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Moda: ¿un negocio sostenible?

100 mil millones de prendas de vestir se producen cada año a nivel mundial, sólo el 1% se recicla

LAURA HERNÁNDEZ VILLEGAS

Ante la preocupación que existe en todo el mundo por el cuidado del medio ambiente, la preservación de los recursos naturales y el desarrollo de las sociedades, la sostenibilidad ha tomado gran relevancia, ya que a través de ella se busca lograr un equilibrio entre estos factores.

En este sentido, diversas empresas han enfocado sus esfuerzos en la búsqueda de nuevas estrategias para hacer negocios más sostenibles que garanticen la equidad económica y social, y al mismo tiempo contribuyan a que las personas alcancen una mejor calidad de vida sin afectar el planeta.

Una investigación realizada por el Swiss Re Institute, señala que, de perderse la diversidad del planeta, el 50% de la economía global colapsará. De ahí la importancia que tanto las organizaciones de todas las industrias, como gobierno y sociedad, logren alinear sus estrategias a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU); mismos que están encaminados a atender, entre otros aspectos, la producción y consumo responsables.

Modelos De Negocio Sostenibles

Actualmente existen modelos económicos y de consumo que guían la implementación de prácticas sostenibles como la economía circular, la cual plantea cerrar los ciclos de producción y mantener un flujo constante de recursos naturales en el que todo lo que se produce sirva como insumo para otro proceso, o bien, como alimento para otros organismos. Estos modelos de producción favorecen la reducción de desechos industriales entre un 80 y 99% y sus emisiones entre el 79 y 99 por ciento.

En este contexto, podemos hablar de la industria de la moda, en la cual, en los últimos años se venía registrado una acelerada producción y consumo de prendas de vestir, debido a que las personas redujeron el tiempo de uso de las mismas, lo que ocasionó que prácticamente la ropa se convirtiera en un artículo desechable, generando así grandes cantidades de basura.

La organización ambiental CHEC, refiere que cada año se producen 100 mil millones de prendas de vestir, pero sólo el 1% de ella se recicla. Por otra parte, un informe de la Fundación Ellen MacArthur indica que anualmente, 500 mil millones de dólares en ropa se van a la basura, tras una o muy pocas puestas.

En este sentido, Martín Teitelbaum, director de ventas de Onebeat, compañía de retail tech, explica que hace 20 años la industria de la moda lanzaba dos colecciones al año, una década después fueron 4 o 5 colecciones; y hoy en día existen microcolecciones que suman entre 12 y 25 al año.

“En muchos casos, esta ropa no llega a los consumidores y la que está no cubre la demanda de diversas tallas, por lo tanto, se vende con un muy bajo margen de ganancias o termina en el basurero”, agregó Teitelbaum.

Cabe destacar que la industria de la moda es la segunda más contaminante a nivel global debido a la gran cantidad de agua que se requiere para la elaboración de las prendas, así como por los desechos y residuos que genera, según un estudio elaborado por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE).

El 10% de las emisiones de carbono en todo el mundo, son producidas por la industria del vestido, y más del 80% de los residuos generados por los textiles se envían a tiraderos de basura, lo que representa más de 20 mil millones de toneladas al año.

En cuanto al consumo de agua, esta industria utiliza anualmente 1.5 billones de toneladas de agua. Tan sólo para fabricar unos jeans se requieren más de 5 mil litros del vital líquido.

En este mismo tenor, datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), muestran que a nivel global se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles cada año, mientras que en México la cifra asciende a 4 millones 380 mil toneladas y sólo se recicla alrededor del 2 por ciento.

Lo mismo ocurre en otros países de Latinoamérica, por ejemplo, en Colombia se desechan más de 116 mil toneladas y se recicla un 5%; mientras que, en Ecuador, mil 665 toneladas de ropa son llevadas a los basureros.

Martín Teitelbaum comenta que reciclar no es suficiente, “la industria de la moda necesita prevenir el reciclaje, es decir, generar productos que realmente tengan una demanda, pues la creación de ropa requiere de una fuerte cantidad de energía y agua. Tan sólo para fabricar una camiseta, ya sea con materiales reciclados o nuevos, se necesitan 2 mil 700 litros de agua; cantidad que equivale a lo que una persona consume en 900 días”.

LA MODA DE HOY ES…

Para mitigar esta problemática, surgió el slow fashion o moda sostenible, la cual apuesta por un consumo responsable y por la producción de ropa con materiales de calidad que les den mayor durabilidad a las prendas; además de ser respetuosos con el planeta durante la fabricación de las mismas.

Actualmente, muchas firmas están apostando por la recuperación de prendas y el reciclaje de materiales para reducir el impacto ambiental que genera esta industria.

De acuerdo con Maggie Ferber, cofundadora de Vopero, plataforma de compra y venta de ropa de segunda mano, alargar el uso de una prenda nueve meses, reduce la huella de carbono, agua y residuos entre un 20 y 30 por ciento.

“La prenda más sustentable es la que ya existe como siempre decimos, las prendas que usamos tienen el poder de generar impacto, y las que no usamos también”, señaló en entrevista.

Indicó que la RE-moda, como ella la define, llegó para quedarse, “sólo faltaban empresas que la promovieran, y ahora los consumidores pueden ser parte de ella, comprando y vendiendo con orgullo y contribuyendo a un mundo mejor”.

Asimismo, compartió que, uno de los mayores desafíos que ha enfrentado la marca, ha sido diseñar una solución para que la sostenibilidad sea accesible y sinónimo de ahorro. “Que se alineen los intereses detrás de consumir sustentable, porque además de ayudar al planeta, es una compra de mejor calidad y menor costo, una compra inteligente”.

“Es por eso que vimos la necesidad de masificar y hacer accesible la moda sostenible, con una propuesta de valor infinitamente mejor: mejor calidad, mejor para tu billetera, mejor para el planeta… Y para hacerlo, necesitamos una propuesta de valor atractiva: un win-win-win-win. Por eso, en nuestra empresa ganamos todos, ganan quienes venden, ganan quienes compran, ganan quienes reciben donaciones y gana el planeta”.

Consumo Responsable

Por otro lado, pensando en los consumidores cada vez son más los que están cambiando sus hábitos y optan por productos que generen un impacto positivo en el medio ambiente y en la sociedad.

Ferber, resaltó que los consumidores están más informados, y en años recientes se ha observado un aumento en la demanda de productos éticos y sostenibles, así como en la preferencia por prendas de segunda mano o prendas recicladas; por lo que se espera que las marcas asuman una responsabilidad social y ambiental.

“Hay personas que sienten que los sistemas y las industrias son demasiado grandes como para cambiarlas, pero yo creo que el sistema somos nosotros y podemos cambiar, adoptando nuevos hábitos, como es el caso de recircular la ropa que ya no usamos. Y si logramos que esto se adopte a gran escala, cambiando la percepción, la mentalidad, los prejuicios y la psicología de consumo, lograremos cambiar el sistema”.

Por otro lado, mencionó que la tecnología ha sido clave para crear la infraestructura para poder recircular, procesar y reinsertar al mercado prendas de los mejores closets de México, en perfecto estado; permitiéndoles ocuparse de todo por quienes quieren vender.

RE-FASHION, EL FUTURO DE LA MODA

Para la cofundadora de la empresa, el slow fashion es un concepto que quedará en un nicho para dar paso al Refashion, el cual dice, será el futuro de la moda, debido al ritmo de consumo al que nos acostumbraron las marcas de moda rápida, “esa adicción que tenemos las consumidoras de moda al estrenar una prenda va a ser difícilmente canjeable por el lema de compra menos, invierte más”.

“Es por eso que el concepto que creamos de RE-moda, permite a las consumidoras RE-novar sus closets, RE-estrenar prendas que ya existen, con intención de seguir haciendo de la moda un espacio divertido de RE-inventarnos expresándose a través de un inventario infinito de prendas sustentables, y así RE-duciendo la crisis de excesos de producción que dejó el fast fashion”.

Agregó que estudios indican que la reventa de ropa en Latinoamérica, crecerá 4 veces más rápido que la industria de la moda en general, y para el 2030 se estima que alcance un valor de 80 billones de dólares a nivel mundial.

FRANCISCO SUÁREZ HERNÁNDEZ*