Hacia una Educación Propia

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Hacia una educaciรณn propia

RAE 2017 1


Presentación “Ya se mira el Horizonte: construimos nuestras prácticas, tejemos nuestras luchas”

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá (...) ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”. Eduardo Galeano, Las Palabras Andantes. Este texto forma parte de un conjunto de cuadernillos que se proponen compartir los múltiples procesos que venimos llevando adelante como RAE en los últimos años. Fueron elaborados especialmente para el Encuentro de Primavera de la RAE 2017, con el fin de continuar con la reflexión colectiva y la construcción de este mundo que estamos soñando y haciendo todos los días desde nuestro trabajo en nuestras Organizaciones. En la práctica cotidiana de nuestras Organizaciones hacemos muchas cosas: trabajamos en los barrios acompañando reclamos y buscando resolver conjuntamente algunas necesidades, llevamos adelante propuestas educativas y culturales con niños, niñas, jóvenes y adultos y adultas, trabajamos “situaciones” de violencia de género, compartimos las comidas, entre muchísimas otras.

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A su vez, nuestra práctica como Red se fue articulando a partir de este quehacer de las organizaciones, generando espacios de decisión, comisiones y espacios de formación específicos. Desde el 2014 y de modo ininterrumpido, la Red cuenta con los siguientes espacios: Comisión de Educadorxs de Niñxs, Comisión de Educadorxs de Jóvenes, Comisión de Género, Comisión de Cocineras, Trayecto Formativo en Educación Popular, Formación en Primera Infancia, Formación de Cocineras, además del Consejo y de los Encuentros de Primavera y Verano. ¿Cómo articular todos esos espacios? ¿Hacia dónde vamos? ¿Por qué y para qué nos proponemos estos espacios? Reconocimos entonces, allá por 2016, la importancia de definir nuestro horizonte común. En tanto horizonte, refleja aquello que deseamos, hacia donde vamos o queremos ir, lo que nos une a caminar juntos hacia allí. Por esto, decimos que el horizonte es “político”. Y horizonte político está latente o circulando en lo que hacemos día a día. Y todo eso que hacemos día a día lo podríamos agrupar en cuatro “frentes” que organizan nuestras luchas cotidianas a la vez que delinean hacia dónde queremos ir:  Educación: entendemos “educación” en sentido amplio, no restringido a lo “escolar”, sino que consideramos el conjunto de nuestras prácticas como pedagógicas.  Alimentación: no restringido a “dar de comer”, sino que lo extendemos a todo lo referido a las acciones que realizamos en función de nuestras prácticas alimentarias.

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 Género: no restringido a “dar un taller de educación sexual”, sino a todas las acciones que llevamos a cabo tendientes a desnaturalizar la desigualdad entre los géneros.  Territorio: como organizaciones con base en un territorio concreto, con prácticas y representaciones culturales, sociales, políticas, simbólicas, etc. además de las articulaciones posibles con las “instituciones” del barrio y con un proyecto de transformación territorial. Claro que no es excluyente que cada Organización trabaje/reivindique otros frentes/luchas que considere importantes. No todas las Organizaciones de la Red compartimos los mismos objetivos, aunque sí tenemos en común estos cuatro frentes. Hay frentes que no trabajamos de por sí, en los hechos. Por ejemplo “comunicación” podría ser un frente que en los hechos no es. Es decir, estos cuatro no son los únicos, son los que fuimos eligiendo en los últimos años a partir de nuestro trabajo en Red. Los frentes tienen que ver con las cosas que se hacen. La potencia de nuestros frentes es que no nacieron de un gran discurso ideológico o teórico previo sin sustento de prácticas, sino que son prácticas y experiencias concretas, que buscamos poder nombrar. Algunas de estas prácticas ya las hacemos hace más de 20 años; otras las fuimos creando en este último tiempo. La debilidad esta, quizás, en no haber podido enunciarlo de modo claro hasta ahora, reconociendo la potencia de lo que hacemos y por lo que luchamos. Creemos que explicitar estos horizontes nos permite reconocer el poder que tenemos como Red para conseguir lo que buscamos. Y lo

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que buscamos está en ese horizonte común, más allá de la tarea concreta que esté desempeñando o el espacio específico en el cuál esté participando. El horizonte articula todas nuestras prácticas, nuestras luchas, nuestros sueños. ¿Para qué sirve entonces el horizonte común? Para caminar juntas y juntos, parafraseando a Galeano, pero también para poder, en el camino, cosechar nuestras victorias.

