La pandemia que despertó nuestra humanidad: un diálogo entre ciencia y teología

la pandemia que despertó nuestra humanidad Un diálogo entre ciencia y teología

Jorge Antonio Zurek Lequerica, O. C. D.

La pandemia que despertó nuestra humanidad

La pandemia que despertó nuestra humanidad Un diálogo entre ciencia y teología

Jorge Antonio Zurek Lequerica, O. C. D.

Contenido

Introducción 9 El incierto origen de la pandemia 10 Algunos presupuestos de la antropología teológica 15 Diseño del mundo: comprensión clásica y comprensión estadística 18 Probabilidad emergente y esquemas de recurrencia 20 Finalidad ascendente 24 Esquema de recurrencia y el ciclo de replicación del virus SARS-CoV-2 26

La zoonosis de la COVID-19 en términos de probabilidad emergente 29 El acontecimiento de la pandemia de COVID-19 32 Encontrar nuestra humanidad en pandemia 41 Dios nos habla a oscuras en la pandemia 51 Dios nos convoca a compartir en medio de la contingencia de la pandemia 56 Una llamada firme a la “reactivación” 63 Conclusión

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Referencias

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Introducción

¿

Cuál es el sentido que podemos dar a la existencia ante la pandemia de COVID-19 y qué nos corresponde hacer

con responsabilidad? Esta es la pregunta que aún debe-

mos formularnos, tanto por lo que ya pasó como por lo que pueda venir. Este interrogante debe ser abordado desde la perspectiva de la fe cristiana, de la antropología teológica y, si queremos una mayor comprensión de este fenómeno, también desde la perspectiva de la ciencia. Con ello en mente, buscamos establecer un diálogo con las ciencias, para abarcar todos los niveles de la realidad —desde el microscópico hasta el histórico—, a fin de entender los móviles cosmológicos y sociales de la emergencia de esta crisis. Aunque no estemos acostumbrados a este lenguaje científico, debemos emplearlo, porque la recompensa vale el esfuerzo. Considerando algunos aprendizajes logrados durante la pandemia, proponemos una estructura heurística que consta de la tríada Dios, persona-sujeto y comunidad, que nos permite hallar caminos hacia respuestas integrales de desarrollo personal y progreso histórico.1

1 La estructura heurística consiste en un método de búsqueda de lo todavía desconocido. Es un método que abre camino para descubrir lo que todavía no se ha descubierto.

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El incierto origen de la pandemia

E

l evento que dio origen a la pandemia está rodeado de incertidumbre. La misión de la Organización Mundial

de la Salud (OMS) que visitó Wuhan (China), del 14 de enero al 10 de febrero de 2021, no dio a conocer datos con-

tundentes sobre el origen de la COVID-19.

Peter Ben Embarek, jefe de la delegación, afirmó que era extremadamente improbable que el virus hubiera sido generado en un laboratorio o que hubiera escapado de uno.

También consideró improbable que el virus hubiera llegado a Wuhan por medio de comida congelada importada.

Más bien, parece probable que lo haya hecho como zoonosis, esto es, que el virus proviniera de un animal.2 Hay evidencias de que los casos más tempranos de COVID-19 se detectaron en Wuhan (2019), pero el origen de la con10

taminación es desconocido, por lo que se sugirió seguir investigando (Maxmen, 2021a). Finalizando la entrega del reporte de la misión, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, comentó: “Permítanme decir claramente que […] todas las hipótesis permanecen sobre la mesa” (World Health Organization, 2021).

2 Según la OMS (2020), la palabra zoonosis tiene dos acepciones: 1) aquellas enfermedades que se pueden transmitir de animales a humanos y 2) cualquier enfermedad o infección que se transmite naturalmente de los animales vertebrados a los humanos.

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El reporte de esta misión, publicado en marzo de 2021, recibió críticas de los científicos y de los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido. El 26 de mayo del mismo año, Joe Biden encargó a la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos entregar un nuevo informe con evidencias sobre el origen del virus, en noventa días. Tedros convocó a la OMS para continuar su investigación, lo que incluía realizar una auditoría del laboratorio de Wuhan.

Esta iniciativa fracasó, pues los oficiales chinos afirmaron que era imposible para Beijing seguir dicha pesquisa.

La Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos publicó su reporte el 27 de agosto de 2021 (Office of the Director of National Intelligence, 2021). La investigación no ofreció resultados concluyentes sobre el origen de la COVID-19 (Maxmen, 2021c), pero se inclinaba por la tesis de la zoonosis (Cohen, 2021a). Una conclusión de peso fue que el SARS-CoV-2 no se desarrolló como arma biológica.

