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EL RINCÓN DE LA POESÍA EROTICA
ENDEUDADA...
Me debe algunos besos que se desviaron en la noche oscura, Me debes el calor de tus brazos que no llegaron a mi pecho solitario.
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Me debes tu voz que trasmite tranquilidad donde hay tormento,
Me debes tu compañía a mi corazón que esta tan huérfano de amor .
En resumen me debes una vida entera junto a tu piel junto a tu aliento junto a tu ser .
Me debes los minutos y las horas con que el tiempo se alimenta .
Para con ellos dibujar la eternidad del amor.
Me debes cada alegría que puede sentir mi corazón,
Me debes luz felicidad , brillo y tantos adjetivos más .
Porque solo con ellos puedo saber cómo llamarte princesa de mi soledad .
Ember Garrido Lima 30/09/20
TIEMPO NOCTURNO
Tres de la madrugada mis versos me despiertan entre salto y confusión. Solo en las sombras que custodian mi alrededor conjuro estas letras para desahogar mi dolor.
Vuelvo a la hora mirar y solo diez minutos han pasado buscando el sueño que se va.
¿Quien me puede hablar?
La buscó en este trasnocho que se repite una vez mas .
Son la tres de la madrugada y estos versos cobran vida en la oscuridad , en el frío, en la soledad, son letras y palabras para mi lindo sueño poder encontrar, pero este se a ido y ya no regresara.
Ember Garrido Lima 31/05/20
EL VAIVEN DEL VIENTO ES TU MUSICAL SONRISA.
Caminas descalzo sobre la arena plateada del mes octubre, el invierno tiñó de blanco el negro de tu pelo, más tu sonrisa es música en mi oído en esta noche azul celeste de nuestros días.
Paraíso fluorescente fue tu mirada clavada en mis pupilas iluminadas de emoción, bendito amanecer de octubre con el sol no queriendo salir y dejar perpetuarse la luna y sus mil estrellas.
Caminamos, desnudas nuestras almas aterpecioladas de ilusiones, musical de besos tímidos perfectos bordando caricias en el cuerpo, donde sólo unas blancas sábanas acusaron el amor.
Que saben los hombres del amor , que sabe el destino de planes de ilusorios amantes clandestinos huyendo del tumulto displensente del apogeo cotidiano que pierde su esencia en los minutos idos.
El vaivén del viento es tu musical sonrisa, esa que me cautiva aún estando lejos, esa que llena a pesar de la ausencia que delata la miseria de estar tan lejos el uno del otro, y solo unidos por nuestros besos .
Entre el bosque de sabanas me refugio en mi pensar, que cada segundo de esta madrugada mi alma llora sin cesar .
Besos que aun en la distancia están tan vivos como nuestras vidas después de amarnos hasta la locura viviendo el concierto de dos en una cama que guarda por siempre el secreto.
Gabriela Mistral
LOS SONETOS DE LA MUERTE
Malas manos tomaron tu vida desde el día en que, a una señal de astros, dejara su plantel nevado de azucenas. En gozo florecía. Malas manos entraron trágicamente en él...
Y yo dije al Señor: -"Por las sendas mortales le llevan. ¡Sombra amada que no saben guiar! ¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales o le hundes en el largo sueño que sabes dar!
¡No le puedo gritar, no le puedo seguir! Su barca empuja un negro viento de tempestad. Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor" Se detuvo la barca rosa de su vivir... ¿Que no sé del amor, que no tuve piedad? ¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!
LOS SONETOS DE LA MUERTE ES UNA OBRA QUE PERTENECE AL GÉNERO DE LA POESÍA. EL POEMA NOS HABLA QUE DEBEMOS VALORAR LO QUE TENEMOS, Y COMO SEGUIR ADELANTE. AL PERDER A ALGUIEN NO ES FACIL, PERO DEBEMOS COMPRENDER QUE PASE LO QUE PASE, EL TIEMPO JAMÁS REGRESARÁ.
ARGUMENTO:
Nos da una visión de la imposibilidad de poder sanar por completo la herida que deja la muerte de un ser amado en una persona que le sobrevive, lo que tiene que pasar con la tragedia de su ser querido ha tenido que pasar a otra vida, como lograr entender el azar, el destino, como convivir con esas culpas, con ese adiós que tal vez no se pudo dar, con esa negación de dejar ir, como luchar con lo que yo quiero y lo que fue.
ANÁLISIS
Como su título lo indica la muerte está presente en los 3 sonetos que lo componen, en él se presentan tres momentos
Tristeza
Dolor
Duelo
La vida continúa tras la muerte por parte de la persona que sufre la perdida, la culpa la frustración, tratar de entender, la negación, el duelo y mirar al mañana por que la vida sigue, un futuro y un deseo relacionado con la propia muerte.
