está corrompida. Con lo cual creo que la resolución de un jurado le da un plus de transparencia al servicio de justicia. Cuando absuelve o condena un jurado hay una sensación de mayor equidad y justicia, pues la decisión la tomaron los propios conciudadanos.

¿Qué opinas de los falsos testimonios?

Creo que no le estamos prestando la debida atención al falso testimonio. Y vuelvo a la idea de la importancia de la palabra. Yo no sé si por la influencia del protestantismo, como explica Max Weber, o lo que fuera, pero en el sistema anglosajón, sobre todo en Estados Unidos, mentir es peor que cometer el delito. Si vos engañas a un fiscal en un acuerdo de colaboración, no diciéndole toda la verdad o ocultando parte de la verdad, es mucho peor que haber cometido el delito. Hay que repensar todo el tema del falso testimonio, de la denuncia falsa. También lo del prevaricato, que a los jueces no les sea gratuito fallar contra la ley. O los testigos que mienten o que no dicen toda la verdad. El mentir no solamente es afirmar falsamente, sino callar cuando uno sabe. Eso es una tarea para trabajar a fondo, no modificar leyes, porque el tipo penal existe, pero sí tener conciencia de que mentir no nos hace bien como sociedad y desarrollar una política criminal en esa dirección. Volver a darle valor a la palabra.

¿Qué beneficios te da pertenecer a la International Bar Association?

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Está buenísimo porque nos juntamos anualmente abogados de distintas nacionalidades, donde uno conoce gente que ejerce el derecho penal y el derecho corporativo. Tenemos dos reuniones. Un encuentro general de Abogados que se hace a fin de año generalmente y un encuentro por especialidad. Por ejemplo, nosotros tenemos un grupo de Derecho Penal Económico que nos juntamos todos los años, esta vez fue en mayo en Londres. Es más chiquito, te hacés más amigos, generás una red de relaciones, de contactos, de referencias recíprocas.

Además practicás el inglés. Sobre todo vas entendiendo que hoy por hoy el Derecho Penal ya es muy transnacional, más en la disciplina de Whitecollar. Los problemas que tenemos acá lo vimos en el Lava Jato, la causa de los Cuadernos, en temas de la FIFA, por ejemplo todos casos que trascienden fronteras. Todo eso es lo que nos enriquece.

¿Creés que hoy los medios de comunicación pueden estar resolviendo un caso?

Los medios van generando una opinión de los casos, es la función de los periodistas y cada uno puede dar una interpretación. El problema es que el juez no tiene que resolver o acusar conforme al diario, sino conforme a los hechos y las pruebas que hay en el caso a resolver. No es culpa de los medios, ahí está el error. Los medios hacen lo que tienen que hacer. Tienen todo el derecho del mundo a informar, es propio de la libertad de expresión. El problema es el que resuelve y no lo hace conforme su convicción sino por temor a lo que digan los medios.

¿Y cómo ves a la justicia hoy?

Creo que tenemos una Corte Suprema que ha mostrado independencia y que está dictando fallos con cierto coraje. Un ejemplo es lo que sucedió en la pandemia, con toda la disputa vinculada a la proscripción de las clases presenciales en las escuelas. Después tenés cámaras y jueces razonables que hacen un gran trabajo. Se ha renovado el Consejo de la Magistratura y está volviendo a ser amplio, como el vigente hasta el 2005. Creo que ese fue un Consejo que funcionó muy bien. Tuve la suerte de ser secretario letrado de Jorge Yoma cuando era consejero. En ese momento estaban Miguel Ángel Pichetto, Jorge Casanovas, Marcela Rodríguez, Beimusz Smukler. Un montón de personas que prestigiaron este Consejo de la Magistratura. Recuerdo los debates que se daban porque eran personas que pensaban distinto, pero se ponían a deliberar y a consensuar, y

tomaban decisiones que sirvieron de mucho. Destituyeron a muchos jueces que habían cometido actos impropios y que despretigiaban al Poder Judicial. Lamentablemente después este funcionamiento se perdió con la reforma de 2006 y comenzó una especie de automatismo en las decisiones con mucha influencia política del oficialismo y sin la posibilidad de que los integrantes tengan vuelo político propio, algo que también pasó en Diputados y el Senado. El Parlamento y el Consejo de la Magistratura tienen que volver a tener independencia.

Después puede haber un presidente de uno u otro signo político, pero cada legislador debe asumir lo importante de ser independiente en el ejercicio de su función.

Por último, ¿debería ampliarse la Corte?

Los mejores fallos de la Corte Suprema que tuvimos en materia de Derecho Penal se dieron entre el ‘83 y el ‘89 y fue con cinco miembros. La verdad es que me parece que esa cantidad está muy bien. Quizás podrían ser siete, ¿pero 25? No, no tiene ningún sentido.

Tenemos una Corte Suprema que ha mostrado independencia y que está dictando fallos con cierto coraje.
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NOTA DE TAPA

“La incidencia de los medios de comunicación en el sistema judicial es impresionante”

Como prestigioso jurista que es, Marcelo Sancinetti dejó huella en la vida de muchísimos estudiantes de Derecho y marcó sus carreras. Riguroso para el estudio y el trabajo, asegura que su mejor época fue cuando nacieron sus hijos. En esta entrevista con Quórum habla de los mentores que ha tenido, de la actualidad educativa, del funcionamiento del sistema judicial y demuestra por qué su aporte al Derecho Penal es tan significativo.

REDACCIÓN: Quórum FOTOGRAFÍA: Patricio
Cabral
NOTA DE TAPA | 35

¿E

n qué momento supiste que ibas a estudiar abogacía? ¿Qué o quién motivó esa elección?

En primer lugar, tal como les digo a los estudiantes, uno no estudia “abogacía”, sino Derecho. El estudio del Derecho sirve para ser abogado, pero también para ser juez y para muchos otros roles. Lamentablemente, las universidades argentinas expiden un diploma que reza: “Abogado”, por lo cual nuestro hábito universitario es el origen de la confusión. Esto es incomprensible para juristas de otros países; así, p. ej., en España, país en que a tal graduación se le dice: “Licenciado en Derecho” (y, además, nadie usa el título de “doctor” sin serlo, como suele ocurrir aquí), mientras que se le dice “abogado” a quien ejerce ese rol como tal. En cierto modo es absurdo pensar que el “juez”, p. ej., es “abogado”. “Abogado” es el que aboga por determinado interés (de un cliente o del estado: el fiscal sí es un abogado, del Estado; en alemán, al fiscal se le llama, justamente, “abogado del Estado”). El “juez” tiene que resolver como tercero imparcial (no es un “abogado”, por más que su “título universitario” diga que sí lo es).

Pero, yendo ahora al “fondo del asunto”, mi elección por Derecho fue una contingencia, es decir, algo sumamente fortuito. Al terminar el Liceo Militar a los 18 años, me enfrentaba por primera vez al desafío de tomar una decisión personal significativa para mi vida; y no “sabía tomarla”. Hubo meses desconcertantes.

Un (hoy) colega de Derecho, ex liceísta, el Profesor de Derecho Civil Oscar Ameal, a quien yo conocía de campamentos hechos bajo el ala espiritual del Padre Atilio Fortini (el capellán del Liceo), me ayudó a hacer los trámites para inscribirme en Derecho, aproximadamente en mayo de 1969, cuando ya habían comenzado los cursos de ingreso, que por esos años consistían en cursar tres asignaturas (y aprobarlas con exámenes parciales), con más un examen de comprensión de un idioma (mi inglés era menos que elemental, pero lo aprobé “al límite”).

En suma, la decisión por estudiar Derecho, a la postre, se demostró como atinada, adecuada a mis inquietudes espirituales e intelectuales. El terreno realmente mío podría haber sido, probablemente, la Filosofía, pero habría corrido el riesgo, de haberme dedicado a eso, de no pasar de los presocráticos. Además, habría sido mucho más pobre de lo que soy.

¿Tuviste mentores o personas que recordás como importantes a lo largo de tu carrera?

Tuve “infinidad de mentores”. Una compañera de estudios me impulsó a ir a un curso que dictaba el profesor Enrique Bacigalupo, en el que Jaime Malamud Goti era su ayudante. Malamud fue un “compañero de reflexiones” por mucho tiempo; y me enseñó mucho. Era amable y generoso con su tiempo; instaba al diálogo y a la discusión. Bacigalupo, quien en esa época daba clases para centenares de estudiantes concitando una atención que nunca había visto ni nunca más vi, me escogió pronto como discípulo. Él me dijo: “Tiene condiciones para la ciencia del Derecho, pero tiene que aprender alemán”. Eso era lapidario para mí, porque nunca tuve condiciones para los idiomas. Él me inició en la lectura del libro de Hans Welzel, que me pareció “maravilloso”.

Luego hubo otro “mentor” alemán, a quien conocí en Buenos Aires: Wolfgang Schöne, fallecido el año pasado.

Hubo otros “mentores”, como Leopoldo Schiffrin, a quien conocí por Bacigalupo. Schiffrin era uno de los pocos intelectuales que era también “creyente”. Casi todos los intelectuales de posguerra se jactaban de ser ateos o agnósticos. Pero una vez escuché esta frase de Schiffrin (un hombre originariamente católico, pero que luego abrazó la religión judía con toda devoción, hasta el final de sus días): “¿Es que conocés a algún pensador importante que no haya sido creyente?”. Quedé “estupefacto”, porque todos “se las daban” de liberados de los “lazos de Dios”. Yo había sido muy creyente (en el catolicismo) de adolescente… y

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Mentores fueron, quizá, la mayor parte de las personas que conocí en mi vida en roles de enseñanza, porque las personas grandes siempre dejan una enseñanza, de palabra o por conductas.

hasta la “primera juventud”. Luego eso quedó adormecido –quizá por mis pecados– hasta finales de mis cincuenta años, en que renació, si no una devoción y creencia férrea en Dios, al menos sí un interés por “la idea de Dios” y por leer las Lecturas de la misa de cada día. Diría que soy algo así como un “aspirante a creyente”. Es otra forma de buscar mentores (o el “gran Mentor”).

Otro mentor, ya en mi madurez, fue Günther Jakobs, un discípulo disidente de Welzel, que era director del Seminario (en el sentido de “Instituto”) de Filosofía del Derecho de la Universidad de Bonn, del que anteriormente habían sido directores Welzel (su fundador) y Armin Kaufmann.

En suma, mentores fueron, quizá, la mayor parte de las personas que conocí en mi vida en roles de enseñanza (los primeros, mis padres), porque las personas grandes, como diría Le Petit Prince , son extraordinariamente complejas… o, en su lenguaje “decididamente extrañas”; pero siempre dejan una enseñanza, de palabra o por conductas. Y hay que estar atento a captar de cada una lo que sea mejor, y contrastar eso con “el camino del justo y del impío” (Salmo 1).

¿Cuáles fueron los casos o situaciones que marcaron tu carrera profesional? ¿Hubo algún caso que aceptaste y que hoy no aceptarías?

¿Un caso que haya aceptado y que hoy no aceptaría? Cuando trabajaba, de joven, en un estudio muy amplio, tuve que firmar una querella con cuyo contenido yo no estaba de acuerdo. Allí sentí la parte negativa de depender del dueño de un Estudio Jurídico. Y tal vez por esa experiencia nunca más trabajé en relación de dependencia, al menos no en “dependencia intelectual”.

Fuera de aquello que menciono arriba, no hubo casos que haya defendido y que hoy no quisiera haber defendido. Tomo mi carrera como un camino jalonado con esfuerzos y buenos rendimientos. Esa fue mi Lucha por el Derecho, para decirlo con palabras del título de una famosa obra de Jhering (se suele escribir Ihering, pero su firma, que consta en el retrato de una de sus obras traducidas, luce con “J”; eso no incide en la pronunciación en alemán).

¿Qué casos marcaron mi carrera profesional? Entiendo que la pregunta alude al rol de abogado, por más que, en mi carrera, la academia, el profesorado y la investigación fueron predominantes. En el ejercicio de la abogacía hubo

muchos… muchos casos señeros para mí. El dictamen del Análisis crítico del “Caso Cabezas” (dos tomos: La instrucción / El juicio, cada uno de más de mil páginas) fue un hito en mi carrera, porque fue extraordinariamente laborioso. El nombre y crédito de una persona y de una familia pueden depender de un estudio profundo de las situaciones fácticas.

Pero no es de estilo escoger entre los casos de uno. Pues eso sería similar a elegir entre “hijos”. Yo había hecho ya muchos dictámenes profesionales en el Estudio Galante; en particular, un laborioso estudio sobre quiebra internacional. De todo ese trabajo fue publicado sólo un aspecto, en dos artículos de doctrina, en la revista “La Ley” y en la “Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones”.

También fueron importantes dos trabajos escritos que hice para la defensa del entonces senador, anteriormente gobernador, Eduardo César Angeloz. Presencié luego casi todo el juicio. Él fue absuelto, como correspondía; pero un juicio en sí ya destruye a una persona y gran parte de su familia. Por ello, me irrita ver con cuánta liviandad los periodistas atribuyen culpabilidades de hechos que no conocen en absoluto, y de los cuales creen poder informarse por personas que les “cuentan lo que, de antemano, quieren escuchar”.

También fue un alto hito la defensa, junto con mi querida colega y amiga María Angélica Gelli, del entonces ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Prof. Dr. Antonio Boggiano, quien había sido mi último profesor en mis estudios de Derecho. Sólo Perón y Kirchner –fuera de las dictaduras militares– decapitaron una Corte, es decir, “hicieron un ‘golpe de Estado’ judicial”. Eso ya debería ser “indicio de algo”, para su evaluación política. Lo demás lo dejo abierto (hay una publicación en común con Gelli, que contiene lo principal de nuestra defensa).

Otro caso importante fue el estudio de las imputaciones y la condena contra el Padre Julio César Grassi. Él fue acusado por tres sujetos, ya adultos al momento del juicio; uno de ellos tenía edad ajena al abuso sexual infantil ya al momento de los supuestos hechos, y no se imputaba “violencia”, de modo que el procedimiento, respecto de ese caso, era indebido ya ab initio por su propia base. El acusado fue absuelto por dos de esos acusadores, y condenado por el caso restante. La Conferencia Episcopal Argentina, en la persona de su presidente, cardenal Jorge Mario Bergoglio,

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me había encargado –tras el juicio oral– realizar un estudio completo sobre los tres casos. Tardé una “enormidad” en estudiar todo el material: un poco más de tres años, entre 2010 y 2013. Dividí la obra en tres tomos, uno por cada acusador. Por los dos casos respecto de los cuales el acusado fue absuelto (cosa que no aclara ninguno de los medios que se refirieron siempre “en plural”) escribí un tomo, de un “solo volumen”, por así decirlo, mientras que acerca de aquel por el cual el acusado fue condenado, subdividé el

espacio en 15 aulitas pequeñas para que hable “Juan X” en una, “Pedro Z” en la otra, etc.

Respecto de la currícula de asignaturas, no soy experto para opinar. Creo, con todo, que algunas universidades privadas, como UTDT o UdeSA, lograron planes más modernos, sin perder contenidos. En lo que atañe a la UBA, no celebré el cambio que se produjo, en el plan de estudios, a partir de 1984, por más que tengo por el decano normalizador

tomo respectivo, el t. II, en: II/A; II/B-1 y II/B-2. Fue uno de los últimos “grandes trabajos” de mi vida profesional.

¿Cómo ves hoy a la educación de derecho en nuestro país? ¿Te parece que hay contenidos que deberían sumarse a la formación de los abogados que todavía no estén en la currícula?