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Las organizaciones que integran la RAE Las organizaciones que hacemos parte de la RAE, así como la Red misma, podrían pensarse como “organizaciones populares” en relación a sus orígenes y características propias1. Su particularidad ha sido siempre el trabajo en el campo educativo pero no sólo ligado a la escolarización sino en términos amplios. Aunque históricamente el desarrollo de propuestas educativas ha sido un rasgo muy característico de las organizaciones y movimientos populares en nuestro país, en la RAE se constituye como un eje central, contemplando, entre sus objetivos fundamentales, la defensa del Derecho a la Educación, la incidencia en políticas públicas educativas, y la creación de múltiples propuestas pedagógicas y espacios de formación propios.

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Las “organizaciones populares” se caracterizan por tener un alcance local (aunque muchas veces tejen redes regionales más amplias), que pueden denominarse como “comunitarias”, se fueron constituyendo también como respuesta a las crisis económicas y sociales que se vivieron en nuestro país, fundamentalmente después de la hiperinflación de fines de la década del ’80 y fundamentalmente con la aplicación de las políticas neoliberales de los ’90. En este marco, “surgieron un sinnúmero de agrupaciones que procuraron satisfacer, con escasos recursos (algunos provenientes del mismo Estado), las necesidades urgentes de alimentación y educación de los más pobres”. (Michi, N. Movimientos Campesinos y Educación. Editorial El Colectivo, Buenos Aires. 2005. Pág. 29). Se trata de “una variedad de formas organizativas desde las cuales articulan voluntades y esfuerzos para hacer frente a la resolución de problemas comunes o para hacer visibles proyectos y utopías compartidas” (Michi, N. Ibidem. Pág. 81.). Provenientes de grupos eclesiales, agrupaciones piqueteras, estudiantes universitarios, y fundamentalmente de la unión de vecinas y vecinos, estas organizaciones fueron consolidando sus propuestas territoriales y ampliando sus acciones, extendiéndose a la articulación con programas estatales de defensa de los Derechos del Niño, escolaridad de jóvenes y adultos, talleres de formación profesional, salud, etc. procurando mantener márgenes de autonomía y autogobierno. Estas organizaciones populares no se deben confundir con las llamadas “ONG” u organizaciones de la sociedad civil.

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¿Qué hacemos en nuestras organizaciones desde el Frente Educación? Las Organizaciones Educativas y Comunitarias que conformamos la Red abrimos nuestras puertas de lunes a viernes (algunas incluso los sábados) desde muy temprano a la mañana hasta entrada la noche. Realizamos actividades diarias con niños, niñas y jóvenes coordinadas por educadores, educadoras y/o talleristas. Estas actividades se distribuyen en un espacio-tiempo determinado y consisten principalmente en acompañar la escolaridad, desarrollar talleres culturales y artísticos, actividades deportivas y recreativas, y brindar apoyo alimentario 2, entre otras. Hacemos campamentos, pernoctadas, salimos de paseo. Organizamos festivales y eventos barriales. A su vez, algunas de estas Organizaciones cuentan con revistas barriales, radios comunitarias, talleres de producción audiovisual, grupos de teatro, y demás dispositivos comunicacionales y artísticos. Funcionan en estos espacios centros de formación profesional, talleres de oficios, y propuestas laborales tales como cooperativas autogestionadas. Además, algunas Organizaciones llevan adelante los denominados Centros de Desarrollo Infantil (CDI) para la primera infancia, Espacios de Terminalidad de educación primaria para jóvenes y adultos, Bachilleratos populares y 2

Las Organizaciones cuentan con comedores, aunque estos no funcionan divorciados de la actividad propuesta sino que son parte de misma. Los niños, niñas y jóvenes reciben dos comidas diarias (desayuno y almuerzo, almuerzo y merienda, o merienda y cena, de acuerdo al horario al que asisten a las actividades).

