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Edición número Trescientos cuarenta y nueve. Año 08. Caracas, 17 de noviembre de 2019 REVISTA GRATUITA

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04. Corredor huraño 05. Roedor y prócer dialogantes 08. Guateque entre textos 13. Tú eres tu cárcel

Bolivia es mayoría — PÁG. 9


contenido Consejo Editorial

03. perfil

CORRECTOR Rodolfo Castillo

Erika Farías Roberto Malaver Gustavo Borges Revilla Mercedes Chacín

Jhon F. Kennedy

LOGÍSTICA

03. TROTA ccs

Daniela Fernández Edi Cordero Danielis Delmar

Director

Mercedes Chacín (E)

editor jefe

Tipos de trotador: el lobo estepario

04. mitos

El atribulado mar de Alfonsina Storni

Colaboran en esta edición

Rodolfo Castillo

DirecTORA de Arte

María Isabel Guerrero

COORDINADOR DE FOTOGRAFÍA

Jesús Castillo

Coordinadora 2.0

José Roberto Duque, Clodovaldo Hernández, Humberto Márquez, Indira Carpio, Mercedes Sanz, Miguel Posani, Julián Márquez, Marielis Fuentes, Armando Carías, Balbi Cañas, Forastero LPA, Erasmo Sáchez, Henry Rojas y Justo Blanco. Archivo Ciudad CCS Ilustración de portada: Erasmo Sánchez

05. Ciudad

La Filven desde el Libertador y un ardillo

08. boleros que curan el alma “Para que sufras”

08. música

Yanira Albornoz (†)

Gaitas y golpe central entre libros

redes

Web y redeS

09. miradas

www.epaleccs.info

Enyeli González

Al imperialismo ni un tantito así

epale.ciudadccs@gmail.com

Redacción

Marlon Zambrano María Eugenia Acero Colomine Argimiro Serna Ketsy Medina Sifontes

FotOGRAFÍA

Michael Mata Enrique Hernández

12. soberanías sexuales

@epaleccs

El mion de calle

@epaleccs

13. poesía o nada

Épale CCS

13. libremente

Escapa de tu Auschwitz mental

14. crónica

Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114 Distribución: 0212-8085843

Los restos andariegos de Simón Rodríguez

15. El rumor de las bolas

Depósito Legal: pp201202dc4166

EL MENJURJE

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017. Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014. Premio de Periodismo Aníbal Nazoa, 2018.

casco histórico cultural Este domingo no puedes dejar de recorrer, en familia, con amistades o en solitario el Casco Histórico de la ciudad, que ofrece una agenda variada para el disfrute, siendo la XV Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) su principal protagonista. Presentación de libros, programación infantil y cultural, proyecciones audiovisuales, así como foros y conversatorios son la oferta para los amantes de las letras y las palabras. Para quienes prefieren un café, un helado, y hasta un selfie, el centro se convirtió, con la instalación de iluminación LED, en una locación ideal.

El ornato navideño de la plaza San Jacinto.

Algunas actividades domingueras Teatro Principal 11 am a 1 pm: Jugaremos y venceremos. 3 a 6 pm: Festival de gaitas y parrandas. 6 a 8 pm: Orquesta Latinocaribeña. Cancillería. Salón Amarillo 3 a 3:45 pm: Conversatorio: Xenofobia contra la migración venezolana. Lucrecia Hernández. Sala Alejandro Araujo. Librerías del Sur 2 a 2:45 pm: Crisis económica venezolana inducida desde el exterior. Andrés Giussepe.

«

Una publicación de la

Cholas guerreras «

El fascismo y el neocolonialismo en Latinoamérica.


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PERFIL

Kennedy la profecía

Conviene no ponerse esotérico o especulativo cuando se habla de asesinatos, porque esos acontecimientos siempre le duelen a alguien. Pero como hoy andamos en la víspera de otro aniversario del magnicidio de Jhon F. Kennedy, presidente gringo, el ejercicio puede valer la pena y, de paso, liberarle a uno algunos miligramos de rabia histórica POR JOSÉ ROBERTO DUQUe • @JROBERTODUQUE ilustración forastero lpa

Hacia 1780, hartos del exterminio al que eran sometios sucesivamente los pueblos originarios por esa vaina que hoy llamamos Norteamérica, los líderes de varios pueblos, entre ellos los shawnee, crearon una alianza de nativos y organizaron una rebelión indígena. Estados Unidos e Inglaterra ya avanzaban en su propia guerra imperial por el dominio del territorio de los aborígenes. Muy de pinga todo: aquel poco de blancos extranjeros matándose a plomo por los territorios de los habitantes ancestrales de esas tierras. Entre los líderes nativos que se pusieron al frente estaban dos hermanos: un personaje de enorme valor y estatura moral, a quien llamaban Tecumsé; y otro de nombre Tenskwatawa, líder espiritual y profeta de los suyos. Líderes de su pueblo, desaparecidos a plomo de la tierra y amenazados con ser desaparecidos también de la Historia, protagonizaron un curioso episodio que da origen a este recordatorio. En los avatares de aquella guerra monstruosa, en 1813, cayó muerto en combate el aguerrido Tecumsé. Muchos después, cuando ya le tocaba también morir, Tenskwatawa (cuyo nombre se traduce con el inquietante anuncio “el que abre la puerta”) puso en práctica sus conexiones sobretarurales y lanzó la siguiente maldición o profecía: “Yo, que hago que el Sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente, les digo que el jefe blanco (el presidente de EEUU para entonces) morirá y, después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años, de ahí en adelante, morirá; y cuando cada uno muera, todos recordarán la muerte de nuestro pueblo”. La cosa afectaba a todo presidente electo cada 20 años desde 1840, mientras estuviera en funciones; el primero en caer fue William Harrison, cuando aún no terminaba su mandato. Después le tocó a Lincoln, electo en 1860, asesinado de un balazo. Más tarde a James Garfield (elegido en 1880), a William McKinley (1900), Warren Harding (1920). En 1940, el presidente Franklin Delano Roosevelt era candidato a morir a sombrerazos también, y la cosa no parecía ni tan difícil porque en esos días ya sonaban los corotos de la II Guerra Mundial. El hombre www.epaleccs.info

se armó con una espantosa estructura de seguridad, del tamaño de la natural esquizofrenia gringa. Pero su peor enemigo no estaba en Alemania ni en el Kremlin, sino en sus adentros: el que se lo llevó en los cachos fue un ACV que derivó en derrame cerebral... y bórralo. La avenida que lleva su nombre en Caracas es bien peligrosa y bien fea. En 1960 resultó electo presidente John F. Kennedy. Su papá era una ladilla, como lo son —o deberían— ser todos los padres. Pero a este se le pasó la mano. Era el patriarca de un clan político y empresarial que sobrevivió a todas las crisis económicas gringas. Diplomático y, además, magnate. Cuando le tocó viajar por el mundo en representación del imperio se llevó a sus muchachos, uno de los cuales (el John) padecía de una dolencia en la columna que de santa vaina lo dejaba vivir en paz. El viejo Joseph decidía cuál era la vocación de sus hijos y qué era lo que tenían que hacer; el pobre John tuvo que irse a pelear con los japoneses a pesar de que ya estaba exento del servicio militar a causa de su problema en las vértebras, pero como al patriarca le dio la gana de que el muchacho fuera a matar japoneses el muchacho fue, y de allá regresó con los problemas multiplicados. En los años siguientes tuvo que someterse a varias operaciones para que la columna medio lo pudiera sostener de pie. Pero para el viejo era inadmisible andar mostrando debilidades. Joseph había decidido que John fuera periodista; a su hermano mayor, el tal Joe, le correspondía dedicarse a la política. Pero en la II Guerra Mundial, adonde también fue a parar Joe, el avión en que viajaba fue derribado y el muchacho murió. Adivinen entonces a quién le tocó ocupar su puesto en la carrera política. El papá le ordenó meterse a demócrata y a senador, para que más tarde compitiera por la presidencia. John Fitzgerald Kennedy cumplió con el cargo y con la misión imperial de Estados Unidos, conforme a los dictados de su padre y de la hegemonía dominante.

Pero parece que mientras estuvo en Gran Bretaña el Joseph se había ganado cierta fama de antisemita; y eso, en Estados Unidos, es bastante más grave que en el resto del mundo. El sionismo no tenía la enorme fuerza que tiene hoy, pero eso de que el clan Kennedy fuera esencialmente católico, mientras el espíritu imperial norteamericano y las conexiones con la hegemonía mundial eran organizadas tradicionalmente por los protestantes, le caía mal a un gentío, por allá, en unas alturas a las que nosotros los tierrúos no tenemos acceso.

