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OCTAVIO SALGADO

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SALAD BOOKS

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CONECTANDO TIJUANA Y CUERNAVACA

Por Guadalupe Rivemar

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OCTAVIO SALGADO RETRATA UNIVERSOS INTERNOS EN UN PARTO COTIDIANO DONDE EL HOMBRE Y EL COLOR NAVEGAN POR EL LIENZO EN DANZA DE VIDA, MUERTE Y PASIÓN.

OCTAVIO HERNÁNDEZ

Por el arte y la magia de las redes sociales, desde Cuernavaca, Morelos, un buen amigo presente en los ires y venires de la vida cultural de la Tijuana de la década de los años 90, nos lanza el anzuelo con sus cautivadoras imágenes para reconectar con esta ciudad fronteriza y con los amigos de antaño: periodistas, promotores culturales, fotógrafos, etcétera.

Han pasado los años, uno tras otro, y Octavio Salgado sigue produciendo obras, una tras otra. Trabaja arduamente preparando nuevas piezas que se exhibe este mes el Centro Cultural “La Casona”, allá en la Ciudad de la Eterna Primavera, para sumar después con otras que viajarán hasta Alemania donde expone en la importante galería de Helmut Vakily: Autoren Galerie, en Múnich.

Para abrir estas notas, invitamos sin pedirle permiso (porque se encuentra en otra dimensión) a otro Octavio (Hernández), brillante cronista y promotor chilango pero de amoroso arraigo tijuanense, así le damos la bienvenida a nuestros amigos y nuestros recuerdos. Por supuesto agradecemos la posibilidad de iluminar esta edición de la revista Salad Bowl, con un obra de Salgado para ustedes, es una pieza de la colección titulada “La Alegría de Vivir”.

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