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Rescatan a pescador en altamar

Un progreseño se encontraba convaleciente por pisar accidentalmente a una mantarraya

PROGRESO, Yucatán.- La actual temporada de mero ya registró su primer rescate en altamar, necesitando la intervención de la Marina Armada de México para evacuar a un conocido progreseño que resultó convaleciente en medio de sus labores de captura de dicha especie, tras sufrir el ataque de una mantarraya.

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El suceso ocurrió en la madrugada de este lunes, luego de que se recibió el auxilio en la sala de control y mando del organismo citado, por lo que emprendió acciones por medio del personal de la Estación Naval de Búsqueda, Rescate y Vigilancia Marítima con base en Yucalpetén (Ensaryuk).

La cita era en la embarcación Aguilar II, donde un tripulante, de unos 30 años de edad, mantenía graves dolencias por la picadura de una mantarraya en el pie derecho, esto en medio de la oscuridad de la noche.

Se necesitó hacer el despliegue también de un navío militar de la clase Defender , pues el Aguilar II se encontraba a unas 17 millas náuticas (31.48 kilómetros) al Noreste de la costa yucateca.

Se averiguó que la mantarraya que afectó al marinero fue capturada por la misma tripulación; sin embargo, en medio de los recorridos en la parte superior del barco, el masculino la pisó por accidente, sintiendo un dolor intenso que causó pánico al resto de sus compañeros.

Para realizar los primeros auxilios, se encargó el personal de sanidad naval, sin embargo por la gravedad del asunto se necesitó que se realizara una evacuación inmediata a bordo del navío militar. El punto de llegada fue la XIII Zona Naval.

En el punto de concentración militar de la Armada de México, esperaba una ambulancia de la Secretaría de Seguridad Pública para llevar al afectado rumbo a un hospital privado, a fi n de que se tengan análisis médicos y posible rehabilitación. Por lo menos un mes permanecerá fuera de acción el pescador.

Las picaduras de este tipo de ejemplares causan una total debilidad, además de náuseas y ansiedad, esto como consecuencia de la vasodilatación periférica. Algunos casos, incluso, dan paso a la linfangitis, vómitos, diarrea, sudoración, calambres generalizados, dolor axilar o inguinal, entre otro tipo de afectaciones.

Este incidente repercutió de manera grave a la comunidad pesquera tanto de mayor como de menor navegación, debido a que originará una baja considerable en la flota del Aguilar II, siendo la economía del pescador lo que más se verá afectado en los días en los que permanecerá alejado de la acción.

Las tragedias en altamar y fuera de la actividad a bordo de buques han sido constantes en Progreso, pues desde el mes de enero a la fecha se han registrado tres decesos. En cuanto a intervenciones en altamar por vía de la Marina ya ronda la docena de servicios, todos con éxito.

Todo comenzó el pasado 18 de enero cuando se volteó la lancha Paulina con cuatro pescadores a bordo, de los cuales solamente J. R. P., de 79 años de edad no pudo salir con vida, ya que se mantuvo naufragando 48 horas hasta que recaló su cadáver en la costa del puerto.

El 22 de febrero se presentó otra pérdida cuando J.R.C.T., de 57 años de edad, sufrió un infarto agudo al miocardio mientras ejercía labor en uno de los barcos de la línea Propermex. El cuerpo fue llevado rumbo a una marina privada para protocolos correspondientes. El último hombre de mar en abandonar el mundo terrenal fue un sujeto oriundo de Tabasco, quien el primero de marzo decidió poner fin a su existencia al colgarse desde las afueras del barco Neldy, probablemente tras no aguantar la posición económica en la que se encontraba al empezar la veda.

(Jesús López)

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