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El 22 de noviembre de 1963 Kennedy hizo su último viaje, y la memoria colectiva de la humanidad registra el famoso video de su asesinato. A estas alturas poca gente cree la versión de que esa limpia ejecución se debió a la puntada de culo de un loco, que decidió matar al presidente porque le dolía una muela. Llámese Lee Harvey Oswald, o James Files (quien dijo años después, poco antes de morir, que él era el verdadero asesino), es evidente que el sicario no trabajó solo y sin el apoyo de una estructura.

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04

mitos

trota ccs

El atribulado mar de Alfonsina Storni

Tipos de trotador: el lobo estepario POR clodovaldo hernández / @clodoher lustración Henry Rojas

POR Argimiro serna / lustración ERASMO SáNCHEZ

Alfonsina Storni Martignoni nació el 22 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Suiza, durante un viaje de negocios familiar. Lleva una vida de avatares y desventuras. Menor de tres hermanas y con una azarosa vida en el seno de una familia de comerciantes de poco éxito. Su padre alcohólico muere en su juventud y cambia el panorama. Su madre, Paulina, se casa de nuevo y se traslada a Butinza, donde continúa con su oficio educativo de música y canto, influenciando a Alfonsina, quien se traslada a Coronda para estudiar Magisterio mientras trabaja como celadora en escuelas. La disfuncionalidad de su familia la mantiene en condiciones económicas apremiantes casi toda su vida. Entre los muchos trabajos ocasionales que llevó a cabo resalta el de tempranas escapadas para cantar en un teatrillo como corista. Rápidamente desarrolla un profundo resentimiento contra los hombres cuando su primer desengaño, un hombre casado, mayor que ella, la deja embarazada. Avergonzada ante los prejuicios provincianos de la época, de creciente desprecio hacia la sensibilidad poética, Alfonsina se refugia en Buenos Aires y da a luz a Alejandro el 21 de abril de 1912, cuando tenía 20 años. Resulta afortunado e irónico que su reivindicación amorosa aflorara en brazos de quien, también, fecunda la noción del suicidio como un camino a la dignidad en el dolor y la penuria: el más narrador que poeta, pero no menos prolífico y acosado por tormentos y deventuras, Horacio Quiroga. Entre los diversos trabajos apresurados y mal pagados que praticara en la vida, antes de hacerse educadora, está el de cajera en una tienda, donde colabora en revistas y trabaja como corresponsal psicológico. En esa oficina escribe su primer libro de versos: La inquietud del rosal; se lo enseña al poeta Felix B. Visillac, quien consigue que sea publicado.

La revista Nosotros elogia el poemario y, desde ese momento, la poetisa argentina entra en el círculo literario de la revista y en el imaginario de una época. Se hace conocida y admirada, pero sigue teniendo problemas económicos. Es nombrada directora de un colegio, mientras allí trabaja escribe su segundo libro: El dulce daño. En marzo de 1918 los nervios la obligan a dejar su puesto de directora y vuelve a entrar en los círculos literarios. Publica su segundo poemario y colabora en la revista Atlántida, mientras trabaja como celadora en un colegio. Sigue publicando poemarios que aumentan su fama, hasta que en 1927 monta su primera obra de teatro: El amo del mundo. Su constante asedio nervioso se manifiesta, al fin, de manera irreductible en un cáncer de mama que le operan de manera aparentemente eficaz, pero con una réplica, acaso incentivada por una condición que va entre la hipocondría y la depresión psicosomática severa. A la par, tiene una producción irrefrenable de textos como: “Y ya nada tendrá más que el deseo pues la luna será otro mausoleo. En vano querrá el bloque mover bocas para tragar los hombres, y las rocas. Oír sobre ellas el horrendo grito del náufrago clamando al infinito”. El 25 de octubre de 1938 hallan el cuerpo de Alfonsina Storni en la playa de La Perla, en Mar del Plata, donde se arroja voluntariamente menos de dos años después que lo hiciera su amante, amigo y narrador Horacio Quiroga. Su memoria pasará al imaginario imperecedero de quienes nos criamos escuchando la voz de Mercedes Sosa cantando “Alfonsina y el mar”.

Una cosa es que vayas trotando solo, aislado del mundo porque estás en búsqueda del prajña —como les ocurre a los trotadores zen, que vimos la semana pasada—; y otra, muy distinta, es que vayas trotando solo, aislado del mundo porque no soportas al género humano. En este segundo caso, eres un trotador lobo estepario. Los trotadores del tipo lobo estepario usan el correr como su coraza. En esto, el trote es un deporte ideal, pues no se necesita pedir prestada una cancha ni negociar para “parar una partida” ni interactuar con compañeros de equipo ni con rivales (a veces es difícil decidir cuáles son peores). Tú sales y te sumerges en tu actividad, a la velocidad y por el tiempo que te dé la gana (o, mejor dicho, a lo que puedas), sin necesidad ni siquiera de cruzar palabra con nadie, salvo algún saludo a un vecino. Para preservar la condición de lobo estepario, estos trotadores no tienen más remedio que ser antipáticos con aquellos que pretenden sumarlos a sus grupos de entrenamiento, clubes y entidades gregarias por el estilo. Como tengo bastante de este estilo de trotador, te cuento que ahuyentar a algunos reclutadores es sencillo. Basta con ponerles la misma cara que le pones a un vendedor callejero o a un predicador de la salvación de los fuegos del infierno. Pero hay otros que, ¡mi hermano!, no aceptan un rechazo. ¡Huy! Los iPod han sido grandes aliados de los corredores huraños (antes lo fueron los walkman o los simples radios), pues andar con audífonos es una señal clara de

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“no quiero conversar”, sobre todo si le agregas gorra y lentes oscuros. Algunos corredores del tipo lobo estepario son así porque quieren tener ese momento para sí, sin interrupciones ni parloteos. Otros, porque esa es su personalidad o porque están atravesando una crisis personal, como en el libro de Hermann Hesse, del que hemos tomado prestado el nombre. Si este último es tu caso, yo te recomendaría, junto con el trote, que busques la ayuda de un psiquiatra o un psicólogo. No creo que correr resuelva rollos tan pesados.

Debut ganador. Joyciline Jepkosgei hizo otra de esas hazañas tan propias de los extraterrestres que se hacen pasar por keniatas: debutó en la distancia de maratón y lo hizo ganando nada menos que en Nueva York y marcando el segundo mejor récord de la historia de esa competencia, 2 horas 22 minutos 38 segundos, solo 8 segundos por debajo de la marca. Superó a su compatriota Mary Keitany, cuatro veces ganadora de esa prueba. En hombres triunfó el también keniano Geoffrey Kamworor, con crono de 2 horas 8 minutos 13 segundos.

Próxima entrega: “Tipos de trotador: el vago” www.epaleccs.info


05

CIUDAD

La filven desde el libertador y un ardillo En medio de una orgía de comunicación, expresión, lecturas, recitales, conciertos, ventas de libros, intentos de hurtarlos, conversaciones sin fin, cantidades de entes, esperanzas, iluminaciones, risas y críticas, tal como es la xv feria internacional del libro (Filven 2019), se dan tantas conversaciones que hasta ésta fue posible POR ARGIMIRO SeRNA Fotografías Michael mata

En nuestro convulsionado presente se dan acontecimientos que sólo los registra la memoria con ayuda de la imaginación. Así, vemos que en medio de una orgía de comunicación, expresión, lecturas, recitales, conciertos, ventas de libros, intentos de hurtarlos, conversaciones sin fin, cantidades de entes, esperanzas, iluminaciones, risas y críticas, tal como es la XV Feria Internacional del Libro (Filven 2019), que culmina este domingo, una ardillita trafagosa, acostumbrada a valerse de su imagen primorosa y juguetona para ganarse pewww.epaleccs.info

dazos de galleta, maníes y cotufas, entre otras menudencias, ahora se acomoda en la cabeza de la estatua del Libertador para saltar hacia una rama de la plaza epónima, cuando un llamado la detiene. —Psss, epa, compatriota ardilla, podría ponerme al día de lo que sucede allá abajo. —Vacié, y ¿este de dónde salió? —Se supone que sea el Libertador de estas tierras. Lideré la gesta que nos dio

autonomía y una identidad independiente de los realistas. Veo que el ejército del pensamiento ha proliferado mucho. Ahora se editan muchos libros y, por lo que veo, allá hay una tienda de campaña con sinogramas chinos. ¿Quién hubiera pensado que nos aliaríamos con ese país tan distante. Y también veo que la gente no suelta esos aparaticos pequeños. Los leen como si fueran libros.

bro múltiple, a pesar de que se crearon para la dominación. Distraen, pero ayudan.