No sabría responder bien esta pregunta. Creo que uno de los problemas de las universidades públicas es que son “demasiadas”. No puede haber un total de diez mil profesores de Derecho de universidades públicas. Eso hace pensar que fuéramos unos genios en Derecho. Sé que con esto no toco el tema propio de la pregunta, pero atañe a la parte inicial: “cómo veo a la educación en Derecho”. Para comenzar, añoro los tiempos en que había grandes aulas, varias de ellas, para dar clases para doscientos o trescientos, en lugar de subdividir cada gran aula en “habitáculos cuasi mono-personales”, es decir, uno que “hace de profesor”, y quince jóvenes alrededor. Creo que debería distinguirse bien entre “grandes clases universitarias de profesores titulares” que configurasen el dictado de toda la materia, y pequeños grupos acompañantes que se ejercitaran en discusiones o resoluciones de casos. A modo de ejemplo: si uno tiene un aula muy grande para escuchar a Max Weber, es mejor dejarla intacta para escucharlo, y no, p. ej., subdividir ese

de aquel entonces, Don Eugenio Bulygin, como filósofo del Derecho que fue y de quien mucho aprendí, una enorme estima (lo hemos perdido hace poco tiempo).

Describiré mis objeciones al plan surgido en aquella época con una anécdota. En los años ’90 tuve una charla con un estudiante que había comenzado el llamado “Ciclo Profesional Orientado”, más conocido como “CPO”. Él me dijo: “Ahora estoy haciendo esa parte de la carrera en que das ‘Tortugas Ninja I’ y ‘Tortugas Ninja II’”. El comentario daba a entender que en la lista opcional de “hacer puntos” de CPO, aparecía toda clase de materias, dictadas a veces –a mayores– por personas no calificadas.

Pero esa sería una lectura sesgada; verdadera, pero parcial. Desde otro punto de vista, uno puede pensar que la Facultad de Derecho de la UBA, a la que yo sigo valorando mucho, deja abierto un “campo libre al espíritu investigador y creativo”, para construir por sí mismo una parte de la currícula. Qué proporción del estudiantado está en condiciones de sacarle provecho a esa ventaja es “harina de otro costal”.

¿Cómo ves el funcionamiento de la Justicia hoy en la Argentina y cómo ves al fuero penal en particular?

En primer lugar, haré un “excursus” sobre la voz “justicia”.

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Tomo mi carrera como un camino jalonado con esfuerzos y buenos rendimientos. Esa fue mi Lucha por el Derecho, para decirlo con palabras del título de una famosa obra de Jhering...

En español se produce una ambigüedad nada feliz con la expresión “justicia”, en el sentido del valor que distingue lo justo de lo injusto y “justicia”, en el sentido de “Poder Judicial”. Yo raramente llego a usar el sustantivo “justicia” en ese segundo sentido. Ese uso “doble” conlleva varios perjuicios. En primer lugar, incita a presuponer que la sentencia que dicta un tribunal es en sí “justa”, lo cual –obviamente– puede no ser el caso. En segundo lugar, se parte de la base de que la “justicia” fuera un asunto que sólo atañe al Poder Judicial, como si el Poder Legislativo pudiera dictar “leyes injustas” o el Poder Ejecutivo, “decretos injustos”. La justicia como valor es un asunto que concierne a todo ciudadano (no en el sentido de “tener ciudadanía de un Estado”, sino en el de ser un sujeto de la Polis).

En alemán no se da esa ambigüedad, pues “justicia”, en el sentido de lo justo y lo injusto, de la “diosa Diké”, digamos, se expresa con “ Gerechtigkeit” , mientras que el servicio de administración judicial se puede decir “Justiz” (pero no tiene el sentido de “Gerechtigkeit”) o también “Rechtspflege” (servicio jurídico o judicial).

Por otra parte, yo siento que el hombre (en el sentido bíblico, de: “ser animado racional”, “Dios creó al hombre varón y

mujer”) no puede ser justo. Se trata de una “aspiración” del género humano, que no puede ser satisfecha realmente, sino que, a lo sumo, se puede tender hacia allí. Es por eso que en las relaciones sociales hay tantos resentimientos recíprocos: entre padres e hijos, entre parientes lejanos o cercanos, entre amigos, entre profesores y estudiantes, entre colegas, etc. En suma, cada uno le reprocha a otro que éste ha sido “injusto” con aquél. Posiblemente por eso la justicia aparezca tantas veces invocada como atributo de Dios en los Salmos, así, p. ej., en el Salmo 58 (57): “Sí, hay un fruto para el justo; sí, hay un Dios que juzga en la tierra”. Es una forma de percibir la imperfección del hombre (aunque allí mismo también hay un dejo de confianza en la posibilidad de que haya “hombres justos”).

A pesar de ello, especialmente la gente que trabaja en los tribunales, sea como juez, fiscal o empleado, cree que hace algo “más noble” que aquel que litiga (el fiscal litiga también, pero se siente “parte de la justicia”). Una vez escuché de un juez, hace muchísimos años, algo así: “Es la función más parecida a la de Dios que hay en la tierra”. Yo quedé horrorizado, incluso “me da pudor” contarlo, pues yo respetaba mucho a la persona que lo dijo. Si, en cambio, uno le pregunta a un abogado de la matrícula cuál es su

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opinión sobre los tribunales él le dará una imagen muy alejada de aquella frase.

Con las consideraciones anteriores no pretendo eludir el “núcleo sustancial” de la pregunta, la cual, reformulada, podría rezar: “¿Cuál es su opinión sobre el servicio de administración judicial, en particular, en materia penal?”

Me limitaré a la materia penal, pues no puedo evaluar en absoluto las otras áreas. Creo que es una de las peores épocas de las garantías del imputado. La cantidad de condenados que sustancialmente sean inocentes que puede haber hoy en instituciones carcelarias argentinas es “incalculable”. No quiero entrar en detalles, porque me llevaría al desarrollo de ideas que he expresado en diferentes obras. Cada quien podrá percibir a qué estoy aludiendo.

Además, la incidencia de los medios de comunicación es impresionante. Esto también ocurre en los países desarrollados. Y sucede que un juez, como cualquier otro trabajador, quiere “no perder su trabajo”. Y él bien sabe que, si resuelve de manera contraria a lo que pretenden los medios de comunicación (algunos son más dominantes que otros, pero, respecto de ciertos temas, incluso medios que combaten entre sí, coinciden “en el mal”), sí puede perder su trabajo. Podrá ir “contra la corriente” un “par de veces”, pero no siempre (tampoco se da que los medios estén “siempre equivocados”; si bien es una tendencia… pueden tener un acierto también). Entonces, él está compelido a fallar en cierto sentido, al menos la mayor parte de las veces. Para poder resistirse a esa compulsión tendría que tener cualidades personales espirituales muy particulares.

¿Cuál fue la “época de oro” de Marcelo Sancinetti y por qué?

Si hablase de una “época de oro” la expresión me quedaría “demasiado grande”. Diría que mi época “más glamorosa” fue la de los dos años y medio que pasé en el Rechtsphilosophisches Seminar de la Universidad de Bonn, viviendo en el barrio de Bad Godesberg , en el que Graf zu Dohna había fechado el prólogo de su libro, traducido como “La estructura de la teoría del delito”, cuando Bad Godesberg era una ciudad aparte, cercana a Bonn. Allí, además, fui padre por primera vez. Los días de los nacimientos de mis hijos fueron los más plenos de mi vida.

En este sentido, entonces, yo trazaría un arco desde que me casé, a los 38 años, hasta mis 50 años, como la mejor época, pues en ella nacieron nuestros hijos.

Hemos leído una aclaración tuya con relación a que la prisión preventiva NO es una pena y que debería ser totalmente excepcional…

¿Que la prisión preventiva NO es una pena es un valor entendido incluso por no ilustrados. Porque es una medida procesal dictada antes de una sentencia de condena firme. Por tanto, no puede ser una pena, dado que ésta presupone un juicio previo (art. 18, CN). Hace algunos años, cuando fueron dictadas un sinnúmero de prisiones preventivas contra miembros del gobierno anterior al que gobernaba en ese momento, traduje un artículo del profesor Helmut Frister (Düsseldorf) sobre “La presunción de inocencia”, porque trataba a fondo las condiciones de validez de una prisión preventiva. A los casos de “peligro de fuga” y “posibilidades de entorpecer la investigación” –que hay que interpretar a su vez de modo restringido, no se puede “meramente invocar” que hay tales peligros sin demostrarlos en concreto–, Frister agrega el caso del “peligro de reiteración del hecho”.

Comoquiera que sea que pueda ser fundamentada esa causal, lo cierto es que ésta es interesante y digna de consideración. Pues no sólo un caso de sospechas de un violador u homicida serial, sino también la sospecha fundada de que alguien que ha sido captado en dos robos a mano armada, montando una moto puede reiterar el hecho, podría ser causal para dictar una prisión preventiva y denegar la excarcelación. Pero, a la vez, si uno “amplía mucho” este concepto, entonces todo imputado “pasa la vida en prisión”, antes del “juicio justo” (si es que puede haber en sí un “juicio justo”).

Si la prisión preventiva ha excedido un plazo razonable, el juez o tribunal competente debe poner al imputado en libertad. Si eso no ocurre, se debería morigerar lo sufrido anticipadamente, en la medición de la pena. La llamada “ley del 2 x 1”, si bien producía situaciones de injusticia distributiva (pues la interposición o no de recursos podía variar el tiempo de encierro de dos sujetos que hubieran sido condenados por el mismo hecho y a la misma pena), al menos se hacía cargo de las falencias del sistema y no ponía toda la carga de los déficits del Estado en los hombros del imputado. Si esa ley fue derogada, entonces

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hay que pensar en una disminución de la pena a imponer dentro de la escala penal o bien en una forma de reparación patrimonial. Digamos: algo que compense el mal estatal sufrido por el ciudadano. Por cierto, en la cuestión discutida hace pocos años sobre el beneficio legal compensatorio del 2 x 1 –derogado en 2001– la doctrina de la Corte correcta era la del caso “Muiña”, por más que se tratase de delitos de lesa humanidad; la modificación del caso “Batalla” implicó una lesión al principio de legalidad (art. 18, CN).

Participaste en una minuciosa investigación sobre el caso de trenes de Once, específicamente en la defensa de Julio de Vido. ¿Cómo se investigan casos tan delicados con temas tan específicos y ajenos al derecho? ¿Te apoyas en especialistas para armar tus presentaciones?

Todo caso jurídico –no sólo los casos penales– tienen un aspecto fáctico y otro de subsunción jurídica (o de “calificación jurídica”). Entonces, los hechos… si bien en cierto sentido sí son ajenos al Derecho, porque son meras facta, y no “normas”, son determinantes para la aplicación del Derecho. Hace falta la reconstrucción fáctica de un episodio ya ocurrido en espacio y tiempo. La reconstrucción del hecho es similar a la que uno haría si, en lugar de hacer una subsunción jurídica, quisiera conocer cómo sucedió algo, meramente por curiosidad, es decir, por tratar de saber la verdad.

En el caso de Once, originariamente, yo iba a ser un colaborador de los abogados defensores de Julio de Vido. Pues la parte de la “mecánica del choque” en sí la había estudiado ya con relación al primer juicio, una vez dictada la sentencia, a ciertos fines profesionales.

Pero cuando Maximiliano Rusconi, uno de los defensores, me propuso integrar su grupo de trabajo, yo acepté gustoso, porque conocía bastante bien el choque.

Toda la base de la acusación residía en que el maquinista había frenado un metro antes del límite oeste (es decir, el límite inicial) del paragolpes, y que, como consecuencia de este frenado, el coche cabecera “cabeceó”, se inclinó y se desató una serie de consecuencias que sólo estaban asumidas en el dictamen de uno de los peritos; no en el dictamen pericial del resto del cuerpo de peritos. El tribunal del primer juicio condenó a los empresarios sobre la base de ese cuadro fáctico. Pero esa base fáctica, es decir, la premisa mayor del razonamiento, era errónea.

¿De dónde surgía que hubiera habido una frenada un metro antes del paragolpes, que habría reducido la velocidad de 26km/h a 20km/h? Eso fue inferido de una errónea lectura de unos datos que arrojaba el GPS del coche cabecera. Anoto aquí los datos que sí eran correctos. Miremos los últimos metros: a las 8:29 y 22 segundos, el coche cabecera se desplaza a 27 km/h (aproximadamente: 7,60 m por segundo); a las 8:29 y 35 segundos, es decir, 13 segundos después, el coche cabecera sigue a 27 km/h; entonces ha recorrido casi 100 m en ese lapso (7,60 x 13 = 98,8 m); a las 8:29:48 (otros 13 segundos después) el coche cabecera va a 26 km/h (unos 7,25 m por segundo), una declinación compatible con la mera marcha en deriva por roce contra la inercia. A las 8:30:01 (o sea: otra vez 13 segundos después) se registra una velocidad de 20 km/h, y unos 15 segundos después se registra 0 km/h, es decir, que el coche cabecera se detuvo, lo que induce a pensar, “prima vista”, que primero iba a 27, luego a 26, luego a 20 y, finalmente, quedó en cero, después de chocar. Esta secuencia es correcta, si uno se limita a mirar la columna de las velocidades. Pero un

físico amigo, quien, a mi pedido, había leído una parte de la sentencia condenatoria del primer juicio –aquí viene la ayuda de “especialistas”, tal como reza la pregunta final–me dijo: “La sentencia tiene una contradicción; dice que el coche cabecera bajó la velocidad a 20 km/h un metro antes del paragolpes y que luego chocó. Eso no puede ser, pues si miras la columna que registra la longitud (en el sentido de latitud y longitud) verás que todas las marcas de velocidad vienen en sentido descendente, lo cual está bien, porque un tren que viene del Oeste hacia el Este va aproximándose al meridiano de Greenwich (en números negativos, porque estamos al Oeste de ese meridiano, y la latitud también en números negativos, porque estamos al Sur del Ecuador). Pero fíjate que el n.° de longitud de 0 km/h tiene un número mayor (‐58,40742), que el número de longitud (‐58,40741) que se registra cuando va a 20 km/h. Eso significa que el

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Uno de los problemas de las universidades públicas es que son demasiadas.

ESCANEÁ ESTE CÓDIGO Y ACCEDÉ A UN INFORME REALIZADO POR MACELO SANCINETTI PARA QUÓRUM

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tren chocó, bajó a 20 como consecuencia del choque, llegó hasta cierto punto y rebotó, como también bajó a cero”. En una conversación aparte me explicó que la velocidad es una función constante, entonces si en un momento un objeto va a 27 km/h y luego queda en 0 km/h, tiene que haber pasado por todos los números intermedios, si bien, dado el caso, en milésimas de segundos). Pero el cero quedó más al Oeste que la marca de 20 km/h; y es posible que esa marca se haya dado tras el rebote al final del andén, es decir, que fuera “a -20”. Esto es, dicho en términos aproximados lo que yo recuerdo de sus explicaciones.

Pues bien, el coche cabecera había quedado detenido (0 km/h) a 0,90 m o bien a 1 m pasando del límite Oeste del paragolpes. Dado que una diferencia de un dígito en el quinto decimal después de la coma (cienmilésima de grado) equivale (a nuestra latitud, pues ello varía, obviamente, de latitud a latitud) a 0,92 m, el límite Oeste del paragolpes

PING PONG

> UN LIBRO: “Búsqueda sin término”, una auto-biografía intelectual, de Karl Popper (pero tal vez prefiera El Principito).

> UNA PERSONA A LA QUE ADMIRES: Hay un “montonazo”; claro que si uno entra en detalles… casi todos los ídolos se caen por algún lado. Admiro a algunos de mis maestros y también a algunos de mis discípulos (damas y caballeros). No quisiera mencionar a nadie nominalmente (siempre quedaría alguien en el tintero).

estaba a una medida de longitud de 58,40743, un metro más al Este quedó detenido el coche cabecera, y unos 92 cm más al Este aun se había producido el registro de 20 km/h. Entonces la secuencia temporal no coincidía con la secuencia espacial. Temporalmente la secuencia era: 27, 26, 20, 0; pero, espacialmente, la secuencia era 27, 26, 0, 20.

