No. 2: Viaje a la Dimensión Incorrecta

Page 1



En el OFFF, Marco Vinicio rompió la atmósfera trendy: el diseño tiene que enfocarse en la reinterpretación de los espacios, mediante los valores estéticos de nuestra cultura, a lo que denominó Design-in(g) Space. Básicamente, no es otra cosa que mirar lo que tenemos frente a nosotros y usamos, pero negamos al mismo tiempo.

El ser humano es una especie llena de contradicciones, que puede convertirse en víctima y victimario al mismo tiempo. Es, a la vez, un lobo y un venado. Y Marcos Castro, en su obra, exhibe esta dualidad mediante seres mitológicos.

En Zinacantán y San Juan Chamula, Chiapas, el rock en lengua tsotsil ha pasado del anonimato a convertirse en un movimiento que desafía el desapego de las nuevas generaciones por su cultura y evidencia los problemas que tienen en común con el resto de nosotros.

DIRECTORIO Director Editorial: Alejandro Mendoza // Editor Gráfico: Azahel Flores // Directora Comercial: Daniela López Investigación y Mercadotecnia: Raúl Reyes // Colaboradores: Rafael Cervantes, Mariana Montiel N3RVIO es una publicación mensual, editada por Cultura Medular S.A. de C.V. Palma Norte 308 – 301, col. Centro, del. Cuauhtémoc, México DF, C.P. 06010. Tel: 5512 5227. Editor responsable: Alejandro Mendoza, alejandro@n3rvio.com. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo del título: En trámite. Los textos aquí publicados son responsabilidad de sus autores. Prohibida la reproducción parcial o total. © N3RVIO 2014 Portada: © Marcos Castro


Nuestro plano es ordinario, regulado por leyes y modelos que dictan las formas mediante las cuales tenemos que desenvolvernos. Lo correcto. Hay maneras de pensar, decir y soñar muy específicas que deben cumplirse. Formalidades, a fin de cuentas. De lo contrario, se corre el peligroso riesgo de no encajar en las etiquetas prediseñadas y de ser considerado, más bien, como adefesio. No obstante, son aquellos que se aventuran a hacer estallar el molde quienes pueden alcanzar o crear dimensiones completamente nuevas, donde lo inconveniente se vuelve tendencia y las reglas, excepciones; universos paralelos que, sin embargo, resultan espejos en cuyo reflejo nos hallamos sorpresivamente retratados. Este número es un viaje hacia las dimensiones de lo conocido, aunque rechazado; de lo existente, pero a la vez incómodo; de lo peculiar y, caprichosamente, infravalorado. Pero, sobre todo, de lo incorrecto.



En el OFFF, Marco Vinicio rompió la atmósfera trendy: el diseño tiene que enfocarse en la reinterpretación de los espacios, mediante los valores estéticos de nuestra cultura, a lo que denominó Design-in(g) Space. Básicamente, no es otra cosa que mirar lo que tenemos frente a nosotros y usamos, pero negamos al mismo tiempo. Lo más parecido a entrar en una realidad alterna es estar en el espacio de una persona que habla de su contexto: Marco, diseñador y profesor en su ramo, quien aclara la necesidad de pensar la realidad que nos rodea. “Estamos atenidos al parámetro de Estados Unidos; la cultura norteamericana está metida en todos y es un objeto de deseo. Pensamos que Hollywood es el avant-garde de todo, y es un error. En muchas cosas sí, pero en otras, es el clímax de la masificación”. Proponer diseño desde y para la realidad mexicana, resulta un trabajo difícil. “La gente piensa que México no aporta o no puede aportar. El hablar de México para el mexicano es un estigma. Los temas que incluso yo decido hablar, son temas que no le interesan a la gente”, una realidad que nadie quisiera ver.

