9 / Apogeo y crisis de la "tercera vía"
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Con la mayoría de sus cuadros afincados en la ciudad, extremadamente dependiente de la infraestructura de la Iglesia y ONGs para actuar en el campo poco podía hacer el PUM para competir con SL en los escenarios locales en que la batalla por el control de Puno habría de definirse. 4. DE MARIÁTEGUI A KLAUSEWITZ A tres años de su fundación la unidad del joven partido parecía aún un objetivo difícil de alcanzar. Hacia fines de 1987, la confrontación entre "libios" y "zorros" pumistas era un hecho de dominio público.28 El debate interno alcanzaría su clímax en el segundo congreso nacional del partido (julio, 1988). Los primeros demandaban completar la construcción del PRM, realizando, para tal efecto, un "viraje partidario" que incluía preparar al partido para asumir la autodefensa armada. En el marco de una crisis "estructural y prolongada" ―arguyeron― era hacia una "confrontación abierta y generalizada" que el país se encaminaba (PUM 1988a: 7). Para una "guerra de todo el pueblo", en consecuencia, ―y no para una "insurgencia política", como sostenían sus adversarios― era que el partido debía prepararse (PUM 1988b: 54). Tal planteamiento ―sostenían, por su parte, los "zorros"― equivalía a lanzar a la vanguardia popular "a un enfrentamiento aislado" en el cual "se arriesgaba años de acumulación partidaria" (Ibíd.: 87). Con respecto a SL, entretanto, si para los "libios", a pesar de sus "grandes desviaciones", la insurgencia senderista coadyuvaba al desgaste del régimen (PUM 1988a: 76), para los "zorros", SL era una "fuerza regresiva" que engendraba un tipo de polarización profundamente desintegradora que abría las puertas a la guerra sucia y la derrota popular (PUM 1988b: 84). De ahí que con SL no fuesen posibles "mixturas ni mezclas eclécticas en torno al programa y la estrategia" (PUM 1987: 82-83). Así, si para unos, el deslinde con "Gonzalo", no podía llevar a unirse "al frente antiterrorista, ni a igualar SL con las fuerzas armadas reaccionarias" (PUM 1988a: 76), los otros se mostraban llanos a formar parte de un acuerdo amplio contra su insurgencia. Derrotados, al cabo de un congreso tormentoso y entre mutuas denuncias de deslealtad, los "zorros" se 28
Véase al respecto, Wiener 1987. Como "zorros" se conocía a un grupo de miembros del PUM que formaban parte del consejo editorial de la revista El Zorro de Abajo. El sobrenombre "Iibios" aludía a la efímera fama anti-imperialista que el líder libio Muammar Khadafi obtuvo por ese entonces en virtud de sus enfrentamientos con el Presidente norteamericano Ronald Reagan. A los "zorros" se les atribuía una filiación intelectual y una inclinación social-demócrata. Los "libios" por el contrario eran los militantes por excelencia que, en contacto con las bases del partido, dirigían los frentes más combativos. Según el "zorro" Alberto Adrianzén, "les llamábamos 'libios' por su vocación de aislamiento".