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Secundarios FiNes Según la articulación realizada en cada Jurisdicción, las Organizaciones estructuran algunas de sus actividades alrededor de Programas estatales UDI’s, Centros de Día, o asumiendo modalidades dentro del Sistema Educativo, como los CEC (Centro de Educación Complementaria), aunque en ningún caso restringen su propuesta a sus requerimientos. Las propuestas educativas diseñadas y desarrolladas en cada una de las Organizaciones de la RAE se estructuran a partir de la conformación de grupos de no más de 20 niños, niñas o jóvenes, y uno o dos educadores, educadoras y/o talleristas. Estos grupos poseen la doble característica de ser a la vez de “pluriedad” y “pluriescuela” (los niños, niñas y jóvenes tienen distintas edades y asisten a diferentes escuelas de la zona). Si bien esta diversidad puede pensarse como una dificultad a la hora de planificar actividades educativas, históricamente no la hemos considerado un obstáculo sino un desafío en pos de un enriquecimiento tanto individual como grupal. Así, las propuestas pedagógicas implementadas en cada una de las Organizaciones buscan afrontar las diferentes problemáticas sociales así como abordar los desafíos particulares que la realidad impone en cada territorio. Desde la simple ayuda a un niño para realizar una tarea escolar hasta los talleres de formación política para jóvenes, todas las actividades que realizamos constituyen retos para la transformación social que anhelamos y para la cual trabajamos. Estas propuestas imprimen una mirada amplia de los niños, niñas y jóvenes que participan diariamente de nuestras actividades, sin reducirla

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al mero desarrollo intelectual o considerando únicamente “lo que les falta”, sino que partimos de sus potencialidades, convencidos que ellos y ellas pueden ser protagonistas de su vida y su barrio y autores de sus propios aprendizajes. Nuestras propuestas son nutridas por los conocimientos, expectativas e intereses que los niños, niñas y jóvenes traen consigo, no como mera consideración de los “saberes previos”, sino porque sabemos que la educación sólo es posible en el diálogo, en la pregunta compartida, y desde la curiosidad. A su vez, nuestras propuestas delinean un perfil particular de educador y educadora. Nuestro rol como educadores no es sencillo ni se reduce a la coordinación de un taller o el “dictado” de una clase. Nuestro tiempo en la Organización se distribuye entre el trabajo “en el aula”, las reuniones de equipo o asambleas que “gobiernan” la organización, la visita a las familias para crear y profundizar vínculos (no solo cuando hay un problema), la participación en la vida cotidiana y los eventos especiales que se organizan en el barrio, la asistencia a reuniones con instituciones barriales como la Escuela o el Centro de Atención Primaria a la Salud, el encuentro con otras Organizaciones Sociales, y los tiempos destinados a la formación y articulación con otros educadores y educadoras en los espacios propuestos por la RAE. Además, la mayoría de las Organizaciones de la Red promueven espacios sistemáticos de intercambio y planificación en equipo, en pos de llevar adelante una propuesta consensuada y articulada, así como reflexionar sobre la propia práctica y la de nuestros compañeros y compañeras.

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Sobre nuestros espacios de formación: un poco de historia3 Cuando comenzaron nuestras experiencias, hace 27 años, los grupos que por entonces conformábamos la Red de Apoyo Escolar teníamos como principal actividad educativa la realización de las tareas escolares con los niños y niñas que asistían a nuestros espacios. El trabajo en Red permitió a los grupos consolidar propuestas e institucionalizar sus prácticas, proporcionando tanto la gestión de recursos, como espacios para la formación específica en las problemáticas diarias que los compañeros y compañeras educadores afrontábamos a la hora de abordar las tareas escolares con los niños. Así, se fueron conformando los “Centros de Apoyo Escolar” en el marco de la profundización de las políticas neoliberales de los ´90 que prácticamente destruyeron el Sistema Educativo. Nuestras Organizaciones, en aquel entonces llamadas “Apoyos Escolares”, intentaban cubrir los “baches” que dejaba el Sistema y por el cual miles de niños y niñas iban quedando fuera de toda posibilidad de escolarización. La tarea fue siempre quijotesca. En medio de profundas necesidades, en un contexto de miseria y extrema marginación, 3

