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Tecnología
¿El adiós sin retorno?
“La traducción automatica[…] podría estar sustituyendo una de las actividades humanas más antiguas que se tiene registro en la humanidad: la traducción”.
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Nicolás Rodriguez
Estudiantes Licenciatura en Lenguas Modernas
Jose Luis Machacado
Es evidente la constante desaparición de muchos oficios y profesiones que surgieron con el propósito de ser indispensables para la humanidad. De hecho el panorama parece desolador para quienes buscan emplearse en lo que saben hacer o han aprendido. Así pues, y de acuerdo con académicos del MIT, los responsables de este fenómeno son los avances producidos en la tecnología de computación. Si bien el desarrollo de aplicaciones y dispositivos electrónicos que prestan el servicio de traducción automática han apoyado procesos de aprendizaje de una nueva lengua, estos podrían estar sustituyendo una de las actividades humanas más antiguas que se tiene registro en la humanidad: la traducción. Sin embargo, y muy a pesar de este panorama, esta actividad no podrá dejarse en manos automatizadas ya que la decodificación de los signos necesita de un trasfondo sociocultural, y porque es necesaria la dupla: profesionalismo + bagaje cultural en escenarios de representación tales como eventos empresariales, políticos, académicos y deportivos de talla mundial.
Sin lugar a duda, las facilidades con las que nos comunicamos hoy en día son el producto de la
¿Las traducciones hechas por estas herramientas recogen la carga pragmática impresa en cada expresión, en cada frase y en cada palabra? Imagen: bit.ly/2Ogil9l
globalización. Facilidades que mejoran las condiciones de vida del hombre a través del intercambio de saberes, bienes y servicios entre naciones. Una de ellas se refiere a los avances desarrollados en la tecnología de computación, que van “desde la robótica industrial mejorada hasta los servicios de traducción automáticos” (Rotman, 2013). Estos desarrollos han sido adoptados en muchos tipos de trabajos como los relacionados con la fabricación, el comercio y los servicios. Un ejemplo de ello son los supermercados de cadena, en donde ya no hay personas encargadas de las cajas registradoras; o en las fábricas, personas a cargo del ensamble de piezas automotrices, sino maquinas que fácilmente ejecutan estos oficios, luego de ser programadas para tal fin técnico y específico. No obstante, esta sustitución de personas por robots, automatizaciones y softwares no es solo evidente en estos tres tipos de trabajos u oficios, sino que también es perceptible en profesiones como el derecho, los servicios financieros, la medicina, y la educación.
De manera clara, hemos visto que podemos aprender a través de herramientas electrónicas, siendo estas un plus en el aprendizaje de una nueva lengua. En efecto, muchas más personas se interesan por aprender una L2, y es que existen decenas de aplicaciones y dispositivos para tal fin. Ya sea por necesidad o por gusto, los aprendices de una L2 acuden a ellas y aprenden la lengua sin un tutor o instructor. Incluso, las aplicaciones y dispositivos de traducción instantánea, de voz y texto, han funcionado como herramientas que borran fronteras. Empero, ¿las traducciones hechas por estas herramientas recogen la carga pragmática impresa en cada expresión, en cada frase y en cada palabra?
A pesar de su capacidad para sustituir palabras de una lengua a otra, la traducción automática (aquella realizada por un software) no ha podido afinar o sintonizarse
con cuestiones imbricadas en cada discurso como lo son la carga pragmática y el trasfondo sociocultural. El análisis lingüístico y la experiencia de un profesional de la traducción son invaluables. Así pues, se aprecian traducciones más orgánicas y naturalizadas. De modo que, para la decodificación de los signos de una lengua a otra, es imprescindible la inmersión cultural y la adquisición de un bagaje cultural fundado en la interacción y actualización.
En este sentido, la práctica del profesional en traducción es trascendental para la comprensión de unidades fraseológicas de un idioma. Ahora, para hablar del rol del traductor, especialmente en Colombia, es necesario ver las cifras. En el país, de acuerdo a un estudio realizado por el Grupo de Investigación en Traducción y Nuevas Tecnologías (TNT) del Programa de Traducción de la Universidad de Antioquia, existen 610 traductores oficiales a nivel nacional, los cuales el 63,86% se encuentran en Bogotá, mientras que en Medellín, Envigado y Cartagena hay un 5,36% en cada una. La investigación concluyó que “cualquier persona que hable una lengua, sin importar su estudio y su profesionalización, puede ejercer la traducción e interpretación oficial” (Quiroga, Gómez & Zuluaga, 2015: 15), debido a que en el país no se visualiza esta actividad como profesión “que requiere de reconocimiento y conocimiento social, laboral y legal” (Quiroga et al., 2015).
Esto demuestra que cualquiera con dominio en una segunda lengua puede ejercer el rol del traductor en Colombia. Muy a pesar de la realidad, estamos convencidos de que es la profesionalización la que brinda aportes teóricos y metodológicos para la eficiencia y mayor sincronización en la traducción de frases, expresiones idiomáticas o simplemente palabras. Por tal razón, la dupla profesionalismo + bagaje cultural se refleja en escenarios de talla mundial como la Copa Mundial de Futbol, debates, foros y secciones de La Asamblea General de las Naciones Unidas. Mientras en el sistema internacional se reconoce este invaluable oficio con la seriedad del caso, en Colombia seguimos tergiversando muchos mensajes producidos originalmente en otra lengua.
Aunque tengamos a la mano una gran variedad de recursos electrónicos para intentar suplir el sustento teórico, la diferencia es evidente entre aquellos que incorporan la dupla y los que no. Aquellos que traducen con solo el bagaje cultural adquirido aunque sea vasto, pueden llegar a generar malos entendidos, producto de la improvisación. Esto se debe a la ausencia del sustento teórico y metodológico para la ejecución de traducciones más orgánicas y naturalizadas.
Infortunadamente, no podemos detener los avances tecnológicos. Además del creciente interés de aprender una nueva lengua por medio de aplicativos, la traducción automática se reinventa cada vez más para facilitar la comunicación y el aprendizaje de una L2. Es decir, se podría estar pensando en que ya solo serían “unas bases de datos que aplican determinadas soluciones de forma estadística, sin tener en cuenta el contexto, y dobles sentidos” (Balsa, 2015), sino que por el contrario contextualizan e interpretan las ambigüedades. Empero, hasta que eso suceda, los profesionales de lenguas y de la traducción deberán ir de la mano con estos avances actualizándose constantemente. Por lo pronto, desde nuestro punto de vista, los profesionales en traducción e interpretación no serán remplazados por maquinas.

“Esta sustitución de personas por robots, automatización y softwares […] también es perceptible en profesiones como el derecho, los servicios financieros, la medicina, educación”. Imagen:bit.ly/2ppLhE2
Referencias:
Balsa, C. (2015). Traducción automática vs traductor profesional. Traductoresoficiales.es [online]. Recuperado de: https://bit.ly/2Nq6Xsp
Quiroz, G., Gómez, N., y Zuluaga, J. (2015). Panorama general del traductor e intérprete oficial en Colombia. Núcleo [online]. 2013, vol.25, n.30, pp. 165-203. Recuperado de: https://bit.ly/2ERNWhT
Rotman, D. (2013). De cómo la tecnología está destruyendo el empleo. Technologyreview. Recuperado de: https://bit.ly/2ppLhE2