REFLEXIONES FINALES
Desde los inicios de la sociedad colonial los africanos y afrodescendientes ejercieron una presión popular, cotidiana, lenta pero eficaz, que logró modificar el sistema esclavista. A fines del periodo colonial los afros limeños, más criollos que bozales, habían consolidado un conocimiento y manejo de las instituciones y leyes. Sin embargo, la Independencia y la construcción de la República cambiaron las reglas de juego y poco a poco se fueron cerrando las vías de ascenso social ya conocidas. El discurso basado en la igualdad y libertad fue implementado con barreras de exclusión mucho más rígidas, como la anulación del sistema de castas y su paulatino reemplazo por el concepto raza y la criminalización del negro104. Es un quiebre del largo proceso de lucha y el inicio de una nueva etapa de aprendizaje, nuevos combates por la libertad para ser considerados personas y ciudadanos. ¿Por qué debemos estudiar la esclavitud ahora? Para Carlos Aguirre la esclavitud dejó honda huella en nuestra sociedad, un conjunto de prácticas jerárquicas y autoritarias que sobrevivieron a la abolición donde destaca lamentablemente el racismo (Aguirre, 2000: 73). Además, debemos agregar que también generó un cúmulo de experiencias y estrategias populares para erosionar el sistema sin enfrentarse directamente, desde la picardía, la mentira, la vagancia ocasional, el robo furtivo, la seducción y las lágrimas. Una cultura generada desde la pobreza y la marginalidad para sobrevivir sin sufrimiento. La esclavitud fue una institución transversal a la sociedad colonial y republicana; ya no existe más, sin embargo quedan sus rezagos, sus prácticas, palabras y actitudes. Queda 104. Sobre la criminalización del negro, ver Carlos Aguirre (2008). Para el discurso racial y el nuevo ordenamiento social republicano, ver Jesús Cosamalón (2009). 169