Adaptación de extracto del artículo: Ferreirós, F. Calderón, J. “Red de Apoyo Escolar. Hacia nuevas estrategias de intervención en el acompañamiento a las trayectorias escolares de niños, niñas y jóvenes”, EN: Argentina. Ministerio de Educación de la Nación “Estudiar es tu derecho : los espacios socioeducativos en las organizaciones comunitarias”. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2015. Pp. 105-119. Disponible en: http://repositorio.educacion.gov.ar:8080/dspace/bitstream/handle/123456789/110328/Red-deOrganizaciones.pdf?sequence=1

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intentábamos generar espacios que les permitan a los niños y niñas sostener su escolaridad. Pero no sólo el contexto socio-económico condicionaba las propuestas, también se nos hacía prácticamente inabordable la posibilidad de garantizar el acompañamiento a la escolaridad ya que la propia Escuela tenía muchas dificultades para encontrar sentidos que orientaran sus prácticas en aquella coyuntura. Las “tareas para el hogar” eran prácticamente imposibles de resolver de manera autónoma por parte de los niños y niñas, ya que no contaban con los conocimientos necesarios para su resolución. No encontrábamos secuencias didácticas, explicaciones de procedimientos o definiciones en las carpetas que permitieran a los niños y niñas consultar frente a una duda. Niños y niñas de Cuarto, Quinto, Sexto grado sin saber leer ni escribir, ni resolver las operaciones matemáticas básicas. En el año 1996, una Comisión de Formación y Capacitación conformada por educadores y educadoras de la RAE publicó dos sistematizaciones: “Los límites en el Apoyo Escolar” y “La Lectura y Escritura en el Apoyo Escolar”. Estos documentos evidenciaban la necesidad de crear nuevas propuestas educativas para el abordaje de las áreas curriculares en nuestros “Centros de Apoyo Escolar”. Así, se fueron conformando propuestas pedagógicas sustentables, coherentes y sistemáticas que permitieran cubrir esas “lagunas” que la Escuela iba dejando en la educación de los niños y niñas que asistían a nuestros espacios. Es así que un grupo de educadores y educadoras de la Red, junto con equipos de especialistas de la Universidad de Buenos Aires, deciden elaborar un conjunto de propuestas alternativas para el

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abordaje de los contenidos curriculares en las áreas de Lengua y Matemática, poniéndolas en práctica en los por entonces “Centros de Apoyo Escolar” de la RAE. Luego de varios ensayos, se dio origen a las conocidas propuestas de alfabetización en Lengua (“El Libro de Tomás” para Primer Ciclo y “Pablo y Mica” para Segundo Ciclo) y Matemática (“Matemática para Todos” para Primer y Segundo Ciclo) de la RAE. Estas propuestas, si bien han sido serias y han cumplido con la sustentabilidad, coherencia y sistematicidad antes mencionadas (incluso al punto de ser tomadas por algunas Escuelas Públicas), seguían un esquema apegado al diseño curricular. Nuestro creciente trabajo comunitario y la paulatina conformación de nuestros Centros como espacios de referencia barrial para el abordaje de diversas problemáticas sociales que afectaban a los barrios donde trabajamos, nos hizo problematizar la cuestión de la “complementariedad” a la Escuela que era considerado objetivo de la Red hasta ese entonces. En el año 2004, algunos compañeros y compañeras propusimos un taller en el Centro Nueva Tierra llamado “Apoyo Escolar: ¿Hacer los deberes desde la Educación Popular?”. Durante esos días de reflexión e intercambio de experiencias, fuimos concluyendo que las propuestas pedagógicas que desarrollábamos no eran la única forma de evitar “la deserción y la repitencia”, y que las propuestas que veníamos llevando adelante circunscribían nuestra práctica al abordaje de las áreas de Lengua y Matemática, dejando de lado otros aspectos que también fortalecían las trayectorias educativas de niños y jóvenes y que considerábamos necesarios trabajar, como la posibilidad de explorar