Kultnation: retos personales 10 años atrás, Marco hizo una revista llamada Kultnation, como una forma de crear una nación en cuanto al diseño. Ahora, bajo ese pseudónimo, las paredes tapizadas con tipografías del OFFF, un gato dorado y descalzo, como en un templo zen, Marco habla de retarse a sí mismo haciendo cosas que, de principio, la gente no entendería. “Retarte es una decisión muy bonita y no. Entiendo cómo hacer las cosas más fáciles o más difíciles; en ese sentido, la forma de retarme es haciéndolas difíciles”. Marco 4


juega con elementos y texturas de lo cotidiano y los combina con conceptos de filosofía o de la sociedad, aunque la respuesta de la gente no sea la esperada. “Al final de cuentas, todo es un experimento. “Retarte implica hablar sobre el mundo, tu contexto, lo que está alrededor de ti, lo que realmente te mueve. Cuando se une lo que está buscando la gente y lo que quieres decir, se crea una tendencia. Me han tocado esos momentos. Lo sólido (se desvanece en el aire) lo tuvo”.

Reinterpretar es el reto Para poder hablar de un futuro en el que la tecnología tienda un puente entre las artes, para Kultnation son importantes dos cosas: que la tecnología sea accesible (en precio) y que sea auto-actualizable. “El futuro es eso. El concepto design-in(g) space surgió de la arquitectura; el espacio se va a convertir en una parte donde el diseñador va a crear muchas otras cosas nuevas y diferentes”. Explica: el diseño aportará a la tecnología de manera que deje de ser obsoleta y se vuelva auto-actualizable. Ya no tiraríamos tecnología, sino que ésta podrá auto-organizarse dentro del contexto. Kultnation apuesta por aportar soluciones que no sólo sean funcionales, sino estéticas, “porque el diseño es eso, es reinterpretar”. Es ver lo que hay en las calles, porque se diseñan objetos (espacios) para cubrir necesidades, “pero es algo de lo que más se rechaza en México y nadie se ha tomado la molestia de hacer un desarrollo y una investigación y reinterpretarla de acuerdo al contexto. “En la medida en que los jóvenes aprendamos a hablar sin el estigma de ser mexicanos, sin miedo, y en que el tiempo y la experimentación causen mayores retos, será mejor. Si tienes algo en ti que dice “hay algo más que puedo aportar”, es ahí donde viene esta decisión. “Esa vez que decidí hablar de México, fue algo que cambió”. 5



Su obra parte de la sencillez que significa el dibujo. Y es que para él, es a través de los trazos del lápiz que las ideas llegan de forma más directa al público, porque “es muy orgánico, es una forma muy fácil para bajar la idea”. Estas simples líneas son caminos que llevan de la realidad tangible a entornos mitológicos que con colores, dualidad, antagonismos y animales como protagonistas, muestran, tal vez sin proponérselo, las contradicciones del género humano. Marcos Castro, a primera vista, muestra una imagen imponente. Alto, con voz gruesa y tatuajes —algunos diseñados por él—, podría intimidar en otros contextos. Sin embargo, cuando habla, denota amabilidad y emoción por platicar de su obra. Al nacer y crecer en una familia de artistas, lo más lógico era que desarrollara la sensibilidad que ahora plasma sobre el papel. No obstante, fue hasta el final de la preparatoria que Marcos, de manera inconsciente, se adentró en el arte. “Me fui a buscar a un amigo a Canadá y me quedé ahí un rato. Estando allá, teniendo contacto con la banda en Vancouver, iba de oyente a clases en la universidad y me juntaba con amigos que estaban estudiando artes plásticas. Estuve dibujando bastante ahí, conociendo gente y colectivos de arte”. Fue entonces cuando se dijo: “esto es lo que quiero hacer”. A partir de ese momento, su imaginación comenzó florecer, a través de animales con los que se sentía identificado. “Empecé a hacer dibujos en los que, como una especie de fábulas, con animales, hablaba de mí, de lo que sentía. Entonces, al final era algo muy directo y honesto, porque estaba hablando de mí a partir de lo animal”, explica.

