3 / ¿Crónica de un sendero anunciado?
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en su conjunto. "Siempre los compañeros que encabezan las luchas salen o del campesinado medio en mayor proporción o del campesinado rico," señala. Esto es verdad no solamente en los movimientos anteriores, sino en las mismas tomas de tierras. "Los campesinos más pobres," explica Quintanilla, "son los más humillados y reprimidos." No entendían que tenían derecho de reclamar, ni aun en las mismas asambleas comunales. Tampoco llegaron primero a criticar la opresión de la iglesia, ni a comprender la lucha de clases. Los campesinos medios y ricos, por su misma asimilación de los conceptos políticos, estuvieron "en condiciones de encabezar y conducir las luchas." Al mismo tiempo, por supuesto, la mayoría de los campesinos ricos tienden a apartarse de las luchas sociales. Así que, en forma contradictoria, aunque el liderazgo del movimiento agrario tienda a surgir entre campesinos más acomodados, finalmente la mayoría de los ricos, "en un determinado momento, se ponen contra el campesinado pobre, se oponen a la lucha por haber diferencia de intereses particulares concretos" (28-29). De sus explicaciones de la política comunal se desprende también la necesidad de respetar la participación de las autoridades políticas locales en las movilizaciones agrarias. "Los tenientes gobernadores, agentes municipales y sus respectivos varayoc", insiste Quintanilla, "inclusive las autoridades comunales, dentro de la comunidad, han tenido bastante participación en las tomas. Han colaborado bastante con los comuneros en la recuperación de las tierras". Pero ésto no se ha dado en forma automática. Estas autoridades "anteriormente estaban enteramente al servicio de los explotadores". Esto ocurría porque el gobernador del distrito era gamonal, y él mismo nombraba, "a dedo", a los tenientes gobernadores, quienes entonces eran presionados para actuar como brazos del poder gamonal en las comunidades, reclutando a gente para trabajos forzados, representando los intereses de los gamonales y hacendados a nivel local. Y los varayoc servían de brazos a los tenientes gobernadores (32). La complicidad de las autoridades locales, sin embargo, no se basaba en convicción, sino "porque la misma estructura lo permitía así. Por otra parte, si es que no asumían esa actitud eran reprimidos por las autoridades de distrito y provincia". Esto cambió con la organización del campesinado, según Quintanilla, puesto que al organizarse el campesinado a comienzos de los años setenta, la asamblea comunal empezó a tomar más responsabilidades de vigilancia, removiendo autoridades que no obraban en el interés del pueblo. No solamente se actuó en referencia a los tenientes gobernadores, quienes en cualquier momento podrían ser removidos por la asamblea, sino que también influyó un criterio más amplio en la ceremonia anual de elecciones de varayoc. Según Quintanilla, el teniente gobernador y los envarados son nombrados en año nuevo, en una ceremonia especial, por motivo de la fiesta del año nuevo que está ligada con la fiesta del niño Jesús. Ahí son elegidos, pues, pero para esa elección previamente los varayoc