—En realidad se la pasan viendo algo que llaman Instagram y Facebook. Un tal Carlos Ortiz dice que es como un li-

—Lo de clase baja será con otros, porque yo vivo en los árboles. Lo que sí vi, desde una ventana, fueron varios recitales y

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—Qué bien usas la terminología adecuada. La formación política ha llegado a las clases más bajas con estas campañas de acercar los libros a la población. ¿Alguien habló del ritmo y la poesía como artillería del pensamiento?

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06 conferencias sobre el tema. Una paloma Me contó que bautizaron un libro de elegías en Librerías del Sur que se titulaba San José blues 1921. La paloma se fijó en él porque parecía que tuviera un nido en la cabeza, un tal William Osuna. Creo que el homenajeado, Luis Alberto Crespo, un señor mayor que no parece prestar atención a la vejez, dijo que la poesía es la armonización de los contrarios, como entre la sombra y la luz, y que transmite la consciencia histórica en diferentes formas... o algo así. También hubo un gordo que dirigió una editorial que escribió sobre los ritmos en el poema latinoaméricano y cómo transgrede la cotidianidad mercantilista. Lo que sí te digo es que con metáfora no alimenta uno la madriguera, aunque el ritmo de las palabras transgreda las estatuas. —Ha de ser el statu quo. Lo de la estatua sería una metonimia, por la cualidad de inamovible, como eso del nido en la cabeza de los poetas donde, aunque no den galleticas, se maduran ideas hasta que puedan volar. Las metáforas son menos frecuentes en el lenguaje cotidiano, aunque se notan más. —La verdad que oyéndote se pone interesante la cosa. Todo sería perfecto si no hubieran cortado la grama, no ves que por ahí siempre se rebusca uno con algunos restos que se le caen a los niños, y el pupú de las iguanas no se huele tanto. —¿Pero qué importancia puede tener eso en una lucha por la Independencia y la dignidad latinoamericana? Pude leer desde aquí, en un periódico, que Bolivia ha vuelto a manos de la oligarquía. Ya me temo que por quejas como la tuya, que no comprenden el plano general de una lucha y los muchos sacrificios que todo país y toda cultura ha tenido que hacer para tener identidad. —No vengas tú. A ti porque salen corriendo a limpiarte la cara cuando te cagan las palomas, pero con uno es diferente. Sólo somos atracciones turísticas, así que no piensan en políticas para las ardillas. Lo de Bolivia, no sé, porque no conozco aves que hayan llegado tan lejos.

—¡Qué más!, ¡tiene que haber más! —Una señora de Paraguay, Fátima Rayo Gutiérrez, presentó un libro sobre un patriota de allá, integrante de los “granaderos a caballo”. —Sí, yo le di el grado de coronel y la medalla del Ejército del Libertador. Participó en el paso de los Andes con José de San Martín. José Félix Bogado, un gran luchador. ¡Cuántas cosas! ¿Qué más? ¿Qué más?

Los sinogramas chinos fueron una atracción en La Feria

—Pues las carteras de la gente son depósitos de una estructura económica. Así que el resto de la ciudad te incumbe más de lo que crees.

cambió cartas con otros de aquí que se llamaban Rufino Blanco Fombona y Pedro Emilio Coll, donde los invitaba a construir una identidad propia, independiente de Europa. La profe se llama Alexandra Mu—Tiene uno que pensar mucho. lino, profesora de la UCV y que también pertenece a un centro de investigaciones —El tiempo que tengo aquí me ha per- que llaman Celarg. Para ella es muy immitido pensar. Desde que recuperaron portante un fulano decreto tuyo que mareste espacio he ca la ruptura espipara pensar hace podido ver un ritual con España. país diferente, falta contenido pero para pensar nuevo, como el que —El Decreto de hace falta conteGuerra a Muervemos aquí nido. ¿No viste te. No me quedó nada sobre el code otra, tenía que nocimiento o la unificar las fuercultura? zas. Era urgente. —Persiguiendo a una pareja hasta esa casa amarilla de la esquina, ¿sabes? —Cómo no voy a saber, si ahí organizamos el primer plebiscito de la nuestra historia. —Bueno, ahí oí una conferencia de una profesora que estudiaba el discurso de un tal Miguel de Unamuno, vasco él, que

—Creo que conocí a un periquito medio marico que trajeron de allá hace un tiempo. Buscaba peo y después le echaba la culpa al de al lado. —¡Seguidores de Napoleón! —Tranquilo, tranquilo que un azulejo lo zapateó. Pasó sus últimos días confinados en el Jardín Botánico.

—Es lo que siempre observé, pero no lo atendía tiempo. La guerra unifica, pero en la paz no notamos los cambios cualitativos por los cuantitativos. Por eso aquí todo el mundo hace observaciones interesantes, que solo se pueden hacer si hay tiempo para pensar, tiempo que no tenía el pueblo en la esclavitud, y menos en la explotación indiscriminada. Ojalá valoren ese tiempo y el aporte de municiones para pensar en qué tienen ahora, porque no es cuantificable hasta que lo pierdes. Por eso el conocimiento del lenguaje es tan importante. —Yo tengo tres crías en dos madrigueras diferentes, y me van a demandar en la Fiscalía de la plaza si no tengo suficientes semillas, o galletas, para fin de mes. Así que las cosas cuantificables se me dan mejor. —¡Ah!, o sea, eres un ardillo. —A mí me suena bien ardilla, pero con el lenguaje inclusivo no queda de otra; por cierto, hubo una conferencia sobre eso y sobre el lenguaje de señas para humanos que no oyen. ¡Qué tontería!, esperar a no oír para poder tener lenguaje de señas!

—Durante décadas esta plaza que nombraron como yo era uno de los espacios más oscuros de la ciudad. Vi cómo, en nombre mío, ocultaban grandes negocios, que degradaron los espacios públicos para incentivar la construcción de centros comerciales.

—Ese es otro punto de vista. En otros países se paga por talleres para cualquier conocimiento; podrías dar una conferencia sobre la comunicación con gestos y palabras. Quizá esos aparaticos que todos tienen, como si fueran escapularios, sirvan para distribuir conocimiento.

—¿Y eso qué tiene que ver? —¿Has pensado de dónde salen esos pedacitos de galleta que te gustan tanto? —De las carteras de la gente.

—Ummmm, han sido muchos eventos. Recuerdo un joven pico de oro, como quien dice, jovencito: César Panza, traductor, docente y poeta de Carabobo, de donde son las guacamayas amarillas con verde. Hablaba de que la traducción literaria produce un texto nuevo en otro idioma. Y mencionaba eso de la metáfora y la metonimia para acercar el ritmo de un poema a la gente que habla otro idioma. Pero eso no se entiende, a mí que me pongan donde haya semillas o galletas.

El escritor homenajeado, Luis Alberto Crespo, escuchó opiniones

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—Un chino novelista, Ah Yi (pseudónimo de Ai Guozhu, de la provincia Jiangxi), dijo que los avances tecnológicos, como esos aparaticos, transgreden la www.epaleccs.info


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Música, teatro, danza y recitales para todo público conformaron La Feria

moral. Propone aprender de la ancestralidad para contener esa inercia de la tecnología. A ese escritor le pareció que el venezolano se está interesando mucho por la cultura, algo como que la superestructura del caraqueño está cambiando. ¿Qué te parece? —¡Esooo, usando superestructura y todo! ¿Cómo habrán hecho esos chinos con el imperio Otomano y con la dominación de Inglaterra y Japón? Vaya pueblo hidalgo. Tenemos mucho que aprender de ellos. —Una tal profesora Chen, que tradujo al novelista chino, dice que los chinos son disciplinados, concentrados en proyectos comunes, organizados y logran objetivos como producto de enfrentar a esos imperios. —¿Y qué opina de los venezolanos? —Que tienen mucho optimismo, no se preocupan demasiado, siempre tienen buen humor, bailan bien, son muy creativos, pero son impuntuales y tienen una organización seren... uso una palabra muy extraña.