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otros lenguajes expresivos, el juego y la recreación, la formación política, la vida en la naturaleza, la participación democrática, etc. Habíamos llegado a la conclusión de que haciendo “apoyo escolar” estábamos poniendo en el centro del problema de lo que se conoce como “fracaso escolar” a los niños y niñas, y a las supuestas falencias de éstos para transcurrir exitosamente por la Escuela. Este supuesto entraba en tensión con la idea de que todos los niños y niñas están en condiciones de promover su escolaridad, y que las razones del “fracaso” provenían más bien de la crisis de sentido que afectaba al Sistema Educativo y a sus Instituciones formales. Es así que fuimos complejizando nuestra tarea, construyendo propuestas pedagógicas para nuestros Centros de Apoyo Escolar que abordaran la problemática escolar desde una perspectiva más amplia que el abordaje específico de las principales áreas curriculares. Así, los “Centros de Apoyo Escolar” fueron modificando sus nominaciones (fruto de las reorientaciones en sus objetivos y prácticas) a “Centros Educativos”, para luego denominarse “Organizaciones Educativas Comunitarias”, nominación que persiste en la actualidad y que consideramos refleja más genuinamente la diversidad de nuestros objetivos y prácticas. Comenzamos así un proceso de reformulación de nuestros objetivos como Red4, revisando algunas de las propuestas que realizábamos así como también la perspectiva de concebir lo nuestro trabajo como 4

El resultado y las conclusiones de este proceso de discernimiento están plasmadas en el documento “RAE: Plan Estratégico 203-2017”.

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“complementario” a la Escuela. Tantos años de trabajo y reflexión sobre nuestras prácticas educativas, la seriedad de nuestras propuestas y la presencia en los barrios, nos llevó a considerar nuestra tarea educativa no como “complementaria” a la Escuela sino “en conjunto” con ella. Nos posicionamos así como un actor dentro del Campo Educativo procurando la articulación con las políticas públicas educativas que se fueron desplegando en los últimos años. Nuestra mirada sobre el “apoyo escolar” se amplió cuestionando las nociones de “fracaso” y “deserción” por un lado, como la idea de complementariedad de nuestras prácticas por el otro. El foco ya no estaría en el niño o niña y sus “falencias” para afrontar su trayectoria escolar, sino en propuestas educativas y comunitarias superadoras que aborden la problemática escolar en sentido amplio, buscando articular con políticas de promoción y protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes en general, y con políticas educativas en particular. De estas reflexiones, surgieron nuevas propuestas de formación: “Animación a la Lectura”, “Comunicación Comunitaria” y “Género y Sexualidad”.

Actualidad En 2012, se produce un atraso en el pago de las becas UDI por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, lo que desfinanció a las organizaciones teniendo, muchas de ellas, que cerrar sus puertas o reducir su propuesta transitoriamente. En este marco, realizamos, junto a la Interredes y otras organizaciones que trabajan con niños, niñas y jóvenes, diversas acciones de protesta, entre

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ellas dos movilizaciones, una a La Plata (a la Gobernación) y otra a la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en CABA. A su vez, se realizaron diferentes acciones en los territorios para visibilizar la problemática: asambleas vecinales, actividades “puertas afuera”, movilizaciones en los municipios, actividades en las plazas principales, cortes de ruta, etc. Estas actividades se llevaron a cabo, en muchas de nuestras organizaciones, con un fuerte protagonismo de los niños, niñas y jóvenes que participan en ellas. Esta sensación de inseguridad respecto del financiamiento motorizó un fuerte trabajo colectivo y una onda reflexión en torno a cómo “desplegar” la dimensión política de nuestras propuestas educativas, qué pasos dar relación al reconocimiento como trabajadores y trabajadoras, cómo sumar más vecinos y vecinas al reclamo y, sobre todo, cómo hacer parte a los niños, niñas y jóvenes de esta situación. Fue en un Encuentro de Educadores de la Red5, donde se delinearon las primeras propuestas hacia el diseño de un espacio de formación que contemple tanto temas de “Educación Popular” como de “Protagonismo Infantil”. Así, se fueron dando forma a los diferentes espacios de formación y trabajo que venimos desarrollando desde aquel entonces6. Desde 2014, y de manera sistemática con encuentros de frecuencia quincenal o mensual, contamos con siete espacios en la red: cuatro 5

