





Cien años de servicio a la Iglesia y al país
años de servicio a la Iglesia y al país
en Colombia
P. Arturo Sosa, S. J.
Pre P ósito general
P. Hermann Rodríguez, S. J.
Pre P ósito P rovin C ial
P. Antonio José Sarmiento, S. J. s o C io
P. José Darío Rodríguez, S. J.
a sistente Para el Dis C ernimiento y la Planifi C a C ión aP ostóli C a
P. Luis Felipe Navarrete, S. J.
a sistente Para la f orma C ión
D el Cuer P o aP ostóli C o
P. Rodolfo Abello, S. J.
a sistente Para la eD u C a C ión
Reservados todos los derechos © Jesuitas Colombia © P. Antonio José Sarmiento, S. J., editor
Primera edición:
Bogotá, D. C., agosto de 2025
ISBN (impreso): 978-628-502-021-6
ISBN (digital): 978-628-502-022-3
Número de ejemplares: 1000
Impreso y hecho en Colombia
Printed and made in Colombia
Cu I dado de texto: Manuela Fajardo
dIS eño ed I tor I al: Boga Visual
dIS eño de C u BI erta : Boga Visual
Ilu S tra CI o N e S : Daniel Benítez
Fotogra F ía S : Oficina Provincial de Comunicaciones
Impre SI ó N : DGP Editores S. A. S.
Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J.
Catalogación en la publicación
Jesuitas en Colombia : cien años de servicio a la Iglesia y al país / editor, Padre Antonio José Sarmiento, S. J. -- Primera edición. -- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2025.
248 páginas ; 21 x 24 cm
Incluye referencias bibliográficas (páginas 237-241).
ISBN: 978-628-502-021-6 (impreso)
ISBN: 978-628-502-022-3 (electrónico)
1. Jesuitas en Colombia - Historia 2. Jesuitas - Historia 3. Iglesia Católica - Historia 4. Jesuitas : Provincia Colombiana - Historia 5. Pastoral social 6. Jesuitas en Colombia - Actividad social 7. Jesuitas y educaciónHistoria - Colombia 8. Pontificia Universidad Javeriana - Historia
C dd 271.530861 edición 21
CO-BoPUJ 12/06/2025
Para acertar mejor en el enviar a una parte o a otra, teniendo ante los ojos como regla para enderezarse el mayor servicio divino y bien universal, parece que se debe escoger en la viña tan espaciosa de Cristo nuestro Señor caeteris paribus (lo cual se debe entender en todo lo siguiente) la parte de ella que tiene más necesidad, así por la falta de otros operarios como por la miseria y enfermedad de los prójimos en ella y peligro de su entera condenación.
Constituciones de la Compañía de Jesús, parte v II , capítulo 2.o, número 622 D
También nosotros, jesuitas de hoy, nos entregamos a formas de apostolado variadas, que con frecuencia exigen especialización y consumen mucha energía, pero si olvidamos que somos un cuerpo, unidos en y con Cristo, perdemos nuestra identidad como jesuitas y la capacidad de dar testimonio del Evangelio. Más que nuestras competencias y habilidades, lo que da testimonio de la Buena Noticia es la unión entre nosotros y con Cristo.
Congregación General XXXVI, Decreto 1.°: “Compañeros en una misión de reconciliación y justicia”, número 7
13 Prólogo
Arturo Sosa, S. J.
17 Introducción
Hermann Rodríguez, S. J.
21 Cifras de la Provincia Colombiana en el 2024
Laura Perdigón
José Darío Rodríguez, S. J.
27 Apuntes sobre la erección de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús
Jairo Bayona, S. J.
31 La Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina (CPAL)
33 La Curia Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia
35 Administración Provincial
Daniel Nicolás Cabral
37 Asistencia para el Discernimiento y la Planificación Apostólica
José Darío Rodríguez, S. J.
41 Estado actual de la formación y de la promoción de una cultura consistente de protección
Luis Felipe Navarrete, S. J.