Muchos lectores aprovecharon de leer, como si fuera una biblioteca

—Exacto, ¡leen a los maestros! No hay concepto válido si no se siente. Por cierto, ¿cómo te llamas?

llamarse Lao Tse. Pero la verdad que yo no tet-se. Jajajá.

—Bueno ardillito, como que hay que tra—Los nombres de ardillas son como los de bajar esos chistes un poco. los chinos, así que seas tan me puedes llamar el libertador siguió —No rígido Xi Jinping. Es una leyendo de lejos portada de un li—Pues soy una bro de superación las miradas de la estatua todavía, personal que vengente, a la espera ¡qué te puedo den en la tienda de que todas las decir! ¿Y dónde de los chinos. Se plazas Bolívar queda esa escueve bueno. la?, ¿en China? se conviertan en —¡No seas falta ágoras para la —No chico, aquí de respeto! Ese es discusión pública en Los Chaguael presidente de ramos, en una China. universidad —Ah, disculpa, es que se parece a Conny nueva que llaman como tú. Me lo contó una guacamaya que se la pasa por allá Méndez en el libro. de rumba. Son malaconductas esas gua—Espero que esa Conny sea patriota. Pero camayas. Una vez confundió una colilla veo que jóvenes venezolanos atienden esa extraña con una semilla, y no ha parado desde entonces. carpa. Será que saben el idioma chino. —Sí, estudian en un centro llamado Confucio. Una de mis parejas dice que debería

—¿Y qué más ha habido en La Feria? Cuéntame, no te guardes nada.

—Ha de ser serendipia. Es cierto, me sucedió muchas veces en batallas. Tiene que ver con el territorio. Estos ambientes tienen su propia lógica y accidentes afortunados. Es un contexto diferente. Eso como que fue lo que Marx no entendió con sus críticas. —Bueno Simón, fíjate que la profesora Alice Peña Maldonado, en una conferencia que se llamaba Consolidar la Gestión Pública, dice que del conocimiento de nosotros mismos sale la información para resolver todos los problemas, y César Panza dice que un tal Andrés Bello inició una técnica de lectura entre el lenguaje y las emociones, por eso la necesidad de otra gramática. www.epaleccs.info

—Hubo películas documentales en el Teatro Principal, en aquella esquina. Los conciertos de la Banda Marcial Caracas, boleristas, unos joroperos tuyeros que improvisaban, jazz, teatro infantil y un trajín de niños tratando de agarrarlo a uno. Lo bueno es que están tan distraídos que dejan pagando más de una bolsa de cotufas. Pero ya está bueno de tu preguntadera. Me tengo que ir. —Bueno, seguiré observando este pueblo aprendiendo. —Creo que ya es hora que te bajes de ese caballo. —Por ahora voy a seguir observando. Creo que Miranda tenía razón: es mejor que la guerra dure, así el triunfo también dura. Solo leyendo nos preparamos para lo que viene, mientras que la guerra es un entrenamiento. —Bueno líder, voy pa’llá. Disculpa si te pongo una pata en la cara, no es mi intención ofenderte. —Dale, sólo no olvides visitarme, con más detalles. La cosa está interesantísima, todas las plazas públicas tienen que ofrecer esta discusión. Cuéntame, ¿cómo vas a hacer con la demanda por manutención? —No hombre, la demanda la llevan unas perezas, pero igual tengo que llegar con algo hoy, ya sabes. Si no, no veo a linda, como quien dice, así que me tengo que apurar. A ver, cuidao que yo salto arrechamente, pero son muchos metros de aquí al piso y el perro ese de allá no me quita el ojo de encima.

La asistencia fue plena y contó con un público variado Caracas, 17 de noviembre de 2019.

La ardillita pegó su atlético salto mirando eléctricamente a todas partes, mientras el Libertador siguió leyendo de lejos las miradas de la gente, los gestos y algunos títulos, a la espera de que todas las plazas Bolívar se conviertan en ágoras para la discusión pública, basada en lecturas de todas las fuentes. Edición Número Trescientos cuarenta y nueve. Año 08. ÉPALE CCS


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música

Gaitas y golpe central entre libros Como todos los años, el principal encuentro de la lectura en el país es acompañado de esa poderosa expresión artística y cultural que es la música. La XV Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2019) ofreció una variedad de ritmos y grupos en todo momento POR Mercedes Sanz ⁄ FOTOGRAFÍA Jesús castillo

BOLEROS QUE CURAN EL ALMA

“Para que sufras” POR Humberto Márquez ILUSTRACIÓN FORASTERO LPA

Es un bolero del compositor Osvaldo Farrés, de cuyas versiones resalta la de Celeste Mendoza (La Reina del Guaguancó) con arreglo de Bebo Valdés, en una de sus interpretaciones más emblemáticas; y la de René Cabel (El Tenor de Las Antillas) con la Orquesta de Rafael Muñoz. “Para que sufras” es un clásico de las rupturas amorosas no cicatrizadas, un canto desde el dolor, donde esa flor ya no retoña, de acuerdo a lo que dicen las palabras: No te voy a querer / ni te voy a mirar / para que sufras. / Ni aun siquiera sabrás / si algún día te di mi cariño. Y, de inmediato, el “mojón” mental de los dejados: Quizás en esa forma tú comprendas / que puedo yo vivir sin tus caricias. Para cerrar, el soñado castigo que habita en el nebuloso corazón del desamor: Te voy a castigar / para que sufras / lo mismo que he sufrido / yo por ti.

Para amenizar un sarao, con nuestra música basta

La Banda Marcial Caracas al son de la Navidad

El característico zapateo del joropo mirandino, o golpe central, se apoderó de la Plaza Bolívar de Caracas la tarde del pasado viernes 8. Especialmente al lado de la estatua del Libertador, quien ha debido disfrutar de esta música, tanto como sus espectadores.

Se trataba de rendirle un homenaje al recordado Ricardo Aguirre, quien cumplía un aniversario más de muerto. Y, como todos los años, se le recuerda con el Día de la Gaita.

Gente de varias edades, principalmente adultos mayores, bailaba con una soltura envidiable, con la misma sabrosura de la salsa, barriendo ese piso de aquí pa’llá. Esto, al compás de las improvisaciones del cantante.

Sergio Pachón, cantante y músico invidente de la Banda Marcial Caracas, abrió la segunda ronda musical con “Nuevo Circo”, de la Billo’s Caracas Boys. Luego, siguieron más pasodobles y merengues caraqueños. Como a las 6 de la tarde el turno fue para la cantautora e instrumentista Zeneida Rodríguez. Es una de las voces femeninas más bellas y versátiles, por eso es solicitada en innumerables colaboraciones y proyectos musicales. La vocalista comenzó con aguinaldos, entre ellos, uno de su autoría: “Nació el Niño Jesús.

Allá está ese viejito, / allá está ese viejito / con la lengua afuera, / bailando pegaíto, / raspando ese suelo / al son de este joropo / tuyero y bien zapateaoooo. Y así, el vocalista armaba sus rimas espontáneas y chistosas, haciendo que los presentes soltaran la carcajada. “¡Viste que esto es sólo con pura música central! Uno puede hacer una fiesta y amenizarla con lo nuestro”, dice Daisy Gutiérrez, cantautora de música oriental que estaba entre el público. “No hace falta música extranjera. Mira aquí cómo la gente se divierte”, agrega Domingo, su esposo, también músico. Si analizamos estas palabras, tienen razón.

Entre pasodobles, gaitas y aguinaldos

“Para que sufras” es otro bolero con título de tres palabras, de Osvaldo Farrés —desde el propio “Tres palabras” que, aunque tenga dos, resume “cómo me gustas”; hasta los emblemáticos “Quizás, quizás, quizás”, “Toda una vida”, “No, no y no”, “Así pienso yo” y “Mis cinco hijos”, entre otros—, y tiene una excelente versión, muy caribe, del Cuarteto Marcano, integrado por Pedro Marcano, “Piquito” (de Bayamón); Claudio Ferrer, “El más jibaro de todos los jibaros” (de Comerio); Leocadio “Lalo” Martínez (de Coamo); y Vitin Mercado (de Arecibo). ¡Llevátela Gouveia! Jajajá.

Mientras Rodríguez cantaba con su voz calmada y melodiosa, la noche le agarraba la mano al frío decembrino que se asomaba. Sin darnos cuenta, del jolgorio tuyero pasamos a la paz que traen los cantos navideños al Niño Dios.