Por consiguiente, todo el razonamiento del perito que se fundaba en que una frenada un metro antes del paragolpes había ocasionado una cadena de condiciones determinadas… tenía una premisa falsa. Esto era claro como el agua. No había que pensar en Sócrates para saber que eso era así. Por suerte, en las Matemáticas no se puede mentir, como sí en Derecho. Es posible que nadie haya notado eso en el “primer juicio”, pero en el juicio de Julio de Vido fue explicado con todo detalle. Además, si uno miraba cada frenada del maquinista, estación por estación, no había ningún problema para frenar. En general, él entraba a “excesiva velocidad”, pero comenzaba a aplicar el freno de servicio al comienzo del andén y la formación quedaba frenada al final del andén. En una estación “se pasó 8 m” del final del andén, pero por error de conducción (probablemente porque el andén de la derecha, por el cual a veces se orientan, era más extenso que el de la izquierda, por el cual circulan los trenes), no porque hubiera “un problema en los frenos”. En cambio, al llegar a Once, uno ve la grabación de la entrada a punta de andén y el tren va “en deriva”; no se aplican los frenos como en todas las estaciones previas. Esto puede haber ocurrido o bien porque el conductor, tras soltar el llamado “hombre muerto” (un freno de seguridad para el caso de desmayos o cosa similar), se adormeció, o bien porque perdió contacto cognitivo por alguna otra razón.

> UN LUGAR EN EL MUNDO: Alguna ciudad alemana: Bonn, Freiburg, Kiel, Düsseldorf, Würzburg o München (Múnich). NOTA DE TAPA | 43

Un fuero joven que da respuesta rápida a los consumidores

RELACIONES DE CONSUMO CABA POR ALEJANDRA LAZO
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IMAGEN: Blake Wisz (Unsplash)

Apoco más de un año del comienzo del funcionamiento en la ciudad de Buenos Aires del fuero de Relaciones de Consumo, el balance es más que positivo. Jueces, legisladores y miembros del Consejo de la Magistratura porteño coinciden al destacar que se trata de un mecanismo “ágil y eficaz” para la resolución de los conflictos que involucran usuarios y consumidores.

En marzo de 2021 la Legislatura porteña aprobó por amplia mayoría el Código Procesal de la Justicia en las Relaciones de Consumo para la ciudad de Buenos Aires. Una ley sancionada con el acuerdo de prácticamente todos los sectores políticos (sólo se abstuvieron los diputados de izquierda) que permite a los consumidores que vieron vulnerados sus derechos acudir a la Justicia local para hacerlos valer.

La competencia de la Justicia de las Relaciones de Consumo incluye las causas regidas por las normas nacionales de defensa del consumidor y de lealtad comercial y sobre los artículos 1092 y 1096 del Código Civil y Comercial de la Nación. Así será siempre que el consumidor sea actor y cuando la Ciudad sea, indistintamente el lugar de celebración del contrato; el lugar del cumplimiento de la prestación del servicio; el lugar de la entrega de bienes; el lugar del cumplimiento de la obligación de garantía; el domicilio del consumidor; el domicilio del demandado; o el lugar donde el consumidor realice actos necesarios para la celebración o ejecución del contrato.

La norma incorporó nuevas herramientas tecnológicas para darle “celeridad” y “eficacia” a los procesos, la informalidad en el lenguaje y la gratuidad en favor del consumidor. A la vez introduce el impulso de oficio eliminando el instituto de la caducidad de instancia y simplificando el sistema recursivo.

Cabe mencionar que previamente ya se había avanzado en la materia, dándole cuerpo a los acuerdos de transferencias de competencias entre el Estado Nacional y la ciudad de Buenos Aires.

Consultada al respecto por Quórum, la diputada Gimena Villafruela (PRO) detalló: “La Legislatura con la sanción

de la Ley Nº 6286 modificó la Ley Orgánica del Poder Judicial otorgando competencia en materia de Consumo a los Juzgados de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario que pasaron a denominarse Juzgados de Primera Instancia en los Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo. La ampliación de esta competencia en nuestra Justicia se realiza en el marco de la autonomía propia de la Ciudad. Respondió a una necesidad de los vecinos que debían acudir a la Justicia Nacional para resolver los conflictos de consumidores y usuarios, pese a las grandes demoras existentes en los Juzgados Nacionales Comerciales y Civiles”.

Y añadió: “Frente a la posibilidad de que los derechos de usuarios y consumidores se vean afectados de alguna manera por no tener una resolución de sus conflictos en plazos razonables y de manera sencilla, dinámica e informal, la Legislatura encontró en la creación de estos Juzgados una herramienta más para simplificar a los habitantes el acceso a la Justicia”.

El juez de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad, Lisandro Fastman, quien tuvo a su cargo la competencia poco más de un año antes de asumir su nuevo cargo, resaltó lo novedoso del fuero en diálogo con esta revista.

“Al principio fue muy incipiente, no teníamos tantas causas y después empezó a multiplicarse exponencialmente. Nosotros tenemos una competencia súper novedosa, con lo cual la mayoría de los abogados especialistas en estos temas suelen litigar ante el fuero nacional, más que nada en la justicia comercial. En un primer momento fueron muchísimos los juicios relacionados con temas bien de pandemia y después empezamos a tener juicios más estables que tienen que ver con estafas y todo ese tipo de problemática vinculada a las compras online o a la telefonía, por ejemplo”, comentó.

A nivel nacional, por las leyes 24.240 y 26.993, se han creado el Sistema de Resolución de Conflictos en las Relaciones de Consumo (COPREC), los tribunales arbitrales y la justicia nacional en relaciones de consumo.

El vicepresidente del Consejo de la Magistratura porteño,

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Francisco Quintana, explicó: “Hubo un intento por establecer una justicia especializada para el consumidor y usuario a través de la Ley 26.993, que creaba ocho juzgados y dos salas, pero estos juzgados especializados no llegaron a implementarse. De los tres institutos que creaba la ley, sólo se implementó el COPREC, que hoy funciona en forma virtual”.

La legisladora resaltó: “A su vez, el fuero reviste carácter de especializado con régimen tuitivo a favor de las y los consumidores, usuarios y usuarias, por lo que les asegura la administración de justicia, teniendo en consideración la relación desigual que existe entre las empresas / proveedores de bienes y servicios y los consumidores / usuarios”.

Asimismo dijo: “En este tiempo de funcionamiento del fuero, se han resuelto cientos de causas relativas a fraudes bancarios, fideicomisos inmobiliarios, compraventa de bienes, servicios de telefonía, de peluquería, ejecuciones de acuerdo conciliatorios homologados ante autoridad administrativa, entre otros tantos. Fortaleciendo así al Poder Judicial local, que es joven en comparación con otras jurisdicciones, se encuentra en constante crecimiento por la transferencias de competencias que se viene dando”.

“Por su parte, en la Ciudad se encuentran vigentes y abordando la temática seis juzgados, conjuntamente con asuntos contencioso administrativos, y está en vías de implementación el Servicio de Conciliación para las Relaciones de Consumo”, agregó.

Momento de balance

Quintana consideró que “el balance del funcionamiento del fuero es positivo, dado que su existencia facilita el acceso a la justicia para todos los vecinos de la Ciudad por medio de un mecanismo ágil y eficaz. Ya hubo más de 1.700 procesos judiciales que se iniciaron en su primer año de funcionamiento, abarcando diversas temáticas, entre las que se resaltan los reclamos referidos a viajes aéreos, créditos bancarios, servicios financieros y planes de ahorro automotor”.

En el mismo sentido la diputada porteña Claudia Neira (Frente de Todos) expresó: “Está claro que la existencia del fuero promueve las buenas prácticas en torno a la relación de consumo, por parte de los proveedores hacia los consumidores”.

En tanto, la diputada Villafruela coincidió con los elogios: “Es positivo porque desde su puesta en marcha los vecinos de la Ciudad cuentan con una justicia específica en la materia que les permite resolver los conflictos relacionados con el consumo en plazos más cortos de tiempo y de manera totalmente on line, toda vez que la presentación del reclamo y la mayor parte del proceso se realiza con esta modalidad. La creación de estos tribunales en la Ciudad fue sin lugar a dudas un paso muy importante en el resguardo de los Derechos de Consumidores y Usuarios que muchas veces veían vulnerados sus derechos y no lograban obtener soluciones dinámicas a sus reclamos”.

Desde la Defensoría del Pueblo de la Ciudad señalaron: “La creación del fuero es un gran avance hacia la autonomía de la ciudad de Buenos Aires y es un gran beneficio para el consumidor que es la parte débil de la relación. Es un fuero moderno ágil y la expectativa es que tanto la Defensoría -como lo viene haciendo- y ahora el Fuero de Relaciones de Consumo pongan un límite a los abusos de las empresas”.

Por su parte el juez Fastman resaltó: “Es muy importante que en la Ciudad haya un Fuero específico donde los consumidores tengan jueces propios, porque lo que está en juego es la autonomía pero ya no a nivel discursivo sino la autonomía que implica que cuando tenés un conflicto de índole jurídica y lo dirimís ante jueces elegidos por los representantes del pueblo desde la Legislatura”.

Futuro prometedor

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Como todo fuero joven, Relaciones de Consumo tiene varios desafíos por delante y seguramente problemáticas que deberá ir sorteando una vez que se avance en su implementación.

Como todo fuero joven, Relaciones de Consumo tiene varios desafíos por delante y seguramente problemáticas que deberá ir sorteando una vez que se avance en su implementación.

Fastman reconoció que, aunque pocos, hubo algunos planteos de competencias por parte de la Justicia Nacional. “Por suerte el Código sancionado por la Legislatura establece específicamente que las causas ya en trámite continúan en los fueros en los que están, pero tuvimos un par de ocasiones donde un juez comercial discutió quién interviene”, destacó.

Para Quintana “es fundamental seguir profundizando la actual senda de trabajo que se adoptó en la materia. La creación de tres nuevos juzgados de primera instancia que tendrán competencia específica y exclusiva en consumo parte de la necesidad de adoptar cambios ante la problemática que las relaciones de consumo representaban para la sociedad”.

Neira también abordó esta medida: “Una vez que los jueces ganadores de los concursos sean designados en sus cargos, considero que los procesos se agilizarán, y además los juzgados funcionarán con mayor autonomía”.

Villafruela retomó algo que había mencionado Quintana e hizo hincapié en “la apertura del Servicio de Conciliación para las Relaciones de Consumo del Consejo de la Magistratura que, junto a otros servicios similares como el COPREC o el Servicio de Conciliación del Gobierno de la Ciudad, son una instancia previa y obligatoria antes de iniciar en reclamo”. “Esta herramienta es de gran importancia porque les otorga la posibilidad a las partes de arribar a un acuerdo y evitar la instancia judicial. Si no hay acuerdo en la instancia de mediación queda abierta la vía de reclamo ante los tribunales de las Relaciones de Consumo. Es una innovación en nuestra Ciudad y seguramente irá paulatinamente mejorando con el avance del tiempo siendo un modelo a seguir para otras jurisdicciones”, concluyó.

Mientras que Fastman estimó: “Supongo que los tres jueces permanentes irán delineando un poco cómo va a ser el perfil del fuero que necesariamente va a crecer, porque a medida que el consumidor real encuentre resultados rápidos en este tipo de proceso que además es muy fácil tramitar, el boca a boca va a ir haciendo su efecto”.

En ese sentido, la defensora del Pueblo María Rosa Muiños adelantó que el organismo ya “está en contacto con el Poder Judicial para articular acciones en común a los efectos que el fuero siga creciendo”.

Aún es muy pronto para saber si la normativa vigente requiere algún ajuste y, además, se han dictado pocas sentencias. “Los juicios terminan muy rápido y en su mayoría por autocomposición. Ya sea durante las audiencias que convocamos nosotros como por acuerdos entre las partes. La verdad es que lo que venimos aplicando funciona relativamente bien pero hay partes del Código que aún se podría decir que hay partes que no aplicamos. Dictamos pocas sentencias pero el proceso está diseñado con esa idea, que sea ágil, digital, de autocomposición”, manifestó el juez Fastman.

El dicho popular es “escoba nueva siempre barre bien” pero, en este caso, la unanimidad de voces destacando la creación e implementación del Fuero de Relaciones de Consumo es una clara señal de que el camino se ha comenzado a recorrer con responsabilidad y buenos resultados. Será clave el nivel de conocimiento que adquiera dentro de los consumidores para que se convierta en una herramienta clave para la resolución de conflictos, de forma rápida y eficiente.

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MODA

LA RANDO:

Gala Elman, directora y arquitecta, y Renata Maccione, directora Creativa y diseñadora, nos explicaron cómo surgió el nombre de la joven marca que ya es reconocida a nivel nacional e internacional y con la que han participado en prestigiosos eventos en Inglaterra e Italia. Además nos contaron cómo es trabajar con cuero, las alternativas que contemplan para el futuro en cuanto a materiales, las prendas sin género y su proyección para el próximo año. REDACCIÓN: Quórum FOTOGRAFÍA: Avanti! 48 | REVISTA QUÓRUM
del Fashion Week de Londres a New York
Gala Elman, directora de La Rando

¿Q

ué es la moda para ustedes?

Renata Maccione: Es muy subjetivo. Creo que en realidad la moda es lo que vos hagas con ella. Es como ser un poco genuino y tratar de no ir con la tendencia.

Gala Elman: Para mí la moda es como el arte, como la manifestación de algo que te data en qué momento vivís. Es identidad, es de alguna manera mostrar quién sos. Creo que tiene que ver con cómo pensás y cómo te gusta vivir.

Renata Maccione: Es comunicación, me parece.

¿Y en qué se inspiran?

Renata Maccione: De hecho, al principio, tuvimos que hacer un trabajo de investigación enorme que tenía que ver con eso, con en qué se inspiraba cada una. No sé, danza, cine, arte, arquitectura. Creo que es un ejercicio que te sorprende a vos mismo porque en realidad, más allá de terapia, es realmente como desarticular todo lo que compone tu universo simbólico, está bueno.

¿Cómo hicieron

la investigación?

Gala Elman: Investigando no solamente nosotros, sino también con todo el equipo. Buscando una identidad y bajando los pensamientos que tenemos y retro alimentándonos unos de otros. Soy mucho más grande que las chicas. Pertenezco a otra generación, tengo otras historias vividas, tengo hijas ya más grandes y otro recorrido. Así que este trabajo se hizo de alguna manera amalgamándonos, escuchándonos y pensando qué es lo

que queríamos armar como familia de La Rando. Con qué materiales trabajar, con qué formas, con qué ornamentos, con que síntesis, qué cosas tomamos de lo que entre comillas es o se define como moda ahora. Por ejemplo, vamos a hacer un nuevo pantalón con cinco bolsillos, pero cómo lo reeditamos y cómo lo repensamos en función de una nueva materialidad. Un poco así. O la falda gajos que hicimos. La vimos del archivo de Prada de hace muchos años, luego la desmenuzamos, la desestructuramos y la volvimos a armar para que sea un producto nuevo.

¿Cómo nació La Rando?

Gala Elman: Vengo del mundo de la arquitectura y del diseño y tenía en mi cabeza bastante ganas de armar algo que tenga que ver no tanto con la moda sino más con el vestuario. Tuve muchos años una empresa que hizo mucho mueble Bauhaus y mi cabeza o mi intelecto estaba entrenado y había estudiado cómo reproducir todo lo que era Bauhaus, donde había mucho cuero. Siempre tuve como una atracción y respeto por la nobleza del material y tenía ganas de armar algo que tenga que ver con el universo femenino y unir un poco el campo de arquitectura con el diseño que dé este resultado. Surgió en el 2020, armamos un equipo y cada uno tomó su lugar y primero nos pusimos a pensar cómo nos íbamos a llamar. No es que nosotros lo definimos, sino que cuando contratamos a un estudio de diseñadores muy buenos realizamos un trabajo de búsqueda y, como decía Renata, de investigación un poco sobre de nuestra cultura, nuestra educación, nuestra sabiduría que tenga que ver con el diseño. Después empezamos a meternos en el mundo de la producción acá en Argentina, viendo no sólo el material sino también la mano de obra para poder confeccionarlo. Hicimos todo un

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poco en paralelo hasta que pudimos surgir. Empezamos con pocas prendas, después fueron creciendo. Hoy tenemos como 70 prendas. El año pasado empezamos a exportar a Uruguay. Ahora tenemos un contrato con un showroom en New York que nos está representando para todo Estados Unidos. Y bueno, tenemos un grupo de estilistas, que son diseñadoras. No sé cuál es la profesión de las chicas.

Renata Maccione: Comunicación y Marketing.

