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Carlos Basombrío
TODO FUE DIFERENTE DESDE EL INICIO A diferencia de otros países de América Latina en que también se desarrollaron procesos intensos de violencia política en los años ochenta (Guatemala y El Salvador, por ejemplo), en el Perú en los años previos al inicio de la insurrección senderista ni se vivía una situación de dictadura sin salida previsible, ni se venían produciendo tampoco graves violaciones a los derechos humanos. Ambas circunstancias, hay que recordarlo, parte sustancial para entender el crecimiento de la violencia en los referidos países. Como sabemos en el Perú el proyecto político militar de Sendero Luminoso se termina de incubar en los años finales de la década del setenta, justamente cuando en el país se producía el repliegue del gobierno militar y se desarrollaba una, compleja pero real, transición política hacia la democracia representativa. Así, en 1978 se producían elecciones para una Asamblea Constituyente (en medio de una gran turbulencia social y con niveles reales de represión política), pero sin que ninguna de las restricciones que efectivamente hubieron logren afectar la presencia política de ningún sector que hubiera optado por participar.3 El más claro ejemplo es el de Hugo Blanco, ex-guerrillero trotskista de los años sesenta que estuvo preso muchos años y que obtiene entonces (sin ceder por cierto nada en la radicalidad de sus posiciones) el 12% del voto. Hay que añadir que en conjunto, la izquierda se hace de un tercio del total de los votos emitidos. Pero Sendero Luminoso se mantiene totalmente marginal a la decisión del conjunto de las fuerzas políticas del país de participar en proceso político que lleva al fin del gobierno militar. Ello cuando todos los movimientos políticos, incluyendo los de la izquierda más radical, optaban por participar en las elecciones presidenciales y no encontraban al hacerlo obstáculo significativo a mencionar. Así, por ejemplo, el Partido Comunista del Perú "Patria Roja", la organización maoísta que por entonces tenía más arraigo en el país; que traía, como prueba inequívoca de su visión del mundo el lema "el poder nace del fusil"; y que se había autoexcluido de participar en la Asamblea Constituyente dos años antes, presentó su propio candidato presidencial en 1980.4 Es pues por voluntad y decisión propia que Sendero Luminoso se autoexcluye de cualquier posibilidad de participar en el proceso político abierto y, más 3 4
En las elecciones para la Asamblea Constituyente fue notoria la ausencia de Acción Popular, en lo que fue considerado una jugada política de alto riesgo de parte de Belaúnde, pero que probó luego ser exitosa ya que su partido llegaría al poder dos años después. De hecho, desde entonces, el sistema político peruano acoge la participación de todas las fuerzas políticas. La izquierda incluso en sus versiones más radicales que siguieron reivindicando como su objetivo último la lucha armada, tuvo una amplia participación electoral que en algunos momentos llegaría a ser incluso exitosa, como lo expresa su victoria en las elecciones para la Alcaldía de Lima en 1983.