Terminaba una canción y el público pedía otra. Aplaudía, silbaba, la emoción era indescriptible. “¿Cómo es posible que esto no se enseñe en nuestros centros educativos?”, se pregunta quien escribe, en una pausa mental.

Ese momento íntimo, en el que el espectador está relajado, casi que con los ojos cerrados, oyendo los aguinaldos celestiales, culmina con la presentación que hace el director de la Banda Marcial Caracas a las esperadas gaitas de furro. Un popurrí instrumental, que incluyó “La grey zuliana” y “La cabra mocha”, hizo su aparición a través de una orquesta bien organizada.

Bueno, para no entrar en detalles y desviarnos del tema, que es el disfrute del comienzo de un evento, el grupo en cuestión era la Escuela de Saberes de Miranda, coordinado por Nominelly Rivas. Ellos abrieron el concierto de esa noche, en el marco de la XV Feria Internacional del Libro 2019, en la mencionada plaza capitalina. Además de esta agrupación, también se presentó la Banda Marcial Caracas.

La gaita avivó al público ansioso de cantar esas gaitas clásicas e inolvidables, que las sabemos, cada una, al pie de la letra. ¿Que al venezolano no le gusta su música tradicional? Viejo cliché que nos han inoculado —y bastante mal que hace. Pero a pesar de esta situación, lo nuestro brota por los poros de una forma natural. Es nuestra esencia cultural, esa que llevamos por dentro y que ningún bombardeo foráneo puede exterminar.

Edición Número Trescientos cuarenta y nueve. Año 08. ÉPALE CCS

Mejor que lo diga la cubana Mirita Páez Bolet: “Creo que en la vida siempre hay dos cosas que hay que tener en cuenta: lo que se dice y lo que hay detrás de lo que se dice. Para mí, todo lo que tenga un texto nos ofrece lo que se cuenta, la historia en sí; y, además, hay un subtexto. Cada vez que escucho canciones me encanta descubrir siempre qué me quieren decir, qué hay detrás de lo obvio. Es algo que disfruto mucho. Por ejemplo: esta canción que interpreta Celeste Mendoza, del compositor Osvaldo Farrés”.

Caracas, 17 de noviembre de 2019.

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MIRADAs

Al imperialismo ni un tantito así “es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que los convierte en fieras sedientas de sangre, que están dispuestas a degollar, a asesinar, a destruir hasta la última imagen de un revolucionario y de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota (...) Pero esa es la gran lección que tenemos que aprender (...) la lección de estar decididos y firmes, de no ceder ni una pulgada ante el imperialismo”. ernesto “Che” Guevara POR ketsy medina sifontes / fotos archivo

Las cholas y sus polleras en las calles. Mujeres indígenas que luchan por su dignidad

A la burguesía ni un tantito así, perdón, “ni un tantito así al imperialismo”, que no es lo mismo pero es igual. Esta advertencia, señalada por el Che en uno de sus discurso pronunciados en Cuba, en el año 1964, mantiene en el contexto actual total vigencia. Durante la época de Guevara no era necesario realizar desdoblamientos lingüísticos de tipo presidente o presidenta. Desde tiempos que ya no recordamos HOMBRE fue impuesto en el habla y la escritura occidental como genérico universal, por lo que para la cita utilizada en el sumario podemos suponer que el autor incluía en su discurso a humanos y humanas. El imperialismo, haciendo uso de este método de invisibilización de la mitad www.epaleccs.info

de la humanidad, a mediados del siglo XIX caracterizó a Sam como era de suponerse: un tipo rico, blanco, poderoso, de corbatín, barba y sombrero de copa; incluso, el imperialismo le dio al Tío Sam lugar en el árbol genealógico de la vida moderna, y este simbología patriarcal, quizás, la tengan que agradecer los feminismos de hoy. La burguesía corrió una suerte distinta: no se le asignó nombre ni genealogía, pero si kilos, clase e ideología. Estas figuras representativas del “poder hegemónico”, masculinas en su totalidad, encarnaron los atributos por los que el “hombre”, una vez seducido y conquistado por el imperialismo, terminaba desarrollando una serie de habilidades destructivas que atentaban —y atentan— contra su propia vida.

El “Che” Guevara. Cuba, 1964

La bestialización del hombre, con el permiso de las bestias, parece la apuesta. A pesar de la advertencia del Che, y otros destacados revolucionarios y revolucionarias de la historia nuestra, el imperialismo ha venido abarcando, cada vez y a mayor ritmo, terreno físico y metafísico. Los guiños al modelo civilizatorio occidental abundan, hasta en las llamadas izquierdas los encontramos. El discurso global dominante hace pensar que la humanidad en pleno “desea” dejar atrás el pasado servil indígena, negro esclavo y rural campesino.

Racismo y despojo

De la misma manera como se intentó con las mujeres, a las otras gentes que habitan el planeta Tierra se les dio el tratamiento de minorías (etnia, raza, género); y, aun

Caracas, 17 de noviembre de 2019.

no siendo verdad, en palabras de Atilio Borón, se les despojó de su voluntad y del derecho a vivir —valga la redundancia— una vida propia. Ocurrió en tiempos de Colón y está ocurriendo ahora, en tiempos de autoproclamaciones y revoluciones. Adriana Guzmán Arroyo, indígena aymara e impulsora del feminismo comunitario antipatriarcal de Bolivia, en un audio que rodó por las redes sociales dio a conocer detalles importantes. Señaló: “La oposición y los grupos de derecha han dicho que las elecciones han sido un fraude y no han aceptado la segunda vuelta, tampoco la auditoría de la ONU. Denuncian que es un golpe cívico y religioso”. Más adelante, Guzmán resalta que el golpe de Estado ha sido “organizado por los comités cívicos, grupos fascistas y racistas

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que han financiado a grupos armado en el 2008 y que hoy, esos mismos grupos, han reaparecido en las calles de los distintos departamentos del país, de los barrios, aterrorizando. Hay represión en la calle por nuestra cara, hay represión a las mujeres y a los hombres indígenas”. Resaltar que la población boliviana no es blanca en su mayoría es importante. Sin embargo, y como ha sucedido en nuestros países colonizados, las élites se blanquearon y, con ellas, las clases medias y hasta las más empobrecidas. Razón que nos ha permitido observar lo que Enrique Dussel llama agresiones simbólicas de un cristianismo invertido contra las raíces indígenas de Bolivia.

Adriana Guzmán Arroyo, indígena aymara, impulsora del feminismo comunitario antipatriarcal de Bolivia

Ejemplos abundan en las plataformas co- dad (...) esa violencia que describe Bartomunicacionales: policías que son pueblo, lomé de las Casas en sus tratados, en doncon desprecio, arrancan de sus unifor- de él habla con detalle que se quemaron mes la wiphala (ya no se sienten indios; a los indios, que se les abrió el vientre a es más, ya no se sienten gobernados por las mujeres, que se estrellaban a los niños los indios); biblias y rezos, gente arrodi- contra las rocas (...) etcétera”. llándose en las calles; los blancos de Santa Cruz bajan las whipalas del tomado Pala- Como tercer elemento, destaca que el cio de Gobierno, las queman: representan sometimiento implicó la anulación de el orden y han vuelto para restablecerlo. los indígenas como sujetos políticos, lo Aura Cumes, investigadora cual significa la suspensión de “la posibimaya-kaqchikel, en una de sus presen- lidad de dirigir el destino de sus vidas o taciones en la Escuela de Pensamiento de nuestras vidas (...) condición para que el sujeto que se coCrítico Descoloen posición nial, celebrada en despojar significa loca de superioridad Venezuela, recalque alguien se controle la vida de ca la importancia alimenta de lo aquéllos a quienes de diferenciar y somete”. utilizar categorías que le quita a acertadas para otro sujeto. los Aura no es el Che, describir el propueblos indígenas pero advierte en ceso de sometien latinoamérica sus palabras y desmiento de colonide su experiencia lo zación, iniciando hemos sido mismo; de manera con este primer despojados para irónica interpela par: “Discrimidar vida a otros a quienes parecen nar a alguien sigsujetos olvidar la permanifica, dejarlo nencia y presencia por fuera de algo. de la colonización Despojar signifien nuestras vidas ca que alguien se alimenta de lo que le quita a otro sujeto. de hoy. Incluye a gobernantes en el paY los pueblos indígenas en Latinoaméri- quete y advierte que en Latinoamérica no ca hemos sido despojados para dar vida a existe eso de la postcolonialidad. otros sujetos”. Más adelante, Cumes enfatiza sobre la importancia de reemplazar el uso de la palabra conquista por violencia, resaltando que esta última desafía los eufemismos de la colonización y acompaña, para que no queden dudas, con lo siguiente: “El sometimiento se hizo con extrema cruel-