Gala Elman: Están también en Europa como representantes de La Rando buscando mercados. Estamos súper contentas y felices de poder estar acá en Argentina, nos encanta, pero también queremos salir al mundo. Me parece enriquecedor no solamente tomar ideas y aprender, sino también mandar. Argentina tiene un potencial enorme con mucha gente muy pensante, responsable y muy talentosa que puede hacer cosas maravillosas. Esa es un poco nuestra expectativa.

¿El nombre La Rando?

Gala Elman: La Rando significa el límite en Esperanto. Buscamos un idioma que sea como internacional y que tenga una raíz que se pueda entender en muchos lugares. En un momento pensamos en inglés, pero bueno, nada. Si bien parece que fuese en español no lo es. Es Esperanto y significa justamente el límite, que uno puede llegar a un punto que deseas, que soñás y que se puede. Como un deseo, una meta. Este año seguramente a fin de año estaremos en Uruguay, estamos viendo si podemos abrir un local nuestro.

Y estuvieron en el Fashion Week de Londres.

Gala Elman: Sí, estuvimos en la grilla y haciendo un evento en la Embajada argentina. Estuvo muy lindo, nos ayudó la Embajada y estuvimos compartiéndolo con Clara Aynié. Vino mucha gente del medio y salir al mundo e intercambiar es interesante.

¿Y cómo las seleccionaron?

Gala Elman: Nosotros en realidad nos conectamos por intermedio de una persona que buscó el auspicio de la Embajada y mandamos la documentación, la información y un estudio de relaciones públicas inglés nos conectó para poder estar en la grilla. Después básicamente lo que se hace

es que muchos agentes de prensa o compradores visitan el Fashion Week y luego van a espacios como satélites donde suceden eventos. Y uno de estos espacios era en la Embajada, el evento que organizó La Rando y Aynié.

Renata Maccione: Lo interesante también de estar en una grilla internacional y en el marco del Fashion Week de Londres es que realmente el alcance que tiene es enorme y vos verdaderamente no tenés idea de quién puede aparecer. Al evento fue Suzy Menkes, que es la directora de Vogue de Londres.

Gala Elman: Es una periodista histórica que está especializada en moda, que si ves su Instagram es impresionante. Es impresionante todos sus movimientos, la cantidad de diseñadores que conoce, es muy respetada. La verdad que fue fantástico. Nos hizo una entrevista, ya vino, nos preguntó qué pasa acá en Argentina, cómo es la vida acá. Nos contó que había venido hace mucho tiempo y no podía creer que acá en Argentina se produjese indumentaria en cuero. Bueno, evidentemente hay otras fantasías del mundo de lo que somos, pero justamente por eso es muy valorado todo lo que mostramos porque hay como una conciencia, una idea, te diría como antigua de lo que es Argentina, y está bueno mostrar el mundo justamente todo el empuje intelectual y de un movimiento de pensamiento que acá sucede no solamente en el área de diseño, sino en muchas áreas. Hay que hacer un poco de fuerza para poder salir y conectarnos. Si esa fuerza no viene desde el Estado es más difícil pero por suerte hay movimientos más personales que pueden hacer que nos demos a conocer y que sucedan las cosas.

El cuero por un lado es noble, es un material también caro y tiene la contra, me imagino, de todo el veganismo. ¿Cómo ven eso ustedes?

Renata Maccione: Lo vemos como dos posibles caminos. Por un lado, estamos investigando sobre una idea alternativa de cuero realizado a partir de hongos. Es todo muy reciente pero estamos buscando un proveedor como para tener una alternativa ecológica. Por otro lado, el cuero

Argentina tiene un potencial enorme con mucha gente muy pensante, responsable y muy talentosa que puede hacer cosas maravillosas.
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tiene propiamente eso que decíamos de la durabilidad. Entonces como la responsabilidad de consumo. Hay algo con el cuerpo ecológico que es una lógica un poco binaria. Está el cuero y el de PU es ecológico, pero de ecológico la verdad es que no tiene nada.

Gala Elman: Claro, son derivados del petróleo que también contaminan. Vos te compras un buen pantalón de cuero y debería durarte mínimo cinco años. En cambio, si vos vas comprando pantalones de PU se te van rompiendo y vas consumiendo más y también contaminando más. Es como el lado B, lo que no se habla de los materiales artificiales.

Renata Maccione: Sí, es otro el hábito de compra, la responsabilidad de esa compra. Como que quien compra un pantalón de PU no le pone demasiado pensamiento. Creo que con el cuero hay otro compromiso. Sí nos sedujo esta idea del cuero realizado a partir de hongos porque consideramos que ahí hay algo más sincero. Pero la verdad es que el PU como material no nos convoca.

¿Vieron

ya ropa a base hongos?

Gala Elman: Tenemos entendido que Hermés, por ejemplo, está empezando a producir algo. Estamos en el camino de ver si podemos adquirir y conectarnos.

Renata Maccione: Estuvimos en Firenze en la feria Pitti presentando la colección, buscando buyers, estilistas, PR’s y demás. En los pabellones tenés diseñadores y proveedores. Por ejemplo, stands especializados en ofrecer productos que cuidan el cuero y también estaban estos proveedores que desarrollan cuero de hongos. Es más había un proveedor que realizaba con cactus. Estamos analizando y viendo si podemos hacer alguna línea con esos materiales.

¿Cómo es esto de la filosofía de compra?

Renata Maccione: Creo que es un ejercicio, un poco de conocerse y de ir probando. Me parece que es un clásico como en la adolescencia. Por ahí uno se permite, tiene licencias como experimentar y reinventarse, cómo ir probando y después vas encontrando como un común denominador de las cosas. La verdad que como yo me siento cuando me pongo una camisa blanca perfecta, no me siento con nada. Cuando ya fuiste haciendo ese camino te comprometés de otra manera, como que no vas a querer comprarte una camisa blanca cualquiera. Me voy a comprar

la que tenga el cuello perfecto, la terminación de la tela, la caída ideal.

En cuanto a la ley de talles que existe hoy en nuestro país, ¿ustedes la cumplen, cómo se llevan con eso?

Gala Elman: Estamos trabajando cuatro talles y estamos agregando uno más. Lo que pasa dentro los talles que nosotros manejamos se podría decir que van de dos en dos. Por ejemplo, en Estados Unidos hay en la escala que hay hasta ocho talles. Todo depende un poco de la silueta. Si bien entendemos la ley y sabemos que existe, nuestros talles no son estrictos. Hemos agregado talles más chicos, hemos agregado talles más grandes. Empezamos haciendo tres talles y ahora tenemos cinco.

Renata Maccione: Creo que es importante ir conociendo a tus clientes. Por ejemplo, a nosotras nos sorprendió justamente que nos pidieran talles más chicos. La verdad es que a tus clientes los vas conociendo conforme la marca va creciendo. Hemos desarrollado productos a pedido, como que todavía estamos en una instancia muy de custom made

Gala Elman: También tenemos varios productos de talles únicos que son bastante amplios y que de acuerdo a la silueta se pueden acomodar. Obviamente no van a quedar igual en todas las mujeres pero son bastante versátiles. De hecho, hay pantalones que se los han llevado varios hombres. Uno que tiene elástico fue bastante furor.

Renata Maccione: Sí, también las camisas o los pantalones tipo jogging.

Gala Elman: Sí, estamos pensando en un futuro seguir haciendo algunas prendas sin género que son interesantes y de hecho queremos sumar algún hombre a próximas editoriales que hagamos. Porque la verdad es que sí han venido varones y que se coparon con este tipo de pantalón que tenemos, que es bastante no género y queda bárbaro.

Renata Maccione: Santi Maratea. Lo habían invitado a un programa, su estilista me conocía, le dijo que venga y se llevó el Feni. Igual vestimos a varios artistas. A Mateo Sujatovich, de Conociendo Rusia, a Paco Amoroso, a Catriel. Tienen estilistas que nos conocen. La marca es nueva entonces todavía tenemos esa cosa como súper de nicho.

¿Y cómo fue el primer hombre? ¿Cómo empezó?
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Y la verdad es que cuando hacés algo también distinto buscan diferenciarse y claro, se acercan.

Gala Elman: Nos interesa cuidar mucho la estética y el concepto de la marca, porque después se desdibuja.

¿Qué le recomendarían a una jueza, una abogada, una fiscal?

Gala Elman: Primero que vengan y se prueben todo porque pueden quedar sorprendidas. Tenemos muchas prendas que son versátiles. Hay pantalones que podés ponértelos con una zapatilla, con un taco, con un mocasín, con un suéter, con una camisa de seda, como que puedes subir, rebajarlo y que realmente son muy cómodos para trabajar y que son muy elegantes. Entonces lo interesante es justamente que vengan y se prueben para ver con qué se identifican.

Renata Maccione : Sí, tenemos una familia de sastrería súper completa y contemporánea también. Nuestro traje de lino tiene unas mangas como ovaladas. El largo modular es otro, como que me parece que es como una vuelta de algo que por ahí ellas necesitan para facilitarles el día a día y que les resuelva con un look formal, fino y que también se sientan descontracturadas. Creo que a todos les gusta seguir sintiéndose uno. Me parece que está bueno.

Gala Elman: Que tengan una identificación con una marca, conociéndola y que puedan ir sumando productos y armar su guardarropa, que después puede ser combinable entre sí con básicos o con productos más sofisticados. O sea, no es necesario tener tanta ropa, tantos productos, tantas prendas. Pensamos que es mejor tener un poco menos y que sean de mejor calidad.

¿Se visten en el 90% de sus días de La Rando o hacen mix?

Gala Elman: Uso algunas cosas de La Rando pero soy bastante sport también. Si voy de viaje es uno de mis fetiches llevarme algo de cuero y siempre te deja bien parada. Tenés una reunión afuera y podés estar con un jean y un blazer de cuero. El cuero te eleva, vas al frente bien.

¿Cómo son los procesos de producción?

Gala Elman: Los procesos de producción son interesantes. Nosotros en Argentina trabajamos con outsourcing, con

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Estamos investigando sobre una idea alternativa de cuero realizado a partir de hongos. Es todo muy reciente pero estamos buscando un proveedor como para tener una alternativa ecológica.

proveedores de afuera, con gente muy especializada solamente en cuero, no vamos a gente que haga otras cosas. Lamentablemente hoy nuestro país es bastante low tech y no hay tecnología en las fábricas. Nosotros lo que hacemos es hacer todo un proceso de investigación y de selección y depuración. Una vez que se hace eso, se dibuja la ficha técnica que tenemos digitalizadas. Nosotros venimos todos del mundo del diseño, somos muy obsesivas en tener todo muy documentado. Entonces tenemos todas las fichas técnicas y eso después pasa al departamento que está afuera de la empresa que se ocupa de hacer el producto. Hay todo un camino ahí en donde pasan por una persona que hace una muestra, después una persona que hace un molde en papel, otro en tela y se hace el producto, que obviamente va sufriendo algunas correcciones hasta que está finalizado. Luego se chequea con una modelo de calce, se aprueba en el nivel medio y al final, y una vez que está aprobado recién se encamina a la producción.

qué en Argentina no tenemos cuero?

Gala Elman: Cuando empezamos a investigar hay un cuero que se llama cuero andino o de oveja andina, que no está mal pero tiene muchas imperfecciones. Y la realidad también es que nosotros queríamos hacer un producto premium y después cuando vos tenés que reproducir ese producto en ese mismo color es como que no hay una estandarización. La gamuza es muy buena pero el cuero no tiene las mismas terminaciones.

Renata Maccione: Es otro el acabado.

¿Y el cuero que ustedes utilizan?

Gala Elman: Italiano. Acá hay un distribuidor que tiene el contacto y se hace responsable. Sí podemos tener una carta enorme de colores y podemos hacer los nuestros. Ahora

¿Por
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estamos en proceso tal vez de crear un color en un futuro para La Rando y eso se puede hacer, pero por ahora es siempre a través de esta persona.

Imagino que con todas las regulaciones que hay en nuestro país, con el tema de importar cosas, también es algo que les ahorra un dolor de cabeza…

Gala Elman: Nos ahorra y nos suma. Todo depende cómo lo veas porque primero empezamos fabricando con el dólar cuero oficial y ahora como no salen ningún tipo de licencias directamente viene todo por avión, entonces todo viene a dólar blue. Es una danza bastante compleja, sobre todo si nosotros queremos exportar, digamos, porque los costos van variando.

Y con todo esto ¿cómo es emprender en nuestro país?

Gala Elman: No es sencillo pero no es imposible. Te diría que es un poco lento, que hay que tener bastante cintura y tener claro tu norte, porque es como que constantemente podrías bajar los brazos. No es imposible pero hay que tener paciencia. Constancia, perseverancia. Pero no es simple porque un poco las reglas del juego te las van cambiando y eso es un poco ingrato. Hay un macro que es un poco inmanejable y que tiene que ver con la situación sociopolítica económica del país, que te hace tratar de ver cómo hacés para poder producir lo que vos querés producir de la mejor manera.

¿Y cómo se imaginan a La Rando de acá a diez años?

Gala Elman: Me encantaría que La Rando esté por el mundo con distintos puntos de venta y que sea una marca mucho más sólida, más conocida y más afianzada. Que siga con sus clásicos y que siga produciendo. Pensamos que nosotros no vamos a ser nunca una marca masiva, pero sí queremos

que tenga más comunicación y más llegada.

Hablan mucho de clásicos y eso es porque ustedes no trabajan por temporada.

Gala Elman: No, hacemos ediciones y vamos sumando prendas a los percheros. Algunas cosas no se seguirán reproduciendo que tal vez no se vendieron tanto, o que queremos reeditarlas o cambiarlas.

¿Cuál es ese clásico que está desde el principio?

Renata Maccione: El Trench , la chaqueta americana, la sastrería, la camisa, algunos pantalones. como el pantalón pinzado clásico, el chaleco.

Si tuvieran que definir a La Rando en muy pocas palabras. ¿Cuáles usarías?

Renata Maccione: Creo que clásico, elegante, contemporáneo.

Gala Elman: Sofisticado, noble. Sí, básicamente eso. Y un poco disruptivo, también. En un punto como que hay clásico y no tanto. Me parece que proponemos un poco esa dualidad también, que es un poco el giro que hace que una mujer sea sofisticada. Porque es lindo estar vestido clásico pero también ese giro que hace que tengas algo único. Eso es lo que habla de vos en un punto.

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“Negar las neurociencias es un crimen”

Su currículum es extenso y sus respuestas dan cuenta de su amplia formación académica. Es juez de Cámara en lo Penal de Menores en Mendoza, cargo para el que sostiene “es necesaria mucha sensibilidad y empatía”. Ferviente defensor de las neurociencias, no ha podido definir si vale la pena fijar una pena frente a determinados delitos. En diálogo con Quórum, entre otras definiciones, no dudó al opinar que “la Argentina ha decidido suicidarse en materia de política pública juvenil”.

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¿C

ómo fue tu infancia?

Una infancia muy pero muy feliz, rodeada de afectos. Un barrio muy sencillo, con calles de tierra, en Las Heras, Mendoza. Mi padre era profesor de Filosofía, Literatura e Historia entonces desde muy pequeñito me leía (adaptado) el “mito de las cavernas de Platón” o el Sísifo. Esto me hizo amar la cultura griega y me dió un plus en la escuela primaria y secundaria ya que los salesianos tenían una visión educativa muy enciclopedista.

¿Qué te motivó a estudiar Derecho?

Mi hermano mayor era mi ídolo, abanderado y muy decidido a estudiar Derecho en Córdoba y allí fui. Fue como tocar el cielo con las manos, desde ahí nunca dejé de amar la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), donde me gradué, me doctoré, dirigí posdoctorados, publiqué libros y doné mis medallas de Doctor Honoris Causa.

concurso de juez de instrucción donde estuve siete años, finalmente quedé primero en la elección de camarista penal de menores en el año 2000.

¿Cuál es el principal desafío que tenés en este cargo?

Requiere mucha sensibilidad, una visión humanista única, empatía, estar muy actualizado con resoluciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y tener conciencia que cada chico que llega al sistema lo hace con su historia personal generalmente muy vulnerable. Esto amerita un tratamiento especializado muy particular.