Así mismo, en su mayoría, las agencias de inteligencia consideraban poco probable una modificación genética del virus. Frente al reporte de la Comunidad de Inteligencia, William Hanage, biólogo evolutivo de la Universidad de Harvard, afirmó que no existen evidencias definitivas (Cohen, 2021a).

Aunque esta es una cuestión compleja y los reportes sobre ella todavía reflejan incertidumbre, consideramos que el origen más probable de la COVID-19 es zoonótico.

Pocas veces el conocimiento científico llega a una total

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certidumbre y, en cambio, propone diversos grados de certeza. En este panorama de incertidumbre, podemos apelar a la autoapropiación de la operación del juicio para dilucidar cuál de las dos teorías, la zoonosis o la fuga del laboratorio, es más probable.

La autoapropiación consiste en la toma de consciencia de cómo la persona-sujeto opera, en tanto experimenta, entiende, juzga, delibera y ama. En este caso, la autoapropiación se ejerce sobre la operación de juzgar, porque la cuestión tiene que ver con la certidumbre sobre el evento que originó la pandemia. En otras palabras, la cuestión consiste en saber cuál de las diferentes teorías, con sus argumentos y con sus evidencias, despeja más dudas y se levanta como la más probable.

Conocemos los eventos cuando juzgamos y hacemos preguntas, como ¿esto está ocurriendo?, ¿en verdad esto 12

existe? o ¿qué tan probable es que sea así? Los eventos representan conocimientos provenientes de la operación de juzgar, que verifica si lo entendido existe verdaderamente, es decir, revisa las condiciones para que un evento u objeto exista. Si en el juzgar se estudian todas las condiciones de un evento y ya no queda otra por cumplir, se alcanza la captación del incondicionado virtual, esto es, se aprehende un virtualmente incondicionado, en el cual se aprehenden los argumentos y evidencias suficientes para afirmar que

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las condiciones de existencia se dan. El juicio de verdad sobre dicho evento u objeto está lleno de certidumbre.

En este caso, las preguntas sobre la veracidad de este juicio se responden de manera afirmativa y no quedan preguntas pendientes que no puedan responderse satisfactoriamente a partir del juicio. Sin embargo, no todo lo que se conoce es un virtualmente incondicionado. Entonces, la persona aprende que hay estados de certidumbre y duda, y puede considerar la probabilidad de que “una cosa sea así”, y hablar de matices: es posible, es probable, es cierto, etcétera (Bravo, 2001).

Nuestro juicio a favor de la zoonosis se basa en Maxmen y Mallapaty (2021), quienes revisaron los argumentos centrales a favor de la teoría de la fuga de laboratorio y su cientificidad, y encontraron que era más probable la teoría de la zoonosis. Después de la publicación del reporte de la Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos, Cohen (2021b), por su parte, expuso la evidencia existente a favor de la teoría zoonótica, para demostrar que esta es más probable que la de la fuga de laboratorio. La teoría zoonótica es la más probable, porque tiene mayores evidencias, esgrime más argumentos válidos a favor y menos en contra, y responde mejor a las preguntas críticas pertinentes.

Después del pico de infección y hasta comienzos de 2023, se ha reconocido internacionalmente que el Estado chino oculta abundante información sobre el manejo del

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virus, y se han incrementado la coerción y las críticas de muchos miembros de la comunidad científica sobre dicho país y su estamento científico. El 17 de marzo, la OMS pide a China que publique datos sobre los orígenes de la COVID-19. La solicitud se produce después de que China eliminara la información de su base de datos pública, que vinculaba a los perros mapaches de Wuhan con el surgimiento de la COVID-19. A juicio de Cohen (2023), bajo presión, los investigadores chinos publicaron un cúmulo de nuevos datos genéticos que pueden ofrecer novedosas pistas sobre el origen de la pandemia. También revisaron sustancialmente un estudio relacionado que publicaron en línea por primera vez hace trece meses y, ahora, con la revisión, incluyeron la evidencia de los nuevos datos genéticos, que, según algunos científicos, da más credibilidad a la tesis zoonótica: el SARS-CoV-2 podría haber saltado 14

a los humanos desde los perros mapaches u otros mamíferos vendidos ilegalmente en un mercado de Wuhan. En este sentido, la hipótesis de la zoonosis todavía se sostiene como la más plausible. Vamos, entonces, a comprender el origen zoonótico de la COVID-19 a partir de una concepción dinámica del mundo.

