2 / Sobre parientes pobres y nuevos ricos
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En realidad, las tribulaciones vividas por Vanguardia eran muy similares a las de otras agrupaciones debido a los cambios en la situación mundial y, específicamente, a la singularidad del proceso vivido en el Perú. La dureza de los debates internos partidarios, cargados de epítetos y arbitrados por citas de manuales podrían ser hoy tranquilamente percibidos como piezas de la protohistoria senderista. Aun cuando, en justicia, nadie llegó a "extremos de suspensión del sentido común como el de Abimael Guzmán" (la frase es de Josep Fontana 1992: 10) para quien la respuesta a cualquier problema, incluso de la vida cotidiana, se encontraba en las obras de los clásicos del marxismo. Sin embargo, ese énfasis primero leninista y luego maoísta trascendió los marcos partidarios y produjo un boom de trabajos en las ciencias sociales motivados por la agenda intelectual de esos días. Las universidades fueron inundadas con monografías y, en menor medida, tesis dedicadas al estudio del campesinado, la economía agraria, los movimientos sociales, las clases sociales, etc. Su simple revisión revela lecturas esquemáticas y marcos teóricos bastante estrechos. Aun así, en forma paralela y coincidentemente fuera de las organizaciones políticas, se produjo una efervescencia de valiosos trabajos inspirados por problemas similares pero enmarcados dentro de aproximaciones no dogmáticas al marxismo que, en conjunto, incrementaron poderosamente el conocimiento de la sociedad y la historia peruanas.20 En el área de los maoístas duros que no cedían a veleidades, ajenas a la ortodoxia, Sendero logró resolver rapidamente los aspectos ideológicos de mayor tensión con su inigualable simplismo. El problema de la realidad nacional fue solucionado inventándole a Mariátegui, luego de "profundo estudio", un siempre vigente pensamiento marxista-leninista y una línea política llamada de manera bíblica "el Camino de Mariátegui".21 No obstante ello, hubo gran cantidad de estudios sociales, principalmente sobre la región de Ayacucho, producidos por profesores y alumnos de la universidad que luego serían prominentes cuadros senderistas en la década siguiente. Así, por ejemplo, un breve texto de 1971 publicado en la Universidad San Cristóbal de Huamanga reunía a un grupo de autores bastante singular: Julio Casanova, Antonio Díaz Martínez, Osmán Morote y Carlos Tapia.22 De ellos, Casanova, Díaz y Morote serían dirigentes de Sendero, mientras que el ingeniero Carlos Tapia, militante de una de las facciones maoístas del 20 21 22
Un observador agudo describe así la contradicción existente: "Lectores afanosos del Qué hacer, [se refiere al libro de Lenin y no a la revista de DESCO, IH.] no repararon que el verdadero problema era escribir un libro equivalente pero desde el Perú" (Flores Galindo 1982). El documento oficial de Sendero sobre este punto es PCP-SL 1975. Julio Casanova et al. 1971: 14-19. Puede consultarse una singular colección de estos trabajos en un listado bibliográfico publicado por Catalina Adriansén (Adriansén 1978), viuda de Antonio Díaz Martínez y vinculada también a Sendero Luminoso.