¿Cómo evaluás el trabajo de la Justicia argentina en torno a la minoridad y el delito?

Es muy triste, la Argentina hace decenas de años que ha decidido suicidarse en materia de política pública juvenil. Argentina no tiene política pública, tiene leyes de la época de la Dictadura. Con esto ya decimos todo.

Dado que has sido reconocido por su trabajo en este tema, ¿por qué considerás que el estudio de la Neurociencia puede afectar positivamente el servicio de Justicia?

Las neurociencias es lo que se viene, sí o sí. Negarla es un crimen. Hasta la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha pedido y exigido su reconocimiento en varios rubros (ver ONU 4/8/21 99 sesión ordinaria CJI 641/21, rev1). Las conductas agresivas en jóvenes en conflicto con la ley tienen fundamentos múltiples, aunque predomina la “agresión impulsiva”. Desde una perspectiva social de las neurociencias, coordinada con la práctica forense, puede valorarse la casuística asociada con el resultado de la función de las neuronas integradas en circuitos que aún no han logrado su madurez. Al poner foco en la importancia de la neuroplasticidad y el tratamiento tutelar efectivopositivo se encuentra una salida y a la vez una esperanza o solución probable al fin propuesto: la resocialización o refamiliarización del joven.

¿Cómo

Como abogado participé en varias organizaciones civiles y gubernamentales referidas a la niñez. Luego gané un

Aún no se ha tomado conciencia de la importancia de las neurociencias. El giro cingulado actúa, además, como un mecanismo de control emocional. La cuestión no es menor pues en la práctica forense en general se observa cómo influye este centro en los delitos contra la vida (homicidio). Los sentimientos concretos están regulados por la corteza cingulada y la corteza orbitofrontal. Aquí están presentes los

fue tu derrotero hasta llegar a ser Juez de Cámara en lo Penal de Menores en Mendoza?
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Al poner foco en la importancia de la neuroplasticidad y el tratamiento tutelar efectivo-positivo se encuentra una salida y a la vez una esperanza o solución probable al fin propuesto: la resocialización o refamiliarización del joven.

estados emocionales (respuestas periféricas, autónomas, endocrinas y esquelético-motoras) que involucran también a estructuras subcorticales como la amígdala, el hipotálamo y el tallo cerebral.

En términos simplistas, el giro cingulado es como una estructura “de paso”, como un puente, entre el sistema límbico y el neocórtex, que nos diferencia en gran medida de animales que han evolucionado de forma distinta a la nuestra. Es necesario entonces reforzar en los adolescentes los inhibidores capaces de detener estos

inadecuadas (droga, agresión, robos, etc.). Algo así como lo que presagiaba Rousseau. La sociedad te corrompe. En otro orden hay quienes atemperan la cuestión y ponen peso en la experiencia. La plasticidad neuronal hace que éstos últimos conceptos tengan peso en la toma de decisión y el futuro de una persona.

La cuestión para mí es más profunda, es saber si el hombre es libre o no. Aún los existencialistas del siglo XX la defendieron desde el “Dasein” de Heidegger (1886-1976) o la “angustia” de Jean-Paul Sartre. Por el contrario, Borges

La inteligencia artificial a través de los robots (...) ha generado mucha confianza y seguridad. Sólo bastaría asegurar en su esquema los Derechos Humanos y una decisión humana final.

“fogonazos” irracionales que, cuando están puestos en situaciones de agresión y vulnerabilidad, tienen gravísimas consecuencias.

¿Su carácter multidisciplinario es lo que la hace indispensable para los nuevos tiempos?

El Estado se torna bobo. No sabe articular entre disciplinas por eso puede decirse sin temor a equivocación que para el Estado “el menor es un problema menor”. No sabe qué hacer con los chicos vulnerables, mucho menos con los que están en conflicto con la ley. De allí la importancia de los jueces, muy especialmente en aquellos que apuestan al tratamiento tutelar.

¿El delincuente nace o se hace?

La gran pregunta con infinidad de respuestas. Según los neurodeterministas (Roth, Singer, Prinz, etc.) el delincuente ya está hecho, determinado genéticamente. No hay solución. Algo bastante parecido al delincuente nato de Lombroso y Garófalo. Es más, algunos creen que porta el “gen del mal” (idea tan vieja con Epicúreo). Para otros es la sociedad lo que lo hace malo, su formación, su cultura, el hecho de interactuar y copiar conductas (interaccionismo simbólico).

Los delincuentes en edades tempranas imitan conductas

en “Ruinas circulares” nos muestra atrapados en un sueño [Parma, “Pasado, presente y futuro del derecho penal”, Editorial Acercandonos, Buenos Aires, 2018, ps. 39.].

En palabras simples: “Algo se puede hacer con lo que hicieron de uno”, siempre hay un hálito de libertad. Dicho de otra manera, salvo excepciones, transitamos en un mundo que nos deja pequeñas rendijas de libertad.

¿Se puede exculpar a alguien que comete un delito amparándose en su predisposición genética?

Seguramente en un futuro eso exista, por ahora no creo que ninguna sentencia vaya en esa dirección.

¿Vale la pena fijar una pena frente a un delito?

Hay que ver el delito, el sujeto y la circunstancia, entonces sí. Mis libros generalmente repiten esta pregunta ¿vale la pena la pena? Aún no le encontré la salida exacta.

¿Por qué aún no se encontró una alternativa más efectiva para los delincuentes que encerrarlos?

¿Y cuál sería? Probablemente las neurociencias dentro de décadas lo resuelvan con un químico y no van a existir

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cárceles. Antes se probó con la muerte, las galeras, los trabajos forzados, la esclavitud, el ostracismo, etc. Y todo terminó en el encierro.

Mencionaste en numerosas oportunidades la importancia del avance de la Inteligencia Artificial ¿Cómo debería ser una Justicia Inteligente?

Convengamos que hay autos inteligentes, casas inteligentes, relojes inteligentes.... por qué no hay una justicia inteligente. La reflexión es necesaria: el derecho penal tiene un pensamiento del iluminismo del Siglo XVIII; tiene códigos del Siglo XIX; sus actores (jueces, fiscales, defensores) son del Siglo XX y los problemas y desafíos son del Siglo XXI. En esta inteligencia no se pueden dar respuestas viejas a problemas nuevos. La inteligencia artificial a través de los robots (hay cientos de jueces robots, programas, etc.) ha generado mucha confianza y seguridad. Sólo bastaría asegurar en su esquema los Derechos Humanos y una decisión humana final.

¿Cuál es la principal diferencia entre el joven abogado y el juez de la actualidad?

El joven abogado egresa con cierta incertidumbre profesional. Las facultades no lo preparan debidamente en la práctica. Debe acudir a posgrados o estudios muy fuertes y reconocidos. Ese es un problema muy grande. El juez joven está ante una gran encrucijada ya que es “amo y esclavo de sí mismo”, explotado y explotador en la sociedad de consumo como sostiene Byung Chul Han. Su tesis es la siguiente: “La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria,

sino una sociedad de rendimiento. Tampoco sus habitantes se llaman ya ‘sujetos de obediencia’, sino ‘sujetos de rendimiento’. Hoy se vive en una sociedad del cansancio donde la libertad es una condena de autoexplotación. El hombre es amo y esclavo (La sociedad del cansancio) Sobrevivimos como en un estado de guerra”. Lleno de autoexigencia.

Por último, ¿qué es la Justicia para vos?

Visto como valor jurídico totalizador implica “el mejor entendimiento societario”, lo que compromete la equidad que es una especie de justicia que se adapta al terreno. Es decir, que iguala. La equidad funciona como un tónico a la justicia que la hace digerible.

La justicia es una virtud completa que da a cada uno lo que se le debe en forma oportuna.

La justicia -aunque parezca una estrella inasible- nos muestra que un mundo mejor es posible.

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TECNOLOGÍA POR NICOLÁS AGUINSKY Derecho
Inteligencia Artificial &
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3.0
algoritmos

La idea de la Inteligencia Artificial (IA) no es nueva, ha estado vigente desde el famoso paper “Computing Machinery and Intelligence” de A. Turing, de 1950.

Pero la IA tal como la conocemos hoy, una máquina que puede pensar y actuar como un humano, resulta novedosa.

En la actualidad encontramos IA en todas partes, desde los asistentes virtuales como Alexa, Siri o Google Assistant, hasta los sistemas inteligentes que detectan fraudes en las tarjetas de crédito, aplicaciones de reconocimiento facial, automóviles no tripulados, generadores de imágenes a partir de texto y más.

Desde su nacimiento tratamos de enseñarle a las computadoras a entender a los seres humanos. Sin embargo, las personas y las computadoras tenemos distintos atributos. Nosotros somos creativos, tenemos empatía y emociones, y nuestra inteligencia puede resolver problemas complejos de manera integrada. Por otro lado, las computadoras o los sistemas inteligentes pueden procesar grandes cantidades de datos y detectar patrones como ninguna persona podría hacerlo. Serían funciones y atributos complementarios pudiendo estos desarrollos llevar a la capacidad humana a nuevos niveles de evolución.

En un primer momento la intervención humana parece obvia y necesaria. Sin embargo, una vez creada, la IA puede ser capaz de crear nuevas formas de inteligencia –incluso para nuevos propósitos–, o de aprovechar el conocimiento disponible para discernir cuestiones que tradicionalmente hemos considerado únicas, irrepetibles y propias del ser humano, como los juicios de valor, las ponderaciones entre dos o más opciones, o la toma de decisiones basada en información proveniente de nuestros sentidos, intereses y/o emociones.

Sin embargo, la IA en su interior está compuesta por un conjunto de algoritmos que tienen la capacidad de tomar estas decisiones y realizar acciones sin ninguna participación humana.

¿Qué son los algoritmos?

Ya son una gran parte de nuestra vida. En general, se utilizan para tomar decisiones sobre, por ejemplo, qué mostrarnos a la hora de comprar algún producto, deciden qué información vemos en las redes sociales, si calificamos para un préstamo

o si una persona puede hacer match con otros en una app de citas. Los algoritmos han existido durante décadas, pero se han ido perfeccionando y solo recientemente se han vuelto tan presentes en nuestro día a día.

Sin embargo, los algoritmos no son perfectos y tienen sesgos. El sesgo puede presentarse de muchas formas, como el género, la raza, la religión o el nivel socioeconómico. También pueden estar sesgados en función de su programación, por lo que debemos tener cuidado al momento de crearlos.

Esto no resulta del todo llamativo, puesto que los algoritmos son creados por seres humanos, que consciente o inconscientemente transmiten sus propios prejuicios a las máquinas. A su vez, junto con este, otro de los mayores problemas con los algoritmos es que por lo general no son transparentes. No están abiertos al escrutinio público y generan la sensación que no hay nadie responsable de ellos.

Sentencia previa

Los algoritmos también se pueden usar para predecir cómo se comportarán las personas en ciertas situaciones, por ejemplo, si serán violentas o no. La policía puede valerse de modelos predictivos basados en IA para identificar actividad criminal potencial y así, evitar o minimizar su impacto.

Esto ya no es ciencia ficción, sino que es realidad. Por ejemplo, la policía de Ámsterdam tiene dos listas automatizadas, “Top 600” y “Top 400” donde una IA procesa toda la información obrante y rankea: en la primera, personas consideradas con riesgo de cometer delitos de alto impacto, como robos, agresiones y asesinatos, mientras que la segunda lista agrupa a los niños y adolescentes con mayor riesgo de tener una conducta delictiva en el futuro.

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La policía puede valerse de modelos predictivos basados en IA para identificar actividad criminal potencial y así, evitar o minimizar su impacto.

Otro ejemplo puede ser el de la ciudad de Chicago, que implementó un desarrollo de IA que logra predecir en un 90% los sitios en donde resulta más probable que ocurra un crimen violento.

En este sentido, si bien la predicción de delincuencia puede causar controversia, sobre todo por aumentar el poder del Estado a través de la vigilancia criminal y por discriminar a los grupos más vulnerables, también permite la detección de patrones y la acción temprana para evitar la propagación de sucesos disvaliosos para la sociedad.

Aquí no hay una verdad absoluta, ¿qué inclinará más la balanza?

En el futuro, no es descabellado pensar que los algoritmos no solamente puedan ayudar a los jueces en la redacción de sus sentencias, sino que también se pueda activar la toma de decisiones algorítmica para ciertos tipos de casos menores.

Derecho algorítmico, ¿estamos preparados?

La IA constituye una herramienta de mucha utilidad para el Derecho y los abogados. Diversas aplicaciones de IA pueden ayudar en el razonamiento legal, por ejemplo, buscando en bases de datos identificando y clasificando casos relevantes que se ajusten a la temática investigada, diagnosticando resoluciones para casos específicos, construyendo modelos de jurisprudencia aplicables o detallando guías de procedimientos para que el abogado o el operador judicial lleven adelante.

En el futuro, no es descabellado pensar que los algoritmos no solamente puedan ayudar a los jueces en la redacción de

sus sentencias, sino que también se pueda activar la toma de decisiones algorítmica para ciertos tipos de casos menores, sin la intervención necesaria de un magistrado. Sería algo así como la “Brigada B” de la serie Los Simuladores, que estaba encargada de resolver los casos de menor cuantía o con poco impacto real.

Sin embargo, esto podría traer preguntas sobre la transparencia de los procedimientos llevados a cabo por la IA, puesto que los algoritmos muchas veces operan en forma oculta (cajas negras) y, por lo tanto, impiden la correcta supervisión del juez que debe impartir justicia.

Por otro lado, ya hay desarrollos como Ross, el primer abogado robot que trabaja codo a codo con “colegas” humanos en el área de quiebras de una reconocida firma en Estados Unidos. Ross, gracias a la inteligencia cognitiva, es capaz de entender y razonar por sí solo, generando conocimiento en un proceso de constante aprendizaje, optimizando sus propios procesos.

¡ATENCIÓN!

El futuro del derecho algorítmico aún no está claro. Todo depende de las decisiones que tomemos como sociedad ante las innovaciones que la IA trae consigo.

Hay ejemplos en los que la IA se ha utilizado de una forma que no era la intención primigenia o en los que hubo un fallo en su aplicación, causando consecuencias gravosas. Es el caso de Tay, un “chatbot” con IA que fue diseñado para aprender de las interacciones con personas en Twitter, pero terminó publicando mensajes discriminatorios en la red y tuvo que apagarse tan solo 16 horas después de haber nacido. Otro ejemplo, es el algoritmo de reconocimiento de imágenes de Google utilizado en su producto Google Photos, que etiquetaba como gorilas a personas con tez oscura. En este caso, la inteligencia artificial de Google no era capaz de diferenciar una tez oscura de humano de la de simios. Ese sesgo racista del algoritmo obligó a Google a disculparse, y luego de dos años pudo reparar el error.

En esta línea, recientemente Amazon utilizó a la IA para despedir automáticamente a trabajadores de baja productividad, teniendo en cuenta la cantidad y la calidad de la labor de cada operario. La IA los comparó con otros empleados y luego los clasificó en un ranking para tomar la decisión, mientras que los supervisores humanos, si bien eran

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informados de las decisiones, no tenían poder para anularlas.

¿Entonces la IA es buena o mala?

Somos la primera generación donde la IA juega un papel preponderante en nuestras vidas, y por ello las leyes, regulaciones y estándares actuales no fueron escritos en algunos casos para responder a ella.

A nivel práctico, tenemos que empezar a diseñar leyes y algoritmos que no permitan que la parcialidad, la discriminación o los prejuicios tengan lugar.

Con el tiempo crearemos sistemas de inteligencia artificial que aprenderán más de las acciones de los humanos, y crearemos algoritmos que harán del mundo un lugar mejor, no basados en sesgos, prejuicios y políticas pasadas, sino en línea con lo que serían nuestros mejores juicios, valores

e ideales. Ese es el objetivo, crear sistemas más inteligentes que nosotros.

Algunas de las posibilidades del futuro, de crear inteligencias artificiales más inteligentes que los humanos, serán en la creación de sistemas más inteligentes, en la comprensión del mundo, en general, e incluso en los procesos de toma de decisiones inteligentes, lo que implicaría que la IA pueda empezar a hacer juicios éticos y morales.