Genocidio y fascismo

Pasado y presente se encuentran y separan en un mismo espacio. Sucedió durante la dos guerras mundiales con el estaño, en enero de 2002 con la Guerra del Agua, luego en octubre de 2003 con la Guerra del Gas en Cochabamba: la extracción de recursos es la historia de

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Ataque fascista a Patricia Arce, alcaldesa de Vinto, Cochabamba

la colonización. Quizás, noviembre de 2019 sea recordado como el año de la Guerra del Litio. Una mujer en Santa Cruz es violentada de múltiples formas por más de una hora en pleno espacio público. Un tumulto de personas la acompañan al patíbulo, su nombre es Patricia Arce, alcaldesa de Vinto, en Cochabamba. Es rescatada por unos funcionarios de seguridad del Estado. A pesar de las vejaciones, declara ante los medios que no tiene miedo. La imagen le da vuelta al mundo. Ese mismo día muere un estudiante de 20 años. Es la tercera víctima fatal.

Caracas, 17 de noviembre de 2019.

Cuando las cosas llegan a este nivel es fácil que se desaten los demonios. Adriana Guzmán, en su audio, advierte: “Hay autoridades, que vienen de las organizaciones de base, que han sido secuestradas, que las han detenido en la calle y las han hecho arrodillarse, las han humillado, las han golpeado y ahora están secuestradas. Hay dirigentes de las organizaciones sociales que también han sido golpeados y se desconoce su paradero”. En palabras de Aura Cumes, el ensayo de muerte nunca se suspende. Para esta investigadora los mecanismos y las técnicas de muerte en contra de los pueblos indígewww.epaleccs.info


11 nas se reproducen hasta en los momentos históricos más cercanos a nuestras generaciones. Al referirse al Ejército genocida, destaca que pareciera que el mismo se hubiera leído las técnicas de muerte en estos libros. Al fascismo como pueblo le tememos, y quienes lo enfrentan viven con la latente amenaza de ser eliminados del mapa.

Indígenas, mestizas y campesinas

El fascismo es misógino, no gusta de las mujeres. Y si éstas son indígenas, con pretensiones de convertirse en sujetas políticas con derechos, entonces significa que es tiempo de encauzar y normalizar las cosas. Cada quien al lugar que le corresponde. El feminismo comunitario antipatriarcal de Bolivia, con su propuesta, se ha convertido en un referente importante para los feminismos de la región. La colectiva Mujeres Creando ha disputado su espacio en la producción de saberes; estas mujeres indígenas han retado no sólo a las feministas blancas, académicas, urbanas y modernas, sino que han retado al patriarcado colonial y ancestral.

Un pueblo indígena es amenazado ante la posible restitución del orden colonial

en que lo que está ocurriendo es una disputa entre machos, lo que definitivamenResaltaron que durante la colonización te para nosotras no lo es. Si bien está de ocurrió el entronque de los patriarcados por medio que son hombres y que priva y que en el “ensu machismo, cuentro” las muhay por detrás estas mujeres jeres terminaron una pugna de indígenas han experimentando polítiretado no sólo a las proyecto el doble sometico de país que feministas blancas miento. En este hemos ido conssentido, las fetruyendo las or(...) han retado ministas boliviaganizaciones soal patriarcado nas han venido y no solo el colonial y ancestral ciales realizando un Gobierno”. trabajo de reconocimiento de A pocos días de los niveles y de los distintos tipos de opre- esta declaración Jeanine Áñez se autosiones. proclama presidenta blanca de Bolivia, a pesar de sus rasgos indígenas. La Guerra Por ello, Adriana Guzmán resalta que “la del Litio continúa, y desde el mundo seposición de las feministas ha sido insistir guimos observando.

Protestas contra el extractivismo

Aura Cumes, investigadora maya-kaqchikel

La autoproclamada Jeanine Áñez con su plan de Gobierno en mano

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Caracas, 17 de noviembre de 2019.

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SOBERANÍAS SEXUALES

El Mion de calle

POR marielis fuentes / @marielisfu/@mardalunar LUSTRACIÓN JUSTO BLANCo

Yo no sé a ustedes, pero a mí me desagrada mucho caminar por las calles y tener que saltar charcos de orina a cada paso. Ríos y ríos de miao regado por las aceras, avenidas, con su hedor inconfundible. No sólo es asqueroso, sino violento. Ya les voy a explicar por qué. No es fortuito que la mayoría de los que se orinan en las calles sean hombres, y no sólo se trata de la facilidad anatómica que tienen para hacerlo. No es sólo eso. Tampoco tiene que ver con razones biológicas, justificarlo diciendo que es porque los “hombres no pueden aguantar tanto como las mujeres” es caerse a mentiras. Las mujeres no nacemos con una supervejiga, todo lo contrario, requerimos ir al baño con mayor frecuencia que los hombres: cuando nos viene la menstruación o estamos embarazadas, por ejemplo. Tampoco vengan con el cuento de que es por razones de salud o enfermedad, patrañas. La incontinencia también la padecemos las mujeres y, hasta los momentos, yo no he visto a las abuelas con las pantaletas abajo regando las veredas. Las mujeres aguantamos las ganas de orinar porque nos enseñaron que debía ser así, porque desde pequeñas nos dijeron que levantarnos la falda y agacharnos en cualquier esquina a mear no es cosa de señoritas. Por el contrario, a los varones se les inculca el dominio total de lo público, se sienten dueños y señores de todo el espacio que, por herencia patriarcal, es masculino. Las mujeres allí somos casi unas intrusas. Esa es la razón por la que, para ti, hombre, resulta más fácil sacártelo en cualquier parte, ya sea un hospital, una parada de bus, un teléfono público, el Metro; cualquier lugar es bueno para desprender tus esfínteres, sin ningún tipo de vergüenza ni culpa. Mientras tanto, el resto tenemos que aguantarnos los malos olores, las terribles manchas y, además, tener cuidado de aquéllos que, aprovechándose, nos acosan exhibiendo sus genitales o masturbándose en plena vía pública.

de las veces es por simple despreocupación, desinterés por el respeto ajeno, porque les da la gana, y punto.

El mion de calle es un agresor: agrede el espacio público, no sólo de las mujeres, sino de niños, niñas, de todas las personas que habitamos las calles. Ensucia, afea, contamina. Es un problema de salud pública.

Ni hablar de los que orinan en potes plásticos de agua o refresco y los lanzan a las orillas de las avenidas, semáforos y carreteras, convirtiendo las arterias viales en campos minados de bombas de miao.

Muchas veces no es siquiera porque no aguanta más o porque es un adulto mayor con problemas de la próstata. La mayoría

Este fenómeno hediondo y grosero cuenta, además, con la complicidad social, pues son menos juzgados los hom-

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bres que orinan en la calle que las mujeres que amamantan a libre demanda. Sabemos que en nuestras ciudades no abundan los baños públicos y que entrar a un bar o un restaurante muchas veces, como está la cosa, no resulta rentable si le piden consumir para usar el baño. Pero esto no debe ser un justificante. ¿Hay alternativas? Seguramente, siempre hay una manera de hacerlo mejor. Tal vez ayudaría una política pública que cree mayor número de baños accesibles para to-

Caracas, 20 de octubre de 2019.

dos y todas, o un decreto que penalice a los miones de calle. La verdad, ninguna de las dos opciones sería suficiente si la conciencia colectiva no se transforma. Mientras los hombres sigan asumiendo que son superiores a las mujeres y que el mundo les pertenece por el simple hecho de tener un pene; mientras la violencia, el descaro y la falta de respeto sea lo que domine, seguiremos chocando, una y otra vez, con la misma piedra; en este caso, con el mismo pozo que está en la misma acera. www.epaleccs.info


VERSO A VERSO

lIBREMENTE

Escapa de tu Auschwitz mental POR miguel posani • @MPOSANI / ILUSTRACIÓN FORASTERO LPA

Tal vez no te has dado cuenta que tu zona de confort (esa donde te regodeas, te sientes seguro y, sin que te des cuenta, le da sentido a tu vida y te permite tejer esperanzas) es, también, una especie de campo de concentración. Sí, un Auschwitz con todo y sus policías, torturadores, alambre de púas, normas y su cotidianidad de expectativas y esperanzas.