7


ENERGÍAS OPUESTAS Y NUEVAS MITOLOGÍAS Mientras tanto, el ropavejero pasa por la calle y le interrumpe. Conforme aquél se acerca, la voz de Marcos se va pausando, porque el sonido del primero la opaca. No es este tipo de energías antitéticas lo que plasma en su trabajo, pero sí sirve de ejemplo para explicar a lo que se refiere. Nuevamente, los animales son protagonistas aquí, y es posible encontrar antagonismos provenientes de la naturaleza: lobos y venados, presa y depredador, los cuales son una constante. “En mi trabajo utilizo mucho energías opuestas, animales que representan opuestos de alguna forma. De pronto, imágenes como de árbol; pero de la raíz y las ramas, que representan cosas diferentes: el cielo y la tierra”. Y aquí también entra la dualidad, tan característica en diversas culturas del mundo. Entonces, de repente, uno de los símbolos “sagrados” de la cultura mexicana, el águila y la serpiente, es sacrificado en nombre del arte para conferirle a sus protagonistas roles distintos a los que ostentaban en la mitología oficial. Esta experimentación le ha llevado a crear su propia mitología, su particular manera de explicar su naturaleza a través del lápiz, los colores y el papel; un universo en el que todo cambia constantemente y donde de las supuestas víctimas pueden surgir los victimarios. Espejo en el que no solamente se refleja él, sino gran parte de los seres humanos. “Es como inventar cierta especie de mitología, en la que las cosas están cambiando todo el tiempo, y cambiando los papeles de estos animales: los lobos nacen de los venados y los venados de los lobos. Entonces, son uno mismo, y se repite este ciclo”, comenta con respecto a su obra —una manera involuntaria de hablar de sí mismo.

8


LA FAUNA DE MARCOS Lobos, venados, águilas y serpientes, son animales recurrentes en su obra, pero no los únicos —incluso, en alguna podría aparecer un dinosaurio—. Aunque, en realidad, no hay alguno predilecto, ya que el autor se identifica con todos los que usa. “Todos son totémicos de alguna forma, son complementarios todos en mi imaginario, como una forma de representarme”, considera. “Hay veces que la gente me da explicaciones de las cosas y me gusta; pienso que el hablar de mí también es algo como universal, se habla de lo humano. Entonces, sí puede haber empatía de la gente con mi trabajo. Pero en realidad lo hago para mí; lo hago a partir de mí”. Entre las interpretaciones que se le puede dar al trabajo de Marcos Castro —muchas relacionadas con el mundo animal—, están las contradicciones del ser humano, por eso los opuestos. “Lo que me interesa es hablar de lo humano, a pesar de que utilizo cosas que aluden a la naturaleza; son cosas que utilizo casi arquetípicamente como para no darlo a conocer. Estos opuestos que hay, tienen que ver de alguna forma con el yin yang, con estas filosofías. Y a partir de esto, hablar de lo humano”.

9


La música remite a épocas gloriosas del rock, pero la lengua en que se canta resulta extraña. Es esa curiosidad, una especie de terror fascinante, lo que motiva a la gente a acercarse al escenario. La mezcla suena bien, el público no entiende un carajo, pero los cuerpos comienzan a reaccionar contra su voluntad: uno por aquí mueve la patita, otro por allá agita la cabeza y uno más ya toca su lira imaginaria. Sin embargo, el carisma del cantante de Lumaltok es un verdadero imán, pues se trata de un verdadero frontman que gesticula, va de un lado al otro del escenario, hace gala de su talento en las seis cuerdas y se mueve libre como un Zanate. Mientras, frente a él, la lluvia ahuyenta a algunos, pero no apacigua los ánimos de quienes se quedan. Lo que en una época pudo parecer moda, a pesar de sus orígenes de genuina resistencia a las condiciones de marginalidad en ciertos sectores urbanos de Estados Unidos, nuevamente retoma su telos y se transforma en un canal de expresión, ahora para las lenguas y culturas milenarias del Abya Yala. Justo en una de las esquinas de la República Mexicana, Chiapas, específicamente en la región de Los Altos, fue la eclosión del Bats’i Rock, el “rock verdadero”. Aquí, bandas como Sak Tzevul, Vayijel y Yibel Jme’tik Banamil osaron conjuntar el sonido de los vabajometik, músicos tradicionales de la región, con guitarras distorsionadas, bajos cadenciosos y batacas galopantes. El objetivo común: resguardar la identidad de su pueblo. “La juventud en nuestras comunidades está empezando a perder el valor a las raíces, a nuestra cultura, a nuestra lengua, a nuestra forma de vivir como parte de un pueblo, de una comunidad; pero más que nada, están perdiendo el valor a la lengua tsotsil”, relata Valeriano Gómez, vocalista de Yibel Jme’tik Banamil. Por eso, su música ha sido el soporte perfecto para mantener vivo el bats’i k’op, la “palabra verdadera” —mejor conocido como tsotsil—, incluso ante quienes desconocen por completo el kuxlejal (cultura) de Los Altos. 10