¿Estamos dispuestos a entregar la batuta? Es sorprendente la potencia y el impacto que tienen la IA y sus algoritmos en la realidad. Tanto es así que esta conclusión fue escrita íntegramente por una IA y seguro no te diste cuenta.

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“Tengo los remedios que la Ciudad necesita”

Doctor en Farmacia y Bioquímica y titular del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), quiere suceder a Horacio Rodríguez Larreta y, aunque competiría dentro del mismo espacio, no teme realizar algunas críticas a la actual gestión. Dentro de sus propuestas, plantea la prioridad de los porteños en hospitales y transportes públicos, cuestiona el enorme gasto público e impulsa medidas polémicas en cuanto a la seguridad.

MARCELO PERETTA
REDACCIÓN: Quórum FOTOGRAFÍA: Avanti! 68 | REVISTA QUÓRUM
POLÍTICA
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El 2023 es un año electoral y, entre otros cargos, se pone en juego la Jefatura de Gobierno porteña. Si bien aún no se oficializaron candidaturas, Marcelo Peretta fue el primero en lanzar su campaña con apoyo del partido UNIR que preside Alberto Asseff, del ex senador Miguel Pichetto y de la precandidata a Presidente, Patricia Bullrich, entre otros.

Peretta es, además de Doctor en Farmacia y Bioquímica, Secretario General del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) y titular de la Confederación de Trabajadores y Empleadores (CTE).

¿Qué te llevó a convertirte en dirigente sindical?

Vengo de la academia, ya que fui decano de una Facultad de Farmacia y Bioquímica, pero un día vi que los bioquímicos y los farmacéuticos estábamos precarizados, monotributando, sin convenio colectivo de trabajo que nos proteja y decidí meterme en el sindicalismo. Había colegios profesionales, pero no un sindicato de profesión. En ese momento crec í an las cadenas de farmacias y el farmacéutico dejaba de ser el dueño de la farmacia y el bioquímico ya no era más el dueño de su laboratorio.

de atender las necesidades de los dependientes. Siempre tuve pasión por el gremialismo y la política y fusion é ambas cosas: mi necesidad laboral y la de mis colegas, con la decisión de meterme para solucionar los problemas.

¿Cómo ves al sindicalismo en nuestro país?

Lo veo con una necesidad de cambio. El sindicalismo está antiguo, te diría vetusto, se quedó en 1945, en donde sí era de avanzada, porque Perón le otorgó derechos a los trabajadores que hasta entonces no tenían. El sindicalismo de hoy se qued ó estancado y te habla de lo que Perón hizo hace setenta años. Estamos a las puertas del 2023 y es necesario modernizar los convenios laborales, la mayoría de los cuales se negoció en el año 1975 en donde la actividad laboral no tenía nada que ver con la de hoy. Ahora, hay que aclarar que modernizar no implica quitarle derechos al trabajador. No porque es imposible, porque cualquier ley que se apruebe aplicará de acá en adelante, y los derechos adquiridos no se tocarán. Si un trabajador ingresó a un trabajo bajo un determinado convenio, es decir con un determinado derecho laboral, nadie se lo puede quitar. El punto más álgido es la indemnización. Nosotros queremos cambiarla por un seguro de desempleo, pagado por el empleador, porque la indemnización funde a las pymes. En la conformación del salario hay varios ítems: el sueldo básico, los adicionales, los descuentos y todo lo demás. Proponemos que en esos descuentos esté ese seguro de desempleo, y que el empleador lo pueda ir conformando de a poco. Ese fondo quedará a disponibilidad del trabajador que, cuando se queda sin trabajo, automáticamente accede a ese dinero.

¿Qué son los flacos del sindicalismo?

Crecían las corporaciones, o sea los mega laboratorios y las cadenas de farmacias. Entonces con un grupo de compañeros conformé el Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos para lograr protección laboral. En los últimos años me acerqu é a la Comisión Directiva y después fui electo Secretario General. Hoy los profesionales de farmacia y bioquímica tienen un sindicato que los protege, un convenio colectivo de trabajo específico de la actividad, una obra social que atiende su salud y dirigentes ocupados

Son unos 50 sindicatos con pocos afiliados pero bien administrados, que articulan su labor con empresas pequeñas y medianas, modernizan los convenios laborales, simplifican las altas y bajas de la registración laboral y promueven los cambios que generarán más trabajo. Estos sindicalistas no tienen prácticas mafiosas, no roban afiliados a otros gremios, no bloquean el ingreso y/o salida de gente, reclaman sin perjudicar a terceros, y lo más importante, no son empresarios mientras dura su mandato. Por ejemplo, yo no soy propietario de farmacias ni laboratorios, trabajo en forma dependiente. Estamos escribiendo las políticas laborales para aplicar en caso de que Patricia Bullrich sea presidenta.

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No se prioriza al porteño, parece que es la ciudad de todos y de nadie al mismo tiempo.

En el sindicato lograste muchas cosas en poco tiempo: ¿Por qué decidiste volcarte a la política?

Porque me fue bien. En la pandemia, por ejemplo, fuimos de los pocos sindicatos que quedamos comprendidos en la esencialidad. No nos encerramos. Por supuesto que era una jugada riesgosa porque los bioquímicos y farmacéuticos que represento estaban en la primera línea de fuego. El sindicato los apoy ó para cumplir su función, no era el momento de quedarse en la casa como otros trabajadores hicieron. Por ejemplo, el Estado cerr ó sus puertas y se olvidó de las otras necesidades de la gente. En cambio, los científicos, los policías, los farmacéuticos y demás profesionales de salud estuvimos ahí poniendo el hombro. Después de nuestro buen papel en pandemia me pregunté: ¿por qué no entrar en política?. Hay una máxima que dice que “no hay solución gremial sin solución política”, y yo me meto en política para resolver problemas políticos pero también para resolver los problemas de los trabajadores. Hace falta involucrarse para cambiar.

En tu lanzamiento como precandidato a Jefe de Gobierno estuvo Alberto Asseff, líder del partido UNIR: ¿Cómo es tu relación con él?

Alberto es un gran dirigente político que empezó a acompañarnos en algunas actividades organizadas por la CTE. Él, con toda su experiencia y todo su equipo, se vino a Córdoba y a Necochea a participar de diversos plenarios de dirigentes. Incluso, como diputado nacional, nos acompañó al Banco Central para decirle ‘basta de imprimir dinero sin respaldo’, porque la inflación y la depreciación de los salarios está directamente ligada a la emisión descontrolada de pesos. Además, con la dirigente de UNIR Laura Adamoli estamos caminando juntos la Ciudad porque tenemos la misma mirada de qué de esta crisis se sale trabajando y produciendo.

¿La idea es que Laura Adamoli te acompañe en tu candidatura?

Eso tenés que preguntárselo a ella; a mí me encantaría que trabajemos juntos en este desafío de llevarle a los porteños nuestros remedios para solucionar la inseguridad, recuperar la cultura del trabajo, bajar los impuestos y el gasto público y resolver los demás problemas que tiene la Ciudad. Porque si bien comparada con otra provincia, CABA está mejor, los impuestos son altos, tiene déficit presupuestario en salud,

no prioriza al porteño y no defiende bien la autonomía, al punto que la propia Cristina Kirchner se atrevió a ponerla en duda, a pesar de que desde 1994 somos el vigesimocuarto distrito del país. No se prioriza al porteño, parece que es la ciudad de todos y de nadie al mismo tiempo. Eso lo queremos cambiar y mejorar.

cuáles

En primer lugar fortalecer la seguridad . Hay 11 mil cámaras pero mal distribuidas, mal mantenidas y desarticuladas. Se debe identificar a los que ingresan a la Ciudad porque algunos tienen antecedentes penales y pedidos de captura pero entran como “panchos por su casa”. En CABA viven tres millones de personas pero ingresan tres millones más durante el día. Muchos vienen a trabajar, estudiar o comprar, pero otros vienen a delinquir. Con tecnología podemos anticiparnos al delito, identificando al delincuente para impedir su ingreso. Hay que mejorar el salario de los 18 mil policías y respaldarlos en sus decisiones: si encarcelan delincuentes los vamos a premiar en vez de sumariarlos. Obviamente no hay que cometer errores pero si se cometen, hay que corregirlos, no condenar a ese policía y sacarle el uniforme como a veces se hace en pos de los supuestos “derechos humanos”. Eso es un error.

El segundo remedio es la voluntad de volver a trabajar. Hay que cambiar planes por trabajo, hay que terminar con la cultura del pobrismo y para eso hay que bajar los impuestos a las empresas para que contraten personal. Hay que habilitar los comercios más rápido y el planero deje de serlo y se convierta en trabajador, porque los

¿Y
son esos remedios que proponen?
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Hay que cambiar planes por trabajo, hay que terminar con esta cultura del pobrismo y esto implica que hay que bajar los impuestos a las empresas para que contraten personal.

planes sociales son una esclavitud que te hace depender de los “gerentes” de la pobreza que te exigen ir dos o tres veces por mes a una movilización. Cobran poco por no trabajar y sobrecargan al que sí trabaja, que debe pagar más impuestos para solventar estos subsidios. Esa es la grieta que quiero terminar: la que existe “entre el que trabaja y el que cobra sin trabajar”.

El tercero es longevidad, vamos a convertir a Buenos Aires en el “club de los 120 años”. Mejoraremos la calidad de vida del porteño con charlas y con mejor atención de la salud del millón de jubilados que vive en CABA. Pediremos el traspaso del PAMI a la Ciudad, su administración y recursos, para eficientizar su funcionamiento. Implementaremos los

ministerios, tres secretarías, dos subsecretar í as, una Jefatura de Gabinete, una Vicejefatura de Gabinete, 60 legisladores y 107 comuneros, que a veces son becados. Hay que reestructurar el Estado porteño. ¿Hacen falta comuneros que por ley no tienen facultad para tomar decisiones? Creo que hay que reestructurar su función y con mi equipo estamos trabajando en eso. Bajaremos el gasto público y los impuestos.

El quinto remedio es prioridad . Primero el porte ñ o en el transporte público, en los hospitales, en la posibilidad de recibir un crédito, etc. Hoy vas a un hospital a que te atiendan y resulta que en la cola ten é s venezolanos, peruanos, bolivianos, cordobeses, entrerrianos…. Nosotros queremos que se atiendan todos, pero que si llega un porteño a la fila, éste tenga prioridad, porque es el que financia esta ciudad con sus impuestos. También será prioridad la casa propia, para ello fomentaremos la construcción sin afectar las fachadas ni la demolición de edificios antiguos que son una característica maravillosa de CABA. Hoy la tecnología permite construir cuatro o cinco departamentos sobre estructuras preexistentes, con los que se puede potenciar la oferta para vender o alquilar y así bajar los precios de las propiedades.

“acompañantes” que dos veces por semana les tocarán el timbre y llevarán a pasear y ejercitarse a la plaza más cercana, oxigenándose, haciendo actividad física acorde y tomar vitamina del sol, y los “organizadores” de medicación, dado que los adultos mayores toman varios medicamentos simultáneamente y a veces los mezclan u olvidan tomarlos correctamente. Promoveremos la atención primaria desde los primeros años de vida. Necesitamos que el joven esté sano para que cuando llegue a adulto mayor siga sano. También recuperaremos la cultura de la actividad física continua y el deportismo, en las escuelas y fuera de ellas. El deporte tiene que ser una instancia obligatoria, no voluntaria.

El cuarto remedio que promovemos es la austeridad. No hay que gastar tanto. La ciudad de Buenos Aires gasta dos millones de pesos diarios en publicidad, tiene diez

Y el último de los remedios es la personalidad . Se puede tener las mejores ideas pero sin valentía para implementarlas no sirven de nada. Yo tengo buenas ideas y coraje para llevarlas adelante. No soy de los que tienen buenos proyectos y después se quedan de brazos cruzados, sin hacer nada. Quiero cambiar la Ciudad, tengo las ideas y el carácter necesario para hacerlas realidad.

¿Estás de acuerdo con la educación y la salud gratuitas?

Lo gratuito sale caro y lo terminamos pagando todos, inclusive aquellos que no acceden o usan. En la Argentina la salud es pública y gratuita pero tenés que tener salud privada (prepaga), porque sino no recibís buena atención. La educación es gratis, pero si tus hijos no van a una escuela privada no tienen clases y así todo. Creo que llegó el momento de ser auténticos, no políticamente correctos. Propongo un Estado más chico y eficiente, que controle pero que no gestione, que la gestión sea privada. Est á demostrado en la gran mayoría de los casos, que cuando el Estado se convierte en empresario, fracasa y nos funde. El Estado tiene que fiscalizar que el privado sea eficiente, que

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Vivimos en una sociedad en donde la justicia tiene que tener un rol clave, en donde garantice que todos seamos iguales frente a la ley. Que no sea solamente un dicho.
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brinde buen servicio y no se exceda con los precios, pero es el privado el que tiene que hacer la tarea.

¿Por qu é sos crítico del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta?

Me siento con el derecho a criticarlo porque soy porteño, nací, vivo y tributo en CABA. Considero que hay cosas que se han hecho bien como el Paseo del Bajo y los barrios nuevos, pero se gasta mucho en un momento en que debemos ser austeros. ¿Qué sentido tiene que rompan las mismas calles, veredas y plazas cada seis meses y las vuelvan a arreglar? ¿Por qué no las arreglan bien de una vez y duran tres años? Horacio no tiene que sentirse mal porque alguien de su mismo espacio le hace ver eso. Si él quiere ser Presidente, tiene que ser lo suficientemente amplio de criterio para aceptar propuestas para mejorar. Además, debe dedicarse a gobernar la Ciudad que es la mejor campaña; pero, por el contrario, creo que la ha abandonado.

Patricia Bullrich te acompañó en tu lanzamiento: ¿Cómo la definís?

Es una locomotora con una visión clara de lo que necesita Argentina en este momento. Ella entiende que hay que convocar al Ejército para defender el sur y combatir el narcotráfico, y hay que usar las fuerzas de seguridad más y mejor. Hoy el argentino sale y le roban el celular, el auto, y lo violan o matan por nada. Patricia es la que mejor interpreta lo que necesitamos. He caminado con ella: es una “rockstar”. La gente la ama y comparte su mirada de volver a la ley y al orden, y si la votan hará los cambios que hacen falta. Juntos por el Cambio tiene que tomar la decisión de ganar la elección pero hacer lo que hay que hacer. Hay que ganar para cambiar y el cambio debe ser rápido porque lo que no cambias en los primeros meses, no lo cambias más. Va a doler pero es como cuando tenés una u ñ a encarnada: si demoras en sacarla, se infecta y después hay que cortar el dedo y eso es lo que la gente no quiere. Patricia tiene una decisi ó n clara y firme, est á preparada y convencida que va a ser Presidenta y muchos estamos trabajando para que lo sea.

¿Cuál es el principal desafío de la oposición de cara a las elecciones del 2023?

Primero saber que hay que estar unidos para ganar, y ganar para cambiar. No sirve ganar para no cambiar

nada. Si dijimos que vamos por la reforma laboral, vamos por la reforma laboral; si dijimos que vamos a bajar los impuestos, vamos a bajar los impuestos; si dijimos que vamos a potenciar las fuerzas de seguridad y pagarles más para que nos cuiden, hay que hacerlo. Las chicanas son parte del folclore y no me parecen mal, pero es necesario que cuando se constituya la alianza electoral se escriban y se suscriban las políticas básicas a implementar. No es cuestión de que una vez sentado en la banca de diputado se piense distinto. Los que cambian de opinión después de que asumen le hacen mucho daño a la política. Hay que ser claros y sinceros y la gente nos va a acompañar. La elección del 2023 se gana diciendo la verdad.

¿Qué es la justicia para vos?

