Cumanana XIV-ESP

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MAYO 2022

NÚMERO 14

Cumanana BOLETÍN VIRTUAL DE CULTURA PERUANA PARA EL ÁFRICA MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

LA LLEGADA A KENIA

¿NEGROS EN ACARÍ?

RECETA

El primer paso al este del África Subsahariana

La comunidad afroperuana de Arequipa

Sabores peruanos con influencia africana


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LA LLEGADA A KENIA EL PRIMER PASO AL ESTE DEL ÁFRICA SUBSAHARIANA MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DEL PERÚ El 30 de octubre de 1987, mediante Resolución Suprema RS 503-1987/RE, se ordenó la apertura de la Embajada del Perú en Kenia, designando para tal fin al Embajador Fortunato Isasi Cayo como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario. Sin embargo, se dispuso su cierre mediante Resolución Suprema 4351990/RE. La siguiente es una adaptación del documento original del 15 de julio de 1987 del entonces encargado de negocios, ahora Embajador Raúl Salazar Cosio, que preparaba la próxima llegada del Embajador Fortunato Isasi, comunicando sus gestiones ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de Kenia. ______________________ Nairobi, 15 de julio de 1987 El Ministerio Relaciones Exteriores de la República de Kenia contesto mediante Nota mi comunicación de saludo de cortesía al que me referí en mi comunicación anterior. En dicha Nota se me informó haber recibido con agrado la información sobre el establecimiento de la Embajada del Perú en Nairobi. Asimismo, la Cancillería keniana hizo llegar su reconocimiento a mi cargo al frente de esta Misión hasta la llegada del Embajador Isasi.

El Jefe de Protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores local me hizo conocer el texto de la referida comunicación, al tiempo de alcanzarme una invitación para participar en una reunión entre el Canciller, Zachary Onyonka, con los Jefes de Misión latinoamericanos, a iniciativa del primero, y con el objetivo de intercambiar puntos vista respecto a las relaciones d́e Kenia con la región. A través de este intercambio, se puede considerar que mi proceso de acreditación ha culminado, de acuerdo a la práctica de este país. En lo relativo con la mencionada reunión, varios Embajadores latinoamericanos, que cuentan con más 3 años de permanencia en Kenia, me comentaron en la antesala a la reunión que ésta era la primera oportunidad que tenían para reunirse con el Canciller Onyonka, que al haber asumido esta nueva posición inauguraba un nuevo estilo de trabajo, invitando periódicamente a grupos regionales. Durante la mencionada reunión, el canciller Onyonka manifestó el interés de Kenia en temas de cooperación sur-sur y, en este ámbito, manifestó que cada uno de los países representados en el encuentro destacaba en una o varias áreas en las cuales podría explorarse temas de cooperación en favor sus respectivas naciones. Además, mencionó la posibilidad de realizar un viaje a la región, en particular hacia los países latinoamericanos representados en Nairobi. El embajador Venezuela, señor Edgardo Mondolfi, decano del Grupo Latinoamericano informal que funciona en esta capital, agradeció la convocatoria a la reunión y expresó la intención de la región en cooperar con Kenia, agregando que la intención del Canciller Onyonka de visitar la región sería canalizada a nuestros gobiernos. Por mi parte, aproveché la ocasión para manifestar al Canciller Onyonka que el Perú deseaba expresar su interés en la problemática con el África, y su deseo de estrechar las relaciones bilaterales con uno los países más conspicuos de la región, estableciendo por ello la Embajada en Kenia. Asimismo, transmití mi agrado personal por estar desempeñando mi cargo en este país, frente a lo cual, el Canciller Onyonka contestó, en perfecto castellano: “Bienvenido”.