45 El apostolado educativo en la Provincia: historia y servicio
Rodolfo Abello, S. J.
49 Los obispos jesuitas en la Iglesia colombiana
Alix Katherin Niño
Obras apostólicas internacionales
56 Centro Interprovincial de Formación San Francisco Javier (C if )
58 Federación Internacional Fe y Alegría
60 Servicio Jesuita a Refugiados Latinoamérica y el Caribe
62 Federación Latinoamericana de Colegios de la Compañía de Jesús (Flacsi)
Región Antioquia
66 Comunidad del Colegio San Ignacio de Loyola
68 Colegio San Ignacio de Loyola
70 Fundación Centro de Fe y Culturas
72 Congregación Mariana de Medellín-Organización V i D
74 Noviciado San Estanislao de Kostka
76 Casa de Ejercicios Espirituales La Colombière
78 Comunidad Pedro Arrupe
Región Bogotá-Soacha
82 Comunidad Alfredo Vargas
84 Colegio San Bartolomé La Merced
86 Comunidad de Formación San Francisco Javier
88 Parroquia San Javier
90 Casa Pastoral Nuestra Señora del Camino
92 Comunidad de Profesores María Inmaculada
94 Comunidad San Pedro Canisio
96 Templo Nuestra Señora de la Soledad
98 Iglesia de San Ignacio
100 Comunidad de la Pontificia Universidad Javeriana
102 Hospital Universitario San Ignacio
104 Colegio Mayor de San Bartolomé
106 Comunidad San Pedro Fabro
108 Comunidad San Alonso Rodríguez
110 La Manzana Jesuítica
112 Colegio Santa Luisa
Región Caribe
116 Comunidad San José
118 Templo San José
120 Colegio San José
122 Comunidad San Pedro Claver
124 Casa de Espiritualidad Villa Claver
126 Círculo de Obreros de San Pedro Claver
128 Fundación Centro de Cultura Afrocaribe
130 Parroquia y Santuario San Pedro Claver
132 Santuario Museo de San Pedro Claver
Región Eje Cafetero
136 Comunidad Colegio San Luis Gonzaga
138 Colegio San Luis Gonzaga
Región La Macarena
142 Comunidad Nuestra Señora de La Macarena
144 Parroquia Nuestra Señora de La Macarena
Región Nariño
148 Comunidad del Colegio San Francisco Javier
150 Colegio San Francisco Javier
152 Casa de Ejercicios San Ignacio
154 Fundación Juan Lorenzo Lucero
156 Fundación Suyusama
158 Templo de Cristo Rey
Región Santander
162 Comunidad Colegio San Pedro Claver
164 Casa de Ejercicios Villasunción
166 Congregación Mariana Claver
168 Colegio San Pedro Claver
170 Parroquia Sagrado Corazón de Jesús
172 Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio
176 Comunidad San Alberto Hurtado
178 Subcomunidad Templo Votivo del Sagrado Corazón
180 El Colegio Berchmans
182 Pontificia Universidad Javeriana Seccional Cali
184 Fundación Casa Santa María de los Farallones
186 Instituto Mayor Campesino (im CA )
188 Templo Votivo del Sagrado Corazón
192 Asociación de Colegios de la Compañía de Jesús (Acodesi)
194 Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep)/ Programa por la Paz (PPP )
196 Centro Ignaciano de Reflexión y Espiritualidad (C ire )
198 Fe y Alegría Colombia
200 Servicio Jesuita a Refugiados Colombia
202 Misión Vocacional Manresa
204 Pontificia Universidad Javeriana Sede Central
206 Red Juvenil Ignaciana ( r J i )
210 Comunidad de Vida Cristiana (CVX)
212 Red Mundial de Oración del Papa en Colombia
215 Cifras de algunas obras
225 Los jesuitas de la Provincia Colombiana en el exterior
231 Lista de provinciales
233 Difuntos de la Provincia Colombiana a 1.º de noviembre de 2024
243 Bibliografía recomendada
Cada 8 de d ICI em B re, en la Iglesia católica recordamos la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, esa jovencita pobre y humilde de Nazaret, que se convertiría en la Virgen madre del Redentor del mundo. La fiesta de la Inmaculada, como cada fiesta de María, nos recuerda el modo sorpresivo del Dios-con-nosotros que escoge y se acerca a lo más pobre y pequeño de este mundo. Admiramos en María el amor que marca toda su persona y su historia. Gracias a ella, supo y creyó en su corazón que para Dios nada es imposible; Dios asumió enteramente nuestra humanidad, naciendo y creciendo como nosotros. Jesús, el de Nazaret, pasó por el mundo haciendo el bien en contextos precisos y concretos, entró y sigue presente en nuestra historia. Su Espíritu Santo sigue animando a otras personas a anunciar con su vida el Reino de Dios y al Dios del Reino. Son hombres y mujeres comprometidos en una misma misión. Son vidas que también hoy pueden ser narradas a través de historias particulares de obras apostólicas y de comunidades.