Es lo esencial. Vivimos en una sociedad en donde la justicia tiene que recuperar su papel clave y se garantice que todos seamos iguales ante la ley. Que no sea solamente un dicho. Muchas veces se ve que el rico o poderoso tiene acceso a una justicia que el pobre no tiene. La Justicia tiene que mejorar, evolucionar, eficientizarse; hay terminar con la “familia judicial” en donde no se ingresa a la carrera por conocimientos. Así volveremos a respetar a la justicia, a los jueces y a sus sentencias, y si cometemos alguna ilegalidad sabemos que nos espera un castigo. Lamentablemente hoy no se respeta la justicia. Yo sí la respeto: considero que la justicia es un poder independiente y autónomo, me gusten o no me gusten los fallos que emite.

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ARTE

“Encasillarme en ser curador me limita”

En diálogo con Quórum el artista recordó sus inicios en Fundación PROA. Además de referirse a la creación de Smol en el contexto de la pandemia, nos contó sobre su proyecto innovador con RED, opinó acerca de la incursión de la tecnología y las redes sociales para la difusión del arte y la empatía necesaria para elegir con quién colaborar en sus proyectos. Destacó su afecto por Bardo, su mascota y gran compañero.

SANTIAGO BENGOLEA: ENTREVISTA: Florencia Abramzon
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FOTOGRAFÍA: Avanti!
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¿C

ómo llegaste al arte?

Hace muchos años que trabajo en este medio. Me inicié más o menos a los veintitantos, trabajando con Adriana Rosenberg, la directora de la Fundación PROA. Primero, durante un tiempo en una galería de arte. Y ahí se fue desarrollando un camino hasta la constitución de la Fundación PROA. Trabajo hace prácticamente 30 años.

¿Cómo se comercializa el arte en Argentina?

Mirá, no soy experto en eso. Al haber tenido un trabajo institucional siempre fui por otro camino. Pero bueno, por supuesto, es un medio que es muy chico y más o menos hay una idea. Es un mercado muy pequeño, que está en permanente renovación. Si bien ahora es mucho más grande de lo que era, me parece que hay diez coleccionistas que son reconocidos, que todo el mundo va detrás de ellos, y por ahora es un poquito así. Creo que tiene que ver un poco con las realidades económicas de los países. El arte argentino es, en comparación con el mundo en general, muy económico, justamente porque acompaña esa realidad económica que tenemos.

¿Hay que tener un don para ser coleccionista?

Sí, por supuesto. Tiene que ver con un impulso interno ser coleccionista, que para mí es querer tener lo que a uno le gusta mucho más de lo que a uno le conviene tener. Es cuando vos ves algo y te tienta. Y te vas a la cama y seguís pensando en eso y después vas y decís “¿para qué me compré esto?” Pero no importa. Es ese acumular, llevarse esos trofeos que uno idealiza. Creo que ese es el verdadero coleccionista.

¿Cómo nació Smol y cuál es su objetivo?

Smol es una cámara de proyectos. Nosotros no lo consideramos una galería de arte comercial. Si bien vendemos, y se puede vender, es un espacio que surgió en la cuarentena. Creo que el haber estado encerrado durante tanto tiempo nos modificó en un montón de cosas. Si bien el mundo ya es parecido a lo que era antes, y no fue tanta la transformación, me parece que estructuralmente modificó un montón de cosas. Y si no lo logró me parece que era una muy buena oportunidad para que eso suceda. Ya vivíamos en un mundo colapsado, muy confuso. Donde

todo estaba cayendo, se estaba desmoronando o se está desmoronando todavía. Y me parece que ese parate nos dió de alguna manera una buena excusa para realizar muchas transformaciones. Trabajo hace muchos años en la Fundación PROA y al estar bastante tiempo en mi casa empecé a pensar mucho en cómo se movía el arte. En cómo era el sistema, en la cantidad de cosas que se fueron modificando en todos estos años, en todo el trabajo que hicieron los museos para acercar a los públicos, en la cantidad de estrategias de comunicación, en la cantidad de estrategias en los montajes de las muestras, la didáctica, toda esa cantidad de cosas. Y mientras lo iba pensando de alguna manera consideraba que, si bien lograron acercar mucha cantidad de público en el mundo, por otro lado siento que tanta información nos aleja un poquito del arte como algo más sensible. No sé si la palabra es espiritual, es como una sensación.

Me acuerdo cuando era chico que iba con mi abuelo al Teatro Colón o al Museo Nacional me emocionaba frente a lo que veía. Veía una pintura y esa pintura lograba estremecerme, sentir, sentía algo físico, como un enamoramiento o algo por el estilo, o ver un ballet o una ópera o lo que fuera, ¿no?.

Y después me parece que con el correr del tiempo personalmente me costaba mucho más lograr esa emoción y el mecanismo o la operación eran mucho más mentales. De alguna manera lo que me parece es que está buena la

Trabajamos desde un inicio, desde el principio de una idea, la desarrollamos juntos en colaboración, cooperativamente, horizontalmente. No nos interesan las jerarquías. Las muestras no son muestras, son procesos creativos.
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oportunidad de recuperar esa cosa emocional, de cercanía. Por ejemplo, acá nosotros trabajamos con artistas. Trabajamos desde un inicio, desde el principio de una idea, la desarrollamos juntos en colaboración, cooperativamente, horizontalmente. No nos interesan las jerarquías. Las muestras no son muestras, son procesos creativos. Para nosotros lo que estamos mostrando en este momento siempre es un proceso, es un devenir del artista hacia algo más allá. Por ejemplo, no tienen títulos las muestras en Smol. Son el nombre del artista. No tienen texto curatorial ya que no las consideramos que son muestras terminadas. No tiene un curador, por más de que nuestra función sea trabajar con curadores. Tratamos de corrernos de todos esos ornamentos que tiene el sistema del arte para trabajar desde lo cercano, desde lo íntimo. Desde la conversación, del contacto con la obra, del contacto con el artista. Para toda esta idea hablé con un amigo mío, Sasha Minovich. Sasha es un artista muy joven, de 25 años, un pintor divino, un clásico. Un pintor muy interesante que le va muy bien, que trabaja muchísimo, y está totalmente inserto en el medio. Sentimos una gran empatía en este tema y dijimos bueno, vamos a hacer juntos este desafío.

Encontramos este pequeño local en La Boca. A mí me interesa mucho este barrio. Trabajo hace 30 años acá, además es el Distrito de las Artes. Tiene esa cosa informal

y toda esa cantidad de condimentos que no los tiene otro barrio de Buenos Aires. Un mismo proyecto o un proyecto parecido en otro lugar creo que no hubiera sido posible o hubiera devenido en otra cosa. Y bueno, acá estamos.

¿Qué era RED?

RED fue un proyecto que hice en el año 2007 y fue una de las primeras galerías virtuales, era muy interesante. Hoy me doy cuenta y no tanto en ese momento, porque tenía un desarrollo en 3D muy avanzado. Hoy en día ya sería precario. En el 2007 casi no existían las redes sociales, por lo menos acá en Argentina. Y era un lugar que fue fundado también como una institución: te recibía un Secretario, ibas pasando por salas y viendo exposiciones. Las muestras eran curadas con el artista, eran reseñadas y tenían un recorrido que lo ibas viendo como si lo estuvieses viendo en la realidad. Al año o a los dos años sentí la necesidad de tener una revista virtual dado que me parece que las instituciones deben tener sus publicaciones. Entonces ahí creamos en paralelo el proyecto RED, que también era un trabajo colaborativo. Teníamos catorce colaboradores, o algo por el estilo, y era una revista que salía cuatro veces al año, con las estaciones del año. O sea otoño, invierno, primavera y verano. Las notas, si bien eran con artistas en general, no hablaban de ellos mismos sino

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Intervención Ariadna Pastorini en la fachada de Smol

que tenían otras funciones. Por ahí un escultor visitaba muestras y hacía la crítica de arte, un fotógrafo hablaba sobre las mujeres fotógrafas. Una artista argentina que vivía en Berlín hacía notas a artistas argentinos que vivían en Berlín occidental.

¿Cómo se puede diferenciar el arte de la artesanía?

Qué difícil. Por ahí es facilísimo pero me sale difícil. Creo que la obra de arte tiene todo un desarrollo intelectual, de investigación, más allá de lo material. Tiene que ver con asociaciones, tiene que ver mucho con las cosas que le pasan a los artistas. Creo que ahí se produce un poco la obra y en la artesanía me parece que es algo más de uso.

¿Y además del arte qué te apasiona?

Los perros, soy un enloquecido de los perros. Tengo un perro que adoro, que se llama Bardo, y tendría cien, no sólo él.

¿De chiquito sentías este amor por los perros?

Toda mi vida. Y tengo tatuados a todos mis perros que fueron pasando en algún lugar del cuerpo: por el nombre, por las figuras. Soy así. Vivo, ceno con mi perro, duermo con mi perro.

¿Nos podrías comentar sobre algún artista qué te interese a vos particularmente?

Montones. No sé si te podría decir uno pero hay muchos. Mónica Girón es una gran artista argentina. Te rompe la cabeza porque es muy complejo entenderla. Soy muy amigo personal de ella hace muchísimos años y a medida que pasa el tiempo voy entendiendo sus obras. Me parece que eso es tan interesante, no llegar a comprender rápidamente; me parece que eso es de un gran artista. Por decir una, pero tampoco es que me parezca “la” artista argentina o la mejor artista argentina.

¿Y uno internacional?

Un pasatiempo...

Puede ser un pasatiempo pero tiene más que ver con algo de uso. El arte no tiene un uso. Pasa por otro lado. Las artesanía por ahí se hacen con cerámica pero en lugar de hacer obras hacen platos o vasijas, que sirven para comer en tu casa. Capaz sea una bestialidad lo que estoy diciendo.

Pero sirve para diferenciar a grandes rasgos. ¿Y qué opinás de las nuevas tecnologías NFT?

No entiendo mucho a pesar de haber tenido una de las primeras galerías virtuales y todo lo que supone que debería haberme desarrollado más en eso. Es al revés, me fui mucho más… no te diría a lo clásico pero sino al arte como su tradición. Como lo que se llamaban las bellas artes. Así que la verdad no entiendo mucho. No sé cómo se va a desarrollar.

También muchísimos. ¿Quién te podría decir? Hubo un artista que hizo una muestra en PROA que se llamaba Julian Rosefeldt que hizo una muestra que se llamaba Manifiesto. Eran 13 pantallas gigantescas donde ibas viendo cómo iban relatando los distintos manifiestos del arte con el lenguaje del cine.

¿Y qué opinás de los “me gusta” en las redes sociales?

Bueno, uno cae en la trampa. Todos decimos que no nos importa pero nos encanta esa cultura y a veces uno tiene que ser generoso en ponerlo o no ponerlo y es un juego. Es un momento en el que te distraes un poco y miras el panorama. Tampoco creo que sea tan interesante porque es tan fuerte la velocidad que pasa que vas scrolleando y no sé si llegás a ver tanto como para saber qué te gusta.

¿Cómo influye la inmediatez en la que vivimos a la hora de crear?

Es complejo este tema. Es tal la velocidad a la que va el

Sé que tengo un mecanismo de trabajo mental que tiene que ver con el mecanismo que tienen los artistas para trabajar, mucho más que el que puede tener un curador.
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tiempo que en general siempre te estás sintiendo como que estás atrás. Si no estás presente en el like o en las redes sociales o algo por el estilo tenés como una corta vida y eso es muy ingrato porque no debería pasar por ese lado. Me parece que hay cosas muchísimo más profundas que eso pero hay que tenerlo en cuenta. Y si bien sirve como un gran método de difusión hay que tener un poquito de cuidado. No hay que darle tanta pelota.

¿Y cómo te definirías vos? Santiago Bengolea es…

Es un tema que estoy pensando mucho en este momento. No le encuentro la vuelta todavía. Durante mucho tiempo tuve ese debate mental. Si era curador o no lo era. Yo no soy académico, no estudié. En mi época prácticamente no se estudiaba eso sino que más bien formaciones institucionales o de trabajo, hice millones de cursos y maneras de estudiar distintas que no era ir a la Universidad. No me interesa encasillarme. Me parece que encasillarme en ser curador me limita. Me preguntaste en un momento si yo era artista o si no era artista y tampoco lo sé. Sé que tengo un mecanismo de trabajo mental que tiene que ver con el mecanismo que tienen los artistas para trabajar, mucho más que el que puede tener un curador. Digamos que se basa en un relato a partir de la historia del arte y de sus investigaciones. Yo trabajo mucho más con la sensibilidad del artista. Trabajo para adelante con el artista. No me voy para atrás, digamos. Entonces me parece que es interesante en este momento de mi vida borrar esos límites. Salirme de ese lugar y trabajar verdaderamente en horizontalidad, o sea, del brazo del artista. Bueno, y

en el caso puntual, así es SMOL en su arquitectura, que decidimos pintar el piso de blanco justamente para que lo que se destaque sea la obra. No hay límites, o sea que es como un sinfín de un estudio fotográfico. Cuando vos lo ves en la documentación o desde la vidriera en la calle te das cuenta que las obras están flotando. Un poquito eso es lo que mide mi definición también.

¿Cómo hace un artista para llegar a que vos lo acompañes?

Tengo que tener mucha empatía. No podría trabajar con artistas que no me interesan o que no haya afinidad o una sensibilidad común. Me ha pasado por ahí tener que trabajar por compromiso y no lo disfruto. Me parece que los que trabajamos en esto tenemos un inmenso privilegio que es disfrutar de lo que hacemos. Entonces no creo que nos tengamos que forzar porque para el artista probablemente también termine siendo incómodo trabajar conmigo.

¿Qué es la justicia para vos?

Qué difícil es en este país hablar de justicia, ¿no? La justicia creo que es, frente a un hecho el sentido común. Más allá de los pensamientos personales o de lo que podría ser una ideología.

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Muestra de Silvia Gurfein en Smol

ESTUDIO DURRIEU SE FUSIONA Y CRECE A NIVEL NACIONAL

Estudio Durrieu anunció la integración a su estructura del Estudio Jurídico Peña y Asociados de la ciudad de La Plata. De esta manera, se convierte en el estudio jurídico más grande del país especializado en Derecho Penal, Derecho Internacional, Compliance y Asset Recovery.

La tendencia del actual contexto jurídico es ampliar las áreas en las que los estudios trabajan, sin embargo Estudio Durrieu eligió crecer de forma horizontal, manteniendo y reforzando su posicionamiento “de nicho” en temáticas que, como los servicios de Planes de Compliance y el Asset Recovery, resultan prácticas de vanguardia en todo el mundo.

La fusión de ambos estudios jurídicos marca el nacimiento del Estudio más grande del país especializado en el Derecho Penal, Derecho Internacional, Compliance y Recupero de Activos procedentes de la corrupción y el crimen organizado, con oficinas y operatividad en la ciudad de Buenos Aires, La Plata y, próximamente, en la ciudad de Mendoza.

“El objetivo, como siempre, es poder brindar el mejor servicio a nuestros clientes, reforzando nuestras capacidades en las áreas que trabajamos desde siempre”, expresó Durrieu.

Asimismo explicó: “Las cuestiones referidas a los delitos penales económicos son, a nivel local e internacional, problemáticas de vital importancia, que deben ser llevadas adelante por especialistas en esas materias”.

“Lo destacable de esta integración es que el crecimiento del equipo no significa perder especificidad en las áreas en las que trabajamos y nos especializamos”, aclaró Marcelo

Peña, quien destacó: “Esto lo podemos lograr gracias al gran equipo que conformamos”.

Actualmente, Estudio Durrieu brinda servicios a grandes empresas nacionales e internacionales y Estados extranjeros tales como Estados Unidos, Rusia e Israel. Es el Estudio especializado con mayor presencia y participación en algunos de los casos más relevantes de nuestro país.

Las causas de recupero de activos en las que trabaja totalizan más de 500 millones de dólares, que el Estudio busca que sean devueltos a las víctimas de estafas. También se encuentra trabajando en el primer caso que se tramita en base a la Ley N° 27.401 de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas.

Cuenta con un equipo de cerca de 15 abogados y sucursales en las principales ciudades del país. A éstos se suman los miembros de Durrieu Alliance, una red conformada por abogados especialistas en las áreas que caracterizan al Estudio Durrieu de más de 40 jurisdicciones.