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Algunos presupuestos de la antropología teológica

L

a antropología teológica supone unos presupuestos sobre el mundo, que comprende como creación: 1.

Aunque el mundo depende ontológicamente de Dios, la creación guarda una autonomía relativa frente a Él. Dios ha creado por amor todo cuanto existe y, por amor, respeta el despliegue autónomo de lo creado. La creación se mueve por sus propias leyes y dinamismos, que la ciencia trata de desentrañar. En este sentido, no podemos entender a Dios como un ser intervencionista que permanentemente orienta la creación a su capricho. Más bien, la creación guarda una autonomía relativa, en cuanto no puede suprimirse a sí misma, sino que sigue su curso natural, establecido por sus propias leyes (Kehl, 2009, pp. 53-54).

2.

En un pasaje del libro del Génesis, capítulo 1, se cuenta que, mientras Dios va creando las diversas criaturas, seis veces se afirma que la creación es buena y, al final, en el versículo 31, se manifiesta: “Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien”. Esto quiere decir que las criaturas son buenas y que toda la creación en su conjunto es bella y buena.

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Kehl recoge la comprensión que tenía la teología metafísica de la escolástica sobre la bondad de la creación.

Según esta doctrina, todos los entes de la creación tienen una bondad que proviene de la participación de la bondad del Ser, que es Dios: La bondad de la creación es una propiedad fundamental (trascendental) de todos los entes en cuanto que y en la medida en que participan del Ser. Pues el ser o, por mejor decir, el ser-real (a diferencia del no-ser y del simple poder-ser) es ya en sí (ya con anterioridad a como son las cosas) algo bueno, de alguna manera deseable. Y es también, a la vez, en virtud de su participación en el ser, de su comunión fundamental con todos los seres existentes, una imagen o una huella de aquella plenitud infinita del ser-realidad o del ser-bondad a la que la filosofía cristiana llama “Dios”. (Kehl, 2009, pp. 54-55) 16

En cambio, la teología contemporánea enfatiza el carácter relacional de Dios con la creación. Dios crea el mundo con una bondad inherente y profunda, que Él siempre reconoce y acepta en el devenir histórico del mundo, aunque las criaturas hayan desvirtuado ciertos aspectos de la creación: La bondad del mundo se fundamenta, entre otras cosas, en que este mundo ha sido (en su conjunto y en sus detalles) incondicional y permanentemente aceptado por Dios, incluso en sus desviaciones autodestructoras. Esta

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aceptación por parte del creador se refleja de forma indeleble en la faz de su creación. Le confiere una bondad que se sitúa en niveles mucho más profundos que todas las experiencias dolientes del no que las criaturas pronuncian entre sí y contra Dios. (Kehl, 2009, p. 55)

Vemos que la exégesis bíblica, la teología metafísica medieval y la teología contemporánea coinciden en afirmar la bondad de la creación. En consecuencia, Dios ha creado todo con autonomía y el resultado de su creación, en su conjunto, es favorable a la vida. Por ello, no se puede, simplemente, desde el sentido común, atribuir a Dios como origen de la COVID-19 y, aún menos, concebir este acontecimiento como una “prueba impuesta por Dios” o un “castigo enviado” por Él. En cambio, pretendemos, a continuación, entender dicho acontecimiento desde la razón y la fe, para poder responder adecuadamente ante este desafío.

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Diseño del mundo: comprensión clásica y comprensión estadística

B

ernard Lonergan plantea una concepción dinámica del

universo como probabilidad emergente, que incluye

eventos regulares y aleatorios. Esta concepción unitaria del

universo abarca dos tipos de conocimiento: la comprensión clásica y la estadística. El tipo de conocimiento de los eventos depende de si son recurrentes o no. El conocimiento clásico aprehende la inteligibilidad de los eventos regulares, recurrentes y sistemáticos, y se refiere a las relaciones funcionales entre las cosas y que captamos por una idea. Este conocimiento se da por un acto de comprensión directo —un chispazo inteligente— que capta la inteligibilidad de un proceso sistemático. Este conocimiento aparece en los estudios de los fundadores de la ciencia moderna: Newton y Galileo.

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A su turno, el conocimiento estadístico comprende la inteligibilidad de eventos aleatorios, no sistemáticos;3 3 En Insight: Estudio sobre la comprensión humana, Lonergan (1999) plantea una comprensión dual (clásica y estadística) de los eventos, para comprender el dinamismo de sistemas complejos.