Anoto su posición vencida, sus ojos amarronados, ese aire de ya no gustarse ni a sí misma, de derrota entre la ropa, aunque esté recién comprada, de derrota en la almohada, y en la mirada de los hijos. Sus hijos, “sí, mis hijos, anote eso también. A los dos. Los quiero, me quieren, pero no puedo dejar de pensar que soy mamádameplata, mamácómpramesto, mamállévame, alcánzame-hazme, mamápollo, mamábistec, mamáhuevofrito, mamáplánchamelávamesécamemamámamá, mamá, ma... Y yo todavía me acuerdo cuando eran niños”. Y ella se acuerda. Se sienta, la mirada perdida, la mano bajo el mentón, mamá recuerda.

Los guardias son tus miedos, los cuales pueden ser normales o sobrepotenciados, exacerbados a tal punto de impedirnos ser y crecer. Además, lo peor es cuando te has resignado a vivir en tu ecología de miedos, sombras, medias verdades y dobles sentidos.

“Ahora es diferente”. Se levanta y se sacude los cabellos. Algunos le cubren la frente. “Ahora es diferente, mire, sólo me buscan por necesidad. Aunque...” perdida, se diluye en explicaciones que se reducen siempre al deshilachado ruedo del vestido.

No importa si cuestionas. Todo lo contrario, puedes hacerlo, siempre y cuando no pongas en discusión tu campo de concentración.

Éste, tu mismo campo de concentración es el que te señala cuando reírte y cuando llorar, qué es interesante y qué no. Es tu campo de hábitos inconscientes que, al repetirse, te transfiere seguridad. Justamente este campo de hábitos inconscientes se vuelve, también, una cárcel al evitar lo nuevo, lo posible y hasta lo improbable. ¿Qué hacer? Se presentan frente a nosotros varias posibilidades. Una es salir completamente de tu campo de concentración. Dejando una vieja forma de ser, reinventándote; cambiar de carro o celular, etcétera. Es, al menos, una ilusión que nos venden: que podemos renovarnos completamente, así como cambiar de peinado. No nos damos cuenta que todos somos parte del mercado global de ilusiones. www.epaleccs.info

Lidia Rebrij nació en Buenos Aires, Argentina, el 31 de marzo de 1948. Pero fue en Venezuela donde construyó su historia literaria. A continuación, fragmentos de uno de sus cuentos:

Él fue su único novio (frag.) II

Sin darnos cuenta, cada uno de nosotros vive en un campo de concentración que nos condiciona, diariamente, frente a los eventos cotidianos y no cotidianos. Es el que define qué horizonte o perspectiva de vida quieres para ti en un futuro, a qué crees poder llegar en tu vida y a qué no, en qué puedes permitirte tener esperanzas y en qué no. Es un campo de concentración poblado de fantasmas e ídolos que te acechan. O que buscas inconscientemente. Un campo de normas sobre lo que está bien y mal, de referencias negativas y positivas. Un campo de concentración que te impulsa a repetirte todos los días en tus miedos y obediencias, en tus paranoias y disgustos. Un campo de concentración que se nos aparece como natural e inevitable si no lo ponemos en discusión.

Tu campo de concentración no lo sientes y no eres consciente de él, simplemente lo habitas y él te condiciona.

Poesía o Nada

La otra alternativa es, tal vez, poder construir dentro de nuestro campo de concentración un puesto de observación elevado, para así poder ver lo que sucede fuera de nuestro Auschwitz mental; también poder relativizarnos de lo que sucede dentro de nuestro campo de concentración.

III

Gladys cierra la puerta, pregunta la hora, acomoda el periódico y quita maquinalmente una hoja seca de una enredadera.

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POR INDIRA CARPIO @_indiracarpio

No sabe. “No sé, me dice, por qué a veces tengo esta tristeza, esta sensación de angustia. Si por lo menos él...”. Él que un día tuvo un cuerpo que era todo el mundo de ella, se acerca a la puerta, distraído, desganado, preocupado, ¿otra vez? la interroga mudamente con los ojos, y se desprende de sus manos una sensación de resignado cansancio... sí, y el “otra vez”: se le devuelve hecho noticias en las páginas de economía, de sucesos, de farándula del periódico. Ella lo atisba por encima de los ojos resignados, de sábanas limpias, de su cuerpo limpio como su mamá le había enseñado, limpio cada pedazo, cada trozo, que no quede nada, nada sin lavar, sin lavar la vagina, los labios de afuera, los de adentro, el pequeño trozo de carne que resguarda el clítoris, limpio el vello del pubis, el tajo de las nalgas, limpios los senos, los pezones, las axilas, limpias las orejas, los lóbulos, y los agujeros de los lóbulos limpios con una aguja que los limpia de la suciedad de los zarcillos, limpia, así, con olor a limpia, nada que recuerde a un animal, limpia y casta, castísima, disimulando hasta el momento de la rendición final, de la caída, cualquier deseo malsano, cualquier llamado del cuerpo, cualquier latido de los sentidos, cualquier cosa que haga pensar en una fiera que acecha al menor movimiento del hombre, así, disimula, disimula y recuerda que “eso” se hace siempre de la misma manera, nada de cosa raras ni de besos raros, acuérdate del Pecado, del pEcado, del peCado, del...

Creo que esto nos hará mucho más libres de nuestras ataduras conceptuales, valorativas, de nuestros dogmas e ideas prefijadas en nuestro imaginario. Tal vez la absoluta libertad sea un mito y una ilusión. Pero lo que sí creo posible es poder escapar, todas las veces que nos dé la gana, de nuestro campo de concentración, para así poder reírnos más de nosotros mismos. La última alternativa es seguir prisionero en tu Auschwitz mental, continuar alimentando tus temores carceleros, tus jueces mentales, tus torturas discursivas y tu autodenigración. También eso se puede respetar, pero no es saludable. Caracas, 17 de noviembre de 2019.

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CRÓNICA

Los restos andariegos de Simón Rodríguez POR Julián Márquez/ Fotografía archivo

Generalmente el lector desconoce el cometido obsesivo de la tarea de un autor, sobre todo cuando el planteamiento de la obra demanda esclarecer oscuras circunstancias históricas. Consciente en su propósito, el escritor asume una honestidad inquebrantable, a pesar de la verdad aflorada devenir insólita, dolorosa.

lirismo. La regulación del ritmo estético conforma una consonancia ancilar de regulados movimientos orgánicos entre las partes de la obra. En el corpus de este texto el lenguaje libera su propio sentido, sustanciado en una aparente levedad donde, a veces, la nitidez de una breve frase añade un detalle significativo. Señales procedentes de las concisiones semánticas de Jorge Luis Borges, sin ocultamientos.

Una vez terminada la lectura de Los restos del cholo Facundo, Premio Stefania Mosca de Crónica 2018, de Fundarte, uno de los primeros rasgos estructurales a considerar del libro es la capacidad de su autor, Nélson Chávez Herrera, al establecer la trama de unos sucesos donde convergen las fuentes históricas, el periodismo investigativo y los recursos narrativos, sin ninguno asumir una preeminencia sobre el otro, en aras de conservar la armonía de engastar los géneros en la dúctil prolijidad de la palabra. La narración, inserta en un discurso ondulante, apasionado, ágil, introduce al lector en una especie de viaje de aventuras hacia parajes desconocidos, en busca de los manuscritos y las ediciones príncipe surgidas de la mente y manos del deslumbrante Simón Rodríguez —entre estos, los elusivos opúsculos de Crítica de las Providencias del Gobierno. El viaje tras las huellas del Maestro nos reserva insospechadas sorpresas. El perspicaz cronista Coromoto Montilla, un aporte de la ficción, mientras cumple sus menesteres, semejante a un detective, siente crecer en su ánimo el deseo de continuar pronto hacia Amotape, el pueblo peruano donde la tierra ofreció descanso mortuorio al cuerpo trashumante del sabio maestro del Libertador Simón Bolívar. Un día providencial, inmerso en la incesante revisión de textos, en la biblioteca de la Sociedad de Fundadores de la Independencia, en Lima, el indoblegable investigador recibe el impacto de un inesperado descubrimiento: ahora tiene en sus manos un documento desconocido hasta ese instante para él. Se trata de Maestro del Libertador del escritor venezolano Ignacio Vetancour Aristeguieta, comisionado en 1920 para repatriar desde el Perú a Venezuela los restos de José Trinidad Morán y Simón Rodríguez. Las revelaciones del mencionado texto, refe-

rentes a la repatriación de la osamenta del andariego maestro, resultan inevitablemente inquietantes. El giro sorpresivo de la pesquisa condensa el intenso deseo de viajar pronto a Amotape, donde Simón Rodríguez consumió sus últimos pasos. Apenas arriba a su destino, empecinado en continuar desentrañando misterios, Coromoto Montilla queda envuelto en un paisaje asombroso, desconcertante, no emanado de una narración de Manuel Scorza ni de José María Arguedas, sino de la exquisita sencillez de algún cuento de Juan Rulfo, autor de Pedro Páramo y El llano en llamas, dos volúmenes imprescindibles de la mejor narrativa latinoamericana. La visión amotapeña no escapa de los fantásticos sortilegios del cuentista mexicano. A través de las imágenes de Los restos del cholo Facundo, el panorama expuesto recuerda el ambiente de