Embajador Raúl Salazar Cosio (C) Ministerio de Relaciones Exteriores xx

Salazar


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¿NEGROS EN ACARÍ?* LA ÚNICA COMUNIDAD AFROPERUANA RECONOCIDA EN AREQUIPA JONATHAN BÁRCENA CARPIO, PERIODISTA FOTOGRAFÍAS DE RODRIGO TALAVERA VELARDE Dice la conocida canción criolla del Toro Mata: Este negro no es de aquí, este negro es de Acarí; ¿Cómo, negros en Acarí? Sí, en este distrito de la provincia de Caravelí, en la región Arequipa, se encuentra la única comunidad afroperuana reconocida de esta parte del sur del país. Llegaron de África, capturados y esclavizados por el yugo español y por la cruz eclesiástica. Vinieron a trabajar en los campos de algodón y en los trapiches de caña. Trajeron consigo su don culinario y su alegre baile. Buscaron su libertad, libraron batallas en pos de la independencia del Perú enrolados en las filas del ejército patriota. Ni siquiera el cruento azote del gamonal les quitó la sonrisa del rostro ensangrentado y menos su deseo de ser reconocidos como seres humanos para dejar libre a su descendencia, quienes hoy se sienten orgullosos de sus ancestros. EL NEGRO CHEVO

Eusebio sale todos los días a ver su chacra, ubicada a un costado de su vivienda en la calle Santos Chocano del pueblo tradicional de Acarí.

Sentado en una vetusta silla de sogas y madera nos recibe Eusebio Denegri Arenaza o simplemente “Chevo”, como lo llaman los amigos del pueblo y los de su raza. Él es negro y pertenece a la asociación de “Arequipeños Afrodescendientes”. Nació en Acarí hace 77 años. Vive junto a uno de sus seis hijos, Tania de 40 años, que a su edad no tiene arruga alguna que marque su delicada piel de ébano. El resto de sus vástagos están distribuidos en el país.

El investigador Domingo Díaz Cáceres, revela que según el censo de 1784 en la hacienda de Chocavento hubo 232 negros esclavizados, otros 72 pertenecían a la hacienda de Collona y 28 más a la de Lucasi. En 1595, cuando los dominicos se hacen propietarios de Chocavento, llega otra gran cantidad de negros esclavizados y que luego pueblan Acarí. Según el estudioso, los primeros negros que llegaron al distrito son los que estaban evangelizados y formaban parte de la tripulación

de Pizarro y Almagro. Ellos ya hablaban español. La mirada de Chevo sigue fija en mí y Tania llama su atención con una orden: ¡Muéstrales la virgen!, le dice. Chevo asiente y señala un cuarto. La mano de su hija levanta la cortina que funge de puerta y, efectivamente, es una virgencita. Está toda tallada en madera, sus manos están rotas y su rostro picado por el tiempo, su hábito tampoco huyó del pasar de los años. (…) “Es bien milagrosa”. Inmediatamente recuerda que fue su ancestro el primero que llegó a Acarí. LA CHACRA La reforma agraria de Juan Velasco Alvarado, en los años 60s, hizo que los negros adquirieran tierras, mucho después de la maquillada libertad que les dio el mariscal Ramón Castilla. En el caso de Eusebio, él recibió tierras de mano del expresidente Belaunde Terry. Chevo pide que en el final de sus días lo entierren en su chacra. “Gastarán menos”, dice y sonríe. Me asegura que Acarí es su madrastra a la que quiere mucho. ¿Pero por qué madrastra?, le pregunto. Solo esboza una sonrisa. Pienso que es por todo lo que para él y su familia significó estar bajo una dominación. Julia Carhuayo de Luján es otra afroperuana, preside la Asociación de Arequipeños Afrodescendientes y es regidora de la municipalidad distrital de Acarí. Sentada junto a Eusebio nos relata que a los negros los desembarcaron en el puerto de Lomas y los hacían cruzar el desierto, maderos en la espalda, hasta llegar a Acarí. Solo los más fuertes soportaban el duro camino y se asentaban en las haciendas de Chocavento, Collona y Lucasi. LA HACIENDA Chocavento era la hacienda mayor en Acarí. Allí llegaban la mayoría de los negros esclavizados. Pero, también en esta casona de maderos gigantes, que llegaron en las espaldas descubiertas de los negros, están los vestigios de la esclavitud. En las columnas de madera y paredes de adobe mezclado con la dura caña guayaquil se encuentran argollas de metal, aquellas que servían para amarrar a los que se sublevaban. La mujer de 58 años cuenta que con sogas los amarraban de las manos a las La casa del patrón, ahora casi derruida, olvidada en el argollas y ante tiempo pese a que es Patrimonio Cultural.