Justo un 8 de diciembre inició la nueva Provincia de Colombia. El padre Vicente Leza, S. J., propició el discernimiento que desembocó en la decisión del entonces padre general de la Compañía de Jesús. El 24 de septiembre de 1924, el padre Wlodimir Ledóchowski, S. J., firmó el decreto de creación de la Provincia Colombiana, que entró en vigor el 8 de diciembre del mismo año.
Nació como Provincia de Colombia después de cuarenta años de formar parte de la Provincia de Castilla bajo la figura de Misión. El origen castellano permite calificar de quijotesca esta empresa. Los jesuitas, tras la última expulsión de 1861, habían vuelto definitivamente al país en 1884. La audacia quijotesca, que comenzó desde la Provincia jesuítica de Castilla y maduró en el crisol, se prolongaría en las planicies y montañas del territorio colombiano. Es el fruto de una Compañía de Jesús fraguada por el dolor de la expulsión de todas las colonias de España, bajo el mandato de Carlos III (1767), y por la decisión del papa Clemente XIV (1773) de
suprimirla. Después de su regreso a Colombia el 18 de junio de 1844, los jesuitas sufrirían todavía dos expulsiones de la entonces Nueva Granada bajo las presidencias de José Hilario López (1850) y Tomás Cipriano de Mosquera (1861).
Después de las pruebas vividas, la Compañía resurge en Colombia con notable madurez apostólica para servicio de la Iglesia y del país. La nueva Provincia emerge con un ímpetu vigoroso. Lo anterior se ve en obras educativas, como los colegios de Pasto, Medellín, Bucaramanga, Tunja, Barranquilla y Ocaña. Empieza la presencia apostólica en el río Magdalena, como anticipo de lo que será el futuro vicariato apostólico de Barrancabermeja, que después será Diócesis. El apostolado social sirve a las clases populares con el empuje del padre José María Campoamor, S. J., inspirador y fundador del Círculo de Obreros, la Caja Social de Ahorros y la primera urbanización de viviendas de interés social en Villa Javier. Es una Compañía entusiasta y laboriosa, en la que jesuitas españoles y colombianos se unen para atender todos los aspectos de la misión.
Toda esta obra quijotesca no podría tener mejor patrón que otro gigante de la fe y del compromiso con los marginados y descartados: Pedro Claver, el esclavo de los esclavos, como gustaba llamarse. En medio de la celebración centenaria, la figura de este santo, entregado a la tarea de la justicia y de la evangelización a los más descartados, es un testimonio fiel de la ingente tarea de justicia, paz y reconciliación que tiene hoy la Provincia Colombiana en medio de una sociedad en la que están presentes enormes divisiones ideológicas, la injusticia social, la corrupción, la exclusión, la violencia y el flagelo del narcotráfico en todos los rincones del tejido social.
