queremos crear estas redes con las empresas para distribuir entre todos la generación de valor agregado, y en México somos una de las economías más grandes del mundo, hay grandes empresas, hay muchas cosas que podemos hacer”. “Tienes que creer en lo que estás haciendo, porque si no a las primeras de cambio te sales. A nosotros nos decían que estábamos locos totalmente porque estábamos entrando, sin ser científicos, a un material totalmente nuevo, a una industria que ni existía... empezamos desde desarrollar procesos. Lo más importante es la capacidad de ejecución, una idea que se queda en el aire no sirve para nada. Después de picar piedra, creemos que estamos en el momento de empezar a cosechar, de ofrecer a las industrias un material que verdaderamente puede hacer la diferencia en la forma de concebir una solución”. Sobre la investigación, el desarrollo de aplicaciones, las políticas públicas que aportan a la tecnología en la vida cotidiana, el especialista en grafeno y sus aplicaciones consideró que hay complicaciones en el país al respecto de ideas y apoyos para lograr su realización práctica: “En otros países alguien que tiene una buena idea recibe apoyo tanto público como privado para lograr ejecutarla; en México es muy complicado, todavía hay mucha tendencia a considerar que un centro de investigación no debe participar con una empresa privada porque parece privatizar algo que debe ser social, así que se rompe la colaboración y gran parte de las investigaciones se queda en los cajones”, analizó Miramontes. “Curiosamente, en el Sistema Nacional de Investigadores se otorgan más puntos por temas académicos (como publicaciones, estudiantes de posgrado, dirección de tesis y asistencias a congresos) que por la aplicación real de los resultados de la investigación. Ese debería ser un mayor puntaje: Lograr que la investigación cubra una necesidad social. Si se comercializa es porque está cubriendo una necesidad social y al lograr eso, logramos un efecto que permea en todos”.
Un sueño detrás de todo este negocio y esta investigación. Para Antonio Miramontes el motor quimérico es la desalinización del agua del mar, para la que ya vislumbra el uso de membranas con grafeno que incrementarían sustancialmente la efectividad de los métodos de desalinización y abaratarían el proceso vs los actuales métodos de ósmosis inversa: “Uno de mis sueños es convertir desiertos en oasis”, indicó el directivo. “Que los problemas de agua potable del futuro, simplemente no lo sean más”.
EL FUTURO SUSTENTABLE Aporta a la sustentabilidad en muchos aspectos. “Si tienes productos de plástico a la intemperie, seguramente tienes que cambiarlos cada año, porque su resistencia a los rayos ultravioleta vence. Con el uso de grafeno la incrementas de una forma tal que su vida útil se ve casi triplicada en muchos casos”, explicó el directivo. “El grafeno aporta a que el plástico dure más, así que hay que usar menos. Un plástico que dura 10 veces más, te permite producir 9 veces menos. El grafeno no impide el reciclaje, ni el reciclado ni la reutilización de los plásticos. En mate-
AGOSTO I SEPTIEMBRE 2018
ria de reducción de uso de plásticos el grafeno aporta mucho”. Es momento de cosechar... “Mucho de lo que nos mueve es que se dispare el uso del grafeno en México. Las eficiencias que hemos obtenido en reducción de costos las hemos traducido en reducir el precio del grafeno, no en aumentar nuestro margen de utilidad”, finalizó Antonio. “Somos una empresa 100% mexicana, una PyME que está dando trabajo a mexicanos. En cinco años me veo como una empresa internacional, de clase mundial; seguiremos invirtiendo en equipo de alta tecnología y estaremos cumpliendo sueños aportando lo más posible a la mejora de la sociedad y del mundo”.
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