El equipo es liderado por el Dr. Roberto Durrieu, abogado con más de 25 años de experiencia en Derecho Penal, Penal Económico, Compliance, Derecho Internacional y Constitucional.

Durrieu ha intervenido en muchos de los asuntos penales e investigaciones internas más relevantes y complejos de la región. Ha sido designado Counsel de la Corte Penal Internacional y Representante para Latinoamérica “Rule of Law Section” de la International Bar Association.

“Me siento mucho más cómodo en el mundo del arte que rosqueando en Tribunales.”

Gustavo Bruzzone es mucho más que un juez. Lo que comenzó como un refugio frente a una injusticia profesional se convirtió en parte de su esencia y hoy el arte pasó de ser un hobby a ser el motor de su vida. Con un extenso catálogo de obras que lo convierte en un importante coleccionista, reconoce que se siente mucho más cómodo en el mundo del arte. De todas maneras no descuida sus obligaciones como miembro de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal y tampoco evita hablar de las transformaciones que para él debe tener la Justicia. Auténtico, sin miedo a dar nombres propios y con la basta experiencia que le dan sus muchos años de trayectoria, compartió una extensa charla con Revista Quorum donde no se calla nada y asegura que su deseo es poder hacer un aporte en el área que fuera.

GUSTAVO BRUZZONE:
COLECCIONISTA Y JUEZ
Quórum
Avanti! 84 | REVISTA QUÓRUM
REDACCIÓN:
FOTOGRAFÍA:
COLECCIONISTA Y JUEZ | 85

¿Q

ué es la Justicia para vos?

La Justicia es un concepto abstracto que es muy difícil de concretar, muy difícil de lograr y que en general no es aquello que surge y se produce desde el Poder Judicial. En general, el Poder Judicial a veces hace justicia, pero lo que tenemos que hacer como trabajo es resolver casos. En un porcentaje creo yo importante de casos, se hace justicia. El otro porcentaje, no muchas veces se hace justicia. Como servicio se suele confundir Poder Judicial con Justicia, que no es lo mismo, que es otra cosa, es otro concepto. Es un concepto abstracto que se concreta en muchas situaciones y es ideal que hagan justicia en Tribunales pero lo que se hace es administrar casos, darles una respuesta a los que vienen solicitando que se les resuelva un problema.

parte de la generación del 89. A lo largo de todo el Siglo XX las prácticas fueron mutando, fueron modificándose. Hoy no son grandes fortunas las que se dedican solamente a la incorporación y a la colección de arte, sino que hoy los coleccionistas somos profesionales intermedios, gente que tiene acceso a determinadas cuestiones culturales más que a cuestiones económicas.

¿Y cómo fue que empezaste a coleccionar?

Después de 42 años de carrera judicial y más de 2000 obras en tu colección personal, ¿con qué disciplina te sentís más identificado?

Hace 42 años que trabajo en el poder judicial y hace 30 años que estoy vinculado al mundo del arte como coleccionista primero y después como otras cosas. Trato de que se complementen, pero no hay algo que los relacione de manera directa salvo que yo convivo con obras de arte. En mi casa tengo obras de arte y tengo también obras colgadas en el tribunal donde estoy trabajando en este momento a solicitud de mis colegas.

Siendo juez y coleccionista. ¿Tenés alguna investigación especial sobre tu patrimonio por coleccionar arte?

Lo que tengo es una declaración permanente que vengo haciendo desde que empecé a incorporar obras y la voy actualizando. Lo que ocurre es que yo soy coleccionista pero no estoy en el mundo de la compraventa. Si bien he vendido y donado algunas obras, en general se van incrementando, lo que es un problema porque cada vez tengo menos espacio como para poder alojar las obras en algún lugar. Siempre encuentro algún amigo, alguien que me dice que puedo llevar las obras a su casa. Además, yo colecciono contemporáneo, los valores y los precios que tienen que ver con esto, es algo que rompe un poco el mito. En ArteBA me preguntaban sobre el coleccionismo en Argentina en una entrevista que hubo por la presentación de un libro de una artista que se llama Marcela Sinclair. Las obras de arte están para ser conservadas y como coleccionista yo formo

Empiezo a coleccionar sin saber que iba a empezar a hacerlo. Es como un devenir. Yo compré un cuadro en un determinado momento, un dibujo que a mí me interesó cuando fui a una galería. Estaba reciclando un departamento en donde vivo todavía en el año 91 y un amigo me preguntó qué iba a colgar en las paredes. Es un colega mío también de Tribunales, que es Daniel Morín, quien está conmigo en la Cámara Nacional de Casación, y en aquel momento estaba en pareja con Amalia Martínez, hija del galerista Jacques Martínez. Ese día yo advierto que puedo comprar una obra de arte. Me acuerdo que él me dijo “te la voy a vender en incómodas cuotas” y me compré una tinta china de Alberto Greco. A partir de allí supe que podía tener una obra de arte y digo que soy generación del 89 porque según los historiadores del arte argentino sostienen que ese fue un año clave en que iba a marcar las prácticas del Siglo XXI. Comienzo a pintar porque empiezo a tener mucho tiempo ocioso y aquí es donde se vincula de vuelta con mi mundo judicial.¿Por qué yo llego a esta galería? ¿Por qué yo llego a este lugar? Muy poco tiempo después dejé de trabajar la cantidad de horas que estaba trabajando en el momento en que yo era fiscal federal. Estuve a cargo de la Fiscalía Federal número dos. Los efectos del inicio del gobierno de Carlos Menem hicieron que hubiera mucho trabajo. Se hacían muchas denuncias y me encargué de llevar a cabo adelante el trabajo de la manera que consideré que era correcto. Mi aspiración era que me nombraran juez de instrucción nacional porque me sentía en condiciones de poder ocupar ese cargo. Sin embargo, durante el menemismo tenía un Fiscal de Cámara que apoyaba la investigación de la corrupción, que era Luis Moreno Ocampo, y yo trabajé mucho. Como no era funcional al sistema, no me nombraron juez en ese entonces. Gracias a los concursos, pude serlo después.

Para el año 92, cuando se produjo la reforma procesal, el Código Levene fue puesto en funcionamiento, me “ascendieron” y dejé de ser Fiscal Federal para pasar a ser

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Fiscal de juicio en el Fuero Penal Económico. Se modificó sustancialmente la cantidad de trabajo y empecé a tener mucho tiempo libre porque también me separé. Uno modifica sus costumbres, la vida social, empecé en un taller a pintar y así comencé a conocer artistas contemporáneos. Fueron todos los días de compartir con gente nueva y mi vida social iba en esa dirección. Seguía siendo funcionario en Tribunales, profesor universitario -actualmente estoy de licencia- y empecé a incorporar a mi vida todo lo vinculado al arte contemporáneo en Buenos Aires.

¿Tenés mucho vínculo con los artistas?

Tengo un vínculo muy estrecho porque hice un montón de cosas. Comencé a coleccionar en un momento determinado de la historia del arte argentino, que fue el del Rojas. Para decirlo de alguna manera, yo comencé a coleccionar lo que se mostró y se exhibió por el criterio curatorial de Gumier Maier en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Luego pensamos con un grupo de gente que quería que se hiciera una revista y fui el editor y fundador de la revista ramona. Venía de ser editor de los Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal de la Editorial Ad-Hoc. Me di cuenta que podíamos hacer una revista y una revista de arte. Incluso Rubén Villela fue el que nos ayudó para llevarlo adelante y editó los primeros números de ramona que duró diez años. Al principio tuve tiempo y podía ser editor. Con Roberto Jacoby y Rafael Cipollini teníamos la idea de crear un lugar donde pudieran

escribir notas a amigos y a gente del mundo del arte que no tenía espacio para publicar en otro lado. Fueron 101 números. El de despedida se lo entregamos a la gente para que escribieran sobre ramona. Hoy me doy cuenta de que fue un aporte muy importante que hicimos en el desarrollo y en la historia del arte argentino, porque ramona se utiliza ahora en la universidad. Es decir, fue una revista muy potente y con distintas conducciones polifónicas, que hizo su aporte.

¿Qué significó el caso Cromañón?

Fue un hecho tremendo dentro de lo que es el desarrollo de la historia de la Argentina como uno de los estragos más tremendos y hubo mucho dolor. Creo que el caso Cromañón se instruyó rápidamente, se llevó a juicio y de alguna manera se dio respuesta. La primera pregunta tuya fue por la Justicia. ¿Se hizo justicia en Cromañón? Es muy difícil de poder saber y decir, porque nadie va a poder reparar la vida de las 193 personas que murieron ese día.

La justicia federal tiene fama de suciedad y corrupción. ¿Qué opinás?

Hay mala fama pero no creo que sean todos. Si hubiera un cambio en serio de determinadas cabezas en determinados lugares, el resto acompañaría de otra manera y andaríamos bastante mejor. Hay algunas cosas que me parece que son

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Hace 42 años que trabajo en el poder judicial y hace 30 años que estoy vinculado al mundo del arte como coleccionista primero y después como otras cosas.

alarmantes como el manejo de determinados operadores de la justicia y de la designación de gente. Te encontrás con nombres como el de Daniel Angelici, que manejaba la Justicia de la ciudad de Buenos Aires y que con el paso del tiempo pasó a manejar la Justicia nacional. Me parece alarmante, porque yo recuerdo a Raúl Alfonsín que lo tenía a Carlos Santiago Nino como asesor. Me preocupa mucho la importancia que tienen personas como Angelici. Hablé en el 2019 en el Congreso de Profesores reclamando y pidiendo por favor que esto se acabe, que la Academia tenía que volver a tomar parte en la designación de jueces y teníamos que cuestionar, pero lamentablemente parece que no. Lo dicen a los gritos, es muy evidente y no se modifica. Incluso se menciona que el propio asesor presidencial Juan Manuel Olmos tendría que ver con la designación de gente en la Justicia de la Ciudad. No se hace de acuerdo a méritos sino que a otro tipo de cosas. Este sí es un problema serio que lamentablemente continúa existiendo.

¿Qué otras medidas deberían tomarse?

Hay un órgano que son las Cámaras de Apelaciones, que a mi criterio tendría que desaparecer. No porque no tiene que haber revisión de fallos, sino porque no puede existir una cámara limitada a seis jueces, dos salitas. Es decir, tendría que ser mucho más amplio el contexto de jueces. Si trabajáramos en pool de jueces podríamos resolver muchísimas otras cosas. Un problema muy importante es la organización del Poder Judicial, que no tendría que funcionar en organismos fijos. Trabajar en pool de jueces sería una solución a la suspicacia que existe en este momento de concentrar en pocos jueces todo el poder. Y por supuesto, la instrucción a cargo del Ministerio Público que diga: quiero llevar a juicio este asunto y que la Oficina Judicial se ocupe y se encargue de decir bueno, el juicio lo van a llevar ante este juez en tal sala de audiencias, en tal oficina, en tal lugar, para que todas las partes sepan. Otra medida importante sería cumplir con la Ley Cafiero, porque la decisión de la reforma constitucional del 94 parece que fue muy clara y es una deuda muy importante que hay con los ciudadanos de la ciudad de Buenos Aires de que puedan completar su justicia de acuerdo a como fue decidido en aquel momento. Me parece entonces que la Justicia nacional tiene que encontrar una solución y a los jueces darles una respuesta pronta para ver cuál es el destino que vamos a tener en el corto plazo. La Justicia nacional es un tema del que se tienen que ocupar y que no tendría que haber ningún tipo de grieta ni diferencias.

¿Y a la Corte como la ves?

Veo muchas discusiones respecto de la corte, independientemente de lo puntual de cada uno de sus integrantes. Me parece que lo que habría que modificar en la Corte no es tanto el número aunque volvería a los nueve con los que se había ampliado. Lo que hay que modificar es la competencia de la Corte y habría que crear un gran tribunal intermedio que definiera otras cuestiones de interpretación de derecho. Pero nadie se impone porque no se pueden poner de acuerdo, porque no hay nadie que pueda cubrir el cargo de Procurador General. Nadie satisface a nadie. Daniel Rafecas está propuesto y me parece que es un buen candidato, que tendría que ser bueno para todos pero no avanzamos y eso es lamentable porque tendríamos que estar llevando adelante la Reforma Procesal Penal.

Sería bueno que se nombren más mujeres en la Justicia, ¿no?

Sí, tiene que haber más mujeres por supuesto. Con los concursos esto es un problema, tenemos que encontrar una solución para poder hacerlo. Quizás hacer una convocatoria solamente para mujeres y omitir a los hombres en algunas vacantes. No sé si lo van a hacer porque van a empezar planteos de desigualdad pero hay que tratar de compensarlo.

¿Te refugias un poco en el arte cuando sentís esta insatisfacción en la Justicia?

Sí, hace mucho tiempo empecé a pintar para mí, como cualquiera que conoce una actividad nueva y lo empezás a hacer. Me siento mucho más cómodo en el mundo del arte que rosqueando en Tribunales. Me encantaría poder hacer un aporte en el área que fuere. Tenemos que seguir pensando con esa consigna y no en qué es lo que yo puedo obtener del Poder Judicial, del cargo que tengo. Creo que tenemos que pensar todos los días qué es lo que yo le puedo dar al Poder Judicial y de qué manera puedo contribuir.

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RECOMENDADOS // GASTRONOMÍA

OVERO

De la mano del reconocido cocinero argentino Pol Lykan, Overo recibe a sus visitantes en Palermo Viejo con más de 400 etiquetas de vinos argentinos, espumantes y especiales, raciones, quesos, charcutería, una cava, un cine, una sala de vinilos y una terraza para quienes buscan tranquilidad y atardeceres únicos. Es decir que Overo es mucho más que un Bar de Copas. El común denominador es la ambientación y el arte que existe en toda la locación, la que fuera encomendada al artista “Mono” Grinbaum con una obra casi totalmente analógica. También tiene un lado B: un Club privado de vinos, al cual puede acceder cualquier persona por más que sepa o no de vinos con una membresía mensual.

ARAMBURU

MERCADO DE LINIERS

Ubicado en el barrio de Recoleta, el exclusivo restaurante Aramburu ofrece una degustación de platos, que son servidos en un “dinamismo de la cocina abierta”. Los mismos exhiben los productos nacionales y de temporada, que pueden ser acompañados por un gran vino argentino. Su chef es Gonzalo Aramburu, quien después de formarse en el Instituto Argentino de Gastronomía (I.A.G), se perfeccionó en L’École Lenôtre París y trabajó en restaurantes de dos y tres estrellas Michelin. Es el segundo emprendimiento argentino convocado para ingresar a Relais & Châteaux, una élite internacional de establecimientos de lujo enfocado en la gastronomía y la hospitalidad de excelencia.

Como homenaje al Mercado de Liniers, a sus trabajadores y a toda la cultura del campo y de la carne, el destacado

abrió este restaurante en marzo del 2020. Sostener esta propuesta gastronómica no fue un desafío menor porque la apertura del local fue durante el comienzo de la pandemia de Covid-19. Liporace, quien trabajó como chef de la Casa Rosada durante la presidencia de Mauricio Macri, logró sortear los obstáculos e impuso su visión que se centra en la identidad de la alta cocina porteña y bonaerense como evolución de la comida de bodegón y de la parrilla. En Mercado de Liniers la cocina está a la vista y se escucha rock.

EL LIMÓN

Ubicado en el barrio de Villa Crespo, El Limón te recibe con una barra que tiene la estación de trabajo en el mismo nivel y es la primera con este diseño en Argentina. La carta de cócteles está pensada por sus dueños, Lucas López Dávalos -quien creó el bar de Casa Cavia, y la barra de Trade y Sacro- y Diego Aguinsky -bartender de la nueva generación -. Hay “tragos, vinitos y platitos” que acompañan, creados por el cocinero Daniel García. Recientemente fueron seleccionados por 50 Best Discovery como uno de los bares más importantes de Argentina, Buenos Aires, y una parada obligatoria en la recorrida de la noche porteña. Estar en El Limón es un viaje a los ‘70, a la apropiación argentina del punk, a donde quieras.

Gorriti 6012, Palermo Castillo 590, Villa Crespo Nicaragua 4583, Palermo Vicente López 1661, Recoleta chef Dante Liporace
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