La soledad rodea al personaje, sin duda el sentir el vacío, el dolor, el frío.
En la primera parte, se nos presenta una escena en la primera estrofa muy claro la soledad de un nicho que la protagonista no quiere, el deseo que esa persona sea enterrada en tierra para que tenga contacto con la naturaleza con la vida y que su cuerpo sea parte de ella.
En el siguiente cuarteto aparece el amor de madre, que podríamos identificar en el hijo dormido, es posible que haya nacido muerto, o fallecido por alguna enfermedad y por eso desea que sea enterrado en la tierra que vendría siendo una prolongación de la madre misma que desea acunarlo en sus brazos y esta tumba se transforma en su cuna.
En el primer terceto hay un deseo imposible de resucitar al niño, de revivirlo.
Para ello utiliza la metáfora, la imagen del polvo de rosas que se utiliza en la medicina tradicional para ayudar con algunas enfermedades. Pero la liquidez del cuerpo, ese estado cianótico del pequeño lo imposibilita.
Cuando nos adentramos en la segunda parte, en el primer cuarteto se nos habla de la vida que continúa aunque no queramos. El cuerpo se revela para vivir aunque no sea nuestro deseo. Se reprocha a la figura masculina la facilidad con la que supera este trance.
En el segundo cuarteto se expresa un deseo de morir, de terminar con la propia vida para estar con el pequeño en el más allá y así poder estar juntos, vivir y hablar eternamente. El porqué de ello se nos muestra en el primer terceto, en el que expresa la injusticia de la muerte y más hacia una vida que todavía no ha vivido.
En el segundo terceto del segundo soneto se expresa nuevamente el deseo de la muerte pero como algo predestinado. Los astros se alinean para que este deseo se pueda conseguir.
Felicidad, esfuerzo y un destino que empuja.
Nos adentramos en la tercera y última parte de este poema a través del primer cuarteto. En él se vuelve otra vez al tema del destino marcado. Se nos muestra una felicidad creciente, una fuerza por la vida, que contrasta con unas «malas manos» que cercenaron esa vida.
En el último cuarteto se nos presenta una sombra negra que mata. Hay mucho amor profesado al pequeño que se ha muerto y, sin embargo, hay algo oscuro en ello.
En el primer terceto se nos presenta una muerte rápida que ha sido imposible de evitar. La muerte sólo lleva la flor de la vida. En el último terceto se nos muestra el frenazo en seco, el paro repentino de su vida. Y también se nos dice que lo único que puede juzgar a la madre por lo que ha pasado es Dios. Cuando se introduce dentro de la pregunta del penúltimo verso, «¿…que no tuve piedad?», se nos presenta la duda de si la muerte ha sido provocada por la propia madre.
Pudiéramos tomar esta metáfora como una dura realidad de una persona que sufre violencia, cuya pareja le provoca un aborto, que no sabe del amor, que este es el amor propio, ya que el amor verdadero no lastima, ni hace daño.
COMO SEGUIMOS ADELANTE.
La muerte de un hijo no se supera nunca, sino que se integra a la vida de la familia. Es un trauma y se debe aprender a vivir con ello.
Se puede lograr aunque parezca imposible, también se puede llegar a ser feliz con el paso del tiempo, donde la ausencia del hijo o hija se asimila, pero nunca se olvida.
Te invito a soltar la mochila a través de las letras, escribe tus emociones, lo que te causa tristeza, angustia, pena, dolor, tu rabia, frustración, tu ira.
La poesía genera contigo esta empatía tan necesaria, nos hará liberarnos, soltar aquello que tenemos reprimido en nuestro interior, para así sentir un poco de alivio que nos lleve a la luz interior esa calma que tanto anhelamos y necesitamos, amanece más tarde, cada día más tarde y los ojos pesan, el cansancio nos arropa y nos hace presos del sueño nos cubre con su manto, manto tibio que nos cobija, entonces toma un lápiz un papel en blanco y comienza a escribir, la primera frase costará, sentirás un nudo en la garganta y hasta lograrás percibir el rodar una cálida lágrima resbalando por tu mejilla, déjala correr, que ahí vas liberando tu pesar, vas soltando de a poco tu mochila, posa sin miedo el lápiz sobre el papel, siente como se impregna la tinta, así son de fuerte las emociones que calan los huesos del alma deja ahí todo aquello que perturba tu corazón, libérate escribe ahí todo aquello que quisieras gritar y no puedes, transforma tu dolor en un verso eterno que traspase la coraza del temor, derribando los miedos las culpas y logrando al fin decir adiós. Doris Mabel Peña Sepúlveda, Curarrehue
Nunca a tu lado me sentí segura, la protección que me prometiste, quedó pronto en el olvido…
Escuchó el portazo y apretó los ojos, como si con eso pudiera evadir la realidad, esa que de tanto vivirla, se había pegado a su cuerpo y a sus sentidos.