PÁGINA 3 sus compañeros eran azotados cruelmente, con el fin de que nadie más se rebele y dar escarmiento al que osó “faltar el respeto al amo”. Chocavento hoy no es más que un mal recuerdo para todos aquellos afrodescendientes. Luce abandonada, agrietada por el paso del tiempo. La regidora recorre lo que era el salón principal, hoy con las paredes pintarrajeadas con dibujos obscenos, y me explica que para este lugar hay una resolución viceministerial que la declara Patrimonio Cultural. Pero al parecer es letra muerta.

EL BAILE Si de baile se trata, para eso está la familia de Jessica Cerón Custodio. Sus padres, el acarino Víctor Cerón Méndez y la nasqueña Teodora Custodio son los pilares de toda una

Currundanga al pie del Toro Mata, otra de las inspiraciones para sus canciones.

El baile es también parte de la vida de Thalía López Céspedes, sus abuelos son afrodescendientes. El negroide es parte de Thalía, para ella es también un orgullo ser afrodescendiente, a sus 16 años no presta atención a lo que algún díscolo y disonante compañerito de colegio pueda decirle. “No tengo porque avergonzarme de lo que soy”, me relata. LA JARANA Cuando “Currundanga” toca y canta, la jarana está asegurada. Simón Adolfo Cantoral Díaz tiene 72 años y es considerado en Acarí como el hombre más alegre del pueblo, es muy querido y requerido. Su arte radica en componer canciones inspiradas en el vivir de la gente. “Veo cómo vive la gente y en su pobreza sufre, pero aún así es feliz. Mi música se hace contando cómo viven”, me cuenta mientras prepara la guitarra para tocar y cantar con su voz potente. “Curru” tiene más de 20 canciones compuestas y su estilo es único.

Los mellizos Rómulo y Renzo en pleno zapateo al compás de una guitarra. Cualquier lugar es bueno para bailar.

familia de negros que llevan la alegría al pueblo. Presentación que haya, Rómulo y Renzo, ambos de 15 años, aparecen para zapatear al compás de la danza de los negritos. Su raza es afroperuana y para ellos significa fuerza, valentía. “Ser afrodescendiente es lo mejor que puede haber en este mundo. Nos llena de orgullo”, me dicen al unísono para inmediatamente sentenciar que “la raza negra es la más fuerte”. Su madre los escucha y sabe que lo que les inculcó desde pequeños está muy presente en sus vidas.

Thalía orgullosa de su raza en el puente colgante que conecta el pueblo tradicional de Acarí con el nuevo Acarí.

¿Y LA COMIDA? En Acarí el saltado de caña brava es uno de los platos tradicionales, al igual que los camarones. Pero si de dulces se trata Rosa Perseveranta Vargas Alfaro y María Esperanza Denegri Bernaola son las máximas exponentes. Sus picarones hechos de camote y alfajores a base de manjar de pura leche, son una delicia.

Rosa es la picaronera del pueblo. Llegó a Acarí a los 20 años desde su natal Changuillo, pero se siente más acarina que cualquiera.

La primera tiene 58 años, nació en Changuillo (Ica) y sus ojos tienen un delicado ribete azul que resalta con su piel morena. Fue su progenitora


PÁGINA 4 quien le enseñó el arte culinario y ahora es la reina de los picarones con miel en el pueblo. A diario vende dos kilos y medio de la masa que prepara. Antes de la pandemia vendía hasta 10 kilos en las festividades de aniversario del distrito (25 de julio). Los alfajores vienen de manos de María Denegri. Son un postre tradicional de Acarí, hecho con harina, manteca, azúcar y rellenos con manjar a base de pura leche de vaca. “Mi madre siempre quiso que me llame Los alfajores de Acarí vienen de manos de la María Esperanza Denegri. Su rica sazón se convirtió en Gloria, por eso el tradición del valle. nombre de la empresa de

dulces se llama así”, explica María. Progenitora e hija empezaron en el negocio en 1969, luego de que Manuel falleciera, y hoy el emprendimiento es bastante conocido en Acarí. TRABAJO Y RELIGIÓN Gregorio Leopoldo Benavides Arenaza toda su vida la pasó en Acarí, aunque salió a trabajar a diversas ciudades del país. Pero sus raíces pudieron más y lo obligaron a regresar a su tierra natal. El trabajo que le enseñaron le sirvió para que ya mayor hiciera lo mismo por el bien de su población y sobre todo por el de su raza. Leo, como lo conocen en el pueblo, dirige la asociación Enlazando Etnias, con la que siempre buscó el apoyo del gobierno. Entre sus logros están las becas que se les otorgó para que los jóvenes vayan a estudiar a las universidades de La Cantuta y otros a Cuba.