Los Encuentros de Educadores fueron una experiencia que surgió en la RAE allá por 2012, y que reunía a educadores y educadoras de las Organizaciones para pensar las dificultades y potencialidades de la formación en la Red. 6 La caracterización de los espacios de formación descriptos a continuación fueron extraídos del artículo: “Hacia el reconocimiento nuestros compañeros y compañeras como educadores y educadoras, nuestras prácticas como prácticas educativas, y de nuestros espacios de formación”. RAE, 2016.

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espacios de formación específicos y tres comisiones de trabajo. En primer lugar, nos referiremos al Trayecto Formativo en Educación Popular y Protagonismo Infantil. Realizamos dos experiencias de Trayecto. La propuesta que se trabajó durante 2013-2015 nace a partir del interés de las organizaciones de la Red por tener un espacio de formación más integral, donde se pueda ampliar la mirada del trabajo cotidiano tanto en los espacios propiamente educativos de las Organizaciones así como en el territorio, y hacia el interior de nuestras organizaciones. La idea original fue construir un espacio de formación y participación donde podamos compartir nuestras prácticas y problematizarlas, en un “ida y vuelta” con nuestra organización y con el resto de sus compañeros, articulando con otros compañeros de otras organizaciones de la Red. Así, este espacio de formación integral permitiría construir conocimiento colectivo desde nuestras prácticas en las organizaciones y como Red. De este modo fuimos materializando nuestros primeros logros del trabajo que nos propusimos como red en el Plan Estratégico 20122017, en el cual una de sus 4 líneas de acción a largo plazo, se basaba en la “Producción de conocimiento y la formación de educadores” 7. En esta misma “Línea de acción” del Plan estratégico 2013-2017 habíamos delineado la necesidad de trabajar en pos del reconocimiento y acreditación de nuestras experiencias de formación. Para esto, nos 7

Documento “Fortalecimiento institucional de la Red. Memoria de nuestras reflexiones y acuerdos” Marzo 2012- Junio 2013 realizado en el proceso de definición del Plan Estratégico de la RAE 2013-2017.

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vinculamos con distintas instituciones y universidades para pensar posibles caminos de articulación. De estas primeras búsquedas pasamos a construir un vínculo sólido con la Universidad Nacional de Luján, con quienes conformamos un equipo de trabajo para pensar el Trayecto Formativo pero también la formación en la Red en general. En este trabajo conjunto logramos realizar varias presentaciones a la Universidad para que pueda certificarse el Trayecto Formativo como “Curso de Extensión” de la Universidad Nacional de Luján, y legitimar de este modo el conocimiento que producimos desde las organizaciones. Desde agosto de 2013 a agosto de 2015, llevamos adelante una propuesta de formación dividida en cuatro módulos8: ● Módulo 1: Educación Popular y Movimientos Sociales. ● Módulo 2: Infancias y Protagonismo Infantil. ● Módulo 3: Las Organizaciones Sociales y la Escuela. ● Módulo 4: Pedagogía del Cuerpo: saberes corporales y saberes sobre el Cuerpo. Durante 2016, llevamos a cabo una segunda experiencia de Trayecto Formativo con nuevos compañeros y compañeras. En esta oportunidad, realizamos algunos cambios9 en el formato y en el contenido, centrándonos en algunos ejes centrales: “análisis de coyuntura”, “memoria histórica”, “enfoque territorial”, y “Concepción Metodológica8

Las primeras reflexiones surgidas de esta experiencia se pueden leer en el artículo: “¿Para qué un Trayecto Formativo en Educación Popular y Protagonismo Infantil en la Red?”. RAE, 2016. 9 Relatados en el artículo: “¿Para qué un Trayecto Formativo en Educación Popular y Protagonismo Infantil en la Red?” RAE, 2016.