En este volumen que tiene el lector entre manos, la presencia de tan diversas obras sociales, educativas, evangelizadoras, comunitarias e intelectuales habla de la respuesta al desafío de trabajar unidos, desde nuestro carisma, jesuitas, religiosas, laicas y laicos, en la misión común de todos los miembros de la Iglesia. Adentrarse en el conocimiento de estas obras deja una impresión fascinante en la que se reconoce la marca de una misión nacida de las cuatro obras clásicas de la Compañía de Jesús, que permitirán servir al Reino de Dios en Colombia: un templo, una casa de Ejercicios, un colegio y una comunidad jesuita.
Esas obras iniciales siguen en el presente multiplicadas y enriquecidas en una diversidad de instituciones al servicio de las mismas tareas evangelizadoras. Ahora, además, actualizadas y entrelazadas desde las cuatro Preferencias Apostólicas Universales que la Compañía de Jesús ha recibido de la Iglesia como su modo particular de contribuir a la misión: mostrar el camino hacia Dios desde los Ejercicios Espirituales y el discernimiento, caminar con los marginados y excluidos en sus luchas liberadoras, acompañar a los jóvenes en la construcción de un futuro esperanzador y contribuir al cuidado de nuestra casa común. Todo esto desde una misión de reconciliación que construye relaciones justas, en colaboración con otras y otros, y que forja redes de servicio solidario.
La llamada sigue resonando para que la oiga quien tenga oídos: “jesuitas, laicas y laicos, religiosas, compañeras y compañeros en la misión común, pónganse en camino, ‘ancha es Colombia’; inicien el segundo trayecto centenario guiados por el espíritu del Señor y acompañados por María Inmaculada, nuestra Señora del Camino, que los vio nacer como Provincia Colombiana hace cien años, un 8 de diciembre”.
a rturo s osa, s . J. Prepósito general
Para Dios no hay nada imposible. Lucas 1, 37
a l INICI o de la Co N grega CI ó N g e N eral 36.ª (2016), el maestro general de la Orden de Santo Domingo, fray Bruno Cadoré, O. P., decía a los jesuitas: “Tengan la audacia de lo improbable, de buscar eso que es difícil, eso que parece imposible”. Pocos días después, Arturo Sosa, recién elegido superior general de la Compañía de Jesús, en su primera homilía, decía: “Si nuestra fe es como la de María, madre de Jesús y madre de la Compañía de Jesús, nuestra audacia puede ir aún más allá y buscar no solo lo improbable, sino lo imposible, porque para Dios nada es imposible, como proclama el arcángel Gabriel en la escena de la Anunciación” (Lc 1, 37).
La Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús nació en 1924, después de cuarenta años de ser Misión de la Provincia Española de Castilla. Los jesuitas habían regresado a Colombia en 1884, después de la última expulsión en el siglo x I x . El desarrollo de la Misión de Colombia, con presencia en varias ciudades y regiones, con actividades pastorales, sociales y educativas, refleja una proyección apostólica entusiasta y audaz. La participación de generosos bienhechores en todos los campos apostólicos fue un apoyo fundamental y reflejo providente de la cercanía de Dios, para quien nada es imposible. A tantos y variados bienhechores de nuestras obras y comunidades, queremos ofrecerles nuestra oración y expresarles el agradecimiento sincero por haber soportado y animado nuestra misión.
Recoger en esta publicación una radiografía de la Provincia Colombiana, al celebrar estos cien años, quiere ser una expresión de gratitud con Dios por tanto bien recibido en este camino que hemos hecho como cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús en este amado territorio de Colombia. Junto a Dios, también queremos agradecer a jesuitas y laicos/as que
han entregado sus vidas y han sabido tejer, de la mano de Dios, una sola historia humana y divina, expresada de muchas maneras: los Ejercicios Espirituales y la espiritualidad ignaciana, el apostolado social y el servicio pastoral, la acción educativa en todos los niveles y con todos los estratos sociales y el apostolado intelectual, los medios de comunicación social y la formación de los jesuitas. Agradecer a Dios es, al mismo tiempo, expresar la voluntad de seguir abiertos a los nuevos retos que Dios nos quiera proponer, con la certeza de que lo que parece imposible para nosotros es posible para Dios.
