Las células de cáncer hacen trampa con su dieta Por Marisa Alonso Nuñez Todas las células tienen que comer para generar energía y así poder llevar a cabo todas sus funciones. Simple. Sí. Simple y complicado a la vez. Todos los procesos implicados en el proceso de crecimiento y división de una célula son tan importantes que están muy controlados. Imaginaos que cada célula de nuestro cuerpo decidiera crecer y dividirse de forma incontrolada… sería un caos. De hecho existen muchos mecanismos en nuestras células que, cuando algo va mal en ellas, provocan su propia muerte para que esos defectos no pasen a células nuevas. Sin embargo, las células que componen los cánceres parece que escapan a estos mecanismos de control y son capaces de dividirse incontroladamente. Y es que las células cancerígenas son demasiado listas y modifican una serie de cosas en su funcionamiento para que los mecanismos de control de las propias células no detecten que son células anómalas y evitar así su propia muerte.
cesos. El primero se llama glucolisis que no ocurre en ningún compartimento específico de la célula, sino en su citoplasma. Este proceso da lugar a un compuesto que se llama piruvato y que en presencia de oxígeno será transformado en el ciclo de Krebs para producir una alta cantidad de ATP. El ciclo de Krebs ocurre en las mitocondrias, que son las centrales energéticas de las células. Sin embargo, cuando no hay suficiente cantidad de oxígeno el piruvato es transformado en lactato, a través de la glucolisis anaeróbica o fermentación, en el citoplasma dando lugar a ATP pero en mucha menos cantidad. Todos estos procesos están muy bien regulados
Un ejemplo muy claro lo tenemos en la forma en que las células de cáncer obtienen su energía. Las células en condiciones normales y en presencia de oxígeno transforman la glucosa en energía (en forma de una molécula llamada ATP) a través de varios pro- Figura 1. Fibroblastos
y cuando algo no va bien en las mitocondrias la célula lo nota y activa un mecanismo de autodestrucción llamado apoptosis para evitar problemas mayores. Durante los años 30 Otto Warburg sugirió la idea de que las células de cáncer apagaban sus mitocondrias y obtenían la energía que necesitaban a través de la glucolisis en el citoplasma incluso en presencia de oxígeno (glucolisis aeróbica). El efecto Warburg, como se le llama a esta teoría, se ha aceptado durante muchos años pero nunca se ha sabido cómo ocurre. Sin embargo, recientemente el grupo del profesor Michael Lisanti (en donde trabaja el investigador Stephanos Pavlides, que ha ayudado con sus conocimientos sobre el tema a la elaboración de este artículo) ha realizado una serie de estudios que ponen en entredicho esta teoría. Las células cancerígenas producen radicales libres y viven rodeadas de un estrés oxidativo debido a esto. Los investigadores del grupo de Lisanti estudiaban las células normales que se encuentran rodeando a las células de cáncer de mama, llamadas fibroblastos, y al cultivarlas junto con las células de cáncer de mama vieron que el estrés oxidativo producido por las células de cáncer afectaba a dichos fibroblastos. Estos radicales
The Journal of Feelsynapsis | NO. 1 | Noviembre 2011
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