LaCasa09

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5. Las estancias de Casa Kimball (como esta sala de estar) dialogan con el paisaje a través de las puertas-ventanas giratorias, que permiten un sistema de iluminación natural y la libre circulación de la brisa marina. 6 y 8. En esta villa, que permite una experiencia vacacional única a sus huéspedes, se ofrecen actividades y servicios personalizados. (www. casakimball.com) 7. El comedor se presenta con un doble panel de capirona en el techo, que aporta calidez y contrasta con la blanca coralina del suelo. Esta estructura parece flotar y conecta al dueto de volúmenes rectangulares que la colindan y que componen, junto con ella, a la planta arquitectónica.

naturales se encargan de definir su piel. La blanca coralina (originaria de una cantera dominicana), no sólo reviste las escaleras, las paredes y los pisos de Casa Kimball, sino que les aporta vida a través de su intrincada y fosilizada estructura de relieve del fondo marino. Por otro lado, hay techos puntuales cubiertos de capirona –una densa madera brasileña que, debidamente cuidada y aceitada, le prodiga un brillo inusitado a cada estancia-. De igual modo, algunos muros irregulares se visten de cemento alisado, y ciertas tapias se recubren de piedra. Esta obra arquitectónica, con especificaciones en hormigón armado, presenta forma de “L” e involucra a una estructura flotante que -a modo de pasarela y sobre la piscina- alberga al elegante comedor, cuya mesa de madera brasileña acoge a 20 personas. Este conector, con ventanales contiguos que se abren hacia el cielo, el océano y los jardines, es el responsable de vincular a los comensales con los dos módulos rectangulares que componen al resto de la infraestructura. Ronaldo Widmann, quien estuvo a cargo de la construcción de la villa, explica cómo fusionaron a la perfección a los interiores y exteriores de este espacio. Un par de amplios salones, que comprenden la sala principal, dos bares y un área de entretenimiento, se entrelazan con el paisaje a través de enormes puertas-ventanas (en la casa hay 136 en total), que aunque pesan 1,000 libras (cada una) y miden 5 metros de altura, giran con un cómodo sistema de rodamientos de bolas. La brisa marina y las vistas panorámicas del Atlántico también traspasan a los balcones de las amplias suites de esta villa, llegando sin cortapisas hasta las dos del primer nivel, y hasta las seis del segundo.

Lacasa

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