“La música es un lenguaje universal —explica Óscar López, vocalista de Vayijel—. De los músicos que cantan en inglés, no escuchamos lo que dicen; pero sí la melodía, el sentimiento que le ponen a los instrumentos, el solo de la guitarra y la fuerza, la intensidad de lo que están haciendo. No limita que sea en otra lengua; (la música) es un lenguaje de tonos y notas, de melodías”, concluye Óscar. Sin importar la diferencia de lenguajes, el Bats’i Rock es bien recibido tanto en el DF, Tijuana y Veracruz, como en Guatemala, porque entre sus espectadores, hablantes y no hablantes del bats’i k’op, subyace el principio de la comunicación: poner en común. En efecto, muchos de los temas que comunican son universales y desmitifican los estereotipos de la vida de los pueblos originarios. “Hablamos de la naturaleza, pero también hablamos de ciertas inconformidades que tenemos: hambruna, niños en la calle y mujeres que luchan por sus derechos. Podemos hablar de diversión como de protesta. Lumaltok

toca ciertos problemas que vemos en el pueblo, pero que no sólo existen acá, sino en todo el mundo. Entonces, por eso creemos que estas canciones pueden expandirse no sólo aquí, sino en todo el mundo”, manifiesta Julián Hernández, el Zanate, voz de Lumaltok. Primero fue el castellano la lengua que sirvió para darle una identidad al rock hecho al sur del río Bravo; ahora, las lenguas originarias salen de su condición de subalternidad de la mano del bats’i k’op. Y aunque no se trata de algo aislado, este género y esta lengua no han sido las únicas vías de expresión, de decir “aquí estamos”, para los jóvenes. El rock, el metal, el hip-hop, el reggae y otras manifestaciones se mueven en tu’un savi (mixteco), hñähñu (otomí), com-cáac (seri), náhuatl, jñatrjo (mazahua) y wixárika (huichol) , sólo por citar algunas. Pero la música inspira. México tiene 68 lenguas originarias; y este lado del planeta, más de 800. No será sorpresa que un día nos hallemos rockeando con, como cantara Mercedes Sosa, “todas las voces, todas”.

12

“Ellos estaban danzando, se estaban comunicando con nosotros. No sabemos qué nos dicen y tampoco ellos saben lo que nosotros les decimos, pero hay un entendimiento muy grande, espiritual, y creo que es el paso más importante en la vida de los humanos” Francisco El Indio Molina, voz de Hamac Caziim


Tu espacio para la música en el Centro Histórico El CCEMx

Síguenos en /ccemx.org @ccemx @ccemx

ccemx.org/tv

/ccemx.org

@ccemx

@ccemx

ccemx.org/tv

Toda la programación en: www.ccemx.org

2014

Entrada libre cupo limitado Pasaje cultural Guatemala 18 - Donceles 97, Centro Histórico, 06010, Cd. de México | Tel. 5521 1925 al 28



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.