Lentamente se fue escurriendo bajo las sábanas, era en estos momentos, en que deseaba ser invisible, desaparecer, no sentir, no llorar, ser hombre y tener la fuerza física para enfrentarlo, golpearlo hasta cansarse, hasta que él entendiera que no tenía ningún derecho de tratarla así.
No necesitaba ser adivina para saber que su marido, venía borracho otra vez, la segunda en esta semana. Se preguntó en silencio cual sería ahora el reclamo, el pretexto para que su violencia surgiera con mayor fuerza.
No quería reconocerlo, pero estaba aterrada, su marido cada vez era más violento y siempre traía un reclamo a casa, después de borracheras interminables, en las que ella no sabía nada de él.
Lo escuchaba vociferar, gritar y patear los muebles enfurecido, buscando al amante imaginario, que, en su mente retorcida, le hacía el amor a su mujer cuando él no estaba en casa, lo que gracias a sus borracheras, era muy frecuente.
Temerosa, se apretaba al cuerpecito de su hijo ¿y si otra vez me golpea? Se preguntaba mientras hacía enormes esfuerzos por controlarse y tratar de parar los sollozos que amenazaban con salir, con delatarla ¿Qué voy a hacer? Los niños se van a dar cuenta…
_ Levántate y trata de calmarlo, -le decía una parte de su sentido común, pero la otra parte le aconsejaba: _ quédate donde estás, no hagas nada, ni siquiera respires…
Recordaba que alguien le había recomendado “debes ser cariñosa, tu marido viene cansado”, pero ¿Cómo ser cariñosa frente a sus agresiones? ¿Cómo ser cariñosa si ya hasta se le había olvidado que una parte de su ser podía dar ternura y amor? ¿Cómo? y entonces su carácter indómito se rebeló: _ ¡no tiene derecho a tratarme de esta manera, ahora si me va a oír! –dijo y se levantó…Se les oyó discutir, ella pidiendo un respeto que él no estaba dispuesto a dar, porque en su delirio, la veía rodeada de burlones amantes.
Si los vecinos escucharon, callaron. Tan indiferentes como siempre, o sería que ya estaban acostumbrados o que tal vez no querían interferir en las vidas de los demás. Quién sabe. Nadie puede saberlo. Pero en esta ocasión, la pelea no se prolongó, de repente se escuchó una detonación y los gritos desgarraron el silencio nocturno, el reloj marcaba las cuatro de la mañana, las luces de los vecinos se encendieron y a lo lejos se escucharon voces de angustia: _ ¡deténganlo, deténganlo!
Lamentos perdidos, en la oscuridad de una madrugada cuyo amanecer, ella no vería llegar jamás, todo se nubló, el ulular de las patrullas se acercaba y morbosos curiosos se arremolinaron, no para ayudar sino para tener la información de primera mano…
Sintió a sus dos hijos abrazarse a su cuerpo caliente, los escuchó llorar amargamente, sabía que moriría, pensó en lo que sería de ellos… su madre muerta y su padre, quien sabe, tal vez preso, pero lo más seguro es que lejos de ellos.
¡Cómo los perseguiría el recuerdo de esta noche! -pensó y eso le causó un dolor más profundo que el de las heridas físicas, los vecinos y curiosos pronto invadieron su casa, con el pretexto de ayudar, pero nadie se compadeció de sus pequeños y los alejó del grotesco espectáculo.
Ella se resistía a abandonarlos y se aferró a sus asustados cuerpos como si de esa manera, la muerte no la alcanzara y de repente, toda su vida pasó frente a sus ojos… de principio a fin, hasta los detalles más insignificantes, aquellos que creía olvidados, fueron en ese momento, los recuerdos más nítidos.
Esta mañana mi soledad trajo tu aroma, a mi lado, tu silueta en la cama titiritaba de frío. Mis labios evocaban tus besos, quise tocarte y solo alcancé el vacío. Elisa no sabía en qué momento su relación se deterioró hasta estos extremos… o más bien si lo sabía, pero trataba de engañarse. Su relación siempre estuvo mal, desde el principio, tal vez desde antes de casarse, cuando esos arranques de celos le parecían normales y hasta elevaban su ego…. _ ¡Ándale mi amor! -le rogaba Israel-, _ ya llevamos más de un año de novios, quiero estar contigo, quiero que nos casemos y tengamos hijos, -le decía y sus besos apasionados subían de tono, pero ella no cedía.
Quería terminar la carrera, ya se veía, siendo una gran Contadora y sabía que si se casaba sería difícil, sobre todo si luego tenía hijos, pero el rogaba, lloraba y amenazaba con que se iba a matar.