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Dialéctica” que nos permitiera pensar y problematizar de modo más directo nuestras propuestas como organizaciones educativas comunitarias. Conjuntamente con la experiencia del Trayecto Formativo, comenzamos una formación en “Primera Infancia”, ya que algunas organizaciones abrieron espacios para niñas y niños de 2 a 5 años. En este espacio nos interesa problematizar nuestra práctica desde la reflexión conjunta acerca de la creación de una identidad propia de nuestras propuestas pedagógicas para los niños de estas edades. En esta línea fuimos buscando crear propuestas centradas en el juego, los distintos lenguajes artísticos y la expresión para trabajar con los niños y niñas en el día a día. A su vez, contamos con un espacio de formación en Géneros y Sexualidades donde se busca profundizar acerca de cuestiones inherentes a la temática y de planificar propuestas educativas para trabajar con los niños, niñas y jóvenes. Este espacio es llevado adelante, desde hace dos años, por compañeros y compañeras que forman la Comisión de Géneros y Sexualidades a la que nos referiremos más adelante. Otro de los espacios de formación que se desarrolla hace ya 3 años es el destinado a las “cocineras”. En este espacio nos propusimos, a diferencia de las “capacitaciones en nutrición”, “manipulación de alimentos” o “higiene y seguridad”, construir colectivamente nuestros conocimientos acerca de la especificidad del trabajo en comedores de organizaciones -a diferencia de otros comedores, como los escolares-, y a trabajar fuertemente, desde las experiencias que traen las

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compañeras desde su infancia hasta estos días, los modelos de producción, distribución y comercialización de los alimentos, conociendo tanto el modelo basado en los productos alimentarios ultraprocesados como el agroecológico, en el marco de la disputa entre la economía de mercado y la economía social y solidaria. Así, fuimos conociendo experiencias de productores y productoras y redes de comercio justo, a la vez que intercambiamos recetas, trabajamos en cambios posibles en los menú en pos de utilizar más alimentos naturales y menos “de paquete”, aprendimos a cocinar mermeladas, pan, salsa de tomate, promoviendo la producción de alimentos caseros como forma de sustitución de productos alimentarios ultra-procesados. Actualmente, se puso en marcha una comisión con algunas compañeras para iniciar la compra a productores y redes, sobre todo en lo referente a verduras, quesos y huevos. También se pusieron en marcha tres comisiones de trabajo, cuyo objetivo es reunir a educadores y educadoras desde el “hacer”, convencidos y convencidas de que ese “hacer” es altamente formativo y que también así se construye conocimiento. Así, comenzó la Comisión de Educadores y Educadoras de Niñxs, cuyo objetivo principal es organizar encuentros que reúnan a todos los niños y niñas que participan de las organizaciones de la Red; la Comisión de Educadores y Educadoras de Jóvenes, que se propuso realizar diversos encuentros para las y los jóvenes; y la Comisión de Géneros y Sexualidades, que viene llevando adelante espacios de formación en la temática para las y los educadores de las organizaciones.

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A partir de estas acciones conjuntas, las comisiones trabajan en su interior en la planificación, distribución de tareas, preparado de los materiales, logística, coordinación y posterior evaluación de encuentros. En este proceso organizativo, cada una de las comisiones va delineando un modo de mirar la temática que las reúne, sea la mirada sobre la niñez, la juventud, cuestiones de género, análisis de coyuntura, desde el intercambio de experiencias y perspectivas, la formación conjunta, etc.