La comprensión estadística estudia la variación en los procesos y los procesos aleatorios, según las leyes de probabilidad, y ofrece la comprensión del desenlace de los eventos que aparecen inicialmente como aleatorios. Este planteamiento es válido para esta investigación, porque estudia un suceso biomédico complejo, la pandemia de la COVID-19, con elementos aleatorios.

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capta la inteligibilidad de eventos que difieren de manera aleatoria. El conocimiento estadístico ofrece al observador un chispazo inteligente inverso, que capta la falta de inteligibilidad de estos eventos según la visión clásica del mundo. De ese modo, el observador reconoce que estos no participan de la inteligibilidad clásica. En un segundo momento, comprende, por un chispazo inteligente directo, que hay una frecuencia ideal en estos eventos azarosos.

Por ende, el conocimiento estadístico implica un acto de entendimiento indirecto, un chispazo inteligente inverso, de las situaciones no sistemáticas, e indica que no existe correlación sistemática entre ellas. Luego, por un chispazo inteligente directo, determina una frecuencia ideal de ocurrencia de esos eventos aleatorios. Este conocimiento capta la inteligibilidad intrínseca de los eventos, en tanto aprehende de ellos su frecuencia ideal y las desviaciones no sistemáticas que los alejan de ese ideal (Lonergan, 1999).

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Reservados todos los derechos © Pontificia Universidad Javeriana © Jorge Antonio Zurek Lequerica, O. C. D. Primera edición: Bogotá, D. C.; noviembre de 2023 ISBN (impreso): 978-958-781-873-4 ISBN (digital): 978-958-781-874-1 https://doi.org/10.11144/Javeriana.9789587818741 Editorial Pontificia Univeridad Javeriana Corrección de estilo: Sebastián Montero Vallejo Diseño editorial: Boga visual | Diego Cortés G. y Julián Roa Triana www.bogavisual.com Diagramación: Carmen Villegas Impresión: Xpress Estudio Gráfico y Digital

Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J. Catalogación en la publicación Zurek Lequerica, Jorge Antonio, autor La pandemia que despertó nuestra humanidad : un diálogo entre ciencia y teología / Jorge Antonio Zurek Lequerica. -- Primera edición. -- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2023.

80 páginas ; 17 cm Incluye referencias bibliográficas.

ISBN: 978-958-781-873-4 (impreso) ISBN: 978-958-781-874-1 (electrónico) 1. Teología 2. Humanidad (Teología cristiana) 3. COVID-19 (Enfermedad) - Aspectos sociales 4. Pandemias - Aspectos sociales 5. Religión y ciencia 6. Antropología teológica I. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá.

CDD 230.2 edición 21 CO-BoPUJ

27/09/2023

Las ideas expresadas en este documento son responsabilidad de su autor y no comprometen las posiciones de la Pontificia Universidad Javeriana.

Pontificia Universidad Javeriana. Vigilada Mineducación. Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento de personería jurídica: Resolución 73 del 12 de diciembre de 1933 del Ministerio de Gobierno. Prohibida la reproducción total o parcial de este material sin la autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

¶ Este libro fue compuesto con la tipografía Alkes* Nombrada por una estrella e inspirada en el Cosmos Diseñada por Kaja Słojewska ~ Impreso en Bogotá en los talleres de Xpress Estudio Gráfico y Digital en noviembre de 2023.

A

nte la llegada de una nueva normalidad y después de un aislamiento obligatorio debido a la pandemia de la covid-19, vale la pena preguntarnos ¿qué

sentido podemos darle a nuestra existencia hoy? Este ensayo responde a esta cuestión desde la antropología

teológica en un diálogo con las ciencias, para abarcar todos los niveles de la realidad y comprender las causas cosmológicas e históricas que resultaron de la emergencia sanitaria. Todo esto nos permite reflexionar sobre el compromiso de Dios con la humanidad.

Entendiendo el desafío existencial que trajo la pandemia, Jorge Antonio Zurek Lequerica, O. C. D., plantea que el camino de la superación puede ser alcanzado por una persona autotrascendente, arraigada en su comunidad y que coopera con Dios, con el fin de lograr un progreso humano integral. De esta manera, el autor reflexiona sobre cómo el compartir en familia, en comunidad y con cooperación fraterna con los demás durante el aislamiento obligatorio ayudó a impulsar el deseo humano de autotrascendencia, a partir de la promesa divina de la salvación.