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Comala. Todo el pueblo, desde un puente, el liceo, la Plaza Mayor, hasta una “animita de carretera”, contienen las huellas del ilustre maestro de América. Todavía su presencia transita a diario las calles del poblado, sumergida en los delgados límites del realismo mágico y lo real maravilloso. Hasta ese lugar feérico, un día, cansado de camino, llegó Simón Rodríguez después de una dolorosa travesía, arrastrando consigo su apreciada carga de papeles y libros atesorados. Mientras postula los inobjetables aportes históricos, el escritor perfila, al mismo tiempo, un lenguaje de nuevas resonancias, una manera de buscar las similares voces atávicas de la denuncia. La cadencia de las palabras progresa traslúcida, despojada de ampulosidades, avanza adecuada al preciso decir de las mejores crónicas escritas, antes y ahora, en Latinoamérica. Cuando la prosa reclama un toque poético, según Amado Alonso, la poesía no tarda en aportar su

Caracas, 17 de noviembre de 2019.

Algunas páginas difuminan sensatas referencias literarias: Ernesto Sábato confirma la favorable obsesión fanática del creador. Unas líneas ofrecen una mención candorosa al poeta Miguel James. Luego, topamos la lucidez caribeña de José Lezama Lima. El sabor de una mezcla de pisco y Cinzano manifiesta la figura de Julio Ramón Ribeyro. Antes, percibimos la ciudad de Lima en una visión crítica de Sebastián Salazar Bondi. En un cómplice regocijo titila un guiño al literario falsificador Rafael Bolívar Coronado. Un gesto oportuno señala a José Carlos Mariátegui. La inclusión del maestro Mariano Picón Salas no resulta afortunada, más contestataria es la actitud del historiador Rafael Ramón Castellanos. País portátil mediante, Adriano González León arroja una muestra de su sarcasmo trujillano. Esta sutil celebración creativa boga encantadora en favor de la literatura. Tan pronto acaba de leerse Los restos del cholo Facundo, el súbito sacudimiento de la última frase concita los deseos de hacer resonar intensos sonajeros colectivos, reclamando una enmienda histórica. Sin ambages, es razonable reiterarlo: a través de estas páginas la crónica surge renovada, investida de una forma distinta de registrarla, casi cinematográfica, similar —podríamos decir— al flujo crescendo de El país de la canela de William Ospina o Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. ¿Crónica? ¿Ensayo narrativo? ¿Novela corta? En consecuencia, además de su inusitada proposición, la diegética de este libro plasma, también, una lúcida polivalencia de las formas estructurales del relato. www.epaleccs.info


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EL RUMOR DE LAS BOLAS

POR NATHALI GÓMEZ

Minimanual para dar un golpe

@laespergesia

lustración justo blanco

Aunque comúnmente se habla de “recetas para dar un golpe”, en esta oportunidad quisimos adaptarlo a este formato menos gastronómico. Si cree que para golpear solo hacen falta puños, le diremos que últimamente se han desarrollado formas más “sutiles” de acabar “de golpe y porrazo” con los procesos democráticos y reivindicativos en América Latina. 1. Un golpe comienza con una duda sembrada: la falta de imparcialidad del árbitro electoral y de los poderes públicos, en especial del Legislativo y del Judicial. 2. Sensación de malestar general que, aunque suena como una gripe, es producto de una intensa campaña mediática para hacer sentir que nada está bien. 3. Gritar a los cuatro vientos que hay censura. 4. Llamar a utilizar “los pitos y las consignas” en marchas, recontramarchas, la mamá de las marchas y, con esta última, sí que se va el tirano. En este punto, alguien debería sacar una Constitución para buscar el número de movilizaciones necesarias para lograr el objetivo. 5. A estas alturas la gente estará muy cansada y se sentirá como un morrocoy tratando de trepar un árbol. Cada día se hará más “invivible”, por causa del opresor. 6. Las dudas se habrán multiplicado como los precios en la charcutería y la gente pensará que lo mejor es “la salida”. 7. Los mensajes de los candidatos a golpistas deberán ser siempre confusos: no es un golpe, es un vacío de poder; no eres tú, soy yo; pa qué te digo que no, si sí; no es una autoproclamación, es una proclamación individual. 8. El marco legal y la institucionalidad se moldearán como plastilina para favorecer a los golpistas: un interpretación errada de la Constitución por aquí, una atribución que no existe por allá, un llamado a desconocer a los poderes públicos más allaíta. 9. El clima de supuesta ingobernabilidad está atizado por las “protestas pacíficas” donde se matan a inocentes. 10. Finalmente, la Fuerza Armada hace su aparición estelar para “sugerirle” delicadamente a un presidente en funciones que se vaya.

TUIT DE

pregunta de la semana

Sundandem dercide viduci ipiendelitemipt holuptaquiptercide viduci ipiendelitemquiehfhgAtro quisqui quholuptaqui nndelitemipt holuptaquiptercide viduci ipiendelitemquiehfhgAtro quisqui quholuptaqui n Autodidacta: persona que no quiere que los demás le digan cómo aprender las cosas. Bitas num estiehfhgAtur, ne pro quisqui quholuptaquiehfhgehfptuisqui quholuptaqui ne holuptaquipt holuptaquiptercide vidndelitemipt holuptaquiptercide viduci ipiendelitemquiehfhgAtro quisqui quholuptaqui n

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Cuántos golpes hay que recibir para reconocer un golpe de Estado

Caracas, 17 de noviembre de 2019.

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UN PANDA EN

LA PLAZA BOLÍVAR

Quienes han pasado esta semana por la Plaza Bolívar de Caracas, además de palomas, ardillas y perezas, se han sorprendido con la presencia de un bebé panda, que forma parte de la delegación china a la XV Feria Internacional del Libro de Venezuela. Pandita, como lo han bautizado quienes han ido a La Feria, se pasea por la plaza invitando a los visitantes para que se acerquen al pabellón de su país, en donde se puede encontrar todo tipo de libros, algunos escritos en chino, otros en inglés y también en español. En la tardecita, cuando ha bajado el sol, Pandita se sienta cerca de la estatua de Simón Bolívar, en el medio de la plaza, y le cuenta a las niñas y a los niños

historias del país en donde nació: —China —les dice mientras mastica una dulce rama de bambú, su comida preferida— es el país más poblado del mundo. Tiene mil trescientos noventa y cinco millones de habitantes. —¡Guaooo! —exclama una niña que lo escucha sorprendida— ¡Eso es un gentío!... ¿y cómo hacen para no chocar unos con otros? —Somos un país muy organizado, con leyes y reglas que la gente cumple disciplinadamente. Además —completa Pandita—, tenemos mucho espacio. Somos el tercer país con más territorio en el planeta. —Y además de ti, Pandita, ¿qué otros animales hay en China?

—Entre mamíferos, como yo, anfibios, aves y reptiles habitan treinta y cuatro mil seiscientas ochenta y siete especies de animales diferentes, lo que significa que son millones de millones de animales los que vivimos en China. —¿Y todos comen con palillos? Pandita se ríe con la pregunta de la niña y la invita a visitar la exposición que la República Popular China tiene en la Cancillería, que es una casa amarilla que queda al ladito de la plaza. —Los palillos usados para comer son sólo una de las muchas expresiones de nuestra cultura… ven… entra… te invito a que conozcas un poco más de nuestro hermoso país… te va a gustar… pasa adelante.

Coordinación y textos: Armando Carías. Ilustración y diseño: Balbi Cañas


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