El centro de nuestra vida es conocer internamente a Jesús para “más amarlo y seguirlo”. Laicos/as y jesuitas nos sentimos llamados a esta radicalidad. Esta es la dinámica que san Ignacio busca desencadenar a través de los Ejercicios Espirituales. La herramienta para hacer esto posible es la contemplación reiterativa, frecuente y cotidiana de los misterios de la vida de Jesús. Eso fue lo que Ignacio aprendió en los días grises y monótonos de su convalecencia en el piso alto de la casa torre de Loyola, mientras se recuperaba de la herida que recibió en su pierna derecha mientras defendía la fortaleza de Pamplona.
De la lectura de la vida de los santos y de la vida de Jesús, fueron brotando las imágenes que luego ocuparían la mente, el corazón y las entrañas de este caballero herido, fracasado y desorientado. Imaginaba cada detalle y dejaba que la fantasía completara las escenas y los vacíos de los relatos leídos, hasta que la fuerza de la presencia y el encuentro con el Señor, “ansí nuevamente encarnado”1, fue transformando su vida hasta arrebatarle el corazón y hacerlo compañero de Jesús para siempre. La contemplación logró cambiar el rumbo de este caminante en una dirección que, para muchos, parecía no solo improbable, sino ante todo imposible. La contemplación es una especie de método para soñar despierto, algo que algunos llaman sueños lúcidos. Soñar despierto es el fondo de la metodología ignaciana. La capacidad de soñar es una fuerza transformadora extraordinaria que no hemos acabado de descubrir ni de aprovechar en nuestra vida espiritual. Además, Ignacio no se quedó soñando solo,
1 Ejercicios Espirituales, p. 109.
sino que invitó a otros también a soñar. Algunos se vincularon como compañeros de Jesús y otros como compañeros/as apostólicos.
La Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús ha entendido el llamado de Dios como la invitación a que soñemos juntos lo imposible. Esa es la consigna de nuestro Proyecto Apostólico de Provincia. La sugerencia contundente del Espíritu para nosotros y nuestras obras es:
Soñar juntos con un país en el que nos podamos decir la verdad y en el que podamos caminar hacia la construcción de una paz estable y duradera.
Soñar juntos con una Iglesia y una Compañía de Jesús que sean capaces de “caminar junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia”.
Soñar juntos con la posibilidad de “acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”.
Soñar juntos con un mundo en el que todos podamos “colaborar en el cuidado de la casa común”.
María de Nazaret es el símbolo del pueblo que se abre a la promesa de Dios con una confianza sin límites. A ella encomendamos esta celebración de los cien años y los sueños que nos llevan a conocer, amar y seguir a Jesús. Que ella nos ponga siempre junto a su Hijo.
Hermann r o D ríguez, s . J. Prepósito provincial
Jesuitas en Colombia: Cien años de servicio a la Iglesia y al país, compuesto en tipografías Clavo y Vista, se terminó de imprimir en los talleres de DGP Editores S. A. S. en agosto de 2025.
Al celebr A r cien A ños, este libro, que recoge una radiografía de la Provincia Colombiana, quiere ser una expresión de gratitud con Dios por tanto bien recibido en este camino que hemos hecho como cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús en este amado territorio de Colombia. Junto a Dios, también queremos agradecer a jesuitas y laicos/as que han entregado sus vidas y han sabido tejer, de la mano de Dios, una sola historia humana y divina, expresada de muchas maneras: los Ejercicios Espirituales y la espiritualidad ignaciana, el apostolado social y el servicio pastoral, la acción educativa en todos los niveles y con todos los estratos sociales y el apostolado intelectual, los medios de comunicación social y la formación de los jesuitas. Agradecer a Dios es, al mismo tiempo, expresar la voluntad de seguir abiertos a los nuevos retos que Dios nos quiera proponer, con la certeza de que lo que parece imposible para nosotros es posible para Dios.
Hermann Rodríguez, S. J.
Pre P ósito P rovinci A l