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Aprendiendo a Cocinar con un Estudiante

APRENDIENDO A COCINAR CON UN ESTUDIANTE Aprender a cocinar no es algo fácil de hacer, pero es necesario para sobrevivir. En esta entrevista, Pablo Centeno, no cuenta cómo y cuánto aprendio este año.

Pablo Centeno es un estudiante del último ciclo de la carrera de gestión en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Vive con su mamá, su abuela y su hermano. Dio sus primeros pasos en la cocina en el 2008 y hoy es el principal encargado de esto en su casa. El primer plato que aprendió a hacer fue el pollo a la plancha con arroz, que almorzaba al regreso del colegio, ya que su familia solía estar ocupada y él estaba haciendo dieta. Se cocinaba para él solo todas las tardes durante unos meses.

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Los años siguientes, mientras es- Pablo Centeno - 23 años - Estudiante Universitario y trabajador en Gestión social - Cocina 3 veces por semana - Le gusta preparar tallarines a lo Alfredo - Su abuela y una tía le enseñaron a cocinar

tuvo en secundaria, no le prestó demasiada atención a la cocina, pero sí aprendió a preparar tallarines con atún y a cocinar las típicas frituras que te sacan de apuros.

Desde el 2018 empezó a cocinar una o dos veces por semana porque la señora que ayudaba a cocinar en su casa iba a dejar de ir. Entonces, si quería comer algo casero, necesitaba hacerlo él mismo ya que las demás personas en su casa no contaban con el tiempo necesario para cocinar para toda la familia.

“Como casi vivía en la universidad no tenía siempre que comer en mi casa o no tenía tiempo para cocinar, entonces iba a Cato y almorzaba ahí, pero a veces sí tenía ganas de comer algo distinto, entonces tuve que aprender”.

Los platos que aprendió a hacer entre el 2018 y el 2019 son: ta-

llarines rojos, tallarines verdse y asado con papa a la huancaína.

Este año, debido a la pandemia, a que no estaba trabajando y a que los años pasan, empezó a cocinar todos los días para él y su familia.

¿Cómo empezaste a cocinar todos los días? Mi abuela ya no puede estar tanto tiempo parada y mi mamá trabaja, entonces me dijeron “si no cocinas, no comes un mes”. Así que me puse a cocinar. Je.

¿Te costó la adaptación a la cocina diariamente? A la cocina no. El problema fue que yo dormía tarde, entonces me levantaba tarde. Mi familia fue la que se tuvo que acostumbrar a comer una o dos horas después.

¿Tú mismo haces las compras o alguien más se encarga de eso? Yo veía todo. Mi mamá me daba el dinero y yo tenía que ver qué compraba y que alcance para los 4. Igual muchas veces mi hermano y yo, en la noche, pedíamos delivery de cualquier cosa.

¿Quién te enseñó a cocinar? Hace años aprendí de una tía que vio que lo único que comía era pollo a la plancha. También he visto cómo mi abuela cocinaba durante años. Ahora si tengo alguna duda le pregunto a mi abuela o algunos amigos. Ellos también me recomiendan canales de YouTube o recetas online.

¿Cuál es tu especialidad ahora que tu menú es mucho más variado? Lo que suelo cocinar más son tallarines con lo que encuentre. Por la facilidad y por el poco tiempo que demanda. Los lacteos me suelen caer pesados pero aún así me gusta mucho comer tallarines a lo alfredo. Me compro mi leche deslactosada solo para cocinar eso.

Y ahora que conseguiste trabajo, ¿sigues cocinando con la misma frecuencia? Cocinaba todos los días antes, ahora ya no puedo. Estoy más ocupado. Mi hermano ahora me tiene que ayudar más, por lo menos con las compras del mercado. De igual manera, como ahora también por el trabajo me levanto temprano, estoy organizándome un poco más y creo que ya voy a volver a cocinar todos los días porque sí me gustaba hacerlo. ¿Consideras que eres bueno cocinando? Creo que he ido mejorando. Al inicio hacía siempre las mismas cosas y mi mamá ya estaba cansada, pero sí comían todo. Mal no salía. Lo que sí ha cambiado es que ahora hay variedad de platos.

Me dices que te gusta cocinar, pero ¿has tenido problemas en todo este tiempo que llevas haciéndolo frecuentemente? Grandes problemas no. Ya conocía las cosas básicas. Igual sí alguna vez me he olvidado de ponerle sal al arroz. O me quedó un poco cruda la carne y mi mamá, la carne, si la ve un poquito rosada, no la toca. Tuve que volver a la cocina a que se termine de cocer. Más allá de esos detalles no me ha pasado nada grave cocinando.

Pablo Centeno solo es una de las muchas personas que han encontrado su lugar en la cocina esta pandemia. Comemos siempre, pero no siempre sabemos cocinar. A pesar de que este año ha sido malo en muchas cosas, que la cocina casera vuelva a tomar un lugar en nuestras vidas, es algo que vale la pena resaltar.

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