Leo es un hombre amable y trabajador. Está a cargo de la asociación negra Enlazando etnias.

María Lancho es muy tímida ante las cámaras y ahora ante la pandemia. Ella atiende en su pequeña tienda del pueblo tradicional.

María Lancho Jiménez, nos recibe temerosa en su tiendita del pueblo tradicional de Acarí y nos invita a probar los primeros alfajores. Ella nos cuenta que es la sobreviviente de una vasta familia de 11 hermanos y tuvo que enterrar a todos. Desde los

ocho años se apegó a Dios y la Iglesia, no era de fiestas, más aquellas de Semana Santa en la que las procesiones marcaban una época de fe en Acarí. “Eran muy hermosas”, recuerda. CEMENTERIO NEGRO Un Cristo Blanco en cementerio de negros resguarda las tumbas de dos cementerios que hacen un paralé entre lo abandonado y lo bien cuidado. El primer cementerio de Acarí luce sepulcros desde 1819, y en las mazmorras roídas por el tiempo y la indiferencia yacen los restos de negros. Algunos de los huesos están expuestos. Se cree que santeros guaqueros los usan para brujería. Metros más allá está el segundo cementerio, más preservado y no tan olvidado. Allí también hay negros enterrados. El común denominador en ambos son las cruces de madera escritas con pintura blanca. Detrás de Dios y desde lo alto del cerro en donde están los mausoleos se puede ver los inmensos terrenos sembrados con olivos y paltos que trabajaron en algún momento de su vida esos afroperuanos.

Un Cristo blanco en cementerio de negros. La escultura fue donada por un poblador de la zona para que resguarde las tumbas de los ancestros.

INDEPENDENCIA El primer grito de la Independencia del Perú se dio el 16 de octubre de 1820 en la Batalla de Acarí, según el escritor César Espinal. Fue en las pampas donde ahora hay diversos cultivos que el ejército patriota, al mando del teniente Vicente Suárez Ramos, derrotó al batallón realista. En esa cruenta lucha estuvieron presentes los negros, quienes se enrolaron mientras la expedición del libertador San Martín avanzaba a paso firme. El investigador Domingo Díaz dice que fueron ocho los negros de Acarí que pertenecieron a esta gesta histórica y se fueron con el ejército libertador, aunque se desconoce sus nombres. Además las negras fueron las que tocaron las campanas de la iglesia anunciando el ingreso del teniente victorioso para proclamar en Acarí la jura de la independencia. * El artículo ha sido adaptado por cuestiones de espacio. La versión completa fue publicada en Revista Bitágora N° 2, disponible en: t.ly/EWfL


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RECETA: CHANFAINITA

La chanfainita nace del mestizaje en el Perú colonial, de manos de los africanos esclavizados que llegaron al Perú. La chanfainita peruana solamente se prepara con bofe (pulmón) de res o de cordero. En la cocina peruana, las menudencias, fueron utilizadas de manera específica: el corazón para los anticuchos, el estómago para la pancita y el rachi, las patas para las patitas con maní, o la sangre para la sangrecita frita.

INGREDIENTES 400 gr. bofe, cocido y picado 10 hojas hierbabuena fresca picada 1 cuchara aceite vegetal 1 cubo de carne 2 tazas agua 4 papas blancas en cuadritos pequeños 3 cucharadas ají panca molido 1/2 cebolla roja picada en cuadritos pequeños 2 dientes de ajo en cuadraditos pequeños

PREPARACIÓN Sancochar el bofe con 2 tazas de agua durante 40 minutos con la rama de hierbabuena. Retirar el bofe del agua y picarlo en cubos pequeños. Reservar. En una olla con aceite caliente, agregar el ají y el cubo de carne, cocinar por 30 segundos. Incorporar el bofe, la papa y el agua. Cocinar por 10 minutos. Luego, añadir las hojas de hierbabuena. Tapar la olla y cocinar por 15 minutos aproximadamente.


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