Concluyendo Hace ya muchos años que venimos caminando en este sentido de transformar y fortalecer nuestras prácticas cotidianas como educadores y educadoras de la RAE desde estos múltiples espacios de formación que vamos construyendo juntos. Esta transformación hace parte de un proceso más amplio de transformación de la Red misma, de sus apuestas y desafíos. Estos cambios se van dando paso a paso, no sin dificultades, contradicciones y contramarchas. A veces podemos sentir ansiedad por ver los “resultados” o el “impacto” de la formación; a veces nos podemos desanimar, pensando que quizás no estamos respondiendo a las necesidades que se plantean en el territorio y en nuestra práctica concreta; a veces nos pueden asaltar las ganas de venir a la formación a buscar “la receta” o de generarnos materiales diseñados “a prueba de docentes”. Pero en este intenso recorrido hemos ido definiendo algunos criterios pedagógicos, políticos y metodológicos para nuestra formación que se van consolidando día a día.

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▪ Sostenemos que las y los compañeros que nos formamos ya traemos experiencias de prácticas sostenidas en nuestras organizaciones y que es desde estas experiencias que se debe entramar dicha formación. ▪ Consideramos la formación como proceso de tendencia situacional, donde se apunte a construir y sistematizar conocimiento, partiendo de las propias relaciones que establecemos con nuestras prácticas, y los sentidos y significados que les otorgamos. ▪ Reconocemos y valoramos lo que, como educadores y educadoras, ya sabemos y ya venimos haciendo; reflexionamos constantemente sobre la práctica, nuestras concepciones e imaginarios, reconociendo y buscando superar inercias, temores y dificultades, así como el potencial transformador de nuestras prácticas; buscamos reconocer y ampliar la propia postura ante la realidad y las de otros y otras; pasar por el cuerpo y las emociones la experiencia de formación; transitar los interrogantes y sus posibles respuestas. ▪ Los ejes de la formación no están tan asociadas a la complementariedad a la escuela, sino que giran en torno a la reflexión acerca de la naturaleza política de nuestras prácticas educativas. Temáticas nacidas de las propias experiencias vitales de las niñas, niños y jóvenes, a partir de problemáticas barriales, situaciones conflictivas y demandas barriales en torno a problemas sociales, socio-ambientales, etc

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▪ Estos espacios de formación no buscan tanto capacitar como producir y recrear conocimiento a partir de la práctica, como producto de la práctica reflexiva colectiva. Cconocimientos con sentido histórico, social, político y cultural para los sujetos que viven, perciben y recrean su propio contexto, en pos de transformaciones viables de dicho contexto. ▪ Consideramos a cada compañero y compañera como participante protagónico de cada espacio de formación, portador de posturas con sentidos y significados sobre la realidad en la que vive; con demandas, necesidades e intereses; complejo, contradictorio, curioso; con memoria y con sueños; sujeto con inercias, incertidumbres, sinsentidos, pero con potencia transformativa. ▪ El objetivo central es la formación de sujetos (educadores, educadoras, niños, niñas, jóvenes) con voluntad de reflexión crítica, construcción colectiva de sentido histórico para la conformación de proyectos colectivos viables de transformación de la realidad, a partir de la potenciación de los sujetos, tanto educadores y educadoras, como niños, niñas y jóvenes, en su barrio, con sus vecinos y vecinas, en sus organizaciones. A partir de este recorrido, se nos plantean nuevos desafíos para seguir pensándonos desde el Frente “Educación”. ¿Cómo potenciar nuestras experiencias formativas como educadores de cara a poder crear y sostener propuestas pedagógicas sólidas para niños, niñas y jóvenes?

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¿De qué manera nuestros 7 espacios de trabajo como Red y las reflexiones y propuestas que los compañeros producen en dichos espacios, dan forma y fortalecen nuestros proyectos educativos y comunitarios como organizaciones y como Red? ¿Cómo articular, en esta coyuntura particular, nuestras acciones con la lucha por la defensa del trabajo propio como organizaciones, así como también de lo común y lo público en nuestros barrios? ¿Cómo articular, desde nuestras propuestas educativas, las acciones y luchas que como Red venimos llevando adelante en los otros frentes (alimentación, género y territorio)? ¿Cómo generar mecanismos en nuestras organizaciones para trabajar con las propuestas que traen los compañeros que participan en los espacios de la Red? ¿Cómo llevarlo a las prácticas y tareas que realizan dia a día coordinadores, cocineras, educadores, etc?

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NOTAS ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………….. ………………………………………………………………………..

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