Aunque jóvenes, los dueños de este decimoprimer piso de una torre situada en el Ensanche Serrallés, eran proclives al clasicismo. Por eso, el diseñador de interiores Andrés Aybar respetó su esencia y la fusionó con toques étnicos, country, french y contemporáneos, para generar un resultado verdaderamente ecléctico.
Lacasa casa La
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La sala cuenta con combinaciones de muebles en crudo, líneas rectas y tapices en piel; asimismo, exhibe una mezcla de tejidos en los sofás y unas mesas de centro (de la línea Stark) que, en cristal, aligeran el espacio para que se luzca la alfombra. En tanto, las butacas son de estilo clásico y se trabajaron dentro de un marco clásico-country.
Uno de sus objetivos era aprovechar al máximo la panorámica hacia el Polígono Central capitaleño y respetar, de igual modo, la claridad y visibilidad de cara a este privilegiado enclave. En tal sentido, implementó visillos tanto en el comedor, como en la sala, para preservar la transparencia, y se encargó de que prevaleciesen las puertas corredizas para integrar todos los espacios sociales. En este hábitat domina una paleta cromática fundamentada en tonalidades vibrantes, tales como:
el amarillo, el rojo y el azul sobre una base neutra, con sutiles toques de azul; mientras que los paneles, los zócalos y los marcos de las puertas se presentan en blanco. En cuanto al piso es notable el acento en madera Ipé. Asimismo, llaman la atención la selección de bisagras, llavines y tiradores en negro, que prodigan un aire french-country y complementan a la perfección la composición ecléctica que -sin duda alguna- fue conferida por